El miércoles 31 de octubre lo invitamos a sentarse a conversar con nosotros un rato en La Saleta Santiaguera a las 9:00 pm hora de Miami y Puerto Rico (8:00 pm en la Zona Central de Estados Unidos, 7:00 pm en la Zona Montañas, 6:00 pm en la Costa Pacífica, y 3:00 am en España y Europa).
Si desea aprender a participar en la Saleta, haga clic aquí.
Hoy lunes le ofrecemos, una vez más, una bella acuarela de la artista plástica santiaguera Adela César, pintada el 18 de octubre de 1924. Se trata, en este caso, de un garcilote (Ardea herodias), una especie de garza común que mora en los humedales de Cuba y que, tal como aparece aquí, se alimenta fundamentalmente de peces. Suele verse más en el período invernal, ya que en esa época se suman a la población residente, aves migratorias que llegan de otras latitudes.
Por cierto, hemos identificado también el ave de la semana anterior: se trata de un Picus viridis, especie de carpintero común en Eurasia. Como no se ve en Cuba, no tenemos nombre común para ella.
¿Tiene usted pinturas u otras obras de arte de artistas santiagueros producidas antes del 1959? Si desea compartirlas con nosotros y con la posteridad, comuníquese cuanto antes para incluirla en un futuro artículo.
Santiago de las Vegas, con sus calles rectilíneas y cuadriculadas, bien pudiera ser el modelo de una típica ciudad colonial española diseñada bajo las estrictas Leyes de Indias*; plano urbano racional y moderno que se oponía a las angostas y tortuosas calles medievales del viejo continente. Este esquema callejero, fruto de un Auto dictado el 22 de junio de 1751 y conservado intacto a través de los siglos hasta nuestros días, se aprecia con claridad en el siguiente "Plano de la Fiel Ciudad de Santiago de las Vegas" del año 1862:
Existió, sin embargo, una vez en nuestro pueblo un oscuro y misterioso callejón fuera del plano que hoy no existe y ya casi nadie recuerda, y que para suerte nuestra el historiador Francisco Fina García inmortalizó en su obra Tradiciones y Leyendas.
* Si le interesa el tema, puede leer más sobre las Leyes de Indias en Wikipedia (en inglés). EL CALLEJÓN DE VIVES "Existió en nuestra ciudad un pequeño callejón, que ganó renombre y celebridad en el siglo anterior, por la serie de cosas y hechos de que fuera mudo testigo. Esta desierta y rústica calleja se extiende desde el atrio de la Iglesia hasta la calle seis, cuya salida desembocaba a mitad de la cuadra, corriendo por detrás de los edificios de nuestra calle principal, hoy calle trece o Avenida Arencibia. Famoso fue entre nuestros antepasados el Callejón de Vives, que todavía recuerdan unos pocos y antiguos vecinos, que en sus días infantiles le recorrieron en horas del día; porque de noche constituía el terror de los muchachos, por la densa oscuridad que lo cubría y donde la imaginación infantil forjaba duendes y fantasmas ocultos en la penumbra. Aquella estrecha, oscura y solitaria callejuela, no solamente era el terror de la muchachada, sino que los adultos le miraban también con cierto asco y temor, lo primero; porque como en aquellos tiempos no existían servicios públicos, la necesidad obligaba a numerosos transeúntes a convertir el célebre callejón en depositario de sus urgentes necesidades gástricas, por lo que contribuían a hacerlo aún más refractario a la vista y el olfato. Pero no era esto, todo lo que encerraba aquel pestilente y tétrico sendero; sino que las sombras de la noche, al convertirlo en una “boca de Lobo”, era aprovechado por algunas personas de escasa moralidad, para escenificar espectáculos deprimentes a la moral, con plena ausencia del más elemental sentido del respeto. Afortunadamente, desde hace muchos años ha desaparecido este rincón terrible y repugnante, que fuera a lo largo de años un motivo de pena y bochorno para el vecindario; porque el progreso con su paso superador va limpiando las impurezas del atraso colonial." -Francisco Fina García, en Tradiciones y Leyendas
