Siguiendo con uno de los temas de ayer, hoy tenemos el gusto de ofrecerle una joya inesperada que nos llegó esta mañana de Cuba, como si nos hubieran leído el pensamiento. Nos referimos a la importancia del respeto mutuo, factor indispensable para el progreso de la civilización; porque el respeto, cuando es verdaderamente mutuo, jamás implica el atropello de un ser por otro, por mucho que discrepen, y permite así la colaboración y creación de obras más grandes que nosotros. Habrá sido así, en una atmósfera de creatividad y expansión intelectual alimentadas por el respeto y el amor a un fin común, que se reunieron en Santiago de las Vegas catorce de sus poetas hace casi 66 años, y de esa velada surgió un bello e insólito soneto escrito a 14 voces, como identificamos abajo.
El Verso
Encierra el verso la expresión sublime / Francisco Fina G.
que hace vibrar el alma emocionada, / Manuel Santana
por la dulce ilusión de una alborada / Gabriel Gravier
o el noble sacrificio que redime. / Francisco Simón V.
Su infinita ternura al pecho imprime / Manuel Fernández C.
la más profunda idealidad sonada, / Luís Beiro
lleva en su ritmo la canción amada / Antonia García Cabello
del bardo cuando canta o cuando gime. / Pedro S. Acevedo
Él ha de ser sincero cuando brota / Ángel R. Otero
de la lira, vibrando estremecida, / Marcelo Salinas
y ha de llevar grabado en cada nota / Odilia Jiménez
El firme impulso de la fe sentida; / Jesús A. Puig
como el torrente que jamás agota / Gregorio Vázquez Pérez
su alta misión de fecundar la vida. / Pedro N. Aguiar
Santiago de las Vegas, 6 de octubre de 1942
[Publicado en Géminis, 2ª época, Año V, No. 91, Stgo. de las Vegas, Sábado 10 de octubre de 1942.]
¡Qué tiempos aquéllos, cuando las personas todavía tenían tiempo para reunirse a escribir un soneto! ¿A quién le pudiéramos hacer semejante propuesta hoy? Nadie tiene tiempo, y el poco que tienen, lo suelen pasar con personas que comparten sus creencias. Sin embargo, en este estelar grupo, no cabe duda que habría sus fricciones políticas, considerando que Marcelo Salinas, por solo nombrar uno, fue anarquista - y no en teoría, ya que sabemos que en más de una ocasión fue encarcelado por sus creencias y acciones. Y sin embargo, aquí tenemos el resultado inmortal del respeto y tolerancia que existió entre estas personas. Bonita lección para el día de hoy.
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