Francisco Castillo y Pérez nace en Santiago de las Vegas a mediados del siglo XIX (circa 1850). Poeta espontáneo, hacía versos en el tiempo que le dejaba la mesa de tabaquería.
Era asiduo a las tertulias en el Centro de Instrucción y Recreo y en la casa de Teodoro Cabrera. Se le clasifica como un poeta de la época colonial.
Ha quedado muy poco de su producción poética. Hemos localizado una décima, que Helio Orovio catalogó como una gala de las letras cubanas. La presentamos a continuación:
Vertió la aurora, al nacer,
sobre el pétalo de un lirio
una perla, y con delirio
la fué un zunzún a beber;
más no sació su placer
el pájaro temblador,
porque, en medio de su ardor,
no bien la perla tocó,
cuando ésta se le ocultó
en el cáliz de la flor.
El Sr. Anselmo Folgueras en correspondencia fechada en Madrid el 16 de marzo de 1922 remitida al Director de la Revista del C.I.R., dice:
«Respecto a la
décima de Castillo, que también aparece en el número extraordinario, diré que
está cincelada. ¡Lástima que no se
conserven todos los versos de ese vate santiaguero!»
De Castillo también localizamos unos versos que reflejan el reclamo a la autoridad del despótico régimen colonial en Cuba de que se hiciera justicia ante el horrendo crimen y se sancionara a los culpables por el asesinato de Don Pedro M. Álvarez, acaecido durante los conocidos Sucesos de la Guagua, el 5 de agosto de 1888.
A continuación, las cuartetas que leyó Castillo ante la tumba de Pedro M. Álvarez:
Fáltale, pues, a mi inacorde liraeco vibrante que surcando el viento,esparza por el orbe el sentimientoque esa tu muerte con verdad me inspira.¿Quién había de pensar joven queridoque una turba feroz de inicua gente,te hiciera de un camino concurridohollara el polvo tu serena frente?¿Quién había de creer por un cobardeque tu madre amorosa en su retirorecogiera en las brisas de la tardetu último adiós y postrimer suspiro?¿Habrá un honrado ser que no se inquieteal saber de tu muerte el barbarismo....?¡Que ni allá en la Hotentocia se cometeun hecho tan brutal de salvajismo!¿Y quiénes fueron ¡ah! los asaltantesque te privaron del vital abrigo...?Quizá los mismos que momentos antesla mano te tendieron del amigo.Descansa en paz y que tranquilo subatu espirítu valiente al cielo pío;que hasta las palmas de tu triste Cubahan llorado tu muerte amigo mío.No sufra tu alma; la materia yertayace en la huesca en soledad propicia:el mundo de Colón pide justicia;y éste la ha de tener severa y cierta.Que si existe una ley en el santuariodel que rige de Cuba los destinos;arrastrarán tus viles asesinosla cadena fatal del presidiario.
Sólo estas dos obras hemos encontrado de Francisco Castillo. Lamentamos no poder ofrecer mucha más información sobre este poeta y su obra.
Fuentes Consultadas:
- Fina García, Francisco. Poetas rebeldes del siglo XIX. Revista Antorcha, Año 4 No. 1, noviembre 30 de 1948.
- Folgueras, Anselmo. Mirando desde Madrid, en Revista del C.I.R., Año II, No. 11, mayo 1º de 1922.
- “Los
poetas de Santiago de las Vegas”. Compilación y prólogo: Helio Orovio.
Publicado por el Consejo Regional de Cultura de Boyeros. Impreso por
Imprenta Revolucionaria CTC, La Habana. [s.a.].
Qué lindo comprobar que nuestro pueblo estaba lleno de poetas, artistas y pensadores.
ResponderEliminar