Hemos recibido esta tarde desde Madrid, España, el siguiente correo de Héctor Peraza Linares:
Estimados señores: Les escribo para autorizarles a situar mi email en vuestra guía de direcciones de correos de Santiago de las Vegas. Estudié comercio cuatro años (1957-1961), en el colegio "Wesley", que tenía como directora a la Dra. Nieves Amores. Me gustaría establecer contacto con alumnos del colegio "Wesley", en particular con los que estudiaron conmigo. Les felicito por la iniciativa de crear esta página. Vivo exiliado en Madrid, España, hace diez años. Gracias. Héctor Peraza LinaresEl que desee ponerse en contacto con Héctor, puede hacer clic a la derecha donde dice "Aquí" debajo de "Guía de Correos Electrónicos." Si tiene usted fotografías del Colegio Wesley, o recuerdos que desea compartir, envíenos un mensaje cuanto antes mediante el enlace "¡Toma la Palabra!" debajo del título de este artículo. Mientras tanto, le recordamos que ya tenemos algunas imágenes del Colegio en el sitio www.santiagodelasvegas.org: una de su fachada, y otra de una profesora con estudiantes.
Hurgando en nuestros archivos, hemos encontrado hoy una copia del Acta de Inscripción de la Defunción de Antonio Maceo (digitalizada de una copia de Enrique Garbalosa) del 18 de septiembre de 1899, unos tres años después de la muerte del Titán de Bronce el día 7 de diciembre de 1896. Para la inscripción comparecieron, entre otros, el General de División del Ejército Libertador Cubano Sr. José Lacret y Morlot y el Coronel Dionisio Arencibia ante el Juez Municipal Fernando Abascal y Romay en la Sección de Defunciones del Registro Civil de Santiago de las Vegas.
El máximo héroe nacional, cuyos restos fueron protegidos de las fuerzas españolas por Pedro Pérez y sus hijos en la loma del Cacahual, y sepultados después en el mausoleo que se erigiera en el mismo sitio, quedó así para siempre unido al nombre de nuestro pueblo.
Nuestra tercera Tertulia en La Saleta Santiaguera tendrá lugar el miércoles día 24 de octubre del 2007 a las 9:00 pm hora de Miami y Puerto Rico (8:00 pm en la Zona Central de Estados Unidos, 7:00 pm en la Zona Montañas, 6:00 pm en la Costa Pacífica, y para los que estén desvelados en España y Europa, las 3:00 am). Si quiere aprender a participar en la Saleta, puede hacer clic aquí.
Todos los lunes durante las próximas diez semanas, tal como les prometimos, les ofreceremos una obra más de la talentosa Adela César, quien pintó esta delicada serie de acuarelas entre 1924 y 1925. Hoy tenemos un ave de bello colorido y largo pico, cuyo nombre desconocemos; si usted lo reconoce, le agradeceríamos que nos lo comunicara mediante el enlace "¡Toma la palabra!" que aparece arriba.
Con el paso de los años, los pueblos y ciudades van adquiriendo tradiciones y leyendas locales, nacidas de su propio suelo, que enriquecen y dan colorido a la vida de sus habitantes. Santiago de las Vegas no fue ninguna excepción, y a pesar de ser un pueblo relativamente pequeño, fue 
campo tan fértil en este sentido, que el ilustre historiador, Francisco Fina García, vio a mediados del siglo XX la necesidad de compilar estas expresiones autóctonas de nuestro santiaguismo en una obra que hoy hemos recibido con gran alegría de Cuba en forma digital. Este libro, tan raro que ni siquiera existe un ejemplar en la Biblioteca del pueblo, contiene tesoros insospechados que nos ilustran, como nunca antes, cómo era la vida en Santiago en el siglo XIX y a principios del XX, historias de nuestros bisabuelos, que ya nadie vivo recuerda.
