domingo, 31 de octubre de 2010

Más fantasmas de Santiago de las Vegas

por Raúl Ariel Rodríguez

[Nota del editor: Raúl Ariel Rodríguez, prolífico colaborador nuestro, una vez más ha puesto manos al teclado, esta vez en respuesta a nuestra solicitud de cuentos de fantasmas y aparecidos del viejo Santiago de las Vegas. Gracias, Raúl, por ayudarnos a asustar a nuestros queridos lectores en ésta, la noche más tenebrosa del año. Y a usted que está armándose de valor para leer estos cuentos, tranque bien sus puertas y ventanas, y no olvide las historias de contactos con el Más Allá previamente publicadas al principio del mes.]

En la primera mitad del pasado siglo, en la temporada invernal, salían fantasmas por los barrios más apartados de Santiago de las Vegas, de los cuales muchos pensaban se podía tratar de coterráneos que tomaban esto como una diversión y otros que lo hacían por amores ocultos con determinadas damas. Sea cual fuera la verdad, éstas dos primeras historias que les cuento las doy por verídicas.

En una ocasión en que el fantasma de turno tenía alarmados a muchos santiagueros, que en su mayoría no salían a la calle después de las once de la noche, se cuenta que en "Rancho Grande", una desdichada joven enferma de los pulmones, que en su búsqueda de respirar aire puro dormía con las ventanas sin cerrar, se le presentó por sorpresa el fantasma, hecho por el cual y como era de esperar le produjo una fuerte impresión y gran susto, con la consiguiente pérdida del conocimiento que casi le produce la pérdida de su vida. El asunto quedó sin ninguna normal explicación o esclarecimiento.

Lo siguiente que narro, se produjo en la calle 13 del pueblo por los años 1940.

Pasadas las 11 de la noche el santiaguero de iniciales "I. N. P.", vecino de 13 entre 14 y 16, regresaba a su casa cuando, al pasar por la esquina de 13 y 12, en el portal del despalillo de "El Capitolio" vio al "representante del más allá". Para evitar problemas, "I.N.P." tomó por la calle 12 y dobló por la 15 para dar la vuelta a la manzana, pero al llegar a 13 y 14, esquina de su casa, cual fue su sorpresa al ver que ¡allí estaba el aparecido en el portal de la bodega de "Jesús y Chiquito" y... patica pa’ qué te quiero, fue tanto el susto y tal la velocidad, que "I.N.P." rompió la puerta de su casa con la cabeza.

En este caso tampoco fué capturado el fantasma.

* * *
“El Revólver de Capetillo”

También era típico en nuestro pueblo que, de cuando en cuando, al propagarse la noticia entre los lugareños de una nueva aparición fantasmal, se formaran grupos de éstos para salir a atrapar al aparecido. Pues bien, según nos contaba Manuel Pérez, conocido en el ambiente beisbolero como "Manolo Boniato", pues había practicado este deporte por algún tiempo, al finalizar los años 30 del pasado siglo empezó a aparecerse un fantasma en Santiago de las Vegas, el cual se veía en la esquina de las calles 1 y 8, donde comenzaba el callejón de la Estación Experimental, el cual llegaba hasta el paradero de Día Será.

Se cuenta que el aparecido vestía de blanco, con la cara muy brillante, según las versiones que corrían.

Un buen día un conjunto de valientes peloteros acordaron atrapar en la noche al temido fantasma. Por tal motivo se citaron a las 11 de la noche en la esquina del Parque Viejo, donde se unen las calles 8 y 9; guiando el grupo estaría uno de los Capetillo, que con gran empeño y valor había planteado tener un revólver calibre 38, única arma que portaría la audaz cuadrilla.

Así las cosas, al tal Capetillo lo apostaron en la entrada del callejón de la Estación en unos matorrales. Al resto del personal les tocó recorrer las calles 1, 3, 5 y 16. Ya entrada la madrugada, después de patrullar la zona por más de dos horas sin ver nada, fueron al sitio donde estaba apostado Capetillo, y ¿cuál fue la sorpresa? Lo encontraron dormido con un revólver que no tenía ni maza, ni balas, ni gatillo... ¡era sólo un viejo esqueleto! Por lo que dieron por terminada la aventura, que dio por resultado el que quedara por mucho tiempo en Santiago la historia del fiasco que resultó el famoso revólver del también famoso Capetillo.

* * *
“El fantasma del platanal”

Antes de la construcción de lo que todos posteriormente conocimos como la Creche y Casa de Socorros Gral. Antonio Maceo en la esquina de 9 y 10, existía en este lugar un gran platanal que tomaba toda la cuadra por la calle 10. Allí, en las noches, un fantasma tenía aterrados a los vecinos, por lo que organizaron un grupo de cazadores para atrapar al aparecido. Nombraron un jefe para dirigir la captura, quien, además de planificar postas y recorridos en diferentes lugares del sembrado, siguió captando personas, hasta que encontró uno con mucho interés en cooperar, siendo instruido en todos los detalles de la operación sin faltar a ningún dato del plan.

Una noche, pasadas las 12, estando el propio jefe de guardia al lado de un inmenso plantón de plátanos, fue tocado en la espalda, y... grande fue la sorpresa: ¡era el fantasma en persona! El guardián, del gran susto, fue llevado al médico, pues perdió el habla por la tremenda impresión.

Se llegó a la conclusión que el último captado había sido el mismo fantasma, pues le habían contado toda la estrategia para su captura. Después de este hecho por largo tiempo no apareció más el fantasma en el platanal de 9 y 10.

En conclusión: No existen dudas que en una época no tan remota, los “fantasmas” fueron parte del sano y casi tradicional entretenimiento de nuestro querido terruño.

1 comentario:

  1. yo vivia en santiago de las vegas. asta 1980.
    vivia en ave independencia.E/E. 17 Y JUAN DELGADO. ME acuerdo de las historias.DEL ARBOL
    CEIBA. EN 17 EN EL TERRENO DE LA PELOTA. LAS
    JENTE NO PASABA POR ESTE LUGAR ALAS 12PM. POR
    SUS HISTORIAS DE QUE SE ESCUCHABA ALGUIEN CILBANDO. < MI NOMBRE ES Raul Barrios,>

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