por A. Roger Balbi Barceló
A los santiagueros, que aún quedamos para recordar el pasado; a los que somos viejos, pero viejos de verdad, como dice el amigo Buría; pregunto:
¿Quién no visitó ese lugar llamado “Ferretería Romero”, también conocida como “la Ferretería de Felito”?
Este anuncio estaba pintado en la misma esquina del edificio, en la popularísima esquina de 4 y 11, pero la característica del mismo era que las paredes al unirse no lo hacían en ángulo de 90°, sino que tenían una pared esquinada en forma diagonal (ángulos de 45°) que unía a ambas, era ahí donde se veía con mas atracción, los símbolos del anuncio.
La “Ferretería Romero”, además de distribuidores de estas pinturas, era a su vez representante de la marca RCA Victor, fabricantes de los famosos radios y tocadiscos que hacían en nuestro pueblo, con su uso, en esa época, una manera de entretenimiento. El símbolo de esta marca era el famoso “perro frente a un fonógrafo” y la frase “La Voz del Amo”. Su representante en la Isla lo era la conocida compañía Humara y Lastra, establecida en la capital. También, en la ferretería se vendían artículos de fotografía.
En el interior del local, sus anaqueles contenían una gran variedad de latas de pinturas de colores surtidos, herramientas y toda clase de instrumentos y piezas disponibles, para realizar las actividades de la vida diaria, en este tipo de comercio.
“Romero”, apellido que honró a este negocio y a nuestro pueblo, era el apellido de la familia formada por los hermanos Félix y Clemente Romero Guillermes. La esposa de Félix, llamada María, la de Clemente, de apellido Velasco, había fallecido prematuramente, siendo joven.
Ambos hermanos eran miembros del Centro de Instrucción y Recreo (CIR), pero había una diferencia entre ellos: mientras Clemente dedicaba su tiempo libre a lo social, Félix lo dedicaba más a los servicios religiosos, por ser miembro muy activo de la iglesia metodista, donde los jueves se reunían los llamados “Mayordomos” (grupo de hombres mayores) donde planeaban sus actividades y los domingos, los servicios acostumbrados, en la mañana y en la noche.
Félix y señora no tuvieron la dicha de tener hijos, pero los veían en sus sobrinos, hijos de Clemente; ellos eran “Meneco”, el mayor, que era mecánico, empleado en el aeropuerto de Rancho Boyeros, llamado en aquellos tiempos “la Curtiss”, nombre de la compañía constructora del mismo; Fausto, quien ocupo distintos cargos en el “CIR”, era casado con María, con la cual tuvo dos hijos, Faustico y Eduardo; María era una hija adoptiva de Belisa Herrera y su esposo, el señor Barroso. Sobre el señor Barroso, como nota informativa, debo indicar que este formaba parte del grupo de choferes que en la piquera de autos, situada al lado del Kiosko de Berardo, zona aledaña a la Iglesia Católica, con sus automóviles daban servicio privado de viajes a sus clientes a cualquier lugar solicitado.
servicio diario de suministro de hielo. Luis, en su camión, entregaba los pedidos de cervezas y los bloques cristalinos, que eran colocados, tanto en las neveras comerciales como en las hogareñas, para conservar los productos que necesitaban de este refrigerio. En esa época no abundaban los refrigeradores, además, no todos tenían la posibilidad de adquirirlos. El matrimonio de Esther y Luis tuvo dos hijos: Luisito y Esthersita.
Siguiendo mi relato de la ferretería, aparte de Luciano contaban como empleado de confianza con Miguel Domínguez, muy atento y servicial y en ocasiones, Fausto, quien como decimos, a veces daba la mano como ayuda, cuando pasaba por el lugar. Él fue maestro de las llamadas Escuelas Rurales, creadas en el primer gobierno de Fulgencio Batista. Miguel Domínguez, años después, trabajó para la Compañía Cubana de Electricidad.
En el área de la calle 11, al lado del comercio, se encontraba la vivienda de estas dos familias.
A una cuadra de esta ferretería, en la calle 13 esquina a calle 4, se encontraba la Ferretería Garrigó, también conocida como "La Barcelonesa", con muchos años de establecida. Aquí no podríamos aplicar la palabra “rivales”: ambos comercios eran de respetar, y entre ellos, nunca se supo que existieran discordias o malos deseos que los perjudicaran mutuamente. Eran cordiales negociantes.
