martes, 16 de noviembre de 2010

El Teatro Minerva

por Leonardo Gravier / Coral Gables, Florida

Xiomara Vigoa Sánchez, mi amiga y condiscípula del Centro Especial de Inglés, recuerda en su comentario de septiembre 10, oír tocar el violín a mi padre cuando iba los domingos camino al cine y pasaba frente a mi casa. De seguro que se refería ella al Teatro Minerva, el cine situado en la calle 11 entre 8 y 6. Era éste junto al Teatro Popular (perteneciente al Centro de Instrucción y Recreo) uno de los dos teatros que entretenían diariamente a los residentes de Santiago de las Vegas.

Yo sé que la pelota (béisbol), los bailes sociales, los juegos en las sociedades (dominó, mayón, etc), eran grandes formas de divertir a ciertos sectores de la población y “pasar el rato”; no obstante, el cine divertía a todos los santiagueros que querían entretenerse sin gastar mucho dinero, todos los días.

Administradores y empleados en la entrada del Teatro Minerva en 1937.
Yo tengo muy buenos recuerdos del Teatro Minerva — se conocía como el Casino, al igual que el Teatro Popular se conocía como el Centro. Además de las magníficas películas que exhibía, estaba en la esquina de mi casa y como yo era asociado del Club Atlético Santiago (CAS), pagaba sólo la mitad de la entrada.

Si fuéramos a recordar este querido cine, tendríamos que dividir su historia en tres etapas: el cine antiguo, el cine temporal y el nuevo Teatro Minerva.

Minerva en Roma era, entre otras cosas, la diosa de las artes; este nombre no le quedaba holgado a este cine de barrio. En él podíamos disfrutar de las mejores películas de la meca del cine (Hollywood). Las películas se estrenaban poco tiempo después que se exhibieran en EE.UU.; y también podíamos disfrutar de viejos clásicos de la cinematografía que se usaban de relleno (la segunda película). Por unos pocos centavos disfrutábamos de dos películas, dibujos animados y noticiarios. También había anuncios de imágenes fijas.

El Teatro Minerva siempre perteneció al Casino Español, aunque después de cierta época fue administrado por el Club Atlético.

El Antiguo Minerva tenía una reja plegable que cuando se abría, se recogía en ambos lados; esta entrada al vestíbulo sólo se abría cuando el cine iba a exhibir películas, bien en la matiné o por la noche. El vestíbulo tenía una caseta donde se sentaba el taquillero — en un tiempo fue Florentino González (Floro) y la mayor parte del tiempo, Roberto Fina. Las paredes estaban revestidas de los cuadros (fotografías) de las próximas películas. Además tenía dos carteleras portátiles para los cuadros de las películas que se exhibían ese día. Las entradas las recogía el famoso “Mudo”, quien las echaba en un cajón de madera cuyo extremo abierto estaba a la altura de la cintura. Las dos puertas, cuando se abrían para dejar entrar o salir, no permitían la entrada de luz puesto que detrás de ellas había unas pesadas cortinas de terciopelo azul oscuro.

1937: Evento en el escenario del Teatro Minerva.
Los asientos eran de madera en la platea. Tenía una galería en forma de herradura con gradas de madera. A la galería – que le decían la guanajera — se subía por una ancha escalera a la derecha del vestíbulo. La galería daba acceso al cuarto de proyección donde estaba el célebre Fogote y su compañero Elpidio. Cuando el rollo se rompía o había cualquier otra interrupción el público silbaba y le gritaba improperios a Fogote. Ya los santiagueros estaban tan acostumbrados a gritarle a Fogote que en dos ocasiones, encontrándome yo en La Habana en el cine América y en otra oportunidad en el Warner (más tarde Radiocentro), hubo sendas interrupciones de la película; como se demoraban en solucionar el problema, comenzaron algunos a silbar. Debió haber algún santiaguero en ambas ocasiones, puesto que tanto los amigos que me acompañaban como yo, oímos gritos de ¡Fogote! ¡Fogote!.

