martes, 9 de abril de 2024

Arturo Acevedo Ávalos: Poesía y poetas de Santiago de las Vegas

Compilación y redacción: Arsenio Alemán Agusti

Arturo Acevedo Ávalos
Circa 1959
Foto cortesía Esther Cristina Acevedo 

Nació en Santiago de las Vegas el 13 de julio de 1915. Hijo del también poeta Pedro S. Acevedo, colaboró activamente con la prensa local.  Aparece como Sub Director de los periódicos locales Adelante y El Debate, y también como miembro del Consejo de Administración del periódico local Flecha.  Luego ejerció como periodista en la capital por varios años; entre otros medios en las revistas Bohemia,  INRA y CUBA y en el periódico Juventud Rebelde.

Falleció en La Habana el 7 de febrero de 1999 a la edad de 83 años.

Sobre Arturo Acevedo, Marat Simón nos dice que:

«Sus versos de notable influencia lorquiana, calaron profundamente en la juventud de su época. Junto a Manuel Santana, formó la pareja de poetas jóvenes de fines de la primera mitad del siglo de más gustado lirismo en el ámbito local».

Antonia García Cabello nos comenta lo siguiente:

«Poeta de la nueva promoción de valores líricos en nuestra patria, ha dado a la publicidad numerosas composiciones poéticas, dispersas en periódicos y revistas.  No tiene bibliografía, su excesiva modestia le corta el vuelo publicitario; pues considera que su verso no ha cuajado aún, a pesar de merecer el desfile en cualquier antología».

«Acevedo es un poeta joven y nuevo, que promete mucho».

Aquí debemos consignar que su sobrina Esther Cristina Acevedo Martínez, amiga de los años, puso a nuestra disposición un libro de poemas de su tío Arturo Acevedo y que él confeccionó con papel convencional, textos mecanografíados y encuadernación artesanal y dedicó a su esposa antes de morir y que Cristina ha conservado por años.

De ese libro, inédito, hemos incluido varios de sus poemas en este compendio. 

Helio Orovio lo define como uno de los más destacados poetas del segundo tercio de siglo (XX) en el parnaso local.  "Penetró como afilado puñal en la entraña misma de la lírica cubana.  En contenido y forma se acerca mucho al tono de la poesía española; sobre todo a Lorca.  Renuente a publicar.  Algunas cosas habitan difuminadas en revistas y periódicos santiagueros."

Enmarcado como un poeta de la segunda etapa republicana, presentamos una muestra de su poesía.  Rebelde y contestario, de ideas de izquierda, de justicia social.

EL OBRERO

Cual una estatua en bronce modelada,
al pie del yunque de potente acero
con extraño fulgor en la mirada,
se yergue la figura del obrero.

Pálido, demacrado, macilento,
contempla el infeliz la roja pira
que brota de la fragua, y con el viento
hecha jirones hacia el cielo gira.

Rendido a la fatiga cayó al suelo,
teniendo como único consuelo
soñar que ya era libre entre los grandes.

Y que al toque de bélicos clarines,
clavaba su bandera en los confines
y en la cumbre más alta de los Andes.

ANDAR...

A través de la gasa de un celaje
donde el arco del sol, una saeta
de suave resplandor, pasó discreta
rasgando la neblina del paisaje.

El oro se derrama en el follaje
y en la alegría de la tarde quieta
alguna rara sensación secreta
aviva anhelos de peregrinaje.

Sed de nuevos caminos.  El boscaje
en recia confusión, la mar inquieta
dificultando el término del viaje.

Andar, luchar, vencer.  Llevar sujeta
la fe en el corazón y por bagaje,
gritos de bravo de cantos de poeta.

MI LIRA

Jamás será la lira de mis versos,
instrumento de estúpidos villanos,
defensora de viles y perversos
y esclava de ridículos tiranos.

En un rayo de vivas claridades
desprendido del rayo de la idea;
y portavoz de todas las verdades
que el mundo con su máscara falsea.

Es un corcel sin freno en la batalla,
un águila que al sol se precipita,
un látigo terrible que restalla,

un trueno prolongado que retumba
y un corazón de fuego que palpita
ante la misma puerta de la tumba.

