sábado, 8 de marzo de 2025

Graziella Garbalosa Pérez: Poesía y poetas de Santiago de las Vegas

 Compilación y redacción:  Ing. Arsenio J. Alemán Agusti.


Graziella Garbalosa Pérez
Retrato a plumilla por Pilar Calvo
1948.
El día 10 de diciembre de 1896 vino al mundo la destacada poetisa, novelista, declamadora, cantante y pianista Graziella Garbalosa Pérez.  Ella misma en una entrevista que concedió a la revista Social en mayo de 1920 explicó que nació en la calle Virtudes en La Habana. Sin embargo, su familia residía en Santiago de las Vegas, y en consecuencia se le atribuye esta ciudad como su lugar de nacimiento que fue donde resultó inscripta. 

Una trayectoria profesional destacada, no sólo en Cuba, sino también en el extranjero. 

Hoy en la serie que venimos dedicando a los poetas de Santiago de las Vegas, abordaremos la obra lírica de Graziella Garbalosa Pérez. Eminentemente una lírica vanguardista.  Y lo haremos sin restringirnos en tiempo ni en espacio.  La razón es que desde hace casi 100 años Graziella ha sido olvidada de las letras cubanas, al extremo que no aparece en el Diccionario de la Literatura Cubana (1980, 1984) que estuvo a cargo del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba. La más reciente Historia de la Literatura Cubana (2003) le dedica un breve párrafo, sólo mencionando en nota a pie de página La gozadora del dolor, como "cruda novela"; no mencionan sus publicaciones periódicas ni la fecha de su muerte.

De igual manera, porque su obra no ha sido ampliamente divulgada en Cuba ni antes ni después; mientras que antes sus libros de poemas, sus novelas y sus recitales eran recibidos en Cuba, Europa y los Estados Unidos, después han sido investigadores extranjeros los que desempolvaron a Graziella y la relanzaron al espacio del que nunca debió estar ausente. Y quizás por amor a nuestro país, nos duele que tengan que ser “de afuera” los que pongan en primer plano a una escritora de nuestro terruño. 

Excepción hay que hacer en este sentido, ya que no fue la única que sufrió esos desatinos.  Hubo muchas otras.  Eusebio Leal Spengler, tuvo la visión de patrocinar desde la Oficina del Historiador de La Habana a un grupo de ellas y de ponerlas “a mano” en un libro publicado por ediciones Boloña bajo el título Damas de Social, en 2014; gesto de desagravio con esas autoras, puesto que ninguna otra institución cubana hasta ese momento se ocupó de revalorizarlas y después de la aparición del libro mencionado, sobre ellas se ha hecho un pesado silencio que molesta.

La trayectoria de Graziella Garbalosa Pérez es extensa. En 1913, a sus 17 años, contrajo matrimonio con Mariano Albaladejo y Malberti. Dentista, reconocido intelectual cubano y 12 años mayor que ella.  Tuvieron tres hijos. Mariana Regina, Marianito y Graziellita. Desdichadamente el varón murió muy pronto. El matrimonio sobrevivió pocos años, enfrentando el divorcio hacia 1920.  Como consecuencia de ese proceso las dos hermanas quedaron separadas. Mariana Regina con Don Mariano y Graziellita con su mamá.  Las referencias en bibliografía indican el negativo impacto que toda esta situación provocó en la familia.  La mayor parte de las historias y referencias en/de las obras escritas por Graziella entre 1915 y 1922 y las subsecuentes llevan el peso de esos años de matrimonio y sus consecuencias y el de la infinita lucha por sobrevivir social, económica y literariamente en la época que le tocó vivir. 

Murió octogenaria en La Habana en 1977, después de haber vivido casi por 40 años en México. Se vio obligada en los últimos años de su vida a no escribir debido a una insuficiencia visual, pero lo que escribió en su temprana juventud revolucionó las letras cubanas y hoy es referencia obligada en la literatura de este continente cuando se trata el tema del empoderamiento de la mujer en la sociedad hoy día, siendo ella una de las pioneras, por no decir, que la primera, en confrontarse en las iniciales décadas del siglo XX, a un medio social que le resultaba totalmente hostil. 

Hecha esta necesaria introducción, entremos en materia.

Declara la propia Graziella que "la maestra de su dulce infancia, Doña Dolores Aparicio Viuda de Mikleff, era una bordadora de manos sutiles y pozo de gramática y aritmética, que no supe aprender yo, por atraerme demasiado lo teatral e imaginativo, al extremo de sobresalir, cuando llegaban los exámenes en las composiciones de lenguaje y en las interpretaciones de disímiles personajes antitéticos, durante las fiestas teatrales de fin de curso " y refiere haber publicado, un cuadernito, bajo la dirección administrativa de Doña Dolores, en los primeros años de 1920 al que tituló "La Jaula de los Trinos". 

Siendo así que ella misma reconoce como una de sus primeras producciones literarias al susodicho cuaderno, que no aparece referido en su bibliografía activa, y que, por haber sido hecha en una imprenta local en Santiago de las Vegas, es de suponer que debió tener una tirada limitada y con poca circulación. 

Es muy importante ir resaltando la propia evaluación que hace Graziella de si misma, como artista y como ser humano. Escogemos una estrofa de la poesía Optimismo, escrita y publicada en el verano de 1919 que la dibuja de la siguiente manera:

Yo nací, como nacen los jazmines,
Yo nací como nace la corriente,
El jazmín, para gala de jardines,
Y el agua, para canto de la fuente.
De esa temprana época (1915 a 1920) hemos seleccionado varios poemas, comenzando con En la luna.  Coloca Graziella en Narkis como introducción la siguiente nota: Versos de los 18 años, escritos en Santiago de las Vegas, durante el invierno de 1915.  En esa fecha yo no había leído los libros de Julio Verne.  Ahora que peino canas (1948) he podido deleitarme con la lectura de las obras del extraordinario escritor francés.

 EN LA LUNA. (Fragmentos)

Anoche llegó a mi cama un ángel y me dijo:
"¿Quieres dar un paseo? ¡Ven conmigo a la luna!"
De ojos garzos y corta cabellera,
esa púber translúcida figura
con las alas de escarcha en plumas ledas,
en voz baja agregó:
"Vamos a la ribera no vista por el hombre
arraigado en la tierra"

Y elevada en sus brazos me llevó
a una inmensa laguna del espacio celeste,
donde encontré un esquife
de vidrio opalescente...
¡Oh qué indescriptible la sensación aquella
de volar por el éter
sobre un prado de estrellas!....