Cuando el cine se llenaba, por alguna buena película de estreno, se ponían sillas de tijeras en los pasillos para dar cabida a mayor público. El escenario era amplio y a ambos lados tenía los baños: los caballeros a la izquierda, las damas a la derecha. Había una cortina en el escenario que se abría antes de comenzar la función y apagarse las luces. También a los lados del escenario tenía dos grandes ventiladores de pie.

Los programas se imprimían en la Imprenta de Balbi y los repartía casi siempre Ovidio. Roberto Fina escogía las películas y diseñaba los cartelones situados en distintos lugares; éstos anunciaban los próximos programas. Los cartelones los ilustraba el pintor Pubillones.

Tres cosas dignas de recordación, aunque no en detalle para no hacer muy extensa la narración, eran la función de Nochebuena donde se rifaba el puerco o el guanajo y las matinés del Día de Reyes para que los niños llevaran sus juguetes e hicieran de la tarde una casa de locos; también hubo en el antiguo teatro (que disponía de un mayor escenario y tras bastidores tenía pequeños camerinos) funciones de las escuelas donde actuaban los niños acompañados por la maestra de piano.

Un día, el antiguo Minerva fue demolido para dar paso a la construcción de un nuevo cine. Se trasladaron las butacas, el cinematógrafo y cuanto se pudo al salón social del Casino Español (situado en la misma esquina de las calles 8 y 11; al lado se estacionaban los Ómnibus Capote que iban de Santiago a Doña María). La demolición convirtió el lugar donde había estado el antiguo cine en un solar yermo. Tres grandes puertas – abiertas de noche y cerradas en las matinés o cuando llovía mucho— hacían el local mucho más fresco. No obstante, se redujo el número de lunetas, no había escenario o galería y el proyector estaba en una caseta improvisada con maderas.

Evidelio y sus ayudantes seguían vendiendo como siempre, africanitas, bombones, caramelos, “peti’ chicle”… Roberto Fina y el Mudo seguían en sus ocupaciones — a veces este último reemplazado por Cosío.

Una disputa entre el Casino Español y el Club Atlético con respecto a la administración o tal vez la falta de los fondos suficientes, demoraron el comienzo de las obras del nuevo teatro.

Al fin se comenzó a construir. El arquitecto lo fue Ricardo Franklin. El diseño era bueno, tenía una buena pendiente para aminorar la obstrucción de la vista por los que se sentaban en las butacas más cercanas a la pantalla; no tenía galería, era sólo platea. Se llevaron a cabo las obras con poco presupuesto. Gustavito Galainena y yo trabajamos de voluntarios todos los días ayudando a los albañiles. El techo del teatro lo construyó la compañía de Álvarez de la Campa (vecino de Mulgoba).

Se terminó la tercera y última etapa del Teatro Minerva bajo la presidencia de Eduardo González del Club Atlético Santiago. El día de la inauguración Eduardo González desde el estrecho escenario habló al público que abarrotaba la sala. Sintetizó las penurias por las que se pasara, por falta de capital. No sé si llegó a mencionar que el dinero que faltaba para completar la obra lo produjo el baile en que actuara Beny Moré con su orquesta. Nos agradeció a Gustavito Galainena y a mí el trabajo voluntario que realizamos.

El equipo cinematográfico, la pantalla, las butacas, y otros equipos los compraron de segunda mano a un comerciante de La Habana de apellido Vázquez que se dedicaba a la compra y venta de muebles y enseres de cines. Estaban en muy buenas condiciones e incluían todo lo necesario para comenzar por primera vez en Santiago de las Vegas la proyección de películas en Cinemascope. El Teatro Popular lo inauguró también algún tiempo después.

En todo lo demás, el Teatro Minerva continuó operando como lo había hecho el original. Su propietario siguió siendo el Casino Español, pero administrado por el Club Atlético. Entretuvo por muchos años al pueblo de Santiago de las Vegas y dejó muy buenos recuerdos. Los mismos recuerdos que dejara a los vecinos del pueblo italiano Palazzo Adriano y al niño Salvatore (Totó) el teatro “Cinema Paradiso” — del filme del mismo nombre hecho en Italia en 1988, dirigido por Giuseppe Tornatore y con música del gran Ennio Morricone. Yo, como Salvatore, nunca olvidaré nuestro Cine Minerva.

