miércoles, 10 de mayo de 2023

Manuel Fernández Chaqueto: Poesía y poetas de Santiago de las Vegas

Nació en Santiago de las Vegas el 5 de febrero de 1875.  Falleció en su ciudad natal en 1960. 

De oficio tabaquero, en 1890 emigra a Cayo Hueso, donde laboró por la libertad de Cuba como afiliado al Partido Revolucionario Cubano y como miembro de los Clubs revolucionarios "Francisco Lamadrid" y "Santiago de las Vegas".  Colaboró con la prensa revolucionaria del Cayo como la "Revista de Cayo Hueso", revista "Cuba", periódico "Yara" y otros.  

Se enroló como expedicionario y vino a la revolución en la expedición de Castillo Duany, que desembarcó el 9 de julio de 1896.  Perteneció al regimiento "Habana" al mando de Benito Aranguren.  

Le fueron publicados los poemarios "Ratos de Ocio" (1898) y “Vibraciones Heroicas” (1957) y crónicas de la emigración bajo el título de "Remembranzas" (1929). 

Fernández Chaqueto clasifica como un poeta de la época colonial, pero que sobrepasa en el tiempo a Teodoro Cabrera y cubre la primera época republicana.  Según Helio Orovio resulta: 

“…un poeta de asombroso poder de improvisación.  Cuentan que en las tertulias y reuniones se apartaba a un rincón, de donde regresaba minutos más tarde con un soneto perfectamente elaborado.  Por eso su obra que fue tan copiosa, tiene el defecto de lo apresurado, de lo no meditado.  Aún así, escribió poemas de calibre”.

Rubén Pérez Chávez, también santiaguero, nos ofreció consideraciones sobre la vida y obra de Manuel Fernández Chaqueto de las cuales insertamos algunos fragmentos: 

«.....y su obra, por la calidad y la profusión, reveladoras de su fecundidad inagotable de poeta inspirado en el más puro humanismo. 

.......atención sobre la estela lírica que dejó su numen poético, inspirado y brillante, cual su obra confirma, evidenciando la elevación del pensamiento en sus creaciones épicas y la profundidad del sentimiento en las líricas.………. 

Para quienes habían aquilatado su producción poética, era visible el contraste entre el autor y su obra.  Su figura, magra y menuda, pasaba desapercibida para todos; y a más de eso, su propia modestia inveterada lo aislaba del medio.  Jamás se le vio con afanes de destaque y en sus gestos y expresiones estuvo ausente todo empeño de relumbrón. 

Seguro de su estilo, poseído de una fácil disposición creadora, rico en su fantasía y atildado en su expresión, cultivó con gran acierto la más difícil de las combinaciones métricas, y fue el soneto el molde donde al vaciar sus inquietudes de todo orden ya fueran morales, patrióticas, sociales, etc. encontró su inspiración el mejor medio para manifestarse. 

Leal a la escuela clásica, de la que jamás se apartó, dio a muchas de sus obras forma y fondo tales, que por estar libres de gongorismos y vulgaridades son dignas de figurar en cualquier antología de la poética cubana. 

Y seguía apuntando Pérez Chávez: 

….cuando estas nuevas corrientes revalorizadoras se manifiesten en el medio santiaguero, aquellos que legaron a nuestro bagaje artístico y cultural sus valiosos aportes, deben ser recordados, y sus nombres perpetuados en el frontis de los nuevos edificios que sirvan de recinto a las mismas inquietudes que alentaron aquellas figuras desaparecidas. 

Cuando esto se realice, el nombre de Manuel Fernández Chaqueto será uno de ellos.» 

Su poesía se mueve en diversas direcciones y temáticas. Se le identifican con cierta facilidad los temas patrióticos, políticos, del amor y de la vida social que le tocó vivir. Fue uno de los poetas santiagueros anfitrión de Federico García Lorca en su visita a Santiago de las Vegas el 19 de abril de 1930. 

La muestra de la obra de este poeta que a continuación presentamos abarcan esos temas. 

Para ilustrar la poesía patriótica de Fernández Chaqueto hemos escogido los poemas siguientes: el dedicado a Juan Delgado, el coronel jefe del Regimiento de Santiago de las Vegas en la Guerra de Independencia y que sin duda alguna constituye el más insigne de los patriotas locales. También hemos seleccionado los poemas dedicados a Antonio Maceo y Máximo Gómez, por el vínculo que ambos tienen con Santiago de las Vegas: El Cacahual, donde se encuentran depositados los restos del Titán de Bronce y de su ayudante el Capitán Panchito Gómez Toro, hijo del Generalísimo. Incluimos también el poema dedicado a los ocho estudiantes de medicina vilmente asesinados por el colonialismo español en 1871.