Cada semana durante los próximos diez meses, les brindaremos un nuevo escrito extraído de esta importantísima y amena obra. Para los que lo deseen, próximamente Ediciones Altagracia les ofrecerá la posibilidad de adquirir, al costo de impresión, un ejemplar en rústico (paperback) o tapa dura.
Empecemos hoy, pues, con la triste historia de la lechuza contra los gorriones:
LECHUZA CONTRA GORRIONES"Fue en las postrimerías del pasado siglo, durante el período de la guerra emancipadora, en que cada atardecer tenía efecto la escena a que haremos referencia. Sabido es, que a causa de la intensa pugna entre cubanos y españoles durante el período colonial, los españoles llamaban a los cubanos “bijiritas” y los cubanos denominaban a los españoles con el nombre de “gorriones”, simbolizando en ambas paseritas las ideas y creencias de cada uno. Pues bien, ocurría, que cada día al caer el velo de la noche y retornar a los árboles que levantaban sus copas en la Plaza del Mercado frente a la Iglesia una banda de gorriones, hacía su aparición una lechuza, que había establecido su morada en el campanario de la Iglesia, la que emprendía una tenaz persecución contra los gorriones, que revoloteaban por los alrededores, temerosos de caer en las garras de la temible rapaz.El espectáculo era presenciado por decenas de personas, cubanos en su totalidad, que cada tarde acudía al lugar, para ver a la lechuza perseguir a los asustadizos gorriones. Al lector le parecerá cosa insignificante y hasta cierto punto tonta, la contemplación del espectáculo; pero pronto admitirá que tenía gran trascendencia, puesto que ellos habían dado una significación al hecho; es decir, los gorriones representaban a los españoles y la lechuza representaba a los cubanos. Aquello, que en principio solamente participaban unos cuantos, pronto se convirtió en un motivo sentimental y patriótico, aumentando cada día los espectadores, que se solapaban, mirando cómo los gorriones indefensos y tímidos huían ante el ataque de la lechuza, que a pesar de la superioridad numérica eran impotentes para contener y combatir frente al valor y la decisión de los cubanos por conquistar la libertad. El hecho y su significado se fue extendiendo entre los vecinos, hasta que llegó a oídos de uno de los jefes militares de la plaza, el que encolerizado, una tarde se presentó en el lugar y levantando su rifle disparó contra la lechuza, la que cayó herida de muerte, para epilogar aquella escena que cada tarde, al caer la noche presenciaban decenas de santiagueros en la vieja Plaza del Mercado." -Francisco Fina García, en Tradiciones y LeyendasLa iglesia y Plaza del Mercado en 1882.
