jueves, 23 de octubre de 2008

Arroz Frito y Carne "Guindá"

Es más que evidente, al ver el número de personas que han escrito para contar sus recuerdos de aquel señor de la calle 2 que criaba pececitos y pintaba cuadros de su lejana China, que éste dejó una profunda y positiva impresión entre sus vecinos. Hoy tenemos el placer de ofrecerle dos artículos más sobre este singular señor que atravesó medio mundo para hacer su vida en Santiago de las Vegas.

Arroz Frito y Carne "Guindá"

por Arsenio Alemán Agusti

Chang Eng Tin, o Sian, como le decíamos los santiagueros, tenía una lavandería en la calle 2 entre 7 y 9. También fue uno de los piscicultores de mayor ranking que tuvimos en el pueblo por aquellas épocas (décadas del 40 y 50 del siglo pasado).

Contrajo matrimonio con Dora Rivero y procrearon 3 hijos: Alexander Eng Rivero, que emigró a los Estados Unidos con toda su familia, radicándose en California (no sé si aún se mantiene allí); William Eng Rivero, que reside en Santiago de las Vegas, en la misma casa de sus padres (2 entre 7 y 9); y Henry Eng Rivero, ya fallecido.

Mi familia estuvo muy ligada al chino Sian. Mi madre era muy amiga de Dora la de Sian (ya fallecida), de manera que mi padre Arsenio y mi madre Migdalia fueron los padrinos de Henry, el más pequeño de sus hijos.

Sian era un aficionado a la pintura, y tuvo una producción bastante amplia, que no puedo precisar adónde fue a parar. También era aficionado al cine. Disponía de una cámara de películas de 8 mm con la que filmó buena cantidad de cosas, entre ellas a mí y a sus hijos correteando en el patio de la lavandería. Ni idea del destino de esas películas.

Como tantos chinos al fin, era tremendo cocinero. Recuerdo su arroz frito. Cuando de buenas a primeras se me antojaba, me aparecía en su casa y le decía: Sian, vamos para que me hagas un arroz frito. Y él arrancaba para mi casa a cocinármelo. Ahí conocí que era mejor usar arroz viejo que arroz recién hecho; y que adicionar jamón, pollo, pescado, langosta, etc. no era originario de China. Según él, poner todas esas cosas “era un invento de los chinos de San Francisco”. Otro plato que recuerdo era la “carne guindada”; nosotros la llamamos “carne guindá”. No tengo claro el proceso, pero sé que finalmente se envolvía la carne en una media de mujer y se dejaba colgada, no recuerdo bien, si una o dos noches al sereno, para entonces procesarla y poderla comer. Pero de lo que sí me acuerdo es que era algo riquísimo, y que en ningún otro lugar lo he visto o encontrado. Sólo el chino Sian tenía la formula de cómo hacer la exquisita "carne guindá".

Bueno, a fin de cuentas, me alegra que hablemos de Sian, porque era una gran persona, como todos los chinos de nuestro pueblo. Y hablando de chinos de nuestro pueblo, he aquí una relación incompleta de la colonia china en Santiago:

Chang Eng Tin (Sian) (lavandería en la calle 2) Emilio Chong (bodega El Nuevo Mundo, en calle 11 y 2) Francisco Ham (lavandería en la calle 13 entre 6 y 8) Enrique Bú (bodega en 11 y 6) El Chino Bigote (no recuerdo su nombre) (puesto de helados en calle 11 y 4) Arturo Bú (bodega en 5 y 10) Rafael Chung (bodega en 5 y 14) Luis Fey y el chino Armando (sobrino de Luís) (bodega en calle 5 y 6) Jaime Yi (bodega en calle 15 y 12) Manuel Achong (bodega en 15 y 10) Vicente Chao (bodega en 13 y 10) Fernando el chino (no me acuerdo el apellido) (bodega en Doble Vía y 13)

