jueves, 12 de mayo de 2022

Explosivos y explosión en Santiago de las Vegas

RESEÑA DE LA EXPLOSIÓN DEL POLVORÍN

Por: Ing. Arsenio J. Alemán A. | Santiago de las Vegas

Transcurre el año 1926. La situación económica en el país es desalentadora. El gobierno del General Machado trata de enrutar la economía nacional, pero ya también comienzan los conflictos relativos a la prorroga de poderes que propone el Presidente.

Santiago de las Vegas no es ajeno a la situación descrita. La lectura de la prensa de la época recoge innumerables problemas de todo tipo: el alto precio de los alquileres de viviendas, la falta de empleo, el deplorable estado de las calles y las aceras, la ausencia de una escuela primaria superior, el estado de la sanidad pública.

Como si todo lo anterior fuera poco, el ciclón de octubre 20 de 1926 hizo mucho daño en Santiago y los recursos y ayudas prometidas tardaban demasiado en llegar, a pesar de las gestiones y esfuerzos del alcalde, el Sr. Ignacio Castro Ruiz.

Se requería una inyección de fuentes de empleo en Santiago y los directivos de la Cámara de Comercio pusieron empeño en ver como se podía reactivar la economía de la localidad.

Así las cosas comenzaron una serie de gestiones para atraer inversionistas que estuviesen dispuestos a asentar sus negocios (industrias y comercios) en Santiago de las Vegas. Como resultado de tales gestiones, lograron que la compañía Industria Nacional de Explosivos S.A. estuviese interesada en construir en esta localidad una fábrica dedicada a la obtención de explosivos industriales, con una nueva tecnología recién patentada en Cuba, autorizada por Resolución Presidencial del 27 de mayo de 1926, cuyo inventor fue el Mayor del Ejército  norteamericano Francis P. Freemont.

Se anunciaba que este nuevo tipo de explosivo resultaba ser dos veces más potente que cualquier otro de los explosivos que se importaban en Cuba para la época, y ser "el más seguro en su manejo y transporte"; lo que ponía al nuevo producto en condiciones de mercado verdaderamente excepcionales.

Por esas circunstancias, la mencionada Resolución Presidencial que autorizaba la fabricación en Cuba de ese nuevo tipo de explosivo, lo eximía también de muchos requisitos que establecía la Ley de Explosivos entonces vigente y comparativamente ofrecía las siguientes ventajas:

  1. Adquisición inmediata por los compradores "sin necesidad de permisos militares".
  2. Entrega inmediata por "cualquier medio de conducción y sin necesidad de custodias militares”.
  3. En consecuencia, una gran economía en fletes.
  1. La facilidad de adquirir cualquier cantidad, grande o pequeña en cualquier tiempo o lugar.
  2. La bonificación de fletes (un 35 %) que recibiría el comprador, ya que ese  producto es de origen NACIONAL y los demás explosivos conocidos en Cuba en la época eran de origen EXTRANJERO.
  3. La adquisición por los compradores de "Doble Fuerza en el mismo volumen" y por el mismo precio, lo que prácticamente equivaldría a la mitad del precio, puesto que se trataría de una mercancía que representa fuerza.

La Cámara de Comercio local, intermedió con el Concejo Municipal, quienes gustosa y amablemente atendieron las razones de conveniencia local para otorgarle a la Compañía la excepción que a las nuevas industrias si son necesarias, pueden concederle.

De manera que Santiago de las Vegas  tendría en relativo breve plazo una manufactura importante, la única en la República, que sería la Fábrica de Explosivos. Y la trascendencia que tendría el establecimiento de esta nueva industria en nuestro pueblo sería la de ser una nueva invención  que sustituiría con ventaja a la dinamita, pues su fuerza sería “cien por cien”, su costo sería más económico y que en su fabricación se consumiría en mayor proporción el azúcar.

Y por ser nueva invención, obtuvo la exclusiva en la Isla, cuyo consumo sería nueva fuente de riqueza nacional.  Y no solamente se fabricaría para abastecer a nuestro país, sino que también se haría para la exportación.