Anoche en la Tertulia semanal celebrada a las 9pm hora de Miami, tuvimos el placer de conversar brevemente con Sunilda Buría, hija de Gerardo Buría, y más detenidamente con Esther Cremata en San Juan, Puerto Rico. En el curso de la conversación, surgieron anécdotas y recuerdos interesantes, algunos bonitos, algunos no tanto, que Esther accedió a compartir con todos, ya que le dan un par de pinceladas más al cuadro de Santiago que entre todos estamos pintando. Dejaré que Esther hable:
"Te cuento que [en la década del 1950] yo estudié unos años en el Colegio María Auxiliadora. Como éramos pobres, pagábamos medio precio. Y las muy buenas monjitas nos ponían a limpiar los salones al final del día porque con la limpieza teníamos que pagar lo que nos descontaban. Esto era cuando el patio interior del colegio era de madera. Estaba Bertha, la hija de Concha Pando. Se hizo de placa después, pero en el mismo lugar, era calle 13 esquina a 4. Esos son mis tristes recuerdos. Tristes porque una vez me arrancaron el pelo. Sólo porque un día Sor Adela Martín, la directora, me preguntó que quién era nuestro Señor Jesucristo y yo le dije (cosa de muchacho) que yo no era chismosa, que no me interesaba la vida de los demás. Y me arrancó el cerquillo por faltarle al respeto. Ahora entiendo que se me fue la mano, pero era una niña. Y el pelo nunca más me salió, en ese lado pequeñito al frente. Claro, eso lo recuerdo como anécdotas de la vida. De esos cuentos tengo varios de las monjas, pero no por eso dejo de ser católica y amar a Dios sobre todas las cosas." De las muchas cosas bonitas que guardo de Santiago, recuerdo en particular las paradas que se hacían en las escuelas con las bandas de música. Toqué el redoblante y el tambor. En el acto cívico de la escuela, yo recitaba. También cantaba en la coral dirigida por María Cristina Bacallao. En fin, me gustaba hacer de todo. La otra cosa que recuerdo, los bailes en la sociedad. El que más me gustaba era el del Patrón de Santiago Apóstol. Se hacían bailes en el Centro de Instrucción y Recreo, y en el Patio Sevillano del Club Atlético Santiago, frente a la estación de policia. Tú no lo sabrás, pero cuando tocaba la flauta de la orquesta tocando un danzón, se paralizaba el corazón. "Gracias, Esther, por sus honestas e iluminadoras memorias. Esperamos que más personas acudan a la Saleta el miércoles que viene para seguir conversando.
En los años finales de nuestra Guerra de Independencia, el último alcalde español de Santiago de las Vegas fue el asturiano don Gumersindo García Cuervo quien, como muchos españoles de la época, llegó solo a Cuba con apenas trece años y sin una peseta en el bolsillo. Don Gumersindo fue de los que supo vencer la miseria, hasta llegar a ser alcalde de la ciudad y dueño del despalillo Cuban Land de la calle Refugio (hoy calle 4) esquina a Santa Ana (hoy 7).
Hoy hemos encontrado en la "Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes" de la Universidad de Alicante, una interesante y corta biografía parcial, escrita desde el punto de vista español, que apareció el 15 de noviembre de 1899 en La Ilustración Española y Americana (puede hacer clic en el nombre de la revista para acceder a una reproducción de esa página; la biografía de García Cuervo está en la columna derecha).
Entrar y participar en la Saleta es fácil:
1. En la columna derecha color verde oscuro, haga clic donde dice "Conversación ¡En Vivo!" debajo de "La Saleta Santiaguera".
2. Después de unos instantes, aparecerá el dispositivo "Gabbly Chat" en su pantalla (lo puede ver abajo en la ilustración).
3. Ponga su nombre, o como desee ser conocido en La Saleta, en el campo donde indicamos en la imagen abajo.
4. En el campo a la derecha abajo, donde ahora dice "José Balido", aparecerá su nombre y los de los participantes que estén presentes en La Saleta.
5. Cuando usted desee decir algo, escríbalo en el campo inferior, como indicamos en la imagen abajo, y luego déle a la tecla enter.
6. Sus palabras aparecerán en el campo izquierdo, indicado abajo con la frase "La conversación aparece en este campo", junto con la conversación entre los participantes.
¡Es así de fácil!
Recuerde que puede hacer clic en la imagen para ampliarla.
certeza si habrá viajado a España la artista, o si se habrá inspirado en alguna fotografía u otra pintura ya existente; el mismo Arsenio sabe de la vida de Adela César sólo que ella aparece en el segundo tomo de la Historia de Santiago de las Vegas de Francisco Fina como una de las personas que cultivó las artes plásticas en el pueblo, y que fue buena amiga de su tía abuela Sacramento Campos y de sus tías María Josefa y Esther Lilia; tan buena amiga, de hecho, que sus restos yacen en la bóveda de la familia Alemán en el cementerio de Santiago (si usted sabe algo más sobre la vida de la pintora, le rogamos nos lo comunique cuanto antes).
