martes, 28 de noviembre de 2023

Dr. Antonio Ramírez y Gutiérrez: Santiagueros connotados

Compilación y redacción:  Arsenio J. Alemán Agusti

Dr. Antonio Ramírez y Gutiérrez
Foto tomada de Juventud Democráta
1942
Antonio Ramírez y Gutiérrez, doctor en medicina, fue un prestigioso profesional en nuestro pueblo y hombre de probada ejecutoria.

Nació en 1898 en una localidad llamada Caraballo, perteneciente al municipio de Jaruco en la entonces provincia de La Habana hoy Mayabeque. 

Llegó a Santiago de las Vegas en 1927 para continuar el trabajo que como médico, llevaba a cabo el Dr. Bernardo Gallol de Villamil y Campos, ya entonces enfermo.

Para todos los santiagueros tuvo la mayor comprensión, dejando una estela de afecto y cariño a través de una inmensa labor en su noble y humanitaria profesión. 

Caracterizado como una persona simpática, afable, servicial, desinteresada, caballerosa y con un caudal de conocimientos científicos grande, era de estatura bajita, muy bajita, delgado, pálido de color, ojos negros, nariz perfecta, boca pequeña, dientes grandes, cara alargada, lampiño. 

El Dr. Ramírez contrajo matrimonio con la Sra. Eulalia Pis y tuvieron cinco hijos. Antonio que se hizo médico, Jorge que se graduó de dentista, Rolando y Rita hermanos mellizos y Gladys, la más pequeña.

Ocupó la Jefatura Local de Sanidad por varios años. 

En las Elecciones Generales para Alcalde, del 10 de enero de 1936, midieron fuerzas Darío Gravier y el Dr. Antonio Ramírez. Se pronosticó el triunfo de Gravier, porque a éste lo respaldaban las pujanzas afiliatorias de los Partidos Unión Nacionalista (PUN) y Conjunto Nacional Democrático (CND) y era lo presumible a juzgar por las 3683 afiliaciones que lo respaldaban contra las 1434 que apoyaban al Dr. Ramírez.  La realidad demostró que era más vigorosa la personalidad del candidato Ramírez que la de su opositor Gravier, y los pronosticadores se justificaron de su fracaso atribuyéndolo, cómodamente, a traiciones inauditas de electores que vendieron sus votos. 

La cuestión fue que conquistó la Alcaldía municipal, al frente de la cual estuvo en el período comprendido entre los años de 1936 a 1940.  Sincero y cumplidor de sus promesas trabajó desde su posición de Alcalde con denuedo por el mejoramiento del término municipal. 

Se deben a su trabajo como Alcalde, entre otras, obras tales como las Casas de Socorro de Calabazar y Rincón, el parque Máximo Gómez en Calabazar, la reconstrucción de las calles en Santiago, y la reconstrucción del Matadero de Santiago.  Dotó al término municipal de una ambulancia, que en su momento honró y prestigió a su gobierno municipal. 

En época anterior al período de gobierno del Dr. Ramírez como Alcalde, se pagaba a la policía y a los empleados tarde, mal y “a picadas”, entre otras razones, porque solamente pagaban las contribuciones y derechos o impuestos con que se arbitran fondos para gastos públicos municipales, los neutrales, los extranjeros cumplidores y los enemigos políticos de la situación que imperaba y a los cuales no llegaba el “perdónanos nuestras deudas” de la ley mosaica. 

Durante el gobierno del Alcalde Ramírez, ninguno de los empleados, inscritos en la nómina del Ayuntamiento dejaron de percibir sus haberes en ningún momento. 

Debido a su capacidad política, supo ligar a todos y situarlos en sus puestos a la hora convenida, sin el menor rencor ni disgusto. 