Así el 30 de septiembre de 1926 la prensa local anunciaba a la población toda esta nueva obra cuya construcción comenzaría en breve plazo. Igual, la prensa local, daba a conocer un reporte de seguridad emitido por el fabricante a las autoridades cubanas. Lo transcribimos a continuación: 

RESUMEN DE PRUEBAS

(Del Informe Rendido al Estado)

  1. Estabilidad: - Completa a la temperatura ordinaria.
  2. Sensibilidad: - Insensible al choque. Solamente explota por la acción de un fulminante o la corriente eléctrica.
  3. Explosión: - Al aire libre arde con llama viva sin producir explosión. Explota al aire libre o en cualquier lugar que se coloque cuando se le aplica el fulminante o corriente eléctrica.
  4. Explosión por influencia: - No explota ni se enciende cuando se coloca a 18 o más pulgadas del punto de explosión. El U.S. Ordenance Department colocó tres granadas de mano cargadas de este explosivo en una misma caja y unidas.  Hizo explotar la del centro y las otras dos fueron lanzadas de la caja y una abollada pero sin explotar.
  5. Energía explosiva: - Es cien por cien explosivo, esto es, que todos sus componentes toman parte en la explosión.
  6. Sensibilidad al calor:- Ni explota ni se enciende después de calentado durante 24 horas a 75 grados centígrados.  No ha presentado visible descomposición después de 48 horas de calentarse a 75 grados centígrados.  La pérdida de peso fue 0,12 %.
  7. Detonación: - El U.S. Ordenance Department usó como carga interior de un proyectil de mortero de 3.6" produciendo la explosión por medio de una espoleta.

Observación: Debe tenerse en cuenta que el explosivo que se intenta fabricar suple ventajosamente al conocido por "dinamita" de fabricación americana o inglesa, siendo a la vez, según se ha comprobado, lo mas seguro y de menos peligro para su transporte y manejo que cualquier otro de los explosivos hasta hoy conocidos.

Por supuesto que en sentido general la noticia fue bien acogida. Reproducimos a continuación algunos de los titulares y expresiones que se reflejaron en la prensa de la época: 

«SANTIAGO CONTARÁ MUY EN BREVE CON UNA IMPORTANTE INDUSTRIA, ÚNICA EN LA REPÚBLICA: UNA FÁBRICA DE EXPLOSIVOS».

«Somos optimistas acerca del porvenir de nuestro querido Santiago y no es precisamente porque tengamos nuestro espíritu con esta benigna inclinación, sino que la historia de Santiago nos lo muestra.  A pesar de que en ciertas épocas Santiago ha tenido grandes obstáculos para su desenvolvimiento, han sido vencidos, tal parece que por la buena "estrella" que acompaña a nuestro querido pueblo».

«¡Si Santiago tuviera sus calles arregladas, sus aceras buenas, Parque de Recreo, y la debida atención para el fomento de industrias.....!  Entonces Santiago ocuparía su sitial, cual el de aquellos tiempos de la "Fiel Ciudad", que pudiéramos llamar de rancio abolengo».

El 30 de noviembre de 1926 se anunciaba que ya habían comenzado los trabajos de construcción de la fábrica de explosivos. Gracias a la amabilidad del Sr. Millares, Vice-presidente de la Industria Nacional de Explosivos S.A., se ofrecían informaciones y características técnicas del producto.

El domingo 24 de abril de 1927 se anunciaba a la población que ese día sería oficialmente inaugurada la fábrica de explosivos construida en Santiago de las Vegas en un área correspondiente a la finca Los Mangos.

 Y concluía la información de esta manera:

«Asistirá elemento oficial del Ejército, otros departamentos y de este Municipio. Y mañana empezará a funcionar esa planta única industria nacional, fabricando el explosivo de más fuerza que se conoce en el mundo».

La finca Los Mangos, se ubica en el lugar conocido por la Loma de la Sierra, cercana al Cacahual, en superficie perteneciente al Término Municipal de Santiago de las Vegas, prácticamente colindante con el Término Municipal de Bejucal. 

Plano parcial del Término Municipal de Santiago de las Vegas (1943).

La ciudad de Santiago de las Vegas aparece en color verde. El Mausoleo del Cacahual en color azul y en color rojo se señala el emplazamiento de la finca Los Mangos.