A la familia Alemán, pilar de la sociedad santiaguera por más de siglo y medio, debemos todos darles las gracias por guardar este pequeño tesoro de nuestro pueblo por más de 80 años, y por tener hoy la generosidad de espíritu de compartirlo con nosotros.
Las Fiestas del Patrón del 25 de julio fueron una de las fechas más importantes del calendario tradicional santiaguero, celebradas siempre con la alegría que caracterizaba al pueblo. Para suerte nuestra, en el año 1944 el Dr. Gabriel Gravier, distinguido abogado, poeta, periodista, escritor, y consultor del vocero popular "Frente Juvenil", publicó su Reportaje Insubstancial: Las Fiestas del Patrón de Santiago, auspiciado por dicha publicación. Premiada por el Ayuntamiento en el Concurso Literario y Periodístico "José Martí" celebrado el día 28 de enero de 1944, esta corta pero importante obra nos ayuda hoy a visualizar exactamente cómo eran estas fiestas en las primeras décadas del siglo XX.
Aquí les ofrecemos la versión digital (haga clic sobre la portada a la derecha o el título, arriba) del ejemplar que el Dr. Gravier le dedicara a Lucrecia Barrios con estas bellas palabras:
Para Lucrecia Barrios, inteligente, buena y leal,
prendas de un espíritu superior.
Con afecto,
G. Gravier
Esta amable señora, que supo valorar y conservar por más de medio siglo el tesoro que le legó el Dr. Gravier, hoy nos lo hace llegar para asegurar su conservación. Le expresamos nuestro más profundo agradecimiento a la Sra. Barrios por compartir su ejemplar con Santiago de las Vegas en Línea, y esperamos que más personas se animen a seguir su loable ejemplo para que podamos poco a poco seguir enriqueciendo nuestra historia colectiva.
Hoy tenemos el placer de ofrecerles la segunda de tres partes de nuestra entrevista con el Dr. Escarano, que nos trae bonitos recuerdos de Santiago, y de una trágica explosión que muchos ya habrán olvidado. Recuerde que si usted desea compartir sus memorias en TeleSantiago, puede enviarnos un email para hacer una cita. Además, si escuchando al Dr. Escarano le viene algún recuerdo que desea compartir ahora mismo, sólo tiene que hacer clic arriba, donde dice "¡Toma la Palabra!", y nos lo cuenta.
Le recordamos que esta noche, a las 10 hora de Miami, celebraremos nuestra primera Tertulia en La Saleta Santiaguera (haga clic en el enlace en la columna derecha). ¡Nos vemos!
Hemos tenido ayer el gran honor de recibir una "visita virtual" de Uva de Aragón, reconocida
profesora de la Florida International University y subdirectora del Cuban Research Institute (además de escritora y poeta), después de haberle solicitado sugerencias sobre cómo mejorar el sitio. Su respuesta es una infusión de energía para continuar nuestra labor -- que no es nuestra, es de todos, ya que Santiago de las Vegas en Línea es una historia colectiva que se escribe con su colaboración. Esperamos que las bellas palabras de la profesora lo inspiren a participar como nos inspiran a nosotros a seguir adelante.
Estimado José Alberto:
Sólo dos líneas por el momento para acusarle recibo de su envío y expresarle mi admiración y gratitud. ¡El sitio es un tesoro! En cuanto lo pueda explorar con más tiempo (ahora estoy en las prisas del trabajo) le escribo de nuevo con comentarios, aunque no creo posible se me pueda ocurrir nada para mejorarlo.
¡Le dan ganas a uno de ser santiaguero!
