lunes, 6 de octubre de 2025

Dulcila Cañizares Acevedo: Poetas y poesía de Santiago de las Vegas


Dulcila Cañizares Acevedo
Foto tomada de la revista Antorcha
1957
Dulcila Cañizares Acevedo (Santiago de las Vegas, 1936).  Poetisa, ensayista, musicóloga, escritora. Clasificada como parte de los autores de la segunda época republicana. De Dulcila Cañizares Acevedo publicamos hace algún tiempo un artículo sobre ella y su obra. Ud. puede acceder a esa información si hace clic aquí

Hoy nos complacemos en presentarles la poesía de esta santiaguera connotada, quien tiene publicada una vasta obra. Sus poemas han visto la luz en las principales publicaciones cubanas y extranjeras.

Cuando tu voz me duele y De un modo diferente, son dos poemas creados en su etapa mas temprana como poetisa (1957) que aparecieron publicados en Santiago de las Vegas en la revista Antorcha en ese  mismo año y que hoy publicamos para el disfrute de nuestros lectores.

La presentación de Dulcila a los lectores santiagueros de aquel entonces, en Antorcha fue la siguiente:

«Dulcila Cañizares Acevedo, viene hoy a las páginas de la Revista "ANTORCHA", en dos versos que tienen, la ternura de su alma infinita y la ardiente ilusión de sus veinte primaveras, como algo nuevo que se escapa de la vorágine de la vida; ella nos brinda todo el caudal de su hermosura, en estas inspiradas composiciones que avizoran un futuro de esperanzas en la gestación de sus valores espirituales y en la luminosidad de sus profundas ideas, todas llenas de imágenes y candor.»

CUANDO TU VOZ ME DUELE...

Se me entierra en la carne tu voz.
Se me clava tu voz sin tú quererlo.
Me duele aquí:
Me quema en lo profundo,
pero es tu voz y quiero que me duela.
Me duele tu voz cuando con ira
me reprochas quizás algún suspiro.
Me quema cuando en ti los celos gritan
con una voz cansada y diferente.
Y me lacera el alma tu voz indiferente
cuando me finges que te importo menos.
Me duele entonces, sí, me duele hasta la muerte,
pero es tu voz y yo...
yo quiero que me duela

DE UN MODO DIFERENTE

Quiero verte de nuevo leyendo mis poemas,
un nuevo verso mío hecho de mis tristezas.
un nuevo verso tuyo y mío
con clamor de agonías y murmullo de besos...
Te diré en ese verso, de un modo diferente,
con sólitas palabras como a ti te quiero.
Trataré de arrancar la furia de las olas,
la humildad a la arena
su olor a las gardenias...
Le robaré su azul a ese cielo lejano
y le diré a la luna que me dé su dulzor.
Y así, sin saber cómo,
trataré de decirte, de otro modo,
eso que llevas en tu sangre:
mi amor que beso a beso te he insuflado en las venas...
Mírame ya... no digas nada;
así podré saber si lo he logrado.

También de su más temprana producción estamos insertando los poemas Agosto de cadenas y Soy una frustración. Fueron publicados en Agosto de 1960 también en la revista Antorcha de Santiago de las Vegas y forman parte de su libro de poemas Raíces y Ternuras.

SOY UNA FRUSTRACIÓN...

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
CÉSAR VALLEJO.

Soy una frustración latente y sola...
Soy una frustración caída de las nubes y que,
obstinadamente,
quiere volverse brisa.

Sé que soy un lucero perdido y sin estrías.
Sé que soy una hoja fermentada o reseca.
Soy,
torpemente,
un canto sin estrofas
o una música hueca y sin sentido,

no soy lo que esperaban,
lo que debí haber sido.
Yo soy lo indeseable que aparece en la vida.
Aquello que nos marca,
nos muerde, nos amarra y ensucia,
pero que no podemos,
a pesar de negarlo,
separarlo y tirarlo como hemos querido.
¡Pero no soy culpable de mi tara maldita!
No soy culpable, no,
de tener en mi cuerpo
un corazón repleto
de ansias y sentimientos.
Un corazón ahito de dolores trizantes.
un corazón herido
que busca,
o comprensión,
o terminar su ritmo.