* * *
Ampliando sobre el chino Sian por Jorge Marrero Sian, conjuntamente con otro señor chino llamado Julián, llegaron en los albores de la década del 30 a Santiago. El primero, como dijo Carlitos Valiente, se estableció en la calle 2 esquina 9 en el giro de lavandería, y el segundo estableció una bodega de víveres en la calle 4 esquina 9, donde años después Arturito Morales y Alfredito Cribeiro establecieron una ferretería. Mis abuelos paternos se mudaron para el lado de la casa de Sian unos pocos meses antes de la caída del Presidente Machado, en agosto de 1933. Mi abuelo Severo pronto estableció con Sian una buena amistad, que duró hasta la muerte de mi abuelo en 1944. Allí en la casa de mis abuelos, el 29 de Febrero de 1936, mis padres se casaron y fue Sian uno de los testigos de la boda. Sian era muy laborioso y con el tiempo levantó un pequeño capital, a base de mucho trabajo pero también de mucho ahorro, sin ser cicatero, pues conozco o mas bien conocí muchos vecinos de sus alrededores, clientes de él también, que aún en las penurias económicas de muchos de ellos, Sian nunca dejó de darles el apreciado servicio de una camisa bien almidonada y bien planchada. Dada la proximidad de la casa y pequeño negocio de mis padres (puesto de fruta, tren de cantinas y comedor para algunas trabajadoras del despalillo de la Cuban Land), tanto mi abuelo como mi padre me llevaban muy a menudo al tren de Sian para ver los pececitos a colores que él criaba en unos estanques en el patio de su casa como negocio y como hobby. Cuando crecí, seguí visitando de tarde en tarde el tren de Sian, unas veces como esporádico cliente, otras como su amigo; en algunas ocasiones fui festejado con una sabrosa comida china, y porqué no, su gatico estofado y algún maja frito, delicias de la mesa de Sian; ambos animalitos los criaba muy limpiamente para su deleite. Según recuerdo, fueron Sian, Luis Fey y Rafael Chong los únicos chinos de Santiago que se casaron con cubanas. Recuerdo a la esposa de Sian, como dijo Carlitos Valiente, una señora de piel negra, con la cual tuvo varios hijos. La última vez que le visité, creo sería en los mediados de los 70, y seguía igualito: muy dispuesto y atento. Fue Sian uno de los numerosos chinos que llegaron a nuestro país huyendo de la guerra civil que en aquella época devastaba la nación china. Sian y otros miembros de la colonia china en Santiago, entre los que podría mencionarse a Luis Fey, Emilio Chong, los hermanos Bú (Enrique y Arturo), Rafael Chung, y los otros dos que estaban establecidos en la calle 10 esquina 15 y en la calle 15 esquina 12, eran simpatizantes del Gral. Chiang Kai-shek. Renglón aparte merecen mencionarse los paisanos establecidos en la calle 4 y 11, conocidos como Bigote, y cuyos nombres y apellidos no recuerdo, pero sus helados competían con los de Valiente, amén de las frituras y los ricos chinos con piojos.

2 comentarios:

  1. De los chinos de nuestro Santiago, no debemos olvidar a Benito, que trabajó en "La Barata", calle 13 esquina 8, hasta que salió de Cuba. No puedo decir de dónde llegó ni si tenía familia en Santiago, pero también se casó con una cubana y a saber tuvo una niña que ya debe ser una mujer bastante mayor, aunque joven aún. Vivía Benito en la calle 15 entre 6 y 8. A Alexander Eng lo vi no hace mucho, vive en el SW de Miami, por la 122 Ave; lo que no sé cómo era el que falleció ni cuando ocurrió eso. Uno de ellos, que para mí era el más pequeño, salió muy parecido a su mamá. También me recuerdo las imágenes de modelos chinas que tenían los chinos de Bigote, colgadas en las paredes del lugar, mujeres bellísimas del Oriente. De los descendientes de nuestros chinos-cubanos, no puedo olvidar a los hermanos Fey, que los 3 estudiaron en la Escuela Gacio: Gustavo, Luis y Adita, que vive o vivía en Venezuela. Eran parte de nuestra ciudadanía, queridos y estimados por todos. Así éramos en Santiago de Las Vegas.
    Mario A. García Romero

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  2. Saludos,

    Les escribe Jorge Romero, hijo de Jesús {chicharrita} y sobrino de Augusto Romero. Resido aquí en Miami hace años pero llevo todos esos recuerdos en mi corazón. Yo tengo en mi casa, es decir mi madre y hermana los conservan en Santiago en mi casa natal, tres pinturas de naturaleza muerta, flores típicas de su natal china, me refiero a el chino Chang ("Sian"),y yo conservo fotos de esas pinturas aqui en miami que tomé antes de partir de Cuba, él firmaba sus óleos en su idioma natal, recuerdo en tinta negra. Yo se los compré en momentos que él comenzó a venderlos por necesidad económica. Sus hijos, excelentes personas, son mis amigos; recuerdo a William, que pasaba por casa y los mira con tristeza y cariño después de la muerte de su padre, y me decía gracias por conservar las pinturas de mi padre. No quiero equivocarme pero su apellido se escribe Chang.

    recuerdos santiagueros,

    Jorge Romero

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