9 comentarios:

  1. Y como se llama ese cine ahora?. yo recuerdo un cine en la calle 11, al lado de la dominica. es ese?, por alli pasaba todos los dias y veia titulos como to er mundo e gueno. o veia en cartelera peliculas con marilyn monroe, con marlon brandon. veia el nombre del director elia kazan. fueron nombres que se me quedaron.
    queria preguntar. alguien recuerda el nombre de un senor de apellido fina que ahora no recuerdo donde vivia, creo que era por la calle 11 o la 13, su esposa tocaba piano y le decian tula, si mal no recuerdo, y tenian dos hijas, una llamada felicia y la otra maria elena. si alguien sabe de ellas por favor haganme saber. gracias.

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  2. Cuántos recuerdos lindos!
    De niña, me encantaba ir al cine, al que quedaba cerca de Los 3 Ceros, y al Minerva, donde recuerdo que gritábamos "Fogote!" cuando se trababa la cinta. Lo cómico es que, como dice el autor, en los dos cines se gritaba Fogote...
    Cuál era el nombre completo de este señor, y sabe alguien algo más de su vida?
    También me pregunto si Ovidio era el mismo que también trabajaba de conserje en la escuela conocida como Las Carrales?
    Felicidades al autor por tan hermoso recuerdo...
    Giselle

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  3. Gracias Leonardo por esta bonita reseña del teatro Minerva, es verdad que cuando pasábamos por frente a tu casa camino del Minerva.
    Donde tantos de nosotros ibamos a la tanda(matinee) para hablar con los enamorados.
    Gracias por llevarme hacia atrás para aquellos tiempos que no volveran.
    Siempre recuerdo a tu mama como un excelente maestra que con sus consejos nos ayudo a muchos de sus alumnos a triunfar en la vida.
    Un abrazo Xiomara Sanchez (Vigoa)

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  4. Para Margarita, el cine Minerva era el que estaba al lado de La Donminica, y no se como se llama ahora, sali hace 43 años de Cuba.

    Mi tia que era muy aficionada al cine me llevaba 3 o 4 veces a la semana, y en el Minerva tuve la oportunidad de ver peliculas inolvidables.

    Una de las que mas me impactó, a pesar de mi corta edad fue "Picnic" protagonizada por William Holden y Kim Novak.

    Recuerdo cuando le gritaban al pobre Fogote cada vez que se interrumpia la pelicula, y tambien recuerdo a Ovidio al que le tenia terror, al extremo de que cuando pasaba por frente a mi casa repartiendo los programas salia corriendo a esconderme.

    Que bellos tiempos que jamas regresaran.

    MIRIAM

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  5. Con una gran tristeza en mis 60 años de vida en este mi SANTIAGO DE LAS VEGAS, veo lo que fue el teatro Minerva, hoy menos que cine de barrio Siboney, que ya ni se si da funciones,..., el Teatro Popular, desaarecio (calle 4 e/9 y 11), quien no se acuerda de las peliculas mejicanas, la doble tanda, los avances y los seriales....... ño que tiempos aquellos, carajo, Ovidio que tiraba los programas semanales por las casas y después vendia cosas de la Dominica en el Cine, con su PETER, CHOCOLATE Y MANI.....El primer beso de la novia en la oscuridad del cine, donde no se como, todos te veian. jajaja, nada, Gracias por hacerme retroceder en el tiempo.
     
    "...soy un hombre feliz, nada en la vida me ha sido fácil..."
     
    Ing. José Luís Alonso Lanza:.32º

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  6. ¿Cómo se tituaba esa película "El Camino de la...." de la 20th Century Fox que se estaba exhibiendo en 1937?

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    Respuestas
    1. Hola Guarina, debe tratarse de la película de Twentieth Century Fox "The Road to Glory" (El camino de la gloria) del director Howard Hawks (1936), sobre la Primera Guerra Mundial. Aquí tienes más información: http://www.imdb.com/title/tt0028191/
      Saludos.

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