por José Evidio García | Madrid, España
Sin embargo, este escrito no va dirigido a sus profesores, los que recuerdo con cariño y agradecimiento, ni siquiera a la práctica docente del plantel, sino a las variadas actividades extraescolares que organizaba el propio director y prestigioso profesor Luis Gacio Herrera, las que, seguramente, sus exalumnos recordarán.
Edificación donde funcionaba el Colegio Gacio en la década de los años cincuenta del siglo pasado, situada en el Reparto Tessie. |
Corría la primera mitad de la década del cincuenta y al comienzo del mes de diciembre de cada año desembarcaba en la ciudad de La Habana el mundialmente famoso circo norteamericano Ringling Brothers and Barnum & Bailey o, sencillamente, Circo Ringling, cuyos acróbatas, trapecistas, malabaristas, domadores y payasos hacían las delicias de grandes y chicos.
Para ofrecer su grandioso espectáculo al público de la capital, de sus barrios y de los pueblos cercanos, el circo levantaba sus instalaciones en el que fuera Palacio de Convenciones y Deportes, edificio de forma redonda y con gradas de concreto rodeando todo su interior, muy similar al que actualmente existe en la Ciudad Deportiva de Vía Blanca y Avenida de Boyeros. En aquella época el antiguo Palacio se encontraba situado al final de la calle Paseo del Vedado, en el mismo lugar donde está ahora el hotel Habana Riviera.
Por aquel entonces la avenida del Malecón y el muro que separa la tierra firme de las aguas del Estrecho de la Florida no llegaban todavía hasta ese lugar. En lo que hoy ocupa lo que es la continuación de esa avenida, incluyendo el famoso muro, sólo existían arrecifes tipo “diente de perro”. En la línea costera y adentrándose en el mar aún quedaban los restos de lo que antes habían sido baños o pocetas utilizadas por los antiguos residentes de esa barriada del Vedado para darse chapuzones en el mar los meses de verano. Durante las dos primeras semanas de diciembre el circo mantenía funciones diarias y el público podía visitar también, en esa área exterior cubierta de arrecifes y contigua al propio Palacio, los elefantes y las fieras encerradas en sus respectivas jaulas, que una vez comenzada la función formaban parte
también del espectáculo circense.
Para que pudiéramos asistir a la función, el Colegio Gacio suspendía durante una tarde completa las clases y después de almorzar partíamos rumbo al Ringling en ómnibus fletados. Una vez dentro del circo, desde el mismo inicio del espectáculo la atmósfera mágica que nos envolvía a todos nos mantenía pegados a las gradas. Casi sin pestañar siquiera no perdíamos ni un solo detalle de lo que ocurría dentro de la pista, en sus alrededores, o en lo alto de la cuerda floja, o en los trapecios. Siempre me he preguntado cómo del interior de un pequeño automóvil Renault de los años 50, que aparecía silenciosamente en escena y se detenía en el centro de la pista, podían salir alrededor de quince payasos. Aquello era algo similar una chistera gigante de un mago, pero en lugar de palomas o conejos los que aparecían como por arte de magia eran payasos. Mágicos también parecían ser los grandes granizados de diferentes colores y sabores que los vendedores ambulantes del circo
pasaban reiteradamente por las gradas ante nuestros ojos, sin que el hielo llegara nunca a derretirse como si fuera hecho de plástico.
La televisión
El día 28 de enero de 1953 se conmemoraba el centenario del natalicio de José Martí. Ese mismo día por la mañana Santiago de las Vegas se vistió de gala y todos los colegios del pueblo organizaron un desfile que recorrió sus calles en homenaje al apóstol de la independencia. A la cabeza del bloque de alumnos del Colegio Gacio iba la banda del plantel haciendo sonar sus tambores, seguida de una carroza en forma de farola del Morro construida expresamente para el desfile; junto a ésta o detrás continuaba un grupo de alumnos vistiendo ropas de época representando escenas alegóricas a la vida de Martí y, por último, el resto de alumnos de la escuela con sus uniformes reglamentarios.