No podrá olvidarse la meritoria y provechosa labor del Dr. Ramírez en beneficio del Término en general, en su paso por la Alcaldía.  Dejó una impronta en el ambiente político de la municipalidad, de tal alcance, que en las elecciones de 1940, El Debate, insertaba un comentario que reflejaba lo que apuntamos.  Decía: (los subrayados son nuestros) 

»Dionisio Martínez………Nos luce un candidato fuerte y vigoroso, de personalidad robusta y de gran arraigo político, pese a su perfil puntiagudo de romántico en derrota.  Lo respaldan muchas cosas notables: Un Partido que obtuvo 1315 sufragios en la última consulta y otro que alcanzó 280; el Dr. Ramírez y la “zaydinesca”  habilidad del Dr. Cremata: el Trust del Cerebro y la gloriosa sargentería del Ramirismo extinto; la felina y dinámica movilidad de Teteté “Cuentamillas” y la sonrisa sempiterna y optimista de Eusebio Molier. 

»No obstante los 1,595 votos que produjo esta balumba de cosas prodigiosas, nosotros lo estimamos capaz de rayar en los 1900 y nada más; porque una cosa sería el Dr. Ramírez como candidato a la Alcaldía Municipal del Término y otra el que ponderan las notables décimas de Díaz y de Agrippa.» 

En su paso por la Alcaldía, se ganó la estimación y el respeto del pueblo santiaguero por su honrada administración. El Dr. Ramírez demostró que no era necesario ser hijo de Santiago para querer bien a este pueblo hospitalario y de gran comprensión y para hacer mucho por su grandeza y prosperidad, que bastante lo merece. Gran médico, sagaz político y eficiente alcalde. 

En 1941 se pasa al Partido Demócrata. Con su figura diminuta pero su alma grande y generosa, su capacidad, su maestría, franco y leal con sus amigos y su alto valor político llegó a liderar ese Partido, convirtiéndose en el índice orientador de esa organización política, por su talento, hombría de bien y contar con el apoyo de significativos elementos políticos del Término, que veían en él, al político honrado, decente y servicial para los que de él necesitaban.  

Su presencia en nuestra ciudad, pudiéramos decir que fue breve, pero digna y fecunda. Había un detalle peculiar en él: su sonrisa franca.  Siempre la llevaba prendida en los labios, aún cuando la vida se le escapaba lentamente, víctima de una pertinaz dolencia. 

Si quisiéramos conocer qué amó más Ramírez, si la política o la medicina, difícil sería llegar a una conclusión. Curaba como político y regía los destinos del término como Médico.   Es decir, curaba sin importarle la bolsa del paciente y gobernaba como un buen profesional, o sea, con un celo y una pulcritud extraordinarios. 

Y la política y la medicina le llevaron a la tumba, porque, como buen médico, nunca se conformó con ser paciente de una enfermedad que lo atenazaba. 

El Dr. Antonio Ramírez, falleció el día 4 de enero de 1947. Su muerte constituyó un verdadero duelo para la clase médica, para este pueblo que se sentía orgulloso de contar entre sus hijos con semejante galeno, que poseía el don de una preclara inteligencia y un corazón todo nobleza.  Numerosas ofrendas florales fueron enviadas por amigos y familiares, concurriendo cientos de vecinos y su féretro fue conducido en hombros por amigos y familiares. 

La despedida de duelo estuvo a cargo del notable abogado santiaguero Dr. Gabriel Gravier, el que tuvo palabras emotivas y de gran contenido espiritual, resaltando el valor y la labor humanitaria llevada a cabo por el Dr. Ramírez. 

Joven, activo, culto, de visión clara, de grandes arrestos, buen gobernante y honrado funcionario. Todos los santiagueros debemos estar orgullosos de la inimitable figura del Dr. Antonio Ramírez.

