sábado, 8 de diciembre de 2012

Soneto: A la revista del C.I.R.

por José Alberto Balido | Miami, Florida

Desde que el primer poeta grabara en sus tablillas de barro la Epopeya de Gilgamesh, se han escrito versos a cuanto fenómeno ha captado la imaginación: amor, vida, muerte, una flor o un ocaso, todo aquello que estremece el alma y nos hace sentir intensamente humanos. Hoy, sin embargo, hojeando una vieja revista santiaguera de hace 90 años, nos sorprende el insólito tema de un soneto octosílabo de una de nuestras mayores estrellas literarias, dedicado nada menos que...

A la Revista del C.I.R.
por Gabriel Gravier Delgado

Brotas vívida y riente
flor de luz y de quimera
que llenara placentera
de perfumes el ambiente.

Cual en la selva silente,
ruiseñor, tu melodía,
sea una nota en la armonía
del verbo azul y fulgente.

Si para colmar tu anhelo
quieres ascender al cielo
de la noble aspiración,

sin que lo tomes a gala,
como un peldaño, en tu escala
yo pondré mi corazón.

Conmovido por tan apasionada expresión consonante y métrica, me atrevo a dedicar, sin pretender compararme, este sencillo soneto a nuestro inmortal poeta, a quien tanto le debemos por salvar viñetas de nuestra historia municipal en clave de poema.

A Gabriel Gravier Delgado

Prueba más que ineludible
de que el alma del poeta
es capaz de hacer sublime
el más humilde de los temas:
desde una negra anciana
olvidada y harapienta,
hasta piedras soleadas
—o una revista vieja—

De Gabriel Gravier Delgado
ya nada nos sorprenda;
su verso es un caballo
que se desboca sin rienda,
cabalgando por Santiago
en la noche santiaguera.

Interpretación artística: Un caballo fantasmagórico galopa por la calle 13 de Santiago de las Vegas, fotografiada a finales de los años 1950 por Marcos Ruiz Rubio.

4 comentarios:

  1. ¡Qué dos increíbles talentos! Y yo que admiraba a Neruda por ser capaz de escribir una oda a sus calcetines... Sin duda, la visión poética no se limita a los "grandes" temas... Felicitaciones a los dos autores. Otro gran artículo de este sitio, que simpre ilumina algo diferente o inusual de nuestro pueblo.
    Giselle

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    1. Gracias, Giselle. Uno de mis libros predilectos en la universidad fue "Daily Life in China on the Eve of the Mongol Invasion," precisamente porque trataba temas cotidianos como el sistema de bomberos de las ciudades, o cómo eran los inodoros de la época. Me hizo ver y sentir cómo era vivir en China en el siglo XIII mucho más que cualquier historia dinástica de "grandes" momentos. Y aún hoy sigo prefiriendo lo pequeño y lo cotidiano como mejor camino para llegar al alma de un asunto.

      ¿Cuándo veremos un poema tuyo?

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  2. En vida de mi padre, muchos poetas le dedicaron poemas o escribieron acerca de él. Muchas veces era correspondiendo a otro poema escrito por mi padre y dedicado a dichos poetas. A la muerte de mi padre, muchos literatos escribieron bellas páginas (en prosa o en verso) dedicadas a la vida de mi padre. Un poeta colombiano, llegó a llamarle el "Tequendama del soneto", puesto que decía que cual águila real, su alma volaba desde aquella altura con su inspiración cubana.

    Esos poetas de los que hablo, conocieron personalmente a mi padre, lo oyeron recitar o ilustrar con su bella prosa ideas sobre la vida o la patria. Todos esos escritos yo los conservo. No obstante, jamás llegué a imaginar que un alma inspirada, pudiese componer un poema tan bello como el tuyo, sin haber conocido personalmente a mi padre. Pero es que el arte se aprecia con el alma y no con los sentidos. Tú, que no lo conociste en persona, te has penetrado en su alma y has cincelado el numen más sublime de las musas de la poesía.

    Te aseguro que de todo lo escrito acerca de mi padre por otros poetas, tu soneto es el que más me ha conmovido.

    Gracias José Alberto y te felicito por tu poema.

    Tu amigo,

    Leonardo Gravier

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    1. ¿Dónde empezar? Nunca me han acusado de cincelar un numen, sublime o no, y por ello me hallo sin palabras — condición rara en un cubano, y más aún en un miembro de mi familia — para responder como debiera. El soneto brotó en cuestión de minutos, sin meditación; una efusión, por adoptar tu palabra, clara y sincera de mi aprecio por el gran talento de tu padre. Donde sí discrepo: es él quien cala en nuestras almas, como lo hará por todos los tiempos, no yo en la suya. Es una fuerza que desde el ya remoto pasado, nos hablará siempre de lo bueno y noble de aquel Santiago que todos añoramos. Considerémoslo, pues, un Director Emérito más de Santiago de las Vegas en Línea.

      ¿Habré conocido a tu padre? No lo sé; coincidimos breves años en esta Tierra. Quizás en alguna velada del Municipio a principios de los años 70; recuerdo en particular un homenaje en que se develó, en la antigua casa de la Pequeña Habana que servía de centro social de los santiagueros de Miami, una estatua por el Día de las Madres, con mi querida Abuela Nana presente y tres madres de Camboya recién llegadas a este país, entre ellas Pa-Li, una costurera que trabajaba en la misma factoría que mi madre. Quisiera imaginarme que en un evento como ése habré conocido a tu padre, con quien tanto tendría que hablar si hoy nos encontrásemos. De momento, me conformo con el legado que en su poesía nos deja.

      Y te aseguro que, de lo poco (por no decir nada) escrito acerca de mí, tus amables palabras son las que más me han conmovido.

      José Alberto Balido

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