Así las cosas, Santiago estaba a las puertas de iniciar un ascenso en su producción industrial, tomar celebridad en el ámbito nacional al estar enclavado en su territorio la única fábrica cubana de explosivos, incrementar la fuente de empleo a sus pobladores y emprender un ciclo de bonanza económica. Pero……..

El día martes 3 de mayo de 1927  se produce una explosión en la fábrica, a la que ya los santiagueros llamaban « el polvorín ». 

El día miércoles 4 de mayo de 1927 el titular del periódico La Opinión, de Santiago de las Vegas fue el siguiente:

¡PAZ A LAS VÍCTIMAS DE LA TREMENDA CATÁSTROFE!

El Holocausto de Sangre al Progreso.  ¡Paz a las víctimas!  Balbuceamos con el alma adolorida llena de sentimiento ante este bautizo de sangre.  ¡Paz a las víctimas! repetimos in-mentis, contemplando el doloroso cuadro que ha enlutado hogares de laboriosos obreros.

Nos quedamos atónitos ante la evolución del progreso.  La planta que pocos días ha fue inaugurada con tanto entusiasmo, con tanta fe en la prosperidad que dependía de esta nueva industria, única en Cuba, ha sido bautizada con sangre.

La planta que había sido construida con todos los adelantos y precauciones para esta clase de fabricación ha sucumbido casi totalmente.  La Compañía "Industria Nacional de Explosivos", ha sufrido un trágico comienzo.

Recomponiendo la información disponible intentaremos ordenar los hechos:

Las causas

De acuerdo a lo declarado por el Sr. Freemont, con la serenidad que le caracterizaba, explicó como él suponía habían sucedido los hechos. 

"Es cierto que a pesar de la rigurosa vigilancia se encontraron colillas de cigarro y fósforos por el suelo y algunas veces fósforos dentro del azúcar.  Es evidente que el obrero que estaba en la plataforma para echar el polvo en el molino, le faltan las personas, luego la explosión partió de los engranes de presión, en cuyo frente estaban desgraciadamente en aquel momento, el Cap. Varona y el Sr. López.  Es evidente asimismo que los obreros que se encontraban en las mezcladoras murieron por carbonización, es decir, la explosión fue contra ese pabellón y cuyo material se inflamó achicharrando aquellas pobres gentes que aparecieron en distinta forma dentro de las pailas"

Termina su comentario diciendo:

«El material que estaban empaquetando las mujeres no explotó a pesar del gran estremecimiento, lo que prueba la seguridad de mi explosivo, que "no explota sino con la acción de un fulminante"».

Las víctimas

La identificación de las víctimas fue sumamente espinosa. Los cadáveres estaban carbonizados unos, despedazados otros. Por la lista de los trabajadores desaparecidos y con la ayuda de familiares y amigos pudo saberse quienes fueron las víctimas.

Ellas fueron: Gilberto Jiménez, sargento retirado; Marino Alfonso y Miguel o Rafael Alfonso, padre e hijo, vecinos de Bejucal; Ramón Donate; Armando Rodríguez; Ramón Oliva; Ramón y Evelio Collazo, hermanos; el Administrador Miguel López Miranda y el Capitán Varona, Director Técnico de la planta.

Los dos últimos se encontraron despedazados cerca del molino y los demás carbonizados completamente, que eran los trabajadores que estaban en las pailas mezcladoras del polvo con el líquido, lo que no explotó sino ardió como pólvora.

Hasta altas horas de la noche no habían aparecido aún: Emérito Hernández y Julián Valdés.

El total de víctimas (fallecidos y heridos) alcanzó aproximadamente la cifra de 20 personas.  En los salones del Centro Obrero, recién inaugurado, se llevó a cabo el velorio de alguna de las víctimas.

Detenidos

Al actuar, el Juzgado y después de tomar declaración  de los supervivientes, ordenó la detención por el tiempo que la Ley dispone, a: Mayor F. Freemont, inventor del explosivo, que no se encontraba en la planta, en esos momentos; R. U. Stüsser, Superintendente General y Representante del Sr. Freemont, que segundos antes había salido del departamento que explotó y Luís Betancourt, Jefe del Departamento que explotara después que saliera con Mr. Stüsser para revisar el material que en otro departamento envasaban 15 mujeres.