LA MUERTE DE CRISTO

Al vibrar las primeras campanadas,
que llaman a los fieles al rosario,
las vírgenes quedaron desclavadas
y estremecióse el viejo campanario.

¡¡Acercóse el final del Cristianismo
y ya de Dios el templo parecía,
que iba a rodar al fondo del abismo
con sus hijos en trágica agonía!!

Solo de aquella ruina contemplaba
una imagen enorme que se alzaba
inmutable, mirando para el cielo.

Lancé una carcajada de contento,
y rodó con estruendo en tal momento
el Cristo destrozado, por el suelo.

ROMANCE DE LA NIÑA BUENA

Ondas de silencios largos
cruzan la calle desierta....

Como un pedazo de nada,
echada sobre la acera
está una chiquilla hermosa
en la cruz de la indiferencia,
con sus mugrientos harapos
y adornos de luna llena.

En la ausencia de su risa
danza silente una queja;
sus ojos negros parecen
dos ebánicas estrellas
que van llorando hacia adentro
mares de grises tristezas.

El mundo que la asesina
con un puñal de miseria,
no comprende el hondo grito
que hiere su carne fresca,
que mata sus alegrías
y que la amarga y la enferma,
porque no vive la vida
y porque no hay quien la quiera.

Suplicando una limosna
marcha de una en otra puerta,
y el mundo que la asesina
con un puñal de miseria
no comprende el hondo grito
que callado se rebela.

Ondas de silencios largos
cruzan la calle desierta.....

La lumbre de un cigarrillo
a la chiquilla se acerca
y una voz le habla muy bajo;
era la voz de una bestia
borracha de obscenidades,
haciendo falsas promesas.

Ella, se muerde los labios,
abre los ojos y tiembla
de compasión o de odio
por la humanidad perversa,
y al dar un fuerte revés
al cínico que desdeña
gritó llorosa y sentida:

―Yo no soy una cualquiera!.

Y se fue con sus harapos
y adornos de luna llena.

También escribió poesía de amor. Desenfadada, directa, quejosa de algunos desengaños, algo erótica. Comenzamos con un poema dedicado con todo el amor que un hijo puede y debe profesarle a su madre.

A MI MADRE

Para cantar tu virginal ternura,
tu primer hijo, que nació poeta,
rima con una lágrima secreta
y una sonrisa, la canción más pura.

Eres vaso de miel en la amargura,
orto en la sombra de mi vida inquieta.
Sublime abnegación! Sabia y discreta,
alegras con tu amor la desventura.

Y en el recuerdo de ese amor fragante
siempre te encuentra cerca mi cariño,
porque yo no te olvido un solo instante...

Cuántas veces quisiera en tu corpiño
dormir, como en un tiempo ya distante,
y dejar de ser hombre por ser niño!.


ABANDONO

Sobre pira de sueños calcinados
vive mi corazón nómada y preso,
y es piedad y rencor; blasfemia y beso,
con arritmia de vientos desatados.

En líricos viñedos desbordados
se embriaga, sólo, en parnasiano exceso:
sombreando penas en blancor de yeso
y durmiendo en crepúsculos cansados.

Húmedo por amargas decepciones,
fugitivo del agua incomprensiva
muerde la soledad, sangra canciones....

Y trocado en bajel, a la deriva
entre un tumulto de repercusiones,
se estrellará en la noche primitiva.

RECONÓCEME

Búscame entre lo verde del olvido
y allí me encontrarás, ya desatado,
en un paisaje tibio congelado;
más recostado en mí, más revivido.

Mirame por el día anochecido
sembrando sueños en cristal mojado,
con la boca crecida en un pecado
y en la mano un silencio florecido.

Vuélvete hacia tu luz estrecha
donde prospera el luto y el veneno
en un perfil de carne satisfecha...

¡Yo seguiré matándome en el seno
de una noche que aguarda su cosecha
de verso y alma, corazón y cieno!


CARDIOGRAMA

Salí de tus pupilas por la orilla del alba
con la sed de un marino que en el aire se enrola,
una misa de réquiem me sonaba en el alma
y tú eras como un eco de crisálida rota.