AGOSTO DE CADENAS

Agosto de lluvias y tripadas
te debo
la reconciliación con la vida que viva.
Agosto,
mes de empinadas lentas y profundas.
Mes de ademanes altos
y mínimas espumas.
Agosto de primas y cuntulligitimus, con sueños
de promesas y llantos,
y de encuentros...
Agosto,
un mes de juegos falsos
y de promesas tiernas.
Agosto:
Un mes que serviría
ensoñando sus dientes en el agua.
Agosto
que reprime el corazón inquieto
cuando recuerdo
la pausada espera.
¡Agosto de puñales
y cadenas!.

El poeta santiaguero Dr. Gabriel Gravier Delgado comentó con detalle la poesía de Dulcila Cañizares al publicarse en 1960 su poemario Raíces y Ternura. Por lo importante de poder disponer de una valoración temprana de su poesía, que afloró como algo distinto en aquellos momentos, escogimos partes esenciales de los comentarios que realizó el Dr. Gravier y los ponemos a su consideración: 

«Tenemos a la vista “Raíces y Ternuras”, que si es rosal, tiene de crisol y si es fortaleza, en su almena saluda la tradición el audaz crujido del puente que deja pasar la insignes evocaciones de ariscas aventuras taladrando el viento de la noche.

……….En la obra de esta poeta se confirma una contradicción entre la llaneza y la sencillez con la profundidad de los más recónditos sentimientos.  Es un logro literario decir con suave facilidad las pasiones, emociones y estados anímicos que se la descalan desde los mismos entresijos de su ser.  Aparte la valentía moral para confesiones que tantas mujeres esconden para fingirse recatadas, ésta chiquilla se afirma en su naturaleza sensible y sensitiva, expresando con lenguaje su música interior, comparable a la balada que la brisa entona entre los follajes de la arboleda.  Esa valentía es la tónica de toda su obra.  Ella permite que uno se asome a sus intimidades, no para mostrarlas como un arte de mentir, sino para realizar belleza creada por una teoría de la sinceridad, que es a nuestro juicio, ya maduro por la observación, el más difícil estudio introspectivo, sin desgaste de la economía verbal, que en sus versos parece reglada por el principio de que nada sobre para ofrecer la verdad en que quede dicho todo.

Dulcila Cañizares Acevedo, ya es un nombre, ágilmente descansado sobre la imagen rápida que le salta del subconsciente y le brota al verso como el pez se tornasola al ser alzado por la cuerda que mordió en su instinto de nutrición.

Sabe su verdad y no la esconde.  Desafía la probable incomprensión de los que lean su obra; pero más le importa el mínimo del acierto calibrado de los escasos superiores, que el coro laudatorio de las mayorías que conversan para entretener las horas.

Escribe sus versos con el mismo secreto entusiasmo con que una religiosa se eleva a Dios por la escala de la plegaria.

Y más adelante sigue:

El amor empenacha sus noches, y como una sortílega del cielo, enciende sus nervios en la reverencia del placer de algo inmaterial, sin la proximidad del peligro.

Nada de provinciano, nada de ceremonial en su so, con que él juega con la misma gracia que un niño hace olas en el agua de un arroyo.  Inteligente, talentosa, bella, su verso en su retrato, con el retoque de sus propias lejanías.  Verso nuevo, vigoroso, entero, que aborda el tiempo como un astro la eclíptica de su proceso hacia la constelación de Hércules.  Mujer que sabe a jugo, a vendimia, a fantasía, a aventuras reales, sin novelas y sin literaturas.  Que se escancia en su verso limpio y apasionado con la serenidad de una princesa rubeniana en los jardines paradisíacos…….  