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

El planeta terrestre,
bajo la extensa comba
del horizonte verde,
trébol de luces rojas parecía.
Y en el brumoso lago
por do el esquife iba,
los millares de astros
purpurinos a un tiempo sonreían...

A las niveas riberas de la brillante luna
el esquife llegó.
Y en un marmóreo bosque de musicales ramas
el ángel penetró.

Cruzamos entre flores de belleza indescrita:
corolas de rocío, jacinto, malaquita.
Extraños resplandores 
de las yerbas fluían:

¿Acaso el paraíso, de que habla el Corán,
cristalizado estaba en la luna simbólica
que adora el musulmán?...


 “Los pseudo artistas”
Aparecido en la revista Social (septiembre de 1919)

Quieren ser troveros las almas que un día
tuvieron los sueños de la sugestión,
tejiendo en la fronda de su fantasía
una verde envidia y una maldición.

Buscan en las horas de trasnochería
aliento y luces de la inspiración,
y viven sintiendo la supremacía
de ser superiores en su condición.

¡Oh las almas tristes que se miran grandes,
que siendo gorriones contemplan los Andes,
por oscuros valles de colinas chatas!…

¡Oh los incapaces de toda contienda
que viven inquietos bajo grísea tienda
y por entre sombras caminan a gatas!

Ninfas, sueños y cisnes”

Allá…, entre nebulosas remembranzas,
de un pasado feliz, llenas de encantos,
duermen las olvidadas esperanzas
en el regazo de sus tristes llantos.

Y así el alma que sueña sollozando,
deshoja sus mil flores, bellas, mustias,
en el verde pensil de sus angustias
oculto tras el mármol de la frente.

Tiemblan las sensaciones desprendidas
del corazón enfermo, y abatidas,
sollozan de mi espíritu en la calma.

Lóbrega inspiración de mis pesares,
marcha a buscar al fondo de los mares
el favorito talismán del alma.

En el plúmbeo cénit de tu conciencia,
apareció mi imagen como en una
noche de perfumada transparencia
resucita fantástica la luna.

Y se pobló de trinos la enramada
de tus ensoñaciones parnasinas,
y hubo como una límpida alborada
que rasgó de tu noche las neblinas.

En el sonoro lago cristalino,
de tu espíritu grácil y divino
navega un áureo cisne encantador.

que con su ebúrneo pico va besando
los sangrientos nenúfares, dejando
¡un reguero de plumas y de amor!

En la pradera del ensueño
quiso mi vida florecer,
y un Hada dióme su beleño,
para la Pena adormecer.

¡Qué fantástico mi sueño!,
por mi calvario de mujer,
no llega el dulce amado dueño,
para quien guardo yo el placer!

Cuándo veré mi caballero,
por los zarzales del sendero
llegar en blanco palafrén,
con sus alforjas de ilusiones,
y de su lira las canciones
que digan: —“¿Llegó dulce Bien?”

¡Cantó el sinsonte en un laurel!
¡Sonó la flauta del dios Pan!
¡Y de los cielos el clavel,
brilló cual un regio sultán!

Era en el alba triunfadora,
cuando la Ninfa apareció,
entre la corte de la Aurora,
y hacia la tierra descendió.

Surgieron silfos en las flores;
hubo un clamor de ruiseñores,
por la celeste aparición.

¡Y era la Musa de mis penas,
la que me puso sus cadenas,
para rodar un corazón!

Cuando la rueca de los años hile,
el último girón de mi existencia,
encontrarás, para tus ansias miles,
el manto candeal que mi recuerdo,
en tu mente tejiera…

Cuando pasen los años como nubes,
por tu cielo plomizo y sin estrellas,
tu idolatrado cuerpo envejecido,
llorará la tristísima quimera
¡que supiste soñar y no has vivido!

Voy cruzando mis prados interiores,
contemplando la pálida tristeza
con que sueñan mis aves y mis flores,
¡después del aquilón que las hiriera!

Loca, llorando, el alma que te sueña
se desborda en torrente milagroso,
¡inundando los pálidos jardines
do habitas como un cisne misterioso!

Junio de 1919.

“Al poeta que murió”
En revista Social (septiembre de 1919)

¡Murió el cisne gentil de la poesía!…
En lago de nenúfares sangrientos
murió el cisne gentil que nos decía
los más alados y brillantes cuentos…

¡Rubén Darío ha muerto! Melodía
perdida por un bosque de sarmientos,
sólo escucha la insulsa letanía
que le prodigan buhos somnolientos.

Era infinito el lago donde estaba
navegando aquel cisne que pasaba
por entre las caléndulas de anhelo.

¡Y era un cisne de plata que tenía
toda la lira azul, que entristecía,
nostálgico de ninfas y de cielo!…


 “Te seguiré”
En revista Social (febrero de 1920)

¡He leído tus versos, Bien amado!…
Y quedóse mi alma entristecida.
Tus versos dicen mucho del pasado,
(de ese gran descalabro de tu vida)…

¿Hasta cuándo mi Bien irás cargado
con ese fardo horrible y homicida
que te puso deshecho y encorvado,
y qué a tu musa tuvo enmudecida?…

¡He leído tus versos, mi poeta!…
Tú sabes que yo cruzo por la escueta
campiña, ¡donde el sol se desvanece!…

Y donde el aguinaldo de tus rimas
abre sus campanillas en las cimas,
¡y en la plateada noche reverdece!…

“Escepticismo”
En revista Social (febrero de 1920)

¿Cuándo llegará mi alma
a sumirse en el vacío?
¿Cuándo viviré en la calma
de ser ave, piedra o río?

Si la vida me entristece,
si el mundo es agrio y es duro,
si todo, todo fenece
del tiempo al fatal conjuro.

¿Para qué soñar amores,
y para qué llevar flores
a las tumbas de los muertos?

¡Vivamos como las aves,
naveguemos como mares,
por los piélagos desiertos!
 
“Neurosis”
En revista Social (febrero de 1920)

Yo siento el cansancio triste
de la vida. Siento pena
de vivir; lo que no existe
a mi espíritu enajena…

Yo cruzando voy el mundo
con un hastío infinito,
a mí me atrae lo profundo,
lo divino y lo proscrito.

Amar, mi ser enloquece.
Y lo que no vive crece
de mi espíritu en el fondo.

