Compilación y redacción: Ing. Arsenio J. Alemán A.
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José Fina y Mauri (llamado Don Joseíto). Foto del retrato al óleo develado en la Sala de Sesiones del Ayuntamiento de Stgo. de las Vegas Septiembre de 1948. |
Indudablemente, una de las figuras de mayor relieve y de más recia personalidad en la historia local de Santiago de las Vegas durante el período colonial lo fue, José Eustaquio Fina y Mauri, quién nació en esa ciudad, el día 20 de septiembre de 1841. Hijo de Don Juan Fina y Doña María de Jesús Longina Mauri. Fue bautizado el 2 de octubre del propio año, en la Iglesia Parroquial de Santiago de las Vegas.
Conocido popularmente como Don Joseíto, dijeron los que lo conocieron y trataron, que era alto y delgado, de mirada serena y de pausado hablar; de ancha frente y cabellos cano; siempre vestido de traje, con su inseparable bastón de empuñadura de oro y tocada su cabeza con un fino sombrero de paño, que le daban un aspecto señorial.
Hijo de una acomodada y distinguida familia, pasó su niñez en La Habana, donde recibió educación, ingresando en la Universidad de La Habana, graduándose en 1869 en Medicina y Cirugía. Terminados los estudios, regresa a Santiago de las Vegas, donde estableció su residencia y practicó su carrera.
A fines de 1869 contrae matrimonio en Santiago de las Vegas con Josefa Marina Díaz.
En 1878 es designado Médico Municipal, cargo que ejerció por varios años, dedicándose al mejoramiento sanitario de la población.
Cuando en 1881 comienzan un grupo de santiagueros a nuclearse con el propósito de crear una institución que agrupara a los cubanos blancos(1), el Dr. Fina es uno de los primeros y entusiastas, junto con los conocidos Enrique Roig y San Martín, Fermín Valdés Domínguez, el Padre Dobal, Eligio Ma. Palma y otros, que fundaron el 5 de febrero de 1882 el Centro de Instrucción y Recreo (CIR).
Fue elegido Vicepresidente de la institución y ese mismo año, unos meses después sustituyó a Enrique Roig y San Martín, ocupando la Presidencia por el resto del período, siendo elegido para continuar el mandato en 1883. En ese año, es designado para ocupar la Alcaldía Municipal, funciones que desempeñó hasta agosto de 1887.
En 1886, siendo Presidente del CIR, auxiliado por valiosos elementos de la sociedad santiaguera entre ellos, Teodoro Cabrera, José Mikleff , Juan Orovio, inaugura la primera escuela laica en Santiago de las Vegas. Igualmente impulsó la realización de actos de cultura popular llevando a destacadas figuras intelectuales cubanas de la época a la institución.
En el orden político militó en el Partido Autonomista, del que fue un destacado miembro. Su militancia no fue óbice, para que en más de una ocasión interviniera en defensa de los que luchaban por la libertad en los campos de la revolución, prestándoles, en toda ocasión, su más decidida ayuda y protección.
«Cuando España quiso implantar el Régimen Autonomista en Cuba aceptó el cargo de Alcalde Municipal en diciembre de 1897 y no por la gloria de gobernar en tal ocasión en que sus sentimientos de cubano amante de su patria, se exaltaban con los sufrimientos de lo que en el campo revolucionario luchaban por su emancipación, entre los que se hallaba su propio hijo Juan, sino para salvar a su querido rincón patrio de la miseria y de los tormentos a que la intransigencia del Gobierno lo condenaban. Y en efecto, lo protegió de tantos males, que le llamo más tarde "su salvador"»(2).
Vivió siempre modesto, siempre sencillo, complacido en su obra benefactora, sin mirar hacia atrás en la senda emprendida y olvidándose de sí mismo, vivió en la sencillez y murió pobre.
Su labor social no tiene paralelo durante la etapa colonial, ninguno luchó con más tesón y calor que él, por la integridad, el mantenimiento y el progreso de la comunidad santiaguera.
Como Alcalde Municipal, creó escuelas municipales en distintos lugares del Término, laboró siempre por el mejoramiento sanitario, así como por el embellecimiento de la ciudad, siendo sus obras más notables, las reconstrucciones de la Casa del Cabildo y la Plaza del Recreo, en cuyo centro sembrara en el año 1884 ocho palmas reales en forma de círculo, como un simbólico homenaje a los estudiantes fusilados en 1871, que se mantuvo en secreto hasta terminada la contienda libertadora, dando así una prueba de sus altos sentimientos patrióticos, levantando un monumento a la rebeldía cubana en plena dominación colonial.