Y va concluyendo:

Poeta que talla su naturaleza en incesante renovación, buscando su existencia sin importarle el vocerío de los espectadores. Y altiva de su realiza, como un hada memorar, en el desiderátum creciente de darse toda sin reservas al verso que la conquista, su nombre queda contra la hora conflictiva en que va a perderse todo.

Raíces y ternuras, esto es, alma vieja de las fuertes herencias encarnadas en una rosa roja». 

De ese propio libro presentamos los siguientes poemas, que ratifican los criterios emitidos por el Dr. Gabriel Gravier.

EN ESTA HORA.....

¡Viento maligno que cruza mis arterias cansadas!
Cuánto te he alimentado con mi deseo de ti....
Mis dedos, en la oscura soledad del silencio,
han buscado en tu fondo
un instinto que te traiga hacia mí.
¡Y deseo tu cuerpo.... y tu amor... y tu boca...!
Y deseo tus manos circundando mi cuello.
Y anudando mis muslos y tus muslos,
con fuerza,
sabré de un dolor dulce penetrando mi cuerpo.
¡Ven a mí en esta hora lejana del deseo....!
¡Ven a mí e introduce en mi abismo
tu deseo lanzando alaridos!
¡Te espero...!

FANTASÍA

Tres pedazos de besos que dejaste en mis labios
me han dejado sedienta del sabor de tu piel...
Y miraba tu boca, tu boca deliciosa,
donde tus dientes blancos
relucen su armonía de deseo y de amor.
Tu mano acariciaba mis muslos
suavemente.
Y yo, casi temblando,
quise aferrarme a ti.
¡Te amé y te estoy amando
con mi pasión ardiente!...
¡Te estoy amando a solas!...
¡Te estoy amando....amando!...
Y sé que es imposible
este amor gigantesco
compuesto de poemas y de deseos blancos.
¡Este amor que pudiera poner
entre tus brazos
para que eternamente
me ahogaras en tu abrazo!....

ANOCHEZCO

Sospeso a l´eco de la voce tua
MARIO VITALE.

Otra vez sola...
Tu voz se fue
atravesando sombras y distancias.
La oscuridad
me baña con sus negros reflejos.
Cada ángulo atrapa
las miradas del tiempo,
enturbiando
las grupas de la arena sedienta,
y los luceros dañados
por el viento.
Tu voz se fue.
Tu voz de primavera....
¡Se me ha ido tu voz....
y yo anochezco!

CREPÚSCULOS

Rememorando crepúsculos pasados
donde estuvimos juntos,
aspirando el tranquilo despertar de la noche.
Crepúsculos pasados a la orilla del Mundo....
¡Fueron horas pasadas,
―ahora lo recuerdo―,
y este recordatorio
es como un gran naufragio!
Un naufragio infinito
de vanas ansiedades.
Un naufragio de estrellas
en mi noche de esperas...
En mi silencio triste,
en mi temor amargo,
Y es que mi vida absurda
naufragó en un crepúsculo...
¡En un negro crepúsculo
de grises soledades!.

También incluimos Repite no te amo, que es posterior a los poemas anteriores pero una  producción publicada a fines de los años 60 del siglo pasado.

REPITE NO TE AMO

Repite No Te Amo.
Necesito aprender
a pronunciarlo
aunque me sabe a hierro,
a sangre.
Aunque duele
como una herida larga,
como una quemadura.
Pero es necesario
poder decir palabras,
conocer el idioma
sin que nos rompa
corazón adentro
tanta ilusión,
tanto sueño
crecido hacia tus ojos.
Repítelo.
Que lo pronuncie yo.
Repite No Te amo.
Yo no puedo
balbucearlo,
siquiera.