El pasado lo he vivido,
y el futuro lo he sentido
desgarrarme lo más hondo…

“Cansancio”
En revista Social (febrero de 1920)

Me duele tanto la vida
y es tan pesada su carga,
que el alma toda aterida
la va encontrando muy larga!

El cerebro está dormido
con un sueño de dolor,
y el pensamiento perdido
vaga entre nieblas de horror.

¡Me duele tanto la vida,
que la Muerte me convida
a su recinto llegar!

Y me parece que puedo
ir hacia ella sin miedo
del camino equivocar…
En 1919, escribe los versos que se agruparían bajo el sugestivo título de La juguetería del amor y que aparecieron publicados en 1920, cuando llegaba a sus 24 años de edad. Como refiere la autora en el prólogo: «libro ni bueno ni malo, ni bello ni feo, sino joven.» También expone «que su libro de poemas es “una pequeña gruta de pasión, dolor, ingenuidad y ternura.  Gruta que recama y embellece la hiedra del amor, el erotismo, que es el atavío más en boga en nuestra literatura del siglo XX”.»

 

Resulta interesante exponer las percepciones que causaron a diferentes intelectuales las virtudes y la lírica de Graziella.  Así describía Emilio Roig de Leuchesering, en la revista Social, de mayo de 1920 a Graziella Garbalosa cuando anunciaba la recién publicación del primer libro de esta escritora, el volumen de poemas La juguetería del amor, Imp. De Ramba, Bouza y Ca., Obispo 33 y 35, La Habana, 1920, 173 páginas.

«Menuda, gentil y nerviosa, cuando habla o recita adivináis en ella a la mujer pasional, algo decepcionada del mundo y de los hombres, deseosa de apartar del camino las piedras y los escollos que le impiden o le dificultan vivir su vida.... Y así marcha y triunfa ella, sola, mejor dicho, rodeada del ambiente hostil con que la sociedad pretende ahogar a la mujer que, libre de prejuicios, trabaja y lucha por labrarse ella misma una personalidad y un porvenir.»

Del poemario, Roig de Leuchesering emite los siguientes juicios sobre la autora: 

«Esta batalla constante con el medio la ha obligado a veces a defenderse y atacar: entonces su pluma es agresiva y valiente, hiere y raja, y mata, con algo más cruel que la muerte natural: la ironía y el ridículo.  Oídla, refiriéndose a los pseudo artistas:


“¡Oh las almas tristes que se miran grandes,
que siendo gorriones contemplan los Andes
por oscuros valles de colinas chatas!

¡Oh los incapaces de toda contienda,
que viven inquietos bajo grisea tienda
y por entre sombras caminan a gatas!

O contándonos "cómo era él":

"El era un pobre diablo que tenía
sensible el alma y duro el corazón; 
por el áureo jardín de la poesía
galopaba su espíritu de histrión.
…………………………………………..

"Lucifer de los sueños pavorosos,
hampón de los suburbios asquerosos,
loco sublime de pesares negros.
……………………………………………

Así con este desenfado y sinceridad, habla la mujer y canta la poetisa, sin perder por ello, sino, por el contrario, acentuándola más, su nota femenina, tierna, delicada, ingenua, sentimental en ocasiones, pasional y erótica otras.» 

Catharina Vallejo (Concordia University, Montreal) en un profundo estudio que realiza sobre Graziella Garbalosa nos traslada las siguientes apreciaciones: 

«En 1920, Garbalosa había publicado un volumen de poesías, “La juguetería del amor”.  Aun ésta, su primera obra, evidencia una conciencia de los diferentes aspectos de la sensualidad y de su representación textual.  Ya en ese momento temprano de su carrera demuestra una gran conciencia de experimentos narrativos muy de la época vanguardista y notable en una mujer escritora.» 

«Queda claro que ella participaba del incipiente movimiento vanguardista que comenzaba a fomentarse en Cuba en los años veinte y que presentaba una conciencia de su propio quehacer, así como experimentos creativos de toda clase, como queda plasmado en las revistas de la época, p.e. Social (en la cual colabora Garbalosa de manera activa entre 1917 y 1924), Bohemia y Fígaro.» 

«En el poema "Copa de bronce", por ejemplo, Garbalosa explora la relación entre la pasión y la escritura poética que la exprese:

Si es el mundo la copa de bronce,

donde vierte licor la Poesía,
los poetas seremos entonces
los borrachos de lírica orgía.

....y explicita el deseo de su propio sujeto femenino en este proceso:

Quiero ser la más grande beoda
de locos ensueños, apurando toda
la copa broncínea del néctar cruel.»

José Manuel Carbonell y Rivero, en la presentación que hace de Graziella Garbalosa en Evolución de la cultura cubana 1608-1927 volumen 5 La Poesía Lirica en Cuba, publicada en 1928 dice sobre ella: «Grácil, delicada y rubia como una figulina de Watteau; ojos claros, vivos y penetrantes; mirada inteligente e interrogadora; tal es la blonda Ofelia de la poesía cubana.  Casi niña, escribió sus primeros versos empapados de ilusión, con vetas de filosofía pesimista y leve rocío de lágrimas sobre el cáliz abierto del pensamiento». Y apunta sobre ese, su primer libro de versos: «…..en cuyas páginas subsiguientes dice una serie de cosas hondas y vívidas, en versos sencillos que hacen pensar, a ratos, en los de Martí.»

Aquí una muestra:

LA PARABOLA DE UN TRISTE AMOR 
(En Revista Social, mayo 1920)

Como un ánfora azul de primavera
ostentando un capullo perfumado,
en tu senda me hallaste cuando era
tu vida un ancho cementerio claro...
Al verme tan ingenua y tan artista,
un ruiseñor voló de tus perlados
melancólicos sauces, donde artera
la Parca del Amor
entre la arista de una fosa deshecha,
se escondía...
¡Y hubo un florecimiento de azucenas
al margen de tu espíritu, que ardía,
(cementerio de dudas y de penas)
en altas piras de esqueletos rojos
¡que eran haces de líricos antojos!...

¡Yo era una casta y dulce virgencita!
¡Llena de ensoñaciones y de trinos!
¡Era el tierno capullo de una artista,
llamada a ser la flor de los caminos!...
¡Alondra mañanera que cantaba
bajo el matiz de un cielo auridiscente,
y que luego al nidal siempre tornaba
con mirtos en las plumas de la frente!