Fuentes consultadas: 

  1. Alemán Agusti, Arsenio J., Las elecciones municipales de 1940 en Santiago de las Vegas. Publicado en http://sdlv.blogspot.com el 13 de diciembre de 2019.
  2. Beiro, Luís. Galería de Alcaldes, en revista Antorcha, Año X, No. 20, Santiago de las Vegas, agosto 30 de 1955.
  3. Cortada, Adolfo bajo el seudónimo de Hernán de Cortadaz. Léame, Señor Alcalde, en Revista del C.I.R., Año III, No. 3, Santiago de las Vegas, agosto 15 de 1936.
  4. Dr. Antonio Ramírez, en Periódico El Demócrata, Año I, No. 1, Santiago de las Vegas, octubre 10 de 1941.
  5. Dr. Antonio Ramírez, en periódico Frente Juvenil, Año II, No. 1, Santiago de las Vegas, marzo 1º, 1942.
  6. Dr. Antonio Ramírez Gutiérrez, en periódico Juventud Demócrata, Año I, No. 1, Santiago de las Vegas, mayo 10 de 1942.
  7. El Dr. Ramírez no abandonará la Jefatura Local de Sanidad, en periódico El Ideal, Año I, No. 5, Santiago de las Vegas, agosto 4 de 1929.
  8. Homenaje al Alcalde. En Revista del C.I.R., Año III, No. 1, Santiago de las Vegas, junio 15 de 1936.
  9. La Asueroterapia triunfa en Santiago. Los Dres. Ramírez y Torres O´Hallorans héroes de la Jornada, periódico El Ideal, Año 1, No. 1, Santiago de las Vegas, julio 7 de 1929.
  10. Los demócratas se reponen rápidamente de la derrota, en periódico Géminis, 2ª. Época, Año VIII, No. 230, Santiago de las Vegas, septiembre 1º de 1945.
  11. Montoto, Francisco bajo el seudónimo de Condesito. Con Mi Kodak, en Revista del C.I.R., Época II, Año I, No. 7, Santiago de las Vegas, agosto 15 de 1928.
  12. Muy fuerte el Partido Demócrata en Santiago, en periódico El Demócrata, Año I, No. 1, Santiago de las Vegas, octubre 10 de 1941.
  13. Necrológicas. Antonio Ramírez y Gutiérrez, en Voz del Pueblo, Año II, No. 1, Santiago de las Vegas, 15 de enero de 1947.
  14. Suárez Figueredo, Herminio. Nota de Duelo - Dr. Antonio Ramírez Gutiérrez, en revista Antorcha, Año 2, No. 3, Santiago de las Vegas, enero de 1947.
  15. Torres, José O., “Opinando Casi. Benjamín Rodríguez y Dionisio Manuel Martínez”, en periódico El Debate. Año I, No. 3, Santiago de las Vegas, junio 15 de 1940.
  16. Velasco, Ángel M., Honor a quién honor merece, en Revista del C.I.R., Año 6, No. 2, Santiago de las Vegas, agosto 15 de 1938.


4 comentarios:

  1. Otro tanto a tú favor como historiador y desapolillador de documentos ignorados por la gran mayoría de santiagueros nacidos en los últimos 70 años; nunca estará de más, exaltar las notables figuras que dejaron aportes sustanciales a nuestro Municipio de Santigo de las Vegas y a nuestra ciudad en particular. En el presente estoy seguro, a pesar de los agoreros y los maldicientes, y de las condiciones, Santiago ha seguido produciendo figuras importantes, en todos los órdenes, tanto musicales como literarias, lo único que hay que hacer es desprendernos de la indiferencia y reconocerlos. La historia no se detiene, así como tampoco se puede ignorar todo aquel pasado que nos dio algo hasta el presente que todavía subsiste.

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  2. Este fue mi abuelo. Soy Gladys la hija mayor de Gladys Ramirez. Un error es que Rita y Rolando eran

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  3. Soy Gladys Alexander, nieta del Dr. Ramirez e hija de Gladys Ramirez. Un pequeño error en el artículo. Rita y Rolando no eran los gemelos. Rita era la hija mayor. Gladys, mi mamá y Rolando eran los gemelos. Gracias por el artículo, tenemos muy poca historia de nuestra familia, así que realmente aprecio tener este artículo.

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    1. Gracias Gladys Alexander, por el señalamiento de ese error, que lo subsanaremos prontamente.
      Tuve la oportunidad de conocer a su abuela Eulalia así como a sus tíos y especialmente a Gladys con quien me llevaba muy bien por lo chévere que era.
      Una vez más, gracias.

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