Facsímil del poemario
Cicatrices de Sol 1962

En las notas de contracubierta de uno de sus poemarios se nos dice: 

Dulcila, se revela, ella misma. Es "sombra, cicatriz", su angustia no es una postura, es "mi vocación", ella es "un poco de infierno" (no mucho), su ternura no sabe de dónde le viene, no sabe siquiera si le pertenece, su nombre es "un rincón oscuro", tiene una soledad "que no se le acaba" y "una continua amistad con la tristeza".  Pero el amor, el amor que satura su poesía y la presencia de la muerte que la estremece, no le velan la conciencia hasta el punto de no darse cuenta que "no somos otra cosa que una máquina exacta" y que "mientras beso, mientras hago el amor, el jugo gástrico trabaja...."  Eso sería algo de su ficha interior.

En entrevista concedida a Mayra A. Martínez, Dulcila confiesa: “……en mis obras no aparece nada fantaseado por mí: la verdad ante todo, aunque duela o moleste. Creo que es lo que me permite ser investigadora y autora”.

Veamos parte de la producción poética de Dulcila vinculada con los temas de la naturaleza y la vida. Samuel Feijoo ha escrito:

Su poesía es diáfana, con brillos y colores vegetales, a veces transida de nostalgias íntimas, directa y transparente como las mañanas de su infancia, Escambray adentro, con alas adentro y ecos adentro.


MAR: ME INCITAS.......

Mar:
Me incitas. Me provocas
a que te diga versos
a ti. A tu figura azul.
A tu silencio en ondas...

Mar de mis soledades. De
mi presión nocturna.
De mis raíces ávidas
de amor.  Mar de mi asombro.

Mar mío y siempre mar
de mis angustias!


JUGO DE MI TIERRA

El jugo vegetal
que me recorre entera
es jugo de mi tierra!
Es el jugo aromático
de las yerbas salvajes
que azotaron mi infancia
entre montañas.
Es el jugo de hojas
salpicadas de noche
y de rocío.  Es jugo
de raíces y flores,
de maderas sedientas,
de ríos y de lluvias,
de violentas mañanas
reventadas de sol.
Es el jugo de flores
donde el perfume anida,
prisionero.
El jugo de mi tierra,
con su calor,
su suave y melancólico 
ritmo de maderas y son.
Con su ardiente latido tropical,
su triste
lamento campesino y mío.
Es jugo de mi tierra
que me recorre entera
y ha dejado en mi frente
una luz principal!


TÚ, MI TIERRA INCENDIADA DE AMAPOLAS!

Tú, mi tierra incendiada de amapolas!
Isla donde se vuelve
de sueños la yagruma.

Tu cintura de yerbas,
tu lamento de cañas
y de maizales.
Con tus ríos de azúcar.
Con tu savia corriendo
por los curiosos cauces
de los árboles.

Tierra de extraña marca
de raíces mordientes. De surcos
donde madura 
la juventud
del arrozal en círculos,
en espirales de agua vertiginosa,
clara.

Joven patria de helechos y palmeras
De paternales cedros.
De anchos cañaverales
florecidos
en diciembre y enero.
De manantiales dormidos 
entre rocas de fuego.
De montes de Eucalyptus y pinos  
De ceibas y dagames.
De sinsontes cantando entre las ramas.
Del colibrí
ligero y vegetal
como la brisa.

Isla de mi ternura, de mi sueño.
Isla de mi cansancio y de mi muerte.
En ti se me desangran
las corrientes furiosas de las venas.
En ti tengo escondidos
los sueños de mi infancia.


MADRE-ISLA

Aprendí desde niña
a mirarme
en esos mares verdes
de tus ojos.
A amar la cabellera
de tus bosques.
A acariciar
tu suave vello
de fina y clara yerba.
Supe andar presurosa
por esas largas venas
de tus ríos.

Por esa fértil tierra
que es tu piel.
Por tu breve cintura
de puertos y ensenadas.
Por tus recias caderas
de cabos y salientes.