Le correspondió la responsabilidad en su condición de Alcalde de hacer entrega de la ciudad al Coronel del E.L. Raoul Arango, Jefe del Regimiento “Gral. Mayía Rodríguez”, hecho que ocurrió el 12 de diciembre de 1898.
Adolfo Cortada, santiaguero que fue maestro, periodista y escritor, expone la fina sensibilidad de su temperamento patrio:
"Año de 1898..... Cómo lo recordamos, Joseíto Pino, Arturo, Florentino, Ángel María, Joaquín Núñez, José M. Pérez, vieron humedecérsele los ojos al viejo médico santiaguero, Joseíto Fina, cuando provisto de la llave, abrió las puertas del Centro y contempló las ruinas de lo que para él era más que la Itálica famosa". (3)
Los más devotos centristas se reunieron, acordándose abrir un nuevo registro de asociados ya que los españoles habían destruido los archivos de la institución y eligieron una Directiva, siendo electo el Dr. Fina para ocupar la Presidencia, quién realizó el primer trabajo: organizar una colecta pública, a fin de poder restaurar el local social y reorganizar la Sección de Declamación, que aportó grandes cantidades, como resultado de las funciones llevadas a cabo.
Refiriéndose a la personalidad de Joseíto Fina, ha escrito el señor José Pino:
"Quien piense en las épocas pretéritas del Centro, tiene forzosamente que recordar, entre sus muchos entusiastas y decididos sostenedores, a aquel sapiente médico, altruista en grado superlativo, ejemplar padre de familia y cubano, en fin, de sobrados méritos".
Y recordando aquella serenata, que cada año organizaban el Centro y el pueblo a la residencia del médico Fina, con motivo de la víspera de su natalicio, escribe el propio José Pino: "El entusiasmo que despertaba este acto puede colegirse por el doble carácter que el mismo representaba. Era el uno la demostración del respeto y singular cariño que se le profesaba al homenajeado y el otro, el sentimiento patriótico que también lo motivaba, ya que se trataba de festejar al buen cubano, que ostentó siempre la representación de los suyos dignamente".
Sin restar méritos a otros centristas, el Dr. Joseíto Fina fue el principal mantenedor y la más fiel representación del CIR durante el período colonial.
Su espíritu reflexivo y su acendrado amor y celo por la familia no lo llevó al campo de la revolución; pero todos sus esfuerzos y simpatías estuvieron siempre al lado de los que luchaban por la libertad, prestando valiosos servicios a la causa redentora; utilizando en muchas ocasiones el prestigio y personalidad de que gozara, para intervenir en favor de los cubanos. Natural es que como político tuvo sus enemigos; pero que muchos de ellos nunca prestaron a la patria servicios más valiosos que los que prestara él.
Prestigio y fama gozaba entre los vecinos, el médico santiaguero, que por más de cuarenta años prestó sus humanitarios servicios a todas las clases sociales, asegurándose que tenía un espíritu desinteresado y que ofrecía consultas gratuitas para pobres, conducta, que le ganó grandes afectos y estimación entre la ciudadanía. Favoreció con su asistencia médica y con leal amistad a la ciudadanía toda. Gozó de un gran reputación, no solamente en Santiago de las Vegas, sino en las esferas médicas de la capital. Se cuenta que muchos enfermos que fueron a La Habana a consultar diversos médicos, al decirles que eran de Santiago, respondían: “Pero cómo viene Ud a ver médicos a La Habana, si tienen allá al Dr. Fina, que es un gran médico?”
Fue el tercer Alcalde que tuvo Santiago de las Vegas, en época de la colonia y el primero después de la Independencia.
Rodeado del cariño fervoroso de sus familiares, amigos y del pueblo, dejó de existir en su amplia casa de estilo colonial de la calle 10, la tarde del 5 de abril de 1914. A su muerte ocupaba los cargos de Presidente del Partido Conservador y el de Jefe Local de Sanidad.
Su cadáver fue tendido en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento, por acuerdo unánime de la Cámara Municipal, tomado en sesión extraordinaria, asumiendo el Ayuntamiento los costos del funeral, como póstuma ofrenda a quien honró en dos ocasiones a dicha institución, desempeñando el cargo ejecutivo, con acrisolada honradez y elevada justicia.
La primera guardia de honor rendida a su cadáver, la hicieron el General Dionisio Arencibia, que ocupaba el cargo de Alcalde Municipal, el señor Juan C. Simón, Presidente del Ayuntamiento, el Sr. Arturo Cobo Casals, Jefe del Partido Conservador y el señor Rafael Camero; siendo trasladado al día siguiente en horas de la mañana al Cementerio de Colón en La Habana, donde descansan sus restos mortales.