JUAN DELGADO

Joven, alegre, fuerte y atrevido
como un antiguo paladín de Grecia,
de alma templada, irreductible y recia,
y el ancho pecho de entusiasmo henchido.

Enérgico y sagaz, nunca abatido,
la muerte teme ni el peligro aprecia
y cuanto más la tempestad arrecia
más es su fe en su ideal querido.

Así en la lucha combatió resuelto
hasta caer por la traición envuelto
cuando alboreaba su inmortal deseo.

Fue su gloria mayor que el mundo calla,
recoger sobre el campo de batalla
el cuerpo inanimado de Maceo


ANTONIO MACEO

Vedlo, allá va en su corcel de guerra,
vengador de una raza escarnecida,
a dar la muerte o a perder la vida
por redimir a su adorada tierra.

Su mente sólo un pensamiento encierra;
el triunfo de la patria bendecida,
por cuya angustia su existencia unida
dejó el poblado y se internó en la sierra.

Y cuando el toque de clarín resuena,
que con imperio a combatir ordena
y triste duda al corazón embarga,

él dando al aire su tajante acero,
al frente de sus bravos el primero,
es en partir a la impetuosa carga.


MÁXIMO GÓMEZ

Erecto en su caballo de pelea,
adusto el ceño, el ademán severo,
en alto el brazo do el bruñido acero
a los rayos del sol relampaguea.

Imperiosa la voz, firme la idea,
golpe de vista rápido y certero,
sereno en el combate, sobrio, austero,
jamás ante el peligro titubea.

Así mi mente a concebir se entrega
al viejo general, al estratega,
cuyas hazañas asombró la historia,

para luego caer tranquilamente,
recibiendo al partir sobre la frente
el beso inmarcesible de la gloria.

Remember
Ante el monumento de la Punta.

De una trama infernal víctimas fuisteis;
horrendo crimen que execró la historia,
que aun recuerda del pueblo la memoria
por la forma brutal como caísteis.

Del mundo apenas a la luz salisteis
en busca del placer y de la gloria,
a ruin presión de soldadesca escoria
bajo el plomo asesino sucumbisteis

Y ante ese muro, acusación y huella,
mudo testigo en la tragedia aquella,
el llanto surge, la piedad vacila....

Que aullar presiento a la beoda turba,
y grita el alma, que el dolor conturba,
la protesta viril de Capdevila.

Ejemplo de su poesía social, son sin duda los poemas De la Vida, ¿También tú? y Veleidosa. En el primero denuncia las condiciones de discriminación, desigualdad y explotación sexual de que era objeto la mujer y en el segundo fustiga el adulterio femenino como práctica insana, en una época en que los valores morales, sociales y personales, por los cuales se les medía a las féminas eran rígidos e inflexibles con relación a ese tópico

DE LA VIDA

Indolente y desnuda sobre el lecho
por la humana maldad, el alma herida
está la prostituta, envilecida
sin tener a piedad ningún derecho.

La juzga el mundo, del amor desecho
y la insulta cobarde; pues caída
en la fétida charca de la vida
sólo del vicio la cobija el techo.

Y a medida que ahoga su quebranto,
de sus ojos sin brillo surge el llanto,
que una muerta ilusión tal vez provoca!

Y así.... le brinda al comprador de amores,
los besos fríos de su amarga boca,
convertida en un nido de rencores!.

¿TAMBIÉN TÚ?

Me dijeron, mujer, que eras impura,
y ese dicho negué, pues no sabía,
que mordiendo a tus carnes, la locura,
en tus entrañas, Satanás reía.

Que olvidando insensata tus deberes,
en otros brazos con fruición te echabas,
y atraída por lúbricos placeres,
el honor de tu esposo mancillabas.

Que queriendo apagar el fuego insano,
de la ardiente pasión que te domina,
convertiste tu cuerpo soberano, 
en el cuerpo venal de Mesalina.

Pero quise dudar de la certeza
de tan fea traición, y tu caída,
y seguí defendiendo tu pureza,
con la fe inquebrantable de mi vida.

Y hoy que he visto clavarse tu mirada,
en los ojos lascivos de tu amante;
comprendí, con pesar, la llamarada,
que consume a tu alma de bacante.

Sintiendo una emoción tan honda y fuerte,
una pena tan grande y tan sincera,
que volví la cabeza por no verte,
descender desde Reina, hasta Ramera!

En Veleidosa, Fernández Chaqueto hiperboliza empleando el sentido figurado hasta donde la inconsistencia y / o ligereza puede llevar a la mujer, cuándo intenta empleando sus atributos físicos alcanzar sus ambiciones sin importarle las consecuencias que se podrían derivar de tal acción.

VELEIDOSA

Gallarda estatua en bronce cincelada,
tiene su cuerpo escultural y bello
no se qué vago y misterioso sello
de atracción insinuante y refinada.

