miércoles, 22 de abril de 2009

El sinsonte de media noche

Una vez más tenemos el gran placer de ofrecerle un soneto del ilustre santiaguero Gabriel Gravier por cortesía de su hijo Leonardo, hoy residente en Miami. Como el soneto anterior, "Mi silenciosa ciudad", éste hace referencia a la añoranza de nuestro querido Santiago de las Vegas, inspirándose en el canto de un sinsonte.

El sinsonte de media noche

por Gabriel Gravier

Jamás olvidare las melodías del sinsonte del “parque de Martí.” ¡Qué misterio lunar, qué profecías en sus cantos de rojo frenesí

tenían el gorjeo acongojado del dolor y la lágrima elocuente; el infinito palpitar sufriente que arrastra el corazón del desterrado.

Volaba desde el parque hasta mi casa a posarse en el mango florecido; y como Pan, la flauta arrobadora

que los trinos de luz pasa y repasa, el fantasmal sinsonte entredormido me extasiaba en su paz aterradora.

Nuestro agradecimiento a Leonardo Gravier por compartir esta joya de las letras santiagueras con nosotros y con la posteridad.

Si lo desea, le sugerimos además que lea el interesante escrito de Leonardo publicado en este sitio en octubre del 2007 sobre el Grupo Selección, informal asociación de literatos e intelectuales santiagueros que fundara su padre en nuestro pueblo en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, y que demuestra cómo Santiago fue en su momento un hervidero artístico y cultural.

3 comentarios:

  1. ¡Qué talento el de "Musiú", como se le conocía al intelectual santiaguero de ascendencia francesa, Gabriel Gravier!

    Da la casualidad que, entre las ramas de una antigua mata de mango en mi patio en Miami, un sinsonte canta a diario su inconfundible y variada melodía. Gracias a "Musiú", ya no podré jamás escucharlo sin pensar en nuestro querido pueblo... y en aquel sinsonte que lo inspirara a escribir tan bellas y sentidas palabras tantos años atrás.

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  2. Este poema me recuerda de las noches de Domingo cuando pasabamos camino al teatro Minerva y veaimos a musiu tocando su violin.
    Esto era lo que yo llamaba (clase) en Santiago no creo que en mi Juventud yo apreciaba el dulce sonido del Violin y ahora lo
    anoro y quisiera estar en santiago y volverlo a ver con la ventana abierta dandonos un concierto.
    Gracias Leonardo por compartir este bello poema con nos. Siempre recuerdo A tu mama que fue mi maestra en la escuela Superior una sra. con mucha clase.
    Un abarazo. Siomara.

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  3. Esta poesia del señor Gravier me hace recordar la ultima vez que estuve en nuestro querido Santiago hace unos cinco años.
    Recuerdo que una noche me puse de acuerdo con mi viejo amigo Hugo Marrero para dar una vuelta por la loma de Los Camaras donde tantas veces fui cuando era un adolescente.
    Mi amigo Frank Barso me presto su bicicleta y ya con los primeros rayos del sol de la mañana tambien llego Hugo y partimos sin demora para la loma.
    Despues de pedalear por una media hora llegamos hasta donde se acababa la carretera asfaltada y desde alli para mi sorpresa se me ofrecio una hermosa vista del campo cubano en todo su esplendor.
    De nuevo volvi a oir el canto del azulejo y verlo con su bello color, nos volo por nuestras cabezas el negro garrapatero buscando una res donde posarse, encima de un jaguey vi un arriero que desde niño no veia y que se quedo por varios minutos encima de la rama como para que yo me deleitara con sus bellos colores.
    Dejamos las bicicletas a un lado del camino y nos adentramos por la sabana tropezando con un pequeño charco donde saciaban su sed un par de palomas de rabiche y tambien un frailecillo siempre con su nervioso andar.
    Definitivamente fue una fiesta para mi mente y mis sentidos. Ya a la vuelta para el pueblo de nuevo en la carretera nos acompañaron los cantos de algun que otro tomeguin y los melodiosos trinos de nuestro sinsonte cubano, el de "voz pura" como dice la cancion.
    Fue una inolvidable mañana Santiaguera con un maravilloso concierto ......y todo gratis.
    Ricardo Rivas (poty)

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