Tres sonetos de Francisco Fina García

Francisco Fina García, historiador municipal de Santiago de las Vegas de mediados del siglo XX, supo aprovechar sus dones literarios no sólo para conservar nuestro pasado, sino para capturar en poesía la belleza de nuestro país y cultura. Estos tres sonetos, publicados en la revista del Centro de Instrucción y Recreo en 1957, son prueba contundente de un talento capaz de emocionar hoy como ayer.

Paisaje cubano

Sobre el rústico techo campesino
va cayendo la lumbre de la aurora,
que con su tinte rosicler colora
el primor del paisaje matutino.

A lo lejos contémplase el Turquino
con sus picachos que el azul perfora,
y el ganado que pace con demora
sobre el extenso valle esmeraldino.

Lanzan las aves melodioso coro
ocultas en la sombra de un ramaje,
en el batey relincha el potro moro,

y rubricando el típico paisaje,
el Sol parece un abanico de oro
abriendo su dorado varillaje.

Don Quijote

Cabalgando en su noble Rocinante,
caballero del sueño y la esperanza,
seguido del obeso Sancho Panza
va Don Quijote, caballero andante.

De la Justicia y el Derecho amante
en su diario bregar jamás descansa,
y deshaciendo entuertos con su lanza,
él prosigue con fe siempre adelante.

Soñando con su bella Dulcinea
no detiene su marcha en la odisea
en pos de su camino sideral,

escribiendo en el libro de la Historia
un brillante capítulo de gloria,
para ganar la fama universal.

Nupcial

Al fin llegó tu nave a mi ribera
sobre el oleaje blanco de mis mares,
y la dulce eclosión de tus cantares
el alma me cuajó de primavera.

En el ansia infinita de la espera
llegaste coronada de azahares,
y en un clima de vírgenes y altares
anudamos la fúlgida quimera.

Luego, en mullido tálamo de albores
se abrió la roja flor de tus amores,
y en la entrega sutil, voluptuosa,

volqué sobre tus púdicos encantos,
el ánfora secreta de mis cantos
en ese cuerpo de alabastro y rosa.