¡Tu fuiste, iconoclasta caminante,
quien tropezó al azar con el arbusto,
y aspirando su aroma penetrante,
quiso romper las galas del capullo!...
¡Fuiste, sobre la cumbre de alto monte,
el cazador qué tira con orgullo,
a la alondra trinando al horizonte
su primera canción; ¡tímido arrullo!...

Más, como en el espacio las estrellas,
le hablaron con sus mágicos fulgores,
(al capullo en la rama
y a la alondra en el nido):
En la plateada noche, sus querellas
fue vertiendo en los límpidos alcores
de todas las miríficas estrellas...
¡Y resultó, que aquella horrible llama
de su dolor... deshízose en olvido!...

Luego el loco trovero caminante,
ciego ante la belleza del capullo,
herido por los trinos en su orgullo,
sintió bañar la piel de su semblante
al cruzarla el Destino, con el guante 
del arte retador... ¡qué es en la Historia,
el escudo y la espada de la Gloria!....

LOS CELOS DE JULIETA EN ESTE SIGLO XX
(En revista Social, mayo de 1920)

"Bajo la porcelana de un cielo de zafir
se dibuja la luna, rojo disco de fuego:
titilan jazminillos en las alas de abril
que se nombran estrellas del prismático cielo.
Por el prado vestido de olorosas yerbillas,
junto al arroyo limpio, susurrante y cansino,
hay un soto pequeño de pinares y palmas
que convidan mis ansias a vivir sin hastío.

En la noche tranquila, de belleza inefable,
me repican adentro las alegres campanas
de unas ansias muy dulces, frente al lindo paisaje
donde rumia su gracia la tristeza del alma.
Y me asaltan deseos de correr a tu encuentro,
a llamarte y decirte que te quiero a mi vera,
no sabes de la luna ni contemplas el cielo,
y a la luz sonriente de las claras estrellas.

Pero tú allá en lo lejos de la ciudad distante,
no sabes de la luna ni contemplar el cielo,
y la miel de tus labios diabólicos, fragantes,
la dejas en las pipas de alegres fumaderos...
¡Sé que tu cuerpo joven, lleno de bizarría,
no sabe de la suave caricia del amor,
sobre la verde alfombra de la pradera pía,
bajo una palma umbrosa que finja un quitasol.
Que sobre las esteras poco muelles y limpias
de caros fumaderos, te quieres aturdir,
sin saber de mujeres gozadoras y finas,
ni pupilas de noche, ni de claro zafir...
¡Qué tristeza tan triste la que muerde mi sino!
¡Qué tristeza tan triste ésta de mi vivir,
con los labios fragantes, las pupilas en brillo,
y éste repique a diana dentro de mi sentir!...

Hay fragancia en mis carnes de azucenas y lirio
Hay aroma en mis labios a una fruta sabrosa
hecha con mieles rojas de la flor del delirio,
para que tú la beses en toda su corola...
¡Llega amado en la noche primericia de abril!
¡Tengo celos amado de la pipa traidora!
Y por esa ladrona que me roba el vivir,
soy capaz ¡bien amado!... ¡de besarte en la boca!
(Si llegaras en este luminoso momento
en que finge la luna yatagán de marfil,
yo, rasgando mi traje, llegaría a tu encuentro,
a ofrecerte las rosas de mi seno gentil) ..."

En la obra mencionada anteriormente, aparecieron publicados en 1928 los siguientes poemas de Graziella, algunos de los cuales podemos presentar gracias a la gentil colaboración y soporte técnico de la MSc. Melisa Jerome, especialista en la biblioteca de la Universidad de la Florida, USA.


LLANTO AZUL
Escrito en el verano de 1918. La Habana. 

I

Era una noche de luna.
Y era un bosque con un río.
Y era bella, cual ninguna,
la Princesa del Rocío.

Vive una gruta escondida,
junto a las rocas del mar;
Dicen que está revestida 
de perlas y de azahar.

La princesa, por la noche,
sale envuelta en densas brumas;
dicen que es regio su coche
de caracoles y espumas.

Tiene los ojos azules;
luce blanca cabellera;
se viste con níveos tules
de una nube volandera.

Como si fuesen palomas,
con muchas estrellas juega,
sobre las celestes lomas
donde la noche se pliega.

Es el cielo un palomar
y allí busca la Princesa,
como conchas en el mar
las estrellitas que besa...

Voy a contaros su historia;
me la dijo un Hada un día,
y ha quedado en mi memoria
presa de mi fantasía.
 
II

—"En una aldea sencilla,
a los pies de una montaña,
vivía una pastorcilla
en una alegre cabaña.

Todos dicen que es preciosa;
todos su belleza admiran;
de los zagales es diosa
y, enamorados, suspiran...

Tiene unos lindos corderos
la pastora, tiene flores;
siempre al cruzar los senderos
va vertiendo luz de amores.

Nunca a los zagales mira;
jamás desciende a los prados;
¡en la montaña delira
por los picachos helados!

Hubo un zagal atrevido
que juró tener su amor;
luego lloró entristecido
su decepción, su dolor...

Fue de la calumnia pasto
la zagala de las nieves;
hirieron su anhelo casto
las Furias negras y aleves.

En la aldea se decía
que era flor de cementerio,
¡y que ella amantes tenía
de la noche en el misterio!

Los que locos la quisieron,
todos huyen a su paso:
¡quince pastores murieron
de la tarde en un ocaso!

La zagala, sube, sube,
en una noche de plata,
de la cumbre hasta una nube,
donde su lloro desata.

Es maldita, porque es bella,
y es amada y es temida.
¡Y en sus manos una estrella
acaricia entristecida!...

Su cabello rubio y suave
es plata al reír la aurora; 
el Sol desde roja nave
sus lágrimas evapora.

Sucedió en la noche triste
que fue su rostro una fuente.
¡Y desde entonces existe 
la niebla azul del ambiente!

La zagala su rebaño
dulcemente dispersó;
de un ventisquero el escaño
presurosa traspasó.

Mas el Rey de las nevadas,
el monarca de las nieves,
la transportó a sus moradas
en el carro de Cibeles.

¡Y desde entonces habita
en el misterio profundo
una linda Princesita
que riega perlas al Mundo!"

POR MI MUNDO INTERIOR

El pensamiento mío es un arado
que surcos abre por el alma enferma.
Ya toda la simiente ha retoñado,
¡ya el alma no está yerma!...

Si comes de los frutos de mi anhelo,
si te gusta la miel de mis colmenas,
admira cuando hay nubes en mi cielo,
¡que serán lluvias buenas!