Anduve por caminos de libérrimas frutas
harto de jugo tierno, de canela y de trigo...
Y así como los ríos crecen bajo las lluvias
crecía mi abandono por un cauce de olvido.

Sin un remordimiento seguí pisando estrellas,
caído de la rosa múltiple de tus besos.
Mi corazón redondo se teñía de fiesta
con tus lágrimas, siempre frustradas en el tiempo.

Ni tú me comprendiste ni te quise bastante,
pero unidos trenzamos una risa futura.
Hubo un desdoblamiento negativo, cobarde,
y no pude soñarme de pie junto a la cuna.

Por eso, cuando tuve mi sangre en tus entrañas
y supe que matabas las espigas sonoras,
te ahogue con una misa de réquiem en mi alma
para borrar un eco de crisálida rota!

ROMANCE DE TU SALUDO

El jardín de mi silencio
se perfuma de tu risa,
cuando pasa tu saludo
por la puerta de mi herida, 
donde florece la ausencia
en un dolor que no grita.
Cuando pasa tu saludo
como fiesta que camina
estremece mis rosales
un ventarrón de alegría
y es pandereta de nácar
la luna girando arriba,
y el sol es oro que hierve
en una rara marmita,
y la oscuridad es alba,
y duele menos la vida,
cuando pasa tu saludo,
como fiesta que camina.

En la distancia se borra
tu silueta y se eterniza
la soledad de mi pena,
que tan sólo se amortigua
cuando pasa tu saludo
por la puerta de mi herida,
donde florece la ausencia.

Romance de la amada ausente

Sobre los árboles negros
llueven milenios de plata,
hay fiesta de plenilunio
en noche de amor, amada.

Vibraciones de luceros
asedian estrellas blancas,
y un exótico perfume
se mece en brisa y pasa,
desgranando en raudo giro
una canción sin palabras.

Hay fiesta de plenilunio
en noche de amor, amada.
Cómo te miré los ojos!
Cómo te besé la cara!
Tus manos entre las mías
se deshojaron en ansias,
mis manos entre las tuyas
se quemaron en la brasa
de un deseo que nos muerde
y que nunca será llama.

Hay siesta de plenilunio
en noche de amor, amada:
Tu estabas al lado mío
yo te vi, pero no estabas.

Romance de la espera inútil

La nieve de muchas lunas
resbaló por mi cabeza,
--armiño sobre azabache--
en el temblor de la espera.

Entre nubes de silencio,
--fantasmagoría negra--
tu imagen se dibujaba
engarzada en una estrella.

Río de mil arroyuelos,
agua blanca, tu silueta,
se despeñaba en el hondo
precipicio de mi pena.

Quise verte para darte
mi palabra más sincera,
y quise darte por verte
mi vida como un poema,
pero no me comprendiste;
yo ignoraba que tú eras
como una flor de pantano
que si sale de él se seca.

Río de mil arroyuelos,
mi corazón no se queja,
y vuelve otra vez al hondo
precipicio de su pena,
sin que lo bañen tus aguas
y sin recordar aquella
ansiedad torturadora
que terminó en la comedia.....

La nieve de muchas lunas
resbaló por mi cabeza,
--armiño sobre azabache―
en el temblor de la espera.

ROMANCE DE LA MUCHACHA DESOLADA

Un cielo de plomo lerdo
sudaba luz en la sombra:
ella y yo por un camino
de jazmín y terracota.

Le dije con voz de cumbre
la palabra de la rosa,
me refugié en una estrella
por no besarle la boca
y un grito de fruta herida
se despertó en una loma.

La luna sin sueño era
el umbral de la deshonra.

Como un molino de miedo
que trituraba las horas,
la noche, sonaba tierna
en la espalda de las hojas.

Ella, al hablar de su vida,
dijo lo que dicen todas:
falta de amor y de besos
se sentía triste y sola!

Yo, me limpié el corazón
para cuajarlo de joyas,
lustrando sinceridades
con amplitud de corolas.

La luna se fue poniendo
del color de la deshonra.

Quise negárselo todo
con gesto de miel y roca
y no quise ser más hombre
de lo que he sido hasta ahora, 
con una mujer sin años
apresada en su derrota.