Un abrazo,
Uva de Aragón
Santiago de las Vegas, por su cercanía con la capital, disfrutaba del contacto con todas las luminarias de cultura que visitaban a La Habana. Jóvenes santiagueros con grandes inquietudes intelectuales estaban inmersos en aquel medio. Se reunían en distintos lugares y horas, ya que todos trabajaban o estudiaban, compartían nuevos conocimientos y competían con sus poemas o ensayos. De esos inquietos jóvenes se nutrían las secciones culturales del CIR, la Biblioteca Más Luz, El Club Atlético y otros. Se hicieron eco de iniciativas de otros países, difundidas en La Habana por informados periodistas, y las pusieron en práctica; ejemplo de ello fue la celebración por primera vez en Cuba del Día de las Madres. En resumen, fueron frutos tardíos de la “Belle Époque”, por sus apegos al refinamiento, a las bellas artes, a la urbanidad y al lenguaje selecto. Entre los muchos santiagueros que se entregaron a este pasatiempo intelectual había hombres de todas las clases sociales y oficios: tabaqueros; estudiantes o graduados universitarios, blancos o negros; empresarios, anarquistas o socialistas, jóvenes o menos jóvenes, etc. Marcelo Salinas, Panchito Montoto, Panchito Simón, Luís Beiro, Alfonso Pérez, Rubén Pérez, Luís Pérez, Gabriel Gravier, Arturo Doreste, Pedro Acevedo, Jesús Romero y tantos otros que harían muy extensa la cita, formaron grandes tertulias literarias.
Mi padre, Gabriel Gravier, comenzó a reunirse con un pequeño número de aquellos intelectuales. Recuerdo sus reuniones en el patio de mi casa. El patio era grande, acogedor y rodeado de flores y enredaderas, (jazmines, gloria de la mañana o galán de noche), alumbrado por algunas lámparas y por la Luna que tanto inspira a soñadores y poetas. Aunque lloviera, las tertulias no se suspendían, se trasladaba la reunión para la amplia sala y la contigua saleta de mi casa. De lo acogedoras de aquellas veladas escribió Ana María Borrero una preciosa crónica en la revista Vanidades de aquella época. Mi padre, sin muchos recursos económicos, agasajaba a esos amigos con un ponche preparado por él en una tinaja de barro, donde además de naranjas y otras frutas se vertían bastante ron y coñac. También se repartían galleticas untadas con una pasta de varios ingredientes. A medida que esas veladas se hicieron más interesantes y numerosas, mi padre llamó a los asistentes, “El Grupo Selección”.
Mario Canales, hijo de Buenaventura Canales, Teniente de la Policia en la década del 40, hoy comparte con nosotros interesantes fotografías de su familia, que pondremos próximamente en www.santiagodelasvegas.org. Como siempre, aquí las puede ver unos días antes. A continuación, las amables palabras de Mario:
Si no la ha leído ya, le sugerimos que lea más abajo "Un Crimen en Santiago", relatado por Ismael Balido, sobre un terrible homicidio en Santiago en cuya solución figuró el Teniente Canales.
Esperamos que las fotos de Mario sean de su agrado, y les sugerimos que le envíen sus comentarios o les den las gracias, haciendo clic donde dice "¡Toma la palabra!" arriba.