Crecen silvestres flores en mi huerto,
y hay ninfas jugueteando por la umbría.
También tiene mi alma su desierto
con su oasis de luz y de poesía...

Lumbre suave de un sol que rojo brilla,
resplandores de estrellas y de luna
y un ensueño que boga en su barquilla,
buscando a la fortuna...

Ruinas de bellos templos derribados
por la callosa mano del Destino.
Pajarillos que cantan extasiados
al lucero divino...

En mi alma hallarás llamas ardientes
que despiden las lámparas votivas,
junto a las mutiladas penitentes
que son mis ansias vivas...

Y una diosa verás cruzar los valles 
De alelíes y rosas florecidos;
tras ella los corderos con sus ayes,
balando entristecidos.

Encontrará chacales y cavernas,
los carniceros lobos del deseo;
en impolutas aguas de cisternas
ahogarán su olfateo.

Y cual un nuevo Dios noble, irascible,
este mundo interior hazlo pedazos.
Y al contemplar su ruina conmovible
¡aduérmete en mis brazos!...

INSPIRACIÓN.

En el espacio esparcía
la tarde su áureo color,
y en mi jardín, una flor
sollozando se moría...

Todo en la tierra sentía
el palpitar del amor
y la nube del dolor
en los aires se extinguía.

La pálida mensajera,
de la intangible quimera,
la dulce Melancolía

acercóse lentamente....
Y, besándome en la frente,
filtró en mí la Poesía.


LA BALADA DEL BESO

Mi Dios, mi Rey y mi Hombre,
quiero darte ¿me escuchas?, un beso sonoro.
Bajo la sombra que dan los mangos,
llenos de frutos y de gorriones,
mientras escucho sobre mis labios tu corazón,
Mi Dios, mi Rey y mi Hombre, 
quiero darte,¿lo quieres?, ¡un beso sonoro!....

Tu dirás que los árboles sueñan,
que cantan sus trovas los mares,
que suspiran las auras ligeras
sobre las palmeras y las ceibas reales,
porque estamos amantes y alegres,
tendidos en verde regazo de tierra,
oyendo los cantos de algunas mujeres
que allá en el bohío, junto a las calderas,
sazonan las viandas
y atizan la hoguera.

Mi Dios, mi Rey y mi Hombre:
bajo el verde palio de los dulces mangos,
quiero tu cariño;
tus besos la tarde festonen;
mi oveja, mi niño;
sueño que te canto dulcemente, alegre
como un pajarillo,
sobre el nido blando,
con el pico abierto
¡Mi Dios, mi Rey y mi Niño!

El ilustre filósofo Enrique José Varona, sostuvo entre 1922 y 1923 un prolífico intercambio epistolar con Graziella Garbalosa. Parte de esa correspondencia fue publicada en el prólogo de Narkis, poemario ya mencionado. De ahí tomamos el siguiente fragmento: 

«Quiere V. conocer mi juicio sobre su personalidad artística.  Pues del registro mental de mis clasificaciones de autores coetáneos, tomo estas líneas: “Graziella Garbalosa… ̶  Muchísimo talento, muchísima imaginación, a la que no puede, ni quiere poner freno.  Escribe como siente y lo que siente.  Pudiera ser profunda en el orden sentimental; pero no lo es, por falta de experiencia o por falta de voluntad.  Consecuencias de estas cualidades es que escribe cosas muy bellas mezcladas con otras que a veces parecen pueriles.  La crítica la tildará de desigual, pero tendrá que reconocerla original.  Lo que es mucho más raro.”» 

Graziella cursó estudios en la Universidad de La Habana, doctorándose en Pedagogía. También hizo estudios de Filosofía y Letras. Se vinculó al movimiento revolucionario universitario contra la tiranía de Machado, viéndose obligada a salir a México en 1925. 

El poema que presentamos a continuación no hemos podido determinar la fecha de su autoría o publicación.  Fue reproducido en el blog de Santiago de las Vegas en línea, hace ya varios años (1º de diciembre, 2012), pero lo colocamos aquí por considerar que esa magistral creación de Graziella Garbalosa no podía quedar ausente en esta reseña.

Hechicera nocturna

Sube hasta el alto cielo la torre del castillo,
y la luna se esconde tras la plateada nube
que tamiza la luna con fantástico brillo
y la muestra a mis ojos como un rubio querube.

Por la ojival ventana una corneja ronda
y una sombra silente por las almenas vaga,
que al mirarla la luna revuela hacia la fronda
¡porque la luna sabe sus hechizas de maga!

Va recogiendo ortigas de los altos aleros,
desciende hasta los fosos donde da lastimeros
alaridos que llenan el ambiente de espanto.

¡Es el ánima en pena de una vieja sibila
que en el aire cabalga y en la noche vigila
por las almas que sienten su fatídico encanto!

Sus ideas revolucionarias la llevan a codearse con el pensamiento más radical de la intelectualidad de Cuba y del continente.  En 1927 escribe en México, el poema ¡Grito!, que remite a José Carlos Mariátegui[1] en Perú y que apareció publicado en la revista Amauta, el 12 de diciembre de ese propio año.  Fue el primer trabajo que se le publicó a una mujer en esa revista.

¡GRITO!

¡ésta inquietud de germen
con que distraigo al mundo donde reino,
¡éste ulular de cierzo en estivales horas!
¡éste galimatías de mi existir,
péndulo de un reloj en el desierto!...

i barajo las figuras de mi vida
en las horas discretas
¡i todas me dejan un sabor acre de nicotina
en el pecho, las manos, las sienes y la lengua!
___________

¡ésta soberbia de negarnos como somos,
una mazorca de atavismos inconfesos;
frente al futuro de intangibles bridas,
para nosotros los de hoi!
___________

atormentados en la retorta del presente,
fundiendo el oro i plata
del mañana i del ayer,
polichinelas del eterno guiñol evolutivo,
en esta alquimia de conceptos
me retuerzo, ardo, brillo,
sobre la fragua vesperal.
¡siglo veinte, MI SIGLO,
silba mi grito como un huracán!
____________

¡siglo de abracadora sociológica,
soi tu saterdotisa,
i en el círculo mágico del pasado i el futuro
lanzo mis alaridos,
mis hondos alaridos de embrujada!
____________

la escoba es mi caballo............
en la noche macabra
cabalgaré sobre los aires
tal que una bruja desdentada.
____________

¡siglo veinte, MI SIGLO,
todas en una GARBA,
vestales, sibilas y garzonas,
hacia la MONTAÑA, hacia la MONTAÑA
(i el mañana nos pertenecerá!)
_______________

TOTA la lámpara y el abracadabra,
corta la cabellera, coartada de la maternidad
¿hacia dónde vamos mujeres de mi época?
¡hacia la simplicidad!
¡siglo veinte, MI SIGLO,
silba mi grito como un huracán!