De pronto, miré sus brazos
como marfil que se dobla...
La ocasión quema la carne
y la carne no razona.

Se me cansaron las manos
aprisionando toronjas, 
me vi en el vértigo rojo
de sus caderas redondas
y descendí de la estrella
para morderle la boca,
deshojando entre mis dientes
su esperanza de ser novia.

Se echó vestida en la hierba
y se levantó sin ropas....

Volvimos por el camino
de jazmín y terracota
y ya la luna no era
el umbral de la deshonra!.

Romance de la Entrega total

Se está quemando mi sueño
arrodillado en tus ojos,
y el aire de medianoche
quiere cantar un responso.

Desnúdate de prejuicios,
vístete un día de gozo
y en las redes de un perfume
ven y entrégamelo todo,
estremecida de besos
y de suspiros en rojo.

Dame tu carne de luna,
con rocíos de sollozos,
órlate el seno de sangre
bajo mi instinto de lobo
y deja que me neurosis
corra caminos sin polvo,
para besar una rosa
que se oculta en un recodo.

Caminos, tibios caminos,
los de tus muslos sedosos...

Quien no se entrega no vive
(la vida es entrega y soplo)
anudemos nuestras vidas
para no ser más nosotros.

estás matando mi sueño
ven y entrégamelo todo,
que el aire de medianoche
quiere cantar un responso....

ROMANCE DEL MAR Y TÚ

El cansancio de la luna
se licuaba en tus pupilas,
presas en caminos blancos
sobre la playa dormida,
presas en blancos caminos
andaban y no se iban.

Tu voz de noche y espuma
era un trino de rodillas,
apuñalando el silencio
con un manojo de espinas.

Grité para que callaras,
(gritó el viento con voz fría)
te besé mucho en la frente,
(el mar tuvo tu sonrisa)
y retrocedió la arena
por debajo de la dicha.

Allí donde el mar eterno
muele un llanto de marisma,
como un despojo olvidado
quedó un jirón de tu vida!

VENGANZA

Víctima fui de mi fatal destino,
víctima soy de mi dolor acerbo,
ya tengo el corazón de un asesino
más negro que la túnica del cuervo.

Quisiera entre mis brazos apresarte
rodearte el cuerpo en forma de una cinta,
y después ese cuerpo destrozarte
para verte caer en sangre tinta.

Vengarme así de tu traición impía
y contemplarte cuando yazcas fría
sobre el inmundo lodazal inerte.

Diciéndote: mujer tan voluptuosa
estás más horrible y espantosa,
que la sombra nefasta de la muerte.

INCERTIDUMBRE

Profanaste un amor que era sagrado
como la calma funeral de un muerto,
si el corazón dejaste destrozado
vive; esperando su final incierto

Vive ignorando porque lo engañaste;
vive sin comprender su vida triste.
No te puede olvidar porque le amaste
ni te puede querer porque le heriste.

INGRATITUD

Ya son las tardes tristes, las noches misteriosas
en el jardín fragante, se marchitan las rosas,
se opacan los fulgores de los astros divinos,
la brisa en el ramaje suspira quedamente,
hay un velo luctuoso flotando en el ambiente
y las canoras aves sollozan en sus trinos.

No sé lo que sucede ¿Por qué Naturaleza
está rodeada siempre de mágica tristeza,
y a veces en el viento hay fúnebres canciones?
Y una voz me responde, vibrante como cuerdas:
"Ingrato, incomprensivo ¿serás que no recuerdas
cuando perdió tu pecho sus caras ilusiones?

¿...................?

Agoniza la tarde.  En la serena
calma crepuscular, se oye una
canción de trinos múltiples que suena
como preludio de la noche buena.

Silencio, sombra y paz.  La noche llena
de misteriosa vaguedad moruna
mientras que bajo el peso de una pena,
el alma sueña con mejor fortuna.

Ni un minuto de luz.  La isocronía
de las horas insomnes y tranquilidad,
se pierde en la borrosa lejanía,

pero me deja mi himno entre la brisa,
alguna claridad en las pupilas
y en la boca reseca, una sonrisa.