¿Sabía usted que Santiago de las Vegas fue, brevemente, territorio inglés? Lea lo que dice el historiador Francisco Fina García en su Historia de Santiago de las Vegas: desde los primeros tiempos hasta el cese del gobierno español (disponible al costo en Ediciones Altagracia, o en una edición del Municipio de Santiago de las Vegas en el Exilio, Inc.): "En el año 1762, tuvo efecto el rompimiento entre España e Inglaterra, declarándose la guerra entre ambas, a consecuencia del Pacto de Familia, firmado entre Francia y España. Por tal motivo, el día 6 de junio de 1762, se presentó en la bahía de La Habana una escuadra inglesa al mando del Almirante Sir George Keppler, Conde de Albemarle, compuesta de cerca de doscientos barcos, de los cuales veinte y tres eran de combate. Al ser sitiada La Habana por los ingleses, Santiago no sólo envió a sus hijos y vecinos a reforzar la guarnición habanera; sino que abrió sus puertas a los peregrinos que venían a refugiarse huyendo al bombardeo de la capital. Cumpliendo las órdenes de la Junta de Autoridades de que las mujeres, los sacerdotes, las monjas, los ancianos y los niños evacuaran la ciudad, muchas personas se dirigieron a esta población en busca de refugio. En nuestra ciudad se alojó el Obispo Morell de Santa Cruz y el Provisor del Obispado, las religiosas de los conventos Santa Catalina, Santa Teresa y Santa Clara, los enfermos de varios hospitales de La Habana y los heridos que llegaban a carretadas. Nuestro Cabildo tomó el acuerdo de que se habilitaran todas las casas de la población para recibir a los refugiados; ni una sola quedó en la ciudad sin albergar una familia. No siendo posible dar refugio a tantas personas; pues las casas de la población no llegaban entonces a cien, se levantaron chozas y tiendas de campaña en los alrededores de la iglesia y a lo largo de la Calle Real (hoy Coronel Martín Marrero), por lo que, desde entonces, se denominó a esta calle con el nombre de Calle del Refugio. Centenares de personas hallaron refugio en esta ciudad y multitud de heridos fueron atendidos y alojados en la iglesia, en la casa del Cabildo y en el Hospital del Santo Nombre de María, situado entre las calles cuatro y seis, de la Calle 11, frente a la sociedad Club Atlético «Santiago». Don Gerónimo de Cuadra, que ocupaba el cargo de Alcalde entonces, estableció un hospital de sangre, donde eran asistidos los heridos traídos de la capital, contribuyendo con tres mil pesetas de su pecunio particular, cantidad que más tarde se negó a recibir, al proponérsele su reintegro. Durante el tiempo que duró el sitio y toma de La Habana, Santiago fue visitado por altas personalidades del Gobierno, como el Marqués de Seperunda, que fuera Virrey del Perú a la sazón en La Habana y uno de los más distinguidos miembros de la Junta de Autoridades; el Teniente Rey Don Dionisio Soler; el Marqués de Jústiz y otros perso-najes de la época. Diariamente se realizaba un reparto de dinero a los refugiados sin recursos, que era enviado por la Junta de Autoridades al Cabildo santiaguero, llegándose a repartir en total 27,800 pesos, sin que hubiera que ponerse reparo a las cuentas presentadas, cuya glosa estaba a cargo del Marqués de Jústiz. De la capital llegaban heridos para ser atendidos, llegando un momento en que la cantidad era tan crecida que se carecía del material necesario para realizar las curas, por lo que hubo de reunirse el cabildo para solicitar del Teniente Rey Dionisio Soler, materiales para poder atender a los heridos y con fecha de 20 de julio es enviada una solicitud en tal sentido. (...) El auxilio prestado se realizaba de manera eficiente pues con ese dinero se aliviaba el estado de penuria de los habaneros, que sin medios de fortuna llegaron a Santiago, huyendo al ataque y bombardeo de la capital. No hemos podido encontrar antecedentes de la invasión inglesa en la jurisdicción de Santiago; pero es un hecho cierto que por lo menos de «juris» estuvo bajo la dominación inglesa; pues un testimonio de autos dictado en la Habana el 12 de enero de 1763 así lo prueba. Por dicho testimonio resulta que Don Sebastián Peñalver y Angulo, obrando con poder de Albemarle confirmó en nombre de Inglaterra la elección de Alcaldes Ordinarios, celebrada por el Cabildo de esta Ciudad el día 1° de enero de dicho año." Esta historia explica porqué la Calle 4 llevó por muchos años, durante la época de la colonia, el nombre de Calle Refugio, en recuerdo de sus hospitalarios vecinos. Quizás nuestra breve historia bajo la corona inglesa haya motivado a los editores de la augusta Encyclopædia Britannica a incluir un pequeño artículo sobre Santiago en su edición de 1911, que ahora se puede consultar en internet haciendo clic AQUÍ. Interesante, ¿no?
