Hoy, el día más importante del calendario cristiano, le desea Santiago de las Vegas en Línea a usted y su familia un feliz Domingo de Resurrección. Para conservar la memoria de cómo se celebraba la Semana Santa en nuestro Santiago, le ofrecemos un popurrí de recuerdos escritos por nuestros mejores historiadores: ustedes.
La Semana Santa en Cuba era siempre recordada con gran solemnidad y muchos pueblos eran famosos por sus celebraciones y éstas en Santiago eran bastante populares. Yo recuerdo al padre Vicente Jovaní, un estricto cumplidor de los ritos católicos, y recuerdo también que el pueblo asistía en masa a las misas y procesiones que se celebraban en esos días.¡Que repiquen las campanas de Santiago! ¡Felicidades a todos!
El Domingo de Ramos comenzaban los ritos y todos asistíamos a la misa a recoger nuestro guano bendito, el miércoles la procesión del Via Crucis, el viernes el Santo Entierro y después la Soledad que todos acompañábamos, así como velábamos a nuestro Señor en la casa de Rogerio Díaz en 4 y 15. En aquellos viejos tiempos se celebraba el Sábado de Gloria, y a las 10 de la mañana empezaban a repicar las campanas y los vecinos a tocar latas y otros artefactos celebrando la resurrección. Por la noche el tradicional Baile del Sábado de Gloria en el C.I.R., y al salir del mismo nos quedábamos esperando el Santo Encuentro en la calle frente a la Dominica. Recuerdo los domingos por la mañana cuando asistían a la misa las muchachitas y los jovencitos (hoy viejitos) esperaban en el Parque Nuevo el final de la misa para acompañarlas, piropearlas o solamente admirarlas. ¡Qué tiempos aquéllos!
—Gerardo Buría Prieto
Las muy tradicionales procesiones que conmemoraban la Semana Santa se iniciaban el Lunes Santo con el Via Crucis; continuaban con la de Jesús Nazareno, la Virgen María y San Juan el Miércoles Santo y continuaban con las muy solemnes procesiones del viernes, con las muy tristes del Santo Entierro primero y la de la "Soledad" que después, bien tarde en la noche, recorría nuestro pueblo con las imágenes de la Santísima Virgen María y San Juan (siempre guiando con "su dedo" el camino). A todos estos desfiles procesionales le seguía como gran colofón de la Semana Mayor la procesión llamada por nuestro pueblo como la del "Encuentro", cuya principal ceremonia ocurría tradicionalmente al amanecer del Domingo de Resurrección en la Calle 11 entre 6 y 8 frente a la Cafeteria y Dulceria "La Dominica".
Para los santiagueros que vivimos esa época y para los que no, recordamos que terminando la procesión del Santo Entierro la imagen yacente de Cristo, en su preciosa urna funeral, no regresaba al templo si no que su "entierro" se escenificaba depositando la urna al cuidado de la familia del Sr. Rogerio Díaz (padre), cuyo hogar de la calle 15 esquina 4 era adyacente a la Iglesia. De allí, al amanecer del Domingo de Resurrección salía la procesión del Cristo Resucitado, recorriendo toda la calle 15 hasta la 10 y de allí a la calle 11 entre 8 y 6, donde ocurría la ceremonia de "El Encuentro" con el saludo flexionado entre Cristo Resucitado y las imágenes de la Virgen Dolorosa y el Apóstol San Juan, procedentes de la Iglesia.
—Carlos Valiente Romero
En las procesiones Carlitos Valiente, Pepín Garaña, Gustavito Galainena, Quique Rueda, Jorgito Mora y otros [monaguillos] nos fajábamos para ver quien llevaba los ciriales y quien llevaba la cruz, especialmente en las procesiones de Semana Santa (inolvidables la del Santo Entierro y el Encuentro del Domingo de Resurrección).
—José Ramón Garrigó
Recuerdo que el día Viernes Santo no se podía poner el radio ni el televisor en memoria de que Dios estaba muerto. Era un día de recogimiento total y los muchachos debían de portarse mejor que nunca, porque no estábamos protegidos en ese día por la muerte de Nuestro Señor. Cosa que todos cumplíamos al pie de la letra, de verdad que era una época bonita y sana.
