por José Alberto Balido
Ha llegado diciembre, mes predilecto de los niños — y de los niños que todos llevamos dentro. Tiempo, con sus noches largas, de dulce melancolía; de anticipación de alegrías por venir, y de recordación de alegrías vividas. En Santiago de las Vegas, como en toda Cuba, aparecía a principios del mes, como heraldo de la Navidad, una flor blanca y aromática, que por razones obvias se llegó a llamar "aguinaldo" (del latín hoc in anno, "en este año", sospechan los sabios de la Real Academia).
"Navidad en nuestra época (a principio de los años 40) no era regalos, luces y Santa Claus", nos contó hace ya cinco años nuestra Directora Emérita Consuelo Hernández Basabe. "La Navidad de nuestra niñez empezaba cuando veíamos los primeros aguinaldos en las cercas de las fincas de Bacallao y Acuña (calle 17 entre 12 y la línea del tren); las flores de pascua, que en Cuba son espectaculares; el "tiempo de frío", como le decíamos los niños al invierno; y las personas felicitándose en las calles. La Nochebuena era algo tan especial, o por lo menos eso era lo que sentíamos nosotros."
Rivea corymbosa, esta flor que trepa por nuestros recuerdos como trepaba por las calles de Santiago, tiene su historia interesante: conocida por los indios yucatecas como xtabentún (enredadera que crece en la piedra), es una enredadera grande y leñosa de la familia de las convolvuláceas. Es nativa de América, donde crece desde el sur de México hasta Argentina. Por el atractivo de sus grandes hojas en forma de corazón y sus flores blancas, en forma de campana, se cultiva como ornamental; en Cuba se aprovecha también la riqueza de su néctar para elaborar una miel clara y aromática. La romántica leyenda de Xtabay trata de esta flor.
Las semillas, redondas y de color café, contienen amida de ácido lisérgico, hidroxietilamida de ácido lisérgico y ergonovina. Fueron y son utilizadas por chinatecos, mixtecas, mazatecos y zapotecos en Oaxaca para ritos de adivinación, encontrar objetos y personas perdidas y diagnosticar enfermedades. Antiguamente se utilizaban también estas semillas en las ceremonias previas a los sacrificios humanos, ya que la ingestión de las semillas provoca una sensación de euforia, despersonalización y posteriormente sueño; de hecho, sólo se diferencia del LSD por el cambio de dos átomos de hidrógeno por dos grupos de etilos.*
¿Recuerda usted los aguinaldos de Santiago de las Vegas?
*Fuente | Wikipedia
Un bello artículo, que combina los recuerdos y la nostalgia de esa época tan linda, que me hubiera gustado vivir, con información interesantisima de esta flor que anunciaba la Navidad a los Santiagueros.
ResponderEliminarLas palabras de Consuelo (mi mamá) son muy lindas y cada día valoro más este sitio que nos permite atesorar estos recuerdos. Y lo más importante para mí es que la historia siempre conserva los grandes eventos, pero sitios como este nos permiten guardar para siempre los momentos dulces, pequeños y sencillos de la vida cotidiana, que al final son los que enriquecen nuestra vida.
Gracias por compartirlos con nosotros.
Saludos,
Giselle
¡Qué bella estampa de la Navidad vivida en nuestra niñez! Tan detallada, tan llena de emoción, que casi nos hace deleitarnos con el aroma de aquel aguinaldo. Es una simbiosis de poesía y botánica a la vez. Es una prosa tan pulida, tan selecta, tan delicada, que es tan sublime como un poema, sólo que desprovista de los consonantes — que aherrojan la inspiración —. Gracias José Alberto, por compartir esa emotiva efusión de tu espíritu.
ResponderEliminarGracias, Giselle, totalmente de acuerdo en que son los recuerdos cotidianos los que enriquecen nuestra vida; incluso iría más allá y diría que son los que más revelan la naturaleza y espíritu de una época.
ResponderEliminarY gracias a ti, Leonardo, por tan bellas y emotivas palabras. Escribo lo que siento. Creo que a veces la poesía sin métrica o rima es la que más nos emociona. Por ejemplo el glorioso poema "Mapilar" de tu padre, publicado en este sitio, dotado de una rima asonante que brilla por su sutileza y encanto. Y al final, creo que la prosa también puede ser poesía si se escribe con el corazón.
No tuve la suerte de compartir esa niñez que añoro aún no siendo mía, pero mis padres colorearon los días de mi juventud con sus recuerdos a tal punto que a veces parecen míos. Parte del motivo, sin duda alguna, de este sitio: conservar para siempre las memorias de las personas que más queremos.
Quien pudiera volver atras y ver los aguinaldos colgando de las cercas en la calle 17 en la finca de los Bacallao me parece que los estoy mirando. Gracias Jose Alberto por esta bonita estampa Navidena
ResponderEliminarLes deseo a todos unas felices Pascuas y que podamos algun dia volver a Cuba antes de morir.
Xiomara Vigoa (Sanchez).
Gracias, Xiomara, por compartir tu propio recuerdo de los aguinaldos de Santiago. ¡Felices Pascuas a ti también, y que tu deseo se cumpla!
ResponderEliminarSolo para decirle GRACIAS por todo lo que hacen en Santiago de las Vegas en linea
ResponderEliminarFelicitarlos por las Navidades todos .