En el mes de febrero, días después de efectuado el desfile, los alumnos del Colegio Gacio tuvimos el privilegio de ser invitados a participar en “La Escuelita de Rosendo Rosell”, programa vespertino infantil que transmitía de lunes a viernes el propio canal 4 de televisión. Una vez comenzada la emisión del programa, el animador Rosendo Rosell presentó el colegio y expuso a los televidentes la razón de nuestra visita, relacionada con el centenario del nacimiento de Martí. A continuación los alumnos invitados comenzamos a subir en fila india por la escalera que conducía desde la calle San Miguel hasta la azotea del edificio, en dirección al set donde se estaba televisando ya el programa. En realidad era un estudio de televisión improvisado, compuesto por varios sets al aire libre, situados uno a continuación del otro, aprovechando así la propia estructura de la azotea, más larga que ancha. Sólo la mitad del ancho de la azotea estaba cubierta con un cobertizo construido al efecto a todo su largo. Este cobertizo cubría solamente la parte correspondiente a la escenografía de los sets y a las cámaras. Al finalizar cada programa las mismas cámaras se trasladaban de un set a otro, con una escenografía diferente, para continuar con el siguiente programa después de haberse consumido el tiempo de publicidad. El set de la “Escuelita” se encontraba, justamente, en el set ubicado al final de la azotea.
Participación del Colegio Gacio en el programa de televisión La Escuelita, en febrero de 1953. A la izquierda se puede ver al propio animador del programa Rosendo Rosell dentro del set. |
Después de finalizar cada escena teníamos que continuar moviéndonos ininterrumpidamente en dirección de nuevo a la escalera, para alcanzar la calle, subir a los ómnibus que nos esperaban estacionados en la calle Mazón y regresar a Santiago una vez que terminara el programa. ¡Aquel día la televisión pasó de ser mágica a convertirse en real, pues de simples espectadores nos habíamos convertido en protagonistas metiéndonos a todos, al menos durante algunos instantes, dentro de aquella caja llamada televisor!
Mandrake el Mago
Casi como si fuera una norma establecida de antemano, Mandrake el Mago hacía una visita anual al Colegio Gacio. Un día determinado Gacio suspendía la sesión de clases de la mañana para que pudiéramos disfrutar la actuación del mago. Mandrake era alto, algo corpulento, con pelo negro un poco rizado y bigote. Lo recuerdo enfundado siempre en un chaquetón beige, haciendo aparecer y desaparecer objetos. Era todo un reto cazarlo en un fallo para descubrir cómo hacía los trucos.
Uno que me llamaba mucho la atención era el que realizaba utilizando una jarra metálica a la que no se le terminaba el agua. El truco consistía en verter el líquido en un vaso e irlo llenando hasta que no salía más agua. Después el agua volvía a aparecer en la jarra, el mago volvía a llenar otro vaso, ésta se vaciaba de nuevo y así lo repetía varias veces. Después de pasados varios años, cuando ya hacía tiempo había dejado de ser alumno de Gacio, hallé un libro titulado “Prestidigitación al alcance de todos”, de un autor nombrado Aldo Musarra. No dudé en comprarlo y casualmente, en una de sus páginas, encontré ilustrado y explicado cómo se hacía aquel truco. Finalmente mi curiosidad quedó satisfecha.
Años después, en cierta ocasión me encontré de nuevo con Mandrake el Mago. Actuaba en una actividad infantil organizada por una empresa como atención social a los hijos de sus trabajadores. ¡Aquel era el mismo Mandrake que yo había conocido hacía más de treinta años atrás!
Terminada su actuación pude abordarlo, conversar con él y recordar los viejos tiempos cuando realizaba su magia ante los alumnos del Colegio Gacio. A pesar de los años transcurridos lo había reconocido de inmediato. Era el mismo hombre alto enfundado en el mismo chaquetón beige que yo recordaba de sus actuaciones de antaño en mi etapa de alumno de primaria. Además, su cara y pelo negro medio rizado no habían cambiado mucho. Tenerlo frente a frente era como si estuviera viendo una vieja foto de él sin que el tiempo hubiera pasado. En ese momento no tuve la menor duda que se trataba de un gran mago. Tenía que serlo para, prácticamente, no haber envejecido en todos esos años. ¡Eso sí que era magia de verdad! Desgraciadamente a estas alturas de mi vida todavía no he encontrado ningún libro, ni manual alguno, que me explique cómo se hace ese truco.