Setenta y tres años de honrosa vida, que consagró al bien de la humanidad y de su patria, ya que su familia, sus amigos y sus pobres enfermos, fueron el objeto casi único de su ocupación constante, así como los destinos de su patria, su más tenaz pensamiento.
Hombre sociable y de grandes preocupaciones por la cultura y el progreso de su pueblo natal, participó activamente en el seno de la sociedad santiaguera, aportando sus entusiasmos y capacidades al desarrollo social, cultural y educativo de Santiago de las Vegas, ya como Presidente del CIR o desde el cargo de Alcalde Municipal, posiciones que desempeñó en varias ocasiones.
Su muerte constituyó un verdadero motivo de dolor porque gozaba de gran cariño, por su desinterés, su carácter democrático, sus virtudes cívicas y su nobleza espiritual. El fue sin lugar a dudas, el personaje más destacado e influyente en el seno de la comunidad santiaguera, en toda la segunda mitad del siglo XIX.
Epílogo:
El 19 de septiembre de 1948 tuvieron efecto los actos de tributo y recordación a José Fina Mauri en cumplimiento del acuerdo adoptado por la Cámara Municipal a propuesta del concejal Jesús Romero García. Los actos consistieron en:
1. Develar un retrato pintado al óleo, en la Sala de Sesiones del Ayuntamiento.
El Sr. José Averoff, Presidente del Ayuntamiento, pronunció unas breves palabras de introducción y seguidamente procedió a la develación del óleo. A continuación el Alcalde Municipal, Benjamín Rodríguez expresó el reconocimiento del acuerdo de la Cámara al tener el acierto de honrar a un gran distinguido ciudadano.
A nombre de la Cámara Municipal, el Sr. Francisco Simón Valdés, dio lectura a un acucioso e interesante trabajo, en que puso de relieve los méritos que adornaron la persona del Dr. Fina y su ejecutoria digna y limpia en el rol de sus actividades públicas. Terminó el acto con las palabras de agradecimiento pronunciadas por el Dr. Mariano Fina, Inspector Jefe del Distrito Escolar de Santiago de las Vegas a nombre de los familiares.
2. Develación de una tarja
Después, los asistentes se trasladaron a la casa donde naciera el homenajeado, para develar una tarja realizada por suscripción pública en la que se hacía constar dicho extremo, procediendo el Alcalde a develar la misma y pronunciando unas breves palabras.
Para concluir el Dr. Gabriel Gravier ofreció un breve pero certero discurso, sobre la personalidad del Dr. Fina, felicitando a la Cámara Municipal y en particular al Concejal Jesús Romero García, por tan justo homenaje a cuya iniciativa y gestiones se debieron los actos en cuestión.
(1)Recuérdese que en 1879 se
había organizado en Stgo. de las Vegas la sociedad de cubanos de
“color” (negros y pardos) que luego tomó el nombre de Centro de
Instrucción y Recreo “La Gloria”.
(2)Tomado
de un artículo publicado en el periódico "Heraldo
de Cuba"
en marzo de 1914, escrito por Josefina Sardiñas.
(3)Como
es conocido, la institución fue tomada por las fuerzas españolas y
su local destinado como cuartel. Terminada la Guerra
de Independencia, el local le fue devuelto a los cubanos, pero sus
ocupantes lo habían dejado en estado ruinoso. Habían arrancado las
maderas de los pisos para cocinar, las paredes ennegrecidas de
hollín, techos enmohecidos, en fin, daba una triste sensación de
miseria y ruinas.
Fuentes Consultadas:
1. Díaz, Alfredo. José Fina Mauri. En revista Antorcha, Año 3 No. 10, Stgo. de las Vegas, agosto 30 de 1948.
2. Fina García, Francisco. El médico José Fina. En Santiagueros del Pasado (1ra. serie) , Editorial Antena, Santiago de las Vegas, 1959.
3. -----------------------. Lcdo. José Fina Mauri. En Galería de Santiagueros Distinguidos. Editorial Antena. Stgo. de las Vegas, 1943.
4. Honrada la memoria del Dr. José Fina Mauri. En revista Antorcha, Año 3, No. 11, Stgo. de las Vegas, septiembre 30 de 1948.
5. Romero García, Jesús. José Fina Mauri. Imp. Mikleff, Stgo. de las Vegas, 1948
6. Varios actos en honor de José Fina Mauri. En periódico Géminis, Época 2da, Año XI, No.366, Stgo. de las Vegas, septiembre 30 de 1948.
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