Mientras madre
acunaba mi infancia
de niña campesina,
conocí tu perfume
de frutas y de flores,
y me adentré en las tibias,
alocadas ojeras
de tu lluvia nocturna,
Madre-Isla,
paridora de hombres
forjadores de patria.

Portada del poemario
De Mi tierra 1979

SERÍA EL LLANTO DEL RÍO?

Sería el llanto del río?
O es la penumbra amarga que me habita?
O aquellas yerbas altas
que anudaron mi sueño campesino?

Quizás fue la corteza
de aquel árbol extraño
que acaricié una tarde
al volver de mis bosques de eucalyptus.
O, tal vez,
el descuidado roce de mis manos
al recoger
semillas, flores de romerillo,
ramas secas de ocuje,
o alguna espina agua
del marabú sangriento.

No lo sé! No lo recuerdo....
Pero en mi sueño arde
la tristeza de un niño,
la caricia dormida de unas manos amantes
y la extraña fragancia
de una tierra salvaje
que espera mi nostalgia.

NOCHE CUBANA

La noche se hace alta,
ancha,
lograda
por el milagro de las yagrumas,
de las bauhinias,
del guaguasí.

Y se perfuma la que es mi tierra
bajo este cielo
todo en estrellas.

Los troncos blancos
del Eucalyptus  
brillan y cantan.

Se abren las flores
y se deshojan
los tamarindos y las barías.

Se alza la yaya.
Se agita el roble.
Y se desnuda
al viento el tabaco
ante la furia
de la alta noche.

El estudioso crítico literario y profesor universitario Virgilio López Lemus se refiere a Dulcila en estos términos:

«Dulcila posee una cimentada obra de temas de amor y naturaleza, su libro <De mi tierra> (1979) es un hito en estos avatares líricos.  Autora de una decena de títulos, ha logrado como muy pocos poetas cubanos hacer una conjunción entre el mundo vegetal y el amor, de ello es magnífica muestra del libro <Amoramor> (1992) su poema de igual título.»


AMORAMOR

Ay, este amor de pitihaya y capulí,
que someto a deleites y tormentos….
Amoramor de encantamiento y mieles,
de rosales y acíbares y llanto,
cuánto placer me entrega,
que delicia de pimienta y canela.
Busco el orégano para sus manos,
el toronjil y el dátil para su boca,
el jengibre picante para su aliento,
el vetiver y el pino para aromarle el sueño.
Un delirio de trébole
me espera entre sus brazos,
mientras muerdo su boca
que es fruto dulce de jambolán.
Vuélveme clavellina con un beso,
conviérteme en bauhinia, en coralillo,
en pequeña semilla de perejil
Amoramor,
regrésame al mañana,
llévame hacia el ayer,
amortaja mi cuerpo
con flores de piscuala
y prodigiosa
y entiérrame bien hondo
en la umbría amorosa de tu pecho.

Su contemporáneo Helio Orovio en Los poetas de Santiago de las Vegas, nos describe a Dulcila así: 

«Uno de los jóvenes valores de la lírica cubana. Su poesía, tierna y profunda, tiene todo el frescor de la isla heroica.  Los recuerdos de la infancia, en el campo, le han brindado material para gran parte de su producción.»
 

El 27 de mayo de 2009, la Sociedad Económica de Amigos del País le otorgó el Premio de Poesía Samuel Feijóo sobre Medio Ambiente, por su obra poética de toda la vida consagrada a la naturaleza.

Su poesía incluye inquietudes políticas y revolucionarias. Tiene 23 años cuando triunfa la revolución en enero de 1959. El torbellino provocado entonces y la compleja situación política que posteriormente se produce en el país, influyen en su quehacer poético.

Incluimos dos muestras de esa época. Un poema escrito en octubre de 1958, dos meses antes de la caída de la dictadura de Fulgencio Batista y otra presumiblemente de principios de la década de 1960.

CUBA: CINTURA ARDIENTE
(Oct. 29-1958).

Cuba:
Cintura ardiente y musical del Trópico.
Llameante grito de cocotero y sangre,
de altivas palmas y corazón de hombre.