Madrid, 12 de diciembre de 2012
Me ha dado mucha alegría leer este relato. Recuerdo todas esas diversiones que la escuela nos organizaba: el circo Ringling, Mandrake y muy en especial el desfile por el centenario de Martí. Mi hermano mayor y yo participamos con sumo respeto en ese desfile, y en la presentación posterior en TV. ¡Muchas gracias por recordar esas vivencias! Ana Julia Faya
ResponderEliminarMe gusto mucho este relato. Yo no vivi en esa epoca en santiago de las vegas pero estudie alli entre 1966 y 1969 en la secundaria Jose M, Sanchez. entre en la epoca en que era directora la queridisima Caridad Montano y me alegra mucho encontrar aqui a quien fuera mi profesora de ingles Ana Julia Faya. Supongo que eres la misma no?. Saludos
EliminarMuchas gracias por tan cálidas palabras sobre mi madre y sobre mi. Te deseo mucha felicidad en esta navidad y en el próximo año 2013. Ana Julia
EliminarGracias Ana Julia, te deseo lo mismo.
EliminarYo siempre te he recordado con mucho cariño, fuiste en esa epoca mi maestra favorita. quizas porque no habia mucha diferencia de edad aunque tu eras la maestra y yo la alumna. Recuerdo cuando fuimos a la escuela al campo en Ciego de Avila y jugamos volleyball.Jugabas muy bien. Feliz Navidad y muchas cosas buenas para 2013.
Muy buenos recuerdos me trae el Colegio Gacio y recuerdo con carino a sus maestros entre ellos Aleida Medina que nunca mas supe de ella.
ResponderEliminarSaludos candyvillavisanis@yahoo.com
Me alegra este articulo y me trae muy buenos recuerdos del colegio Gacio ; donde estudie 5 y 6to grado; alli los maestros Guido Ortega ( que con el aprendi los huesos del cuerpo humano y nunca mas los olvide; Cremata ingles (Salvajito con su tabaco y Aleida Medina que nunca mas he sabido de ella.
ResponderEliminarSaludos candyvillavisanis@yahoo.com
Gracias por su articulo con el cual he podido ganarle una apuesta a un amiga; ella insiste
ResponderEliminaren que jamas el Circo Ringling se presento en el Palacio de la calle Paseo, que solo recuerda los tiempos del Palacio de los
Deportes en Boyeros, y lo mejor de todo es mi amiga es muchisimo mayor que yo.
A pesar de que era muy pequena, el acto del
pequeño automóvil de donde salian muchos payasos me impacto, y ahora gracias a su articulo me entero de que era un Ranault.
Tambien recuerdo el desfile del 28 de enero de 1953, yo era alumna del Colegio Maria Auxiliadora, que como no tenia banda de musica cre recordar que desfilamos detras del Colegio Gacio.
Nuevamente muchas grcias.
Muchísimas gracias por traer a mi mente,tan hetmodos recuerdos de mi tan querido Colegio Gacio,en donde también cursé desde pre-escolar hasta sexto grado.
ResponderEliminarDesde el 1953 hasta el 1959.Luego comencé l segunda enseñanza en la que fuer antes la Escuela Superior en la calle uno de nuestro amado Stgo. De las Vegas.
Saludos para todos
Yo también recuerdo muy bien al estimado mago "Mandrake". Su acto lo hacía al aire libre.Para los alumnos de Gacio era todo un acontecimiento.Recuerdo que había que llevar $0.20 centavos por cada niño. Creo que fue el primer mago que vi en mi vida.Me encontré con él en el Cine-Payret allá por el año 66 o 67, mirando los cartones de la famosa película "La Dolce Vita", dirigida por F. Fellini y actuada por "Marcello Mastroianni" y "Anita Ekberg".Me identifiqué con él y enseguida me demostró que recordaba muy bien al Colegio y a su dctor "Luis Gacio Herrera", que en gloria esté.En la foto de los maestros me parece reconocer a la maestra "Mirta Felipe" a la izquierda
ResponderEliminar( recuerdo que su hija se llamaba o se llama Elsie), en el centro se me parece a Aleida, que aunque no fue maestra mía, si lo fue de mi hermana. Era una Sra muy bonita, de un pelo muy negro.Del Centenario no recuerdo, pues tenía solo 6 años en aquel entonces. Para Cándida que la dejé de ver hacen bien 52 o 53 años, me recuerdo de ella viviendo en calle 15 esq a 14, en la acera de la izq yendo hacia el stadium de pelota. Si Aleida viviera, debe tener sobre los 80 años o un poco más.La dejé viviendo en su missama casa de la calle 3 e/8 y 10. Nunca podré olvidar a mi maestra de Inglés; "María Luisa Viza", que todo el mundo la conocía por "PIcola", que vive por California.Mario A. García Romero.
