por Gerardo Buría / Miami, Florida
Yo estimo, ojalá esté equivocado, que al Santiago de las Vegas de nuestra juventud no lo vamos a ver más. Volveremos a nuestro pueblo, pero éste no será ya el mismo; las costumbres han cambiado, y la mayoría de nuestras amistades se han mudado o han desaparecido. Encontraremos la población más o menos igual en lo que es el casco de la misma, pero completamente diferente en su esencia, en su naturaleza y quizás hasta en esa misma alegría tan característica nuestra.
Quizás yo idealizo esos recuedos, pero creo que Uds., viejitos que me soportan, les ha de pasar lo mismo en la mayoría de los casos. Cuántas veces sueño con esos viejos tiempos y me imagino regresando de La Habana en guagua. Había rutas para escoger: la 76, la 51, o la 36, por la avenida del Cacahual, la 31 y la Especial o Verde por la Víbora o quizás la 50 que nos traía de Marianao o sus playas adyacentes. ¿Lo recuerdas?
Para recordar este emocionante viaje, hay que ser viejo, pero viejo de verdad y al mismo tiempo sentir la nostalgia de nuestro pueblo y por lo menos soñar en que lo podremos efectuar nuevamente. ¿No lo deseas tú?
Hay que ser viejo, pero viejo de verdad, para recordar las vegas de tabaco en nuestro pueblo. Yo reconozco no ser lo suficiente para eso, aunque he leído mucho sobre las siembras de tabaco y los muchos chinchales y escogidas que existieron en el pueblo. Sí, recuerdo las escogidas de tabaco que se hacían en la finca situada en la calle 1 y 10, en terrenos que después fueron de la Estación Experimental Agronómica y donde con Pepito Bedía, gran amigo mío, trabajamos muy jovencitos despalando tabaco; era un “part time”.
Sí, tengo que reconocer que el sector tabacalero era una de las industrias que más ayudó económicamente a la población, y yo recuerdo los despalillos Cuban Land en la calle 4 entre 7 y 9 y El Capitolio de 13 y 12, donde laboraban cientos de jovencitas cooperando al sostenimiento del hogar de sus padres. Después los años fueron pasando y esas jovencitas se convirtieron en señoras de sus casas, pero seguían al pie del barril, ahora luchando bravamente en el sostenimiento de sus propios hogares.
Despalilladoras de la "Cuban Land". Al centro reconocemos a la Sra. Rosa Cao (sonriendo), e inmediatamente detrás de ella (junto a la pared), a la Sra. Alejandrina Ortega, a la que cariñosamente se le conocía en nuestro pueblo por el sobrenombre de "Nena La Chambelona" . |
Celín Buría |
¿Y tú, viejito, como veguero, no recuerdas haber estado ligado a ese sector en alguno de sus muchos aspectos? ¡Seguro que sí!
¿SE ACUERDA USTED?
¡Ese gallo, cómo canta! No hay que ser muy viejo para recordar al gallito del vecino en nuestro pueblo. Estoy seguro que son muy pocos los santiagueros, que en un momento determinado no pudieron disfrutar de un gallo cantando por la madrugada en casa de algún vecino o en la propia. Al leer estas líneas seguramente recordarás al gallito de fulano o de mengano, y en lo mucho que jo… todas las mañanas retando a sus rivales con su canto, que para muchos era un deleite y para otros una tortura. Pero sinceramente, todos quisiéramos pasar por eso nuevamente: despertarnos una mañana al cantío de un gallo en nuestro querido pueblo. ¿No lo deseas tú? ¡Seguro que sí!
Y hay que ser viejo pero viejo de verdad para recordar la Cafetería El Cafetal de Luis del Amo y Rubén Pérez Chávez, en la calle 11 entre 4 y 6; pero viejo, pero viejo de verdad para recordar cómo se llamaba la finca de los Jiménez en la calle 16, donde después estuvo el Reparto La Especial.
¿Lo recuerdas? “Finca Triana”.
Y no hay que ser muy viejo, pero sí tener buena memoria, para recordar la Sociedad Aliados Chinos (a la izquierda), que se encontraba en el edificio situado en la calle 4 entre la Escuela Pública de Niñas No. 1 y la tintorería de Julio. Quizás te acuerdas de ella, pero seguramente no recuerdas que se llamaba Asociación de Aliados Chinos. ¿Lo sabías tú?
Mario Temes, "Neneíto" |
Circa 1950: Reunión para la creación del Sindicato de Barberos de Santiago de las Vegas. |
El anuncio de hoy: Imprenta Mikleff. Toda clase de impresos y efectos de escritorio.
Publicado originalmente en la revista "El Cacahual". Republicado con permiso del autor.
Ante todo una felicitación a mi amigo y casi FAM Buria por su gran memoria, Recordar a Santiago de las Vegas nuestro pueblo natal resulta imposible, dejar de pensar en el, haciendo recuentos desde que nacimos, yo también como tu con anos. Escribo y lloro a la vez porque seria difícil que un pueblo en el cual las FAM sufrían el dolor del vecino y las alegrías también, pueblo preocupado por la cultura, No olvido cuando en el despalillo de la calle 4 e\ 7 y 9 hubo un fuego y el pueblo siempre unido salio a dar su apoyo fueran o no trabajadores del mismo, mi tía Yiya despalilladora, de este centro, lloraba y corría hacia este siendo yo pequeña, no recuerdo el año, pero si el sufrimiento de ver destruirse una fuente de trabajo. Buria, nuestros padres así como los de Olguita eran más que amigos así como muchísimas FAM de nuestro querido pueblo ayudaron al desarrollo cultural del mismo también. Te agradezco a ti y a nuestra querida Pág. de santiago de las V en línea que como siempre nos hace r cordar. Cariños Maida González
ResponderEliminarLa despalilladora con espejuelos es mi abuela Fernanda Llanos casada con Aurelino Cejas, la madre de Alba, Macho, Birula, y mi padre Wilfredo Cejas mas conocido por el "Fiñe".... Una buena trabajadora, que al principio de la decada del 1920 con mi abuelo fueron contratados por Hidalgo Gato para ser parte del equipo de su tabaqueria en Key West donde nacio mi tia Alba...
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