Cuba:
Vaso de ron y estrella de aguardiente.
Largas cañas de lánguidos gemidos.
Aguaceros que caen
gritando un son eterno
donde el maíz asoma
sus rubias lanzas señalando el cielo.

Cuba:
Han roto tus largos brazos rudos
con bombas asesinas.
Y la metralla se incrustó
en tu vientre.
Y hasta tu sexo se ha puesto amargo!

Cuba:
Pequeña patria
donde el melado endulza
lo agrio de tus penas....

Cuba:
Isla de caña y sol.
Isla de sangre!


MILICIANO

Miliciano,
traes camisa de cielo
y pantalón de yerba.
Traes 
la formidable fuerza
de tu raza
colgada en tu cintura
y en tus botas
retoza
el campesino
como un niño contento.

Con la frente marcada
de estrellas y relámpagos.
Con el brazo potente
de hombre que lucha
por paz
y por justicia.

Eres la vigilante espuma
de la Patria desde todas las costas.
La poderosa roca
que nos defiende y cerca.

Tu eres, miliciano,
el ardor
de esta tierra apasionada
con tu limpio designio
y sobre el hombro
una paloma blanca.


Fundadora de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), su obra lírica publicada abarca: Raíces y ternura (poesía) 1960; Eu sou a poesia (poesía), 1961; Cicatrices de sol (poesía), 1962; Déjame donde estoy (poesía), 1966; De mi tierra (poesía), 1979; Ignoradas mieles antes y después (poesía), 1992; Amoramor (poesía), 1992; Agua jubilosa (poesía), 1995; Delirios que me invento (poemas) 2009.

Portada del poemario
Déjame donde estoy 1966

De su libro Delirios que me invento, son los poemas que presentamos a continuación.

UNA TARDE CUALQUIERA

Una tarde cualquiera dejaste en mi boca
un sabor a cereza. Mi asombro
trajo hasta tus ojos un destello sutil
de malicia. Sonrojada y muda, temblaba,
mientras sonreías. Trémula, anhelante,
quedé entre tus brazos. Tu oscura pupila,
cerca de mis ojos, ardía…
Aún una tarde cualquiera vuelves a dejarme
el sabor a cereza en mi boca, y yo,
estremecida,
quedo entre tus brazos,
mientras sigue ardiendo
tu oscura pupila.

NIÑO DE LOS LARGOS SILENCIOS (I)
 
Niño de los largos silencios, escúchame…
Guárdate las palabras
—no me importa—
y deja que mis manos
se conviertan en mieles y volcanes
para tu cuerpo.
Ahorra los vocablos,
enciérrate en tus tapias todavía infranqueables,
pero bésame, mientras yo me convoco
a alegrar tu sonrisa, a derrumbar tus muros
de tristeza, pedazo tras pedazo.
Recorreré tu historia, camino de la infancia,
para borrar cicatrices y heridas
con aguas de ternura.
Como un tigre en acecho
vigilaré tu angustia
y voy a hacerla trizas a zarpazos.
Inventaré un remanso
para que tú lo habites
y aguardaré a tus pies, mi niño triste,
esperando la gracia de tu risa.

NIÑO DE LOS LARGOS SILENCIOS (II)

Niño de los largos silencios,
vuelve tus ojos hacia mí
y verás cómo viene el duende de la risa.
Si no pudiera quedarme entre tus brazos
me volvería chubasco, sería un trillo desierto,
la perdiz solitaria que no encuentra su nido.
No me abandones, rezo.
No te me apartes, pido.
Permite que mi cuerpo
repose en tus tibias laderas
cada noche.
Déjame la tristeza de los años perdidos.
Espanta los fantasmas de antaño
y deja que se acerque el duende de la risa.