—Anónimo
Recuerdo en Semana Santa que los niños se portaban bien y no se suponía que se hiciera ruido, pues nos decían, "Dios está muerto y el Diablo está suelto." Así es que esa semana los niños éramos ejemplares. Aunque no éramos católicos practicantes, íbamos a todas las procesiones de Semana Santa. El Sábado de Gloria, en que resucitaba Cristo, repicaban las campanas y así era el aviso de que podíamos volver a jugar y retozar.
Recuerdo que ese día venía mi prima Angelina Hernández y nos decía que había que espantar al Diablo, que se había colado en la casa mientras Dios estaba muerto, y todos los muchachos cogíamos tapas de cazuelas, cucharones y espumaderas, e íbamos así por toda la casa espantándolo con la bulla que hacíamos. No sé si otros niños en el pueblo lo hacían también, pero ¡para nosotros era algo tan divertido! Fue una época de mi vida tan bonita, tan inocente, que no la cambiaría por nada.
—Consuelo Hernández Basabe
La Semana Mayor en nuestro país era bastante solemne, a pesar de que los cubanos nunca fueron católicos ortodoxos, pues muchos sólo se acordaban de Santa Bárbara cuando tronaba, sin contar lo ecléctico de nuestra religiosidad.Las escuelas cerraban la semana entera, los niños de vacaciones, la radio solamente transmitía música sacra y escenificaciones radiales de La Pasión.El Domingo de Ramos la parroquia se engalanaba, actualmente se sigue haciendo así(lo acabo de ver hace sólo una semana)y, el templo lleno de feligreses, teniendo que poner sillas plásticas como las que se usan en las fiestas caseras de aquí de Miami, en las naves laterales.La última Semana Santa con procesión se celebró en Stgo en 1961, hasta hace pocos años en que se reanudaron estas demostraciones religiosas.Nunca podré olvidar el Viérnes Santo, cuando "Chiquitico Rivero"(que era maestro, padre de Gladys Rivero y María Elena, no pudiendo recordar ahora el nombre de la hija menor, que vivían en calle 15 e/ 6 y 8, por la acera de La Cámara de Comercio)escenificaba el descendimiento de la cruz de Jesús, donde sobresalía el color púrpura de la túnica que servía como sostén del cuerpo sacrificado de Jesús al bajar de la cruz.Aquello tenía una solemnidad y respeto, que no se oía ni el zumbido de un mosquito.Esa noche salía "La Dolorosa"en busca del hijo asesinado, acompañada del pueblo en procesión.No podemos olvidar la belleza de la música sacra que acompañaba a la Vírgen María en su dolor, compuesta por "José Alemán", que era interpretada por músicos diversos que tocaban clarinetes y tubas y tímpanis que hacían los redobles.Ojalá pudiera tararear la música que siempre llevo en mi cerebro como algo inolvidable.Esta ceremonia la siguió haciendo después mi amigo "Cuquito Tuero", que este año la hizo otra persona por problemas de salud de Cuco.El sábado era un día esperado, pues era el tradicional Baile del Sábado de Gloria, donde resucitaba Jesús.No se celebraba sólo en el C.I.R. pues las dos sociedades (C.A.S.) se unían y las calles 4 y 6 se cerraban para que los bailadores pudieran disfrutar de las distintas orquestas que amenizaban esta efeméride.A Las 10 de la noche comenzaban a repicar las campanas de la iglesia, anunciando la resucitación.Santiago sigue vivo, no solamente en nuestros recuerdos.Como ha dicho Consuelo, que sigan repicando las campanas de nuestra iglesia, anunciando la paz y la fraternidad entre todos los cubanos.Amén.
ResponderEliminarMario Augusto García Romero.muchomario1945@hotmail.com
Feliz Domingo de Resurreccion para todos mis amigos santiagueros.
ResponderEliminarQue Dios los bendiga siempre.
Alina Martinez.
Gracias por sus recuerdos, que nos hacen pensar retroactivamente hacia aquellos tiempos. Chiquitico Rivero (Guillermo Rivero Jr.) era mi primo hermano. Era hijo de Guillermo Rivero (senior) y Hortensia Simon. Él tenía tres hermanas, llamadas Guillermina, Reglita y Estela.
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