RECORDACIÓN

De aquella tarde inolvidable y loca,
en que sentí sobre la boca mía
la sublime tibieza de tu boca,
el recuerdo persiste todavía.

Hoy vivo recordando, hecho pedazos,
en momentos de angustia aunque serenos
el temblor de tu cuerpo entre mis brazos
y las cálidas rosas de tus senos.

No pude comprender que yo jugaba
un papel muy vulgar cuando te hablaba
del cariño sincero que sentía;

tu tuviste un antojo, lo cumpliste,
te lo dictó el cerebro, obedeciste,
y yo que lo viví, no lo creía.

EVOCACIÓN

Que recuerdos tan dulces son aquellos,
de los días felices que a tu lado,
contemplé de tus ojos los destellos
y el brillante cabello enmarañado.

Contemplaba también tu nívea frente,
el rojo de tu boca nectarina,
de tus manos el blanco refulgente
y tu cuerpo sinónimo de ondina.

Para vivir la vida unos instantes,
recuerdo ese pasado que de amantes
nos quisimos con ciega idolatría;

Sin pensar que la vida es un engaño,
sin pensar que pudiera el desengaño
desunir tu existencia de la mía.

El soneto a continuación es una muestra de lealtad a la memoria de un amigo que se quiso como hermano, y Acevedo expresa  sus sentimientos de una manera incontrovertida.

A MI HERMANO MUERTO G. FABIÁN.

Mientras mi corazón fuerte palpite,
mientras queme mi rostro sangre ardiente,
mientras mi fuerza no se debilite
y pueda mi mirar languideciente

Vagar por un rincón solo y oscuro,
para buscarte y verte noche y día;
mientras cumplir yo pueda lo que juro,
mientras se encuentre bien la mente mía

te estaré recordando eternamente
hasta que quede un soplo de mi vida,
de esta vida que pasa tristemente.

Pues si el destino ineludible trunca
la vida de un amigo al fin se olvida
¡pero un hermano no se olvida nunca!

Dedicó Acevedo poemas a resaltar los valores patrióticos de nuestros próceres. Aquí los que dedicó a José Martí y a Simón Bolívar.

MARTÍ

Tibia fragancia de perenne lirio
alternativamente reposado,
artífice de un sueño desolado
en un clima de beso y de martirio.

Ala tornátil en mortal delirio,
solarmente encendido y apagado.
Sobre la paz de tu jardín helado
difunde su calor errante cirio.

En el túmulo blanco de tu frente
duerme tu voz, divina mariposa,
fugada y nuestra,cálida y presente.

Y cuando más te pierdes en la fosa
más gallardo es tú musculo oferente
purificado por tu misma rosa.


BOLÍVAR

Albastros de los Andes, refulgente!
Aconcagua de Gloria dolorida,
en la cruz de tu espalda encanecida
duerme un beso fugado de un torrente.

Fuiste río de amor, río creciente
sobre pampa de sol estremecida.
Señor de la proeza y de la herida:
para cantarte me asomé a tu frente.

Y ví potros de luz despavoridos,
fuego, nieve, nenúfaros, violetas,
humo, sangre, silencios encendidos...

Y ví a través de tus pupilas quietas
caravanas crótalos vencidos,
Navidades y pueblos y trompetas!

En el soneto A José R. Talavera, Acevedo utiliza expresiones que no se corresponden con la usanza de la época en que fue escrito (presumiblemente mayo de 1934), y en consecuencia podría resultar en un arte de mal gusto, pero a la vez trasciende una absoluta sinceridad en lo que expresa.

A JOSÉ R. TALAVERA

Naciste tan malhecho y tan extraño,
que temo en este crítico momento;
causar a tu persona un leve daño,
al decirte sincero, lo que siento.

Cara de puerco, orejas de pollino;
mezcla de gusano y tricocéfalo,
de pelos en la frente cual cretino,
con estopa de autos por encéfalo.

Fue tu afán el de ser un gran loquero,
pero hoy con la pluma y el tintero
te vuelves literato como pocos,

y empiezas a escribir de tal manera,
que muy bien nos demuestras Talavera
que viviste sin serlo entre los locos.