Dulcila Cañizares Acevedo
Foto tomada de Internet
2016


LUCIÉRNAGA
 
Está inquieta mi poesía.
Se espanta al verme desesperada…
No es desamor, me dice mi siempreviva.
No es desamor, me gritan mis codornices.
Vuela y vuela el colibrí de adentro
y reclama la dulzura de néctares
que me guardas.
Dame
la oculta estancia de tu torcaza
y haz que se muera tu fiera sola.
Te daré el coralillo de mis razones,
haré un nido de helechos
para aliviar quebrantos
y seré tu luciérnaga para la noche.

Portada del poemario
Delirios que me invento
2009

COMO UNA GAVIOTA
(Para María Lilian Hamilton)
 
Desencuentro de horas.
El tiempo se me escapa, menos para el amor…
Cada mañana, el mismo repaso de tareas.
De qué tiempo dispongo?
Mi cabeza cana, la sabiduría de no saber nada
son inapelables consignas de que puedo irme
sin saber ni cómo, sin pensar ni cuándo.
Es una carrera que voy a perder
de cualquier manera.
Pero alzo el vuelo en cada mañana, me elevo,
traslado los sueños, ensalzo el trabajo, dispongo,
me exijo a veces más de lo que quiero,
porque el tiempo apremia. No quiero gastarme
sin dejar mis huellas.
Soy una gaviota de arruinadas alas,
pero con las ansias de olas marinas,
de encendidos, largos y lentos abrazos.
Sólo importa el vuelo.
Sólo impera el sueño de abrir bien las alas
y llegar al sitio de mis ansiedades,
de mis esperanzas, pues mi sola vid
se me va agotando, quién sabe hasta cuándo.

Con Como una gaviota, poema que anuncia el cansancio de una pletórica vida, cierra la presentación que hacemos hoy de la poesía de Dulcila Cañizares Acevedo, quién para suerte nuestra, vive y está activa en los círculos intelectuales en La Habana, donde reside desde hace muchos años.

Fuentes consultadas: 

  1. Dos versos de Dulcila Cañizares en revista Antorcha, Año XII, No. 7, mayo 30 de 1957. Stgo. de las Vegas.
  2. Cañizares, Dulcila. Déjame donde estoy. Ediciones Unión, La Habana, 1966.
  3. —————. De mi tierra. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1979.
  4. Delirios poéticos de Dulcila Cañizares en https://alocubano.wordpress.com/2009/03/21/delirios-poeticos-de-dulcila-canizares/ , publicado el 21 de marzo de 2009 y consultado el 2 de agosto de 2020.
  5. Dulcila: Poesía con brillos y colores vegetales. En  https://alocubano.wordpress.com/2009/05/28/dulcila-poesia-con-brillos-y-colores-vegetales/ publicado el 28 de mayo de 2009 y consultado el 2 de agosto de 2020.
  6. Gravier, Gabriel.  Versos de Dulcila Cañizares Acevedo. En revista Antorcha, Vol. XV, No. 10, 30 de agosto de 1960.
  7. Los poetas de Santiago de las Vegas. Compilación y Prólogo de Helio Orovio Díaz. Consejo Regional de Cultura de Boyeros. Imprenta Revolucionaria. La Habana. (s.a.)
  8. López Lemus, Virgilio. Dulcila Cañizares en El canto a la naturaleza cubana en la era ecologista, en www.catedravivarium.org consultado el 15 febrero de 2019.
  9. Martínez, Mayra A. Dulcila Cañizares: “La verdad ante todo, aunque duela o moleste” publicada el 04.04.2022 en https://magazineampm.com/dulcila-canizares-la-verdad-ante-todo-aunque-duela-o-moleste-entrevista/  consultado en agosto 25 de 2022.
  10. Una poetisa habla. En revista Bohemia, Volumen 59, No.50, 16 de diciembre de 1966, pág. 32.
  1. Versos de Dulcila Cañizares Acevedo, en revista Antorcha, Año XV, No. 12, octubre 30 de 1960. Santiago de las Vegas.

 






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