México, 1927.  

Escrito en Madrid, en el otoño de 1934, el poema La negrita Mati, se incluyó en su libro de poemas Narkis, ya mencionado.

LA NEGRITA MATI

Tierra roja y esponjosa,
verde yerba verdegal,
luctuosos pájaros grandes
y un cielo de agua con sal,
¡mediodía de verano
áureo letargo sensual!...

Lloviznando lenguas rojas
se estremece el flamboyán,
cuando bajo su ramaje
se detiene a descansar
la grácil negrita Mati,
la del corpiño de holán
y las rítmicas chinelas
y la falda de percal.

Tiene las carnes quinceñas
barnizadas de ansiedad,
son dos pétalos de azúcar
sus ojazos de cristal,
donde titilan dos gotas
del tinte del cafetal.
¡Mati, negrita Matilde,
fina maraca sensual,
que tiene ritmo en las carnes 
y esconde el ansia de amar!

Descendiendo de la loma
sobre su potro alazán
viene el joven heredero
del florido cafetal:
¡veintiocho abriles cumplidos
y una arrogancia marcial!

El pantalón de dril crudo,
guayabera de cambray,
amarillas las polainas,
sombrero de "panamá".

Mati, la negrita fina,
canta al mirarlo pasar.
El galán salta de potro
y se detiene a escuchar:
"Ay mamá Iné, ay mamá Iné,
todo lo negro tomamo café!"

Bajo el tupido ramaje
que se extiende como un mar,
el galán muerde la boca
de donde brota el cantar...

El clarinete del viento
sacude al rubio maizal,
y el ronco bongó del trueno
suena en el relampaguear.

Cae la lluvia de repente
sobre el paisaje estival
¡y en el cuerpo de Matilde
se ha empañado la ansiedad!...

Por la guardarraya roja,
entre el verde verdegal,
galopa el rico heredero
sobre su potro alazán,
¡lleva fuego en las pupilas
y una arrogancia marcial!...

¡Mati, negrita Matilde,
Mati, ninfa tropical,
te quedaste en el paisaje
como un trino nocturnal!

Doblada sobre la yerba,
solloza y ríe a compás,
abrazada a su corpiño
¡tanagra del cafetal!
"Si tuviera un niño blanco
como mi bello galán"...
(La lluvia que cae del cielo
le forma un velo nupcial.)

En 1938 aparece publicada en la revista Cúspide, de Melena del Sur el poema Elogio de la Cabellera.

Elogio de la cabellera

Para el Dr. Don Manuel Abril Ochoa

¿Por qué Eva llevó los cabellos en manto?
Para cubrir a sus retoños,
para enjugarles el llanto.
Cuando el sol calcina,
Eva cubrió con sus guedejas
la piel de los hijuelos.
Cuando la luna hiela
con su palor las aguas,
Eva arrullaba sobre su corazón
al pequeño dormido,
mientras su cabellera
se vestía con pétalos de escarcha.
¿Sabes ya por qué Eva llevó
los cabellos en manto?
¡Adán es la fuerza,
Adán no podía llevarlos!
Para trepar a los árboles
los frutos mejores buscando,
para batirse con las fieras,
al hombre rey le estorban
los cabellos largos....
Y hoy, ¿dónde está Eva?
la del manto de oro,
de cobre o de azabache,
la de los senos amplios
tal que colinas con surtidores,
la de las piernas ágiles,
macizas columnas del templo,
dónde la humanidad se ha forjado?
Y hoy, ¿dónde está Eva?

¡Se cortó los cabellos tan largos!
A los niños de ahora
se les da biberón,
o les alimentan las bestias...
Transformada por Civilización,
Eva el Charleston baila,
y quiebra las columnas del templo:
¿Dónde se forjará la humanidad futura?
¡Mujer que desdeñaste tus cabellos,
ellos eran el manto de tu gran dignidad!
¡Mujer que ahogas las linfas del seno,
mujer que destruyes las columnas de templo,
dónde fabricarás el hombre que te falta?
El Dolor te hizo grande,
¿qué serás si le niegas,
si le huyes o vences?
¿Es que la humanidad avanza
hacia la república de las abejas?...
¡Mujer, tu cabellera larga 
te dió manto y realeza!
Fuiste la madre de la Humanidad,
mañana serás la obrera.
¿Acaso ejecutas algo
más trascendental y bello 
con los cabellos cortos
y las ideas largas?
Las ideas deben de ser
brillantes y pequeñas,
a semejanza del diamante
o de la luciérnaga...
¡Mujer, cuándo ya no perfumes
tu abundante y sedosa cabellera,
no enjugarás el llanto
del Jesús de María Magdalena!
¿Quién ha visto una madona con melena?
¡Mujer, madre de Dios,
cuida siempre tu hermosa cabellera,
hasta que el hielo de la vida
te la tiña de blanco 
o te la robe la artera.

En febrero de 1925 Graziella debuta en el teatro Capitolio de La Habana con un concierto de poesía y canciones que la sitúa como una declamadora reputada.  Semanas después parte hacia el interior del país presentando un espectáculo escénico de música y poesía creado por ella misma. Después de esa gira, los teatros y casinos del país la aclaman. Se le reconoce como una gran declamadora.
Graziella Garbalosa Pérez
8 de marzo de 1925
Foto revista Bohemia

A finales de 1931 Graziella creó la Cátedra de Declamación del Conservatorio Municipal de La Habana, donde ejerció la docencia en esta compleja disciplina.

En los años 1933 y 1934 realizó varias giras por los Estados Unidos y Europa ofreciendo conciertos de poesía, básicamente a público hispano, en los cuales se hizo acompañar de su hija Grazielita.

En 1938, presentó en el Rex Cinema de La Habana un espectáculo combinado de música y poesía en el que presentó formalmente a su hija como declamadora.

A fines de la década del 30 del siglo pasado el músico cubano Hilario González[2], escribe su primera canción (una habanera) Trece, inspirada en el poema homónimo de Graziella Garbalosa.