Auxilios brindados

La explosión y la muerte de los trabajadores mencionados movilizaron el apoyo de autoridades y pueblo en general en el envío de auxilios al lugar del suceso. Entre ellos el Jefe de Bomberos de La Habana, los Secretarios[1] de Gobernación y Sanidad, los Alcaldes de La Habana y Quivicán. Igual, el Sr. Gilberto Vázquez, Administrador de la Empresa "La Santiaguera" porque tan pronto conoció de la catástrofe ordenó la salida a ese lugar de cuatro guaguas para el transporte de heridos si hubiera o lo que fuere necesario, cuyas cuatro guaguas dieron dos viajes redondos transportando gente gratuitamente, por el solo hecho humano de ayudar a las víctimas.

La sesión celebrada el día 6 de mayo por el Ayuntamiento, que fue presidida por el Sr. Ramón Martínez, por ausencia del Sr. Narciso Tejuca y actuando de Secretario el Sr. Lucilo Romero, adoptó entre sus acuerdos el siguiente:

«Se acuerda hacer constar en Acta el pesar que le embarga al Ayuntamiento por las desgracias ocurridas con motivo de la explosión y por consiguiente, hacerle llegar las más sentidas condolencias a los familiares de estas víctimas, al mismo tiempo que expresar las gracias a los Sres. Alcaldes Municipales de La Habana y Quivicán, al Sr. Jefe de Bomberos de La Habana, a los Hons. Secretario de Gobernación y Sanidad, por los auxilios enviados al lugar del suceso tan pronto tuvieron conocimiento».

El Sr. Vázquez remitió ofrendas florales a nombre de los empleados de su compañía y de la compañía en si misma disponiendo al día siguiente para el entierro la salida de cuatro guaguas, que dieron cuatro viajes redondos transportando a las numerosas personas que fueron al Cementerio a acompañar a las víctimas y a sus familiares, en esos tristes momentos de dolor.

Por tales gestos el Sr. Alcalde le expresó su agradecimiento en nombre de los familiares y del pueblo al igual que el Sr. Miguel Ángel de Armas en representación del Centro Obrero.

COMITÉ PRO-FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS

Para poder llevar algún alivio a los hogares que sufrieron tan rudo e inesperado golpe, se constituyó un Comité para recabar fondos a esa finalidad, que lo integraron los Sres. Ignacio Castro, Alcalde Municipal, que lo presidió; Gregorio Irurzum, Secretario; Oscar Montano, Tesorero; siendo asesores los Sres. Narciso Tejuca, Presidente del Ayuntamiento; Leopoldo Noriega, Concejal; Manuel F. Fernández, Presidente del Casino Español; Francisco Garrigó, Secretario de la Cámara de Comercio; Manuel Montoro; Digno Macías, Presidente del C.I.R. La Gloria; Ángel M. Velasco, presidente del C.I.R.; y el Dr. Antonio Ramírez, Jefe Local de Sanidad.

El Comité hizo un llamamiento a todas las personas caritativas, fueren de Santiago de las Vegas o de otros lares, que pudieren contribuir a aliviar las necesidades de las personas afligidas por la muerte del padre, del esposo o del hijo que le sustentaba la vida.

De otra parte se conoció que la señora esposa de Rionda, Presidente de la Cía. Industria Nacional de Explosivos, envió 500 pesos y dicha Compañía, otros 500. El Sr. Emeterio Zorrilla remesó 400 pesos.

EL BENEFICIO DEL CIRCO LOWANDE

El Sr. Ramón La Rosa, Gerente de la Empresa de Circo "Lowande", se ofreció a realizar una función a beneficio de las familias de las víctimas.

Llovió sobre lo mojado

Apenas pasado tres años de la horripilante catástrofe referida, volvieron los vecinos de Santiago de las Vegas a consternarse, ante la noticia de que un nuevo accidente había ocurrido en la misma fábrica.

El lunes 25 de noviembre de 1929, se encontraban trabajando en el departamento destinado a moler la pólvora en la fábrica de explosivos “Cien por Cien”, los obreros Silesio Bernal Díaz, natural y vecino de Bejucal, de 18 años de edad, soltero; y su compañero Basilio Más Valdés, también de Bejucal, con domicilio radicado en calle 9 No. 11, en dicha localidad, de 38 años de edad y estado civil casado.