muchomario1945@hotmail.com
Estimado Mario, yo tenia 7 cuando se efectuo la parada del Centenario en la que desfile junto a las demas alumnas del colegio Maria Auxiliadora.
EliminarSaludos cordiales.
yo no me perdia ninguno de esos eventos en la
ResponderEliminarparada del 1953 yo era uno de los batutero
junto a viviam mora anita sopena y la maestra
g;oria gomez? yo soy el nino garcia hijo
fe Garcia el boticario qepd los felicito
Antonio H Garcia Miami Fl
En cuanto a la edad que habría tenido ya en la década de los 1950s el gran intérprete de Mandrake el Mago... es algo que no podría aseverar... pero.....debe haber sido ....el mismo personaje....que nosotros, como niños, conocimos y mucho disfrutamos en el antiguo local de la querida "Escuela de Gacio" en la calle 15 e/ 6 y 8 de aquel Santiago de ayer, en los años en que fui su alumno, (1941-1945)....la edad que "Mandrake" representaba entonces....quizás era objeto de su magia...pero realmente su siempre brillante presentación era cosa que mucho disfrutábamos en esos años tan alegres de nuestra infancia y que hoy recordamos con gran nostalgia por haber sido aquella época tan distinta y sana al mundo tan perturbado y triste de hoy.....
ResponderEliminarMe fascinó este artículo de un querido vecino. Completísimo y con recuerdos tan lindos de esa época, y qué nombres: Rosendo Rosell, Pumarejo... glorias de la TV cubana.
ResponderEliminarEspero por el próximo artículo!
Giselle
Yo t ambien recuerdo la epoca de Mandrake el mago y la parada de Jose Marti, yo era una de las hermanas de Marti(Leonor) conmigo desfilaron Deli Encinosa, Esthercita Alvarez y otra muchachita que no recuerdo su nombre, fue un desfile tan completo toda la vida de Jose Marti desde su infancia hasta que murio, tengo fotos de ese desfile.Recordar es volver a vivir dichosos nosotros que tenemos tan lindos recuerdos. BettyLucio
ResponderEliminarBetty, mi memoria es un disparate pero me acuerdo perfectamente de ti en ese desfile. Fue de las cosas más bonitas que se organizaron en Gacio y en Stgo. Ana Julia Faya
EliminarLindos recuerdos de la época de oro de Santiago de las Vegas, un pueblo amable y pujante economicamente. Si mal no recuerdo, el Colegio Gacio se mudó de sus instalaciones iniciales para la casona de la familia Castaño (en la foto), propiedad de Don José María Castaño, padre de Dolores (Lolita, casada con Ramón Garrigó, condueño de la Ferretaría Garrigó) y Elsa (casada con Rolando Encinosa, propietario de la tienda El Telar). Era una bella finca y propiedad a las afueras de Santiago.
ResponderEliminarJosé R. Garrigó
ALGUIEN TIENE CONOCIMIENTO CUAL ERA EL NOMBRE DEL MAGO CUBANO LLAMADO MANDRAKE ?
ResponderEliminarAcabo de descubrir hoy en un articulo del periodico Juventud Rebelde de mayo de 1975, que el mago cubano Mandrake se llamaba Guido de Rivera, y que en esa fecha ya tenia 69 años. Habia recibido la condición de trabajador de avanzada y la medalla Raúl Gómez Garcia.
ResponderEliminarAcabo de descubrir hoy wue el mago cubano Mandrake se llamaba Guido de Rivera. Artículo publicado en Juventud Rebelde en mayo de 1975.
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