 
Trece

Trece dolores clavaron sus garfios
entre mi carne de miel y verbena,
trece lebreles de labios caldeados
y de pupilas de fuego y pimienta.

Trece palomas cosieron mis carnes
y en mis trece heridas
me dejaron huellas de sus dulces picos
de tibios corales y de las caricias de sus alas buenas.

Tengo trece lindos corderitos negros
y trece manzanas y trece camelias
y ante los umbrales de la muerte veo
las trece guadañas con trece quimeras.

La Dra. Yurima Blanco García (Universidad de Valladolid, España. 2019) nos ofrece un análisis literario de ese poema.[3] 

«Desde el punto de vista literario se trata de un poema estrófico, con versos de arte mayor, endecasílabos en la primera estrofa, variables en la segunda y dodecasílabos en la tercera, agrupados en tres estrofas y con rima asonante en la primera y tercera (ABAB), identificadas como serventesios, y sin rima en la segunda. Presenta un sentido de musicalidad interna a través del pie métrico, cuyos acentos prosódicos se producen conforme a la pauta 1-2-3, 1-2-3, 1-2-3, 1-2 en la primera estrofa y primer verso de la segunda. La ruptura en los versos segundo y tercero de la segunda estrofa introduce la palabra “heridas”, lo cual cambia el sentido expresivo del poema, trastocando el pie rítmico anterior.» 

«Los campos semánticos del poema se articulan a partir de dos núcleos temáticos: la sensualidad (carne, labios, fuego, huellas, tibios, caricias) y el carácter fatídico que encarna el número trece (dolores, garfios, caldeados, pimienta, heridas, muerte, guadaña, quimeras). A través de la simbiosis entre ambos núcleos  ̶ lo sensual y lo fatídico ̶ , la autora expresa su visión poética sobre el amor aciago, que es interpretado por el compositor dentro del género habanera.» 

No ignorar que “el tema principal de la habanera como género musical es el amor […]. El amor en todas las formas y condiciones en que suele presentarse: el amor gozoso, el amor dolorido, el amor herido, roto, el desamor”[4]

Las conexiones del joven compositor con la escritora no se circunscribieron solo a la musicalización de este poema, sino que comprendió una mayor interacción en el ámbito artístico, tal como se comprueba en el anuncio periodístico de “La onda musical Gravi”. Así, la figura de González como pianista acompañante de este “programa extraordinario” muestra una faceta peculiar en su devenir artístico: se revela como un músico imbuido en las prácticas culturales de su tiempo, al hilo de la demanda que suponía la radiodifusión.


Graziella Garbalosa y su hija Grazielita. 
Septiembre 4, 1938 Foto Bohemia.
                        


Este tipo de presentación teatral lo extiende Graziella al interior del país y utiliza la novedad de la radio en esa época para difundir su arte de música y declamación. 

En el libro ya mencionado Damas de Social, publicado en 2014 se incluyen los siguientes dos poemas:

¡NO DIGÁIS!...

¡No digáis en el mañana
que he sido una rara insana,
que he sido una esquivana,
o una cabeza liviana!...

¡No digás que he sido buena,
como pálida azucena,
como capullo de pena,
o como mártir serena!...

¡No!: yo he sido solamente
mujer de cerebro ardiente,
de limpidez en la frente
y de espíritu vehemente.

He sido, para mi duelo,
¡como una estrella del cielo
que descendiera hasta el suelo,
en los brazos de un anhelo!...

¡Anhelo de ser mejor,
de vivir para el amor,
y a mis hijos con primor
tenerlos en derredor!...

¡Anhelo de perfumar
la vida, para llevar,
como flores a un altar,
alegrías al hogar!...

Mas... ¡como la vida es mala,
porque en su seno se instala
la perversidad, quien tala
todo lo humano que iguala

a los hombres de la tierra
con ese Dios, que nos cierra
la verdad, y nos aterra,
¡por no saber lo que encierra!

¡La Vida tan solamente
tiñó el blancor de mi frente,
cuando era, felizmente,
una chiquilla inocente!...

¡La Vida me dio su pena,
me lanzó por la serena
desolación de ser buena,
para ser juzgada hiena!...

¡Que en este mundo maldito
es virtuoso el proscrito;
feliz, quien tiene delito,
y genial, el que es un mito!...


LA HORA DEL ROSARIO

La Habana del pasado, colonial y castiza,
de callejas estrechas y plazuelas de antaño,
con su pátina vieja, por mi mente desliza
la visión de un paisaje que dibuja el engaño.

Al doblar de una iglesia donde el ayer destriza
su tranquilo sosiego: junto al roto peldaño
de un caserón antiguo, que viste y poetiza
la penumbra nocturna de un color gris estaño:

me parece que miro la figura asustada
de una negra sirvienta, (de cabeza blanqueada),
esperando el retorno de la amita devota...

Y al bajar la volanta con arreos de plata
la gentil miriñaque, sube la escalinata
mientras rumia la negra: --Ya tá pueta la mesa
niña mía Calota.

Entre 1920 y 1958 publica alrededor de 35 títulos. Listamos, entre las más relevantes, sus poemarios:

  • La juguetería del amor. Poemas. La Habana. Imprenta de Rambla Bouza, 1920.
  • Narkis. Diez leyendas y cuentos, antiguos y modernos en versos clásicos y libres. México. 1948.
  • Charlas en el Pent-House. Poemas. 1957
  • Al bosque de Chapultepec: Poema en cinco cantos. México. B. Costa-Amic. 1958.

Facsímil del poemario Narkis
México, 1948


Facsímil del poemario
Charlas en el Penthouse
México, 1957
























Regresó a Cuba en 1959 fijando su residencia en Alamar, al este de La Habana. Una afección visual la imposibilitó de continuar escribiendo.

Ya octogenaria, Graziella Garbalosa falleció en La Habana en 1977.

Su producción vanguardista, de estilo y contenido atrevidos, y su conciencia de las preocupaciones teóricas en materia de expresión narrativa resultan atributos suficientes para justificar su presencia en la literatura cubana del siglo XX.