Declararon ante el Juez, Benito Martínez Nebot, que la pólvora que molían se inflamó sin que pudieran precisar cómo, haciendo presa las llamas en su vestimenta y extendiéndose a toda el área en que trabajaban.  A los gritos de auxilio acudió el encargado de la fábrica, que les arrancó los vestidos, y los condujo en un automóvil de su propiedad al Hospital “Maceo”[2] a donde llegaron completamente desnudos y con los cuerpos carbonizados.

El Dr. Antonio Rayneri, les prestó los primeros auxilios a los lastimados obreros, calificando de gravísimo su estado.   A las ocho de la noche dejó de existir el joven Bernal, siguiéndole el apellidado Más a las 12 y media de la madrugada.  Los cadáveres de dichos obreros fueron trasladados a Bejucal donde recibieron cristiana sepultura.  El Sr. Más dejó cuatro hijos huérfanos. El joven Bernal se encontraba cursando estudios en la Universidad.

Este nuevo accidente causó una gran pena, ya que la población de Santiago de las Vegas creyó que a raíz de la catástrofe ocurrida en el año 1927, los encargados de la Comisión que investigó aquellos sucesos habrían tomado las medidas necesarias para la mayor protección de los obreros que allí laboraban.

La comunidad santiaguera urgió a los centros oficiales se abriera una investigación, a fin de exigir las responsabilidades derivadas del caso, si ello fuere posible.

Y hasta aquí la historia. No encontramos informaciones en la época de la prensa que condujera a conclusiones y al parecer, no se volvió a hablar más del tema. 

Referencias:

  1. Dos obreros carbonizados en la Fábrica de Explosivos “Cien por Cien”, Periódico El Ideal, Año I No. 22, Santiago de las Vegas, miércoles 27 de noviembre de 1929.
  2. EL BENEFICIO DEL CIRCO LOWANDE, Periódico La Opinión, Tomo III, No. 46, Santiago de las Vegas, miércoles 11 de mayo de 1927.
  3. El SR. GILBERTO VÁZQUEZ, Periódico La Opinión, Tomo III, No. 46, Santiago de las Vegas, miércoles 11 de mayo de 1927.
  4. HOY SE INAUGURARÁ LA FÁBRICA DE EXPLOSIVOS, Periódico La Opinión, Tomo III, No. 44, Santiago de las Vegas, domingo 24 de abril de 1927.
  5. INDUSTRIAS NACIONALES. La Fábrica de Explosivos que se establece en esta Ciudad empezó a construirse,  Magazine La Opinión, Año I No. 27, noviembre 30 de 1926. 
  6. Las Sesiones del Cabildo. Del día 6. Periódico La Opinión, Tomo III, No. 46, Santiago de las Vegas, miércoles 11 de mayo de 1927.
  7. ¡PAZ A LAS VÍCTIMAS DE LA TREMENDA CATÁSTROFE! El Holocausto de Sangre al Progreso, Periódico La Opinión, Tomo III, No. 45, Santiago de las Vegas, miércoles 4 de mayo de 1927.
  8. Ruego a la Prensa en General. COMITÉ PRO-FAMILIARES DE LAS VICTIMAS. Periódico La Opinión, Tomo III, No. 46, Santiago de las Vegas, miércoles 11 de mayo de 1927.
  9. SANTIAGO CONTARÁ MUY EN BREVE CON UNA IMPORTANTE INDUSTRIA, ÚNICA EN LA REPÚBLICA: UNA FÁBRICA DE EXPLOSIVOS, Periódico La Opinión, Año I, No. 21, Santiago de las Vegas,  septiembre 30 de 1926.
  10. Simón Pérez-Rolo, Santiago de las Vegas, 300 años de historia. Octubre, 2000.

[1] Léase Ministros.

[2] Se llamaba así en aquel tiempo el Hospital Municipal de Santiago de las Vegas.

1 comentario:

  1. Cada día descubro más cosasinteresantes de nuestro pueblo! Excelente publicación.

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