Cerramos la muestra de la poesía de Arturo Acevedo con los sonetos Anclaje y Envío que aparecieron publicados en la revista Repertorio Americano de Costa Rica en abril de 1952.

ANCLAJE

Fiesta de luna verde en tu retina,
amplitud de parábola en tu frente.
En tu carne, la dicha del presente
borda estrellas de cálida resina.

Haz de sol en tu sed que no declina;
alma de río, que musicalmente,
huye de la prisión de su vertiente
soñando con la luz en la neblina.

Abra silente de la entrada oscura
donde clavo mis anclas de tortura
en agua roja de placer y asombro.

Eres principio y fin! Mi único abrigo!
Y en el silencio del anclaje, sigo
tragándome la voz con que te nombro!!

ENVÍO

Desde un lecho de tarde y de ceniza
te mando mi canción de llama pura,
con señales de clara mordedura
donde la nieve roja se desliza.

Junco en el agua que mi vida riza,
argonauta del alba en la espesura,
rumbo fijo en la sal de la aventura
que un ácido de sombras fertiliza.

Te mando mi canción!  Dobla tus noches
en noches sucesivas, sin reproches,
y verás cómo crece y se estiliza

el canto que por ti nació invariable,
que te llega con savia perdurable
desde un lecho de tarde y de ceniza! 


Fuentes Consultadas:

1. Acevedo Ávalos, Arturo. Libro de poemas. Inédito. (s.a.) Cortesía de Esther Cristina Acevedo Martínez.
2.     García Cabello, Antonia. Arturo Acevedo Ávalos en Página Litero-poética, en revista Antorcha, Año 2, No. 12, octubre 30 de 1947.
3. Los poetas de Santiago de las Vegas. Compilación y Prólogo de Helio Orovio Díaz. Consejo Regional de Cultura de Boyeros. Imprenta Revolucionaria. La Habana. (s.a.).
4. Sones de la lira cubana, en Repertorio Americano. San José, Costa Rica, 15 de abril de 1952.
5. Salinas Croche, Eduardo. Libretas de Poemas de autores santiagueros. Archivo del Museo Histórico. Santiago de las Vegas. 
6. Simón Pérez-Rolo, Marat. Santiago de las Vegas 300 años de historia. Octubre, 2000.




2 comentarios:

  1. Arturito Acevedo, lo conocí desde muy niño, su mamá Regla Ávalos, amiga de mi madre, recuerdo su estancia en mi casa, hablando con mi madre los peligros de la vida y sus hijos. Madre muy valiente; su hijo no era muy alto, pero sí muy valiente, a finales de los años 90's lo visité varias veces en su casa en la calle 26 cerca del zoológico, pues me interesaba conocer de su poética y su trabajo como periodista; en esa circunstancia hablamos mucho, por diferencia generacional podía ser su nieto. Hablar con él era un privilegio, de verbo suelto y agradable, sin alarde, me contó su descubrimiento y denuncia cuando en los años 40's, se internó en el Hospital Siquiátrico de La Habana (Mazorra) y tomo fotos muy comprometedoras sobre la corrupción y la indiferencia que existía en aquel entonces en aquella instalación asistencial, la denuncia llegó a la otrora y muy conocida Revista Bohemia, lo que le costó tener que esconderse un largo tiempo fuera de Santiago, pero siempre armado para repeler cualquier atentado contra su vida, su denuncia había sido muy sentida y veráz. Sería 1994-95, cuando me confesó que tenía planeado hacer un libro con la biografía de valerosas e importantes mujeres de varias partes del mundo, al parecer no lo pudo lograr publicar, o lo dejó quién sabe donde guardado. Sería muy importante que todas estas pequeña e importanmtes historias, se pudieran recuperar, para que los viejos santiagueros y las nuevas generaciones conozcan lo que ha valido siempre de nuestros santiagueros destacados, que son unos cuantos, en alguna actividad humana. Mario A. García Romero. muchomario1945@hotmail.com

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  2. La poesia es una de mis pasiones. Descubrir poetas de mi pueblo es maravilloso, porque me remonta al pasado de la manera más hermosa. Esta serie merece una edición especial, donde se reunan todos. Giselle

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