 

Fuentes Consultadas:

  1. Adán, Martín, "Graziella Garbalosa, Una mujer que sabe mirar”. Revista Amauta, Año II, No. 13, Lima, Perú, enero 1928.
  2. Almodovar Muñoz, Carmen A. !Arriba el telón! Escenarios habaneros 1938, en https://www.google.com/search?q=LA+JUGUETERIA+DEL+AMOR,+POEMAS&sxsrf=ALiCzsZ8XdPkjEZXyAGRJ479km-PsSHIzQ:1664235387162&ei=ezcyY-O0CdzbptQPvMqDuAE&start=10&sa=N&ved=2ahUKEwij3sv4z7P6AhXcrYkEHTzlABcQ8NMDegQIAhBR&biw=911&bih=417&dpr=1.5 consultado el 6 de octubre de 2022.
  3. Alonso, Nancy y Yañez, Mirta. Damas de Social. Ediciones Boloña, Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana. Cuba. ISBN: 978-959-294-038-3 Año: 2014
  4. Barral, G. Graziella presenta a Graziellita, en Bohemia, Año 30 No. 36, p. 19, 66 y 67. La Habana, septiembre 4 de 1938.
  5. Blanco García, Yurima. Ciudad azul: la habanera como tópico de identidad en la obra de Hilario González. Cuadernos de Música Iberoamericana, Vol. 32 enero-diciembre 2019, 317-344 ISSN: 1136-5536 | ISSN-e: 2530-9900. https://dx.doi.org/10.5209/cmib.65534
  6. Díaz Marrero, Concepción. Graziella Garbalosa: una mujer de vanguardia. Inédito. Stgo. de las Vegas.
  7. Domingo Cuadriello, Jorge.  Otro intento de rescatar a Miguel Ángel de la Torre. X Encuentro Nacional de la Crónica Miguel Ángel de la Torre efectuado en Cienfuegos el 12 de noviembre del 2015 y aparecido en https://gacetadejagua.wordpress.com/2015/11/25/otro-intento-de-rescatar-a-miguel-angel-de-la-torre/ consultado el 6 de octubre de 2022.
  8. Evolución de la cultura cubana 1608-1927. La Habana. Imp. Siglo XX, 1928. Recopilación dirigida, prologada y anotada por José Manuel Carbonell y Rivero en Biblioteca Digital del Caribe http://ufdc.ufl.edu/UF0074038/00006 consultado el 20 de junio de 2022, gracias al soporte técnico de la MSc. Melisa Jerome, especialista en la biblioteca de la Universidad de la Florida, USA.
  9. Garbalosa, Graziella en https://search.ancestry.com>cgi-bin>sse, consultado el 18 de enero de 2019.
  10. ________________, Elogio de la cabellera. Revista Cúspide, Año II, No. 9, septiembre 15, 1938, Central Mercedita, Provincia La Habana
  11. _________________, ¡GRITO! en revista Amauta, p. 58, Año II, No. 10, Lima, Perú. Diciembre 12, 1927.
  12. _________________, Hechicera Nocturna, publicado en http://www.poesiabreve-briefpoetry.com/graziellagarbalosa.html , consultado septiembre de 2023.
  13. _________________, La jugueteria del amor. Imp.Rambla, Bouza. La Habana.1920.
  14. _________________, Narkis. Diez leyendas y cuentos antiguos y modernos en versos clásicos y libres. Impreso en la Corporación de los Talleres Gráficos de la Nación. México. 1948
  15. Llana, María Elena. Graziella Garbalosa, un grácil galimatías, en “Damas de Social”. Ed. Boloña, La Habana. 2015.
  16. “Los poetas de Santiago de las Vegas”. Compilación y prólogo: Helio Orovio. Publicado por el Consejo Regional de Cultura de Boyeros. Impreso por Imprenta Revolucionaria CTC, La Habana.  [s.a.]
  17. Montero Sánchez, Susana. La narrativa femenina cubana 1923-1958. La Habana. Ed. Academia. 1989.
  18. Poemas de Graziella Garbalosa en https://estanterias.cubava.cu/tag/graziella-garbalosa-perez/ consultado el 6 de octubre de 2022.
  19. Roig de Leuchsering, Emilio. Entrevista a Graziella Garbalosa en revista Social de mayo de 1920 descargada de http://www.ellugareno.com/2020/03/revista-social-mayo-1920-graziella.html y consultada el 20 de junio de 2022.

  1. The New York Public Library, Schomburg Center for Research in Black Culture, Manuscripts, Archives and Rare Books Division. Guide to the Eusebia Cosme papers 1927-1973; Sc Micro R-3619. Processed by Diana L. Lachatanere, en www.archives.nypl.org, consultado el 17 de enero de 2019.
  2. Uncal, José Ma.- Graziella Garbalosa en Bohemia, Vol. XVI No. 10, p.8. La Habana, marzo 8 de 1925.
  3. Vallejo, Catharina (Concordia University, Montreal) La gozadora del dolor y otras novelas de Graziella Garbalosa: Erotismo, naturalismo y vanguardismo en la narrativa femenina cubana de los años veinte. Revista Iberoamericana, Vol. LXXV, No. 226, Enero-Marzo, 2009.  p. 153-166


[1] José Carlos Mariátegui (1894-1930) fue un escritor, periodista, político y filósofo marxista peruano. Fundador en 1928 del Partido Socialista Peruano. 

[2] Hilario González Iñíguez (1920  ̶ 1996). Demostró un temprano gusto por la ópera, por los grandes pianistas de la época y por la música de Ernesto Lecuona, difundidos por la naciente industria del disco. Se tituló en piano y solfeo en 1936 en el Conservatorio Falcón de La Habana.  Realizó estudios de perfeccionamiento y otras disciplinas musicales (armonía, orquestación y composición) con los profesores Jasha Fischermann y José Ardévol. Su formación musical se completó una década después, en Caracas, con Vicente Emilio Sojo (armonía), Anthony de Blois (contrapunto), Ángel Sauce (dirección coral) y Sergui Celibidache (dirección orquestal). Hilario González ocupa un espacio exiguo en la historiografía musical cubana. Si bien se destaca su nombre en el contexto del Grupo de Renovación Musical y la difusión del patrimonio musical cubano, se comprueba un vacío respecto al conjunto de su obra y a la diversidad de actividades en las cuales se implicó, ámbitos apenas explorados en la bibliografía precedente.

[3] Hace también un análisis de la partitura, que no incluimos, por no ser tema específico del presente trabajo.

[4] Maximiano Trapero: “La habanera en el contexto de la poesía popular cantada en España”, La habanera sin puertos (Mayorga, X años de trovada), Teresa Pérez Daniel (coord.), Valladolid, Diputación Provincial de Valladolid, 2003, p. 230.




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