Para mejorar y mantener la comunicación entre todos los santiagueros, donde quiera que se encuentren, creamos hace dos semanas la Saleta Santiaguera, pequeño "chatroom" dedicado exclusivamente a nuestros visitantes, al cual se accede mediante el enlace que aparece en la columna derecha de su pantalla. Considerando, sin embargo, que este sitio está abierto las 24 horas del día, 7 días a la semana, y que por lo tanto nos llegan visitas a cualquier hora y muchas veces las personas no coinciden en la Saleta a la misma vez, hemos decidido iniciar una tertulia semanal los miércoles a las 10 pm hora de Miami (para acomodar a los santiagueros de la costa pacífica, donde serían las 7 pm). Apúntelo en su agenda, y no se le olvide tocar a nuestra puerta el miércoles que viene, día 10 de octubre, a las 10 pm. ¡Nos vemos en la Saleta! PD: Recuerde además que puede citar a sus amigos o parientes a cualquier hora que les convenga en la Saleta: es divertido el "chat", y ¡más barato que el teléfono!
Hace unos días nos llegó de nuestro querido amigo Carlos Valiente en Tampa esta bella fotografía, con el siguiente mensaje:
PD: Para refrescar su memoria, aquí les ofrecemos una añeja fotografía de la bellísima fachada del Centro de Instrucción y Recreo, procedente del sitio www.santiagodelasvegas.org. Recuerde que para ampliarla, debe hacer clic sobre la imagen. Abajo puede apreciar además el interior del Teatro Popular del CIR en la década del 1950. 
Santiago, muchos dicen, era una ciudad culta, de escritores, de poetas, de cantantes y pintores (además de atletas, científicos, médicos y profesionales, sin olvidar a los obreros, despalilladoras, albañiles y costureras, que también vivieron su vida con honor y dignidad). Es fácil, para el que no haya tenido la suerte de vivir en esos tiempos, suponer que "los viejos exageran", recordando el pasado 
con lentes color de rosa.
Pero si fuéramos a medir el nivel cultural de una sociedad por la cantidad y variedad de publicaciones que en ella surgen, quedaríamos asombrados ante la efervescente actividad periodística que hubo en Santiago de las Vegas, segura señal de una sociedad sana - no perfecta, porque como en todas partes, había problemas - pero básicamente sana.
¿Sabe usted cuántos periódicos se publicaron en Santiago en los casi 100 años entre 1863 y 1959?
Consulte la lista arriba a la izquierda que ha llegado en estos días a nuestras manos de Cuba, copiada hace tiempo de un folleto del historiador Francisco Fina García - ejemplar único - que se hallaba en la Biblioteca de Santiago (haga clic sobre la imagen para ampliar la lista). Nada menos que 97 periódicos, un promedio de ¡una publicación nueva cada año! Considerando la reducida población de una 
pequeña ciudad como la nuestra, la cifra es más sorprendente aún; per cápita, no tenía nada que envidiarle a ninguna gran ciudad.
Se ve que los viejos, al menos en este caso, no exageraban.
Le recomendamos que lea los tres periódicos que aquí le ofrecemos, ya que todos tienen artículos de gran interés: El primero, "La Evolución" del 12 de agosto de 1888, relata el trágico suceso de "La Guagua", en el cual un grupo de jóvenes santiagueros que se dirigían a un baile en Bejucal en guagua (tirada por caballos, claro está) fueron emboscados y asesinados; el segundo, "El Ideal" del 26 de abril de 1931, habla de la velada conmemorativa celebrada con motivo de la caída del coronel Juan Delgado, además de poner una lista de personas atendidas, con sus respectivas dolencias, en el centro benéfico "Casa de Socorros"; y el tercero, "La Opinión" del 16 de marzo de 1930, reporta la defunción del alcalde Ignacio Castro y Ruiz.
