Mensaje a la ceiba

Gabriel Gravier Delgado

Todos los que hemos salido de Santiago de las Vegas hemos sentido la saudade, como dirían los gallegos (los de la verdadera Galicia, no como le decimos en Cuba a cualquier español) – esa agridulce añoranza que en un momento inesperado nos puede transportar al terruño y regar su suelo con una lágrima. Ese profundo vacío en el pecho, todos lo hemos sentido – pero no todos lo podemos expresar con la pasión del poeta, que sabe enfocar nuestra atención en un detalle, en un objeto que por alquimia de las palabras, encierra y representa todo nuestro dolor. De nuestros muchos poetas, quizás nadie haya captado nuestra saudade como Gabriel Gravier Delgado (1900-1974), que dedicó los últimos años de su vida en Coral Gables, Florida, a recordar su querido Santiago de las Vegas con palabras que conmueven hoy como entonces, legándonos joyas como Mapilar y Mi silenciosa ciudad, previamente publicadas en nuestro sitio. Por cortesía de su hijo Leonardo, hoy con gran placer le ofrecemos una obra más del gran "Musiú":

Mensaje a la ceiba 

por Gabriel Gravier Delgado

Quiero pagar en verso
la tenaz simpatía
que a un árbol de mi pueblo
desde siempre tenía. 

Era inmenso, coposo;
de caminantes, marca,
y guardaba recuerdos
como joyas el arca. 

Cuando yo era muchacho
(no he dejado de serlo)
hasta su noble sombra
llegaba para verlo. 

Era una ceiba; estaba
camino de “la sierra”,
límite de mambises
y fortín de la guerra. 

Lugar de apariciones
y de fantasmas vagos,
hechizo de aventuras,
parada de los Magos. 

Campo de desafío
que probaba el valor
en las querellas nuestras,
y campo del amor. 

A su sombra, en las tardes,
algunos besos di
a las primeras novias
que mi amor prometí. 

Las flores de sus alas
cubrían los tejados
y un manto parecían
con sus copos nevados. 

Aquí recibo, triste,
su mensaje inviolable
y este verso le escribo
de amor inolvidable.

¿Recuerda usted la ceiba que tanto añoraba "Musiú"?