Al leer este relato, a algunos lectores de los que quedamos de esa época le vendrán a la mente recuerdos vividos, los cuales podrán aportar a este sitio. Los invitamos a colaborar, ya que siempre quedan datos que no agregamos, quizás por ignorarlos, también otros conocidos, no mencionados, para que el lector se entusiasme y agregue sus conocimientos, ampliando el tema.
Este es un artículo colmado de recuerdos de nuestro querido Santiago de las Vegas. La Ferretería Romero era una institución en nuestro pueblo y todos los "viejos" nos recordamos de Felito Romero. También de Esther y Luis Alvarez. Sus hijos, Luisito y Esthercita, eran mis contemporáneos y buenos amigos. Recuerdo a mi tío Ramón Garrigó (Ferretería Garrigó, anteriormente llamada "La Barcelonesa") decir que, de vez en cuando, Felito Romero mandaba uno de sus empleados a la Ferretería Garrigó para buscar "prestado" algo que necesitaba con urgencia pués se le había agotado y lo necesitaba para uno de sus clientes. Días después lo devolvía. Eran esos tiempos de antes cuando todos en nuestro querido pueblo eran amigos y no habían rencillas serias. Todos los problemas se solucionaban con una discusión verbal y después una cerveza Cristal distribuida por Santos Lucio.
ResponderEliminarJosé R. Garrigó
Me agrada sea el amigo José A. Garrigó el primero en comentar sobre este artículo, trayéndole gratos recuerdos y reafirmando lo que expuse en cuanto que: “no había rivalidad entre ambos negocios”, se ayudaban mutuamente, cuando necesitaban resolver algo, y todo terminaba saboreando una cerveza “Cristal”.
ResponderEliminarExcelente artículo, felicito a Balbi por compartir tan lindos recuerdos de nuestro querido Santiago. Una pregunta, Iglesia Metodista no se debe escribir con mayúscula? Siempre lo he escrito así, muchas gracias por aclarar.
ResponderEliminarGracias por preguntar sobre el uso de las mayúsculas. Aclaramos que en este caso, "iglesia metodista" no lleva mayúscula. Según la Real Academia y diversas fuentes, "iglesia" lleva mayúscula cuando se refiere a la institución, no a la comunidad local o su eficio; por ende, pudiéramos decir, "los obispos de la Iglesia metodista visitaron la iglesia metodista de Santiago de las Vegas". La primera se refiere a la institución de la Iglesia metodista, y por lo tanto "Iglesia" lleva mayúscula; la segunda se refiere al templo local en Santiago, y por lo tanto lleva minúscula. Es evidente que Roger Balbi se refiere a la iglesia local (edificio) y no a la institución, ya que acto seguido dice "donde los jueves se reunían los llamados "Mayordomos".
ResponderEliminarFíjese además que se escribe "Iglesia metodista" y no "Iglesia Metodista": el adjetivo no lleva mayúscula, aún cuando estamos hablando de la institución.
La cuestión del uso de las mayúsculas es bien complicada en español, y siempre hacemos lo posible por consultar fuentes como la Real Academia (www.rae.es), para que nuestro sitio quede lo más "profesional" posible.
Gracias por leernos, y cualquier pregunta que tenga, no dude en escribirnos.
Debo decir que el articulo es genial,agrego ademas que el matrimonio del Sr Fauto Romero y Maria Barroso no solo tuvo a dos hijos varones sino tambien tuvieron a una linda joven llamada Maria Amparo Romero Barroso,hoy dia residente en Canada.
ResponderEliminarUsted entonces es familia de Clemente Romero Martínez, hijo de Meneco?
EliminarUsted me ha transportado a mi pueblo tan querido, Santiado de las Vegas, y por esa esquina donde muchos pasamos a diario. El hijo mayor de Clemente le llamaban Meneque. Meneque casado y mas tarde divorciado tuvo un hijo varón que llevaba el mismo nombre de su padre. Gracias por llevarme de nuevo a mi pueblo.
ResponderEliminarSi .El hijo se llama Clemente Romero Martínez, más conocido por Mecky. Vive en el reparto Sierra maestra stgo de la vegas . Es mi suegro
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