Retadora y audaz en su mirada
provocativo y mórbido su cuello,
y en sus ojos adviértese el destello
de una grande ambición, inconfesada.

Mujer incomprensible y caprichosa,
siempre presta a triunfar y ser dichosa
igual que el vicio, la virtud abraza.

Y de la vida en el revuelto río
no le importa ni arredra a su albedrío
ser el escarnio de su humilde raza.

Fernández Chaqueto en sus poemas políticos, no oculta su posición ideológica de izquierda y como militante comprometido defiende con precisión los valores en los que cree. Les dejamos El señorito y el obrero, A un cualquiera, Yo no claudico, Anhelos y Acuarela.

EL SEÑORITO Y EL OBRERO

Levanta obrero la frente
y al que te insulta cobarde,
haciendo ostentoso alarde
de su poder insolente,

Sólo porque la fortuna
casquivana y caprichosa
le hizo nacer en hermosa
risueña y dorada cuna.

Con altivez y entereza
mira y reta, sin temor,
pues más vale ese sudor 
que a mojar tu rostro empieza,

Que todo el orgullo vano
de ese su existir mezquino;
tu eres luz en el camino:
él, un parásito humano.


A Un Cualquiera

Que me odias, lo sé; pero no importa,
la calumnia es el arma de los viles;
el hombre a veces la traición soporta,
para no compararse, a los reptiles.

El que hiere a mansalva y por cobarde
en la sombra se escuda, es un villano;
para vengar la ofensa, nunca es tarde,
siendo tan grande el escenario humano. 

Por eso despreciando tu vileza
me abroquelo tenaz en mi egoísmo;
empañar yo no quiero mi pobreza,
con el vaho fatal de tu cinismo!

YO NO CLAUDICO

1

No importa que soberbio y atrevido
como un vil salteador puesto en acecho
la unidad de tu pueblo hallas derecha
y su puro idealismo pervertido.

Ni que torpe iracundo y engreído
sorda cólera agítese en su pecho
más alto que tu orgullo, mi derecho
jamás ante el más fuerte se ha rendido.

Por eso en mi altivez, no me doblego
ni arrepentido y suplicante llego
a implorar tu perdón, yo no me humillo

Ni tiemblo ante tus gestos de tirano
a mi noble ideal republicano
con tan fea traición, no lo mancillo.

2

Escúchame mendigo poderoso
cuya sola ambición es la riqueza
¿que te vale el poder y su grandeza
si eres sólo un esclavo vanidoso?

Tu alma enferma, de eunuco rencoroso
ajena a todo rasgo de nobleza,
no sabe comprender, en su pobreza,
del humilde el arranque generoso. 

¡Y te irritas, y tiemblas, y amenazas,
y como a siervo desleal, me emplazas,
para que bese en sumisión tu mano!

¡Oh pérfido y cobarde caciquillo
brinda a otro el papel de falderillo,
que yo, no puedo serlo de un villano


ANHELOS

1

Como cae la lluvia bienhechora,
vistiendo nuevamente de verdura
el valle empobrecido, y la llanura
por sequía tenaz y agotadora.

Brotando de la tierra redentora,
la verde espiga que después madura,
y en fruta convertida, airosa, augura,
de un mañana feliz, risueña aurora.

Así también en la contienda humana
la prédica ferviente y cotidiana
del sagrado ideal puro y hermoso,

El campo de la vida fecundado:
para el hombre futuro va labrando
un porvenir más amplio y luminoso.

2

Donde brilla radiante y soberana
al tierno amor y la piedad propicia
la luz de la verdad y la justicia,
dulcificando la tragedia humana

De la envidia rastrera, torpe insana,
acallando la voz de su codicia,
no hiera a la virtud con su malicia
ni al corazón la deslealtad villana

Y pueda el laborioso proletario
tras un rudo bregar constante y diario
dormir tranquilo en su apacible lecho;

Sin temor a las ruines emboscadas,
de las almas cobardes y malvadas,
que burlan su miseria y su derecho.

3

Resonando a través de la ancha tierra
como una admonición del humanismo,
del mártir de Judea el aforismo
que tanta hermosa mansedumbre encierra

Substituyendo a la nefasta guerra,
toda ella ambición y barbarismo,
el triunfo racional del socialismo
que solamente al ignorante aterra.

Pues ya es hora que el hombre de conciencia,
oponiendo resuelta resistencia
de su soberbia a los altivos potros

Con nobleza sus yerros rectifique,
y con fervor y sin doblez predique
el amaos los unos a los otros.

ACUARELA

La débil luz de la naciente aurora
alumbra el firmamento
y en la extensa sabana, que el sol dora,
pasa gimiendo el viento.

Del naranjo y café, la esencia suave
embalsama el ambiente;
alegre canta en la espesura el ave
y murmura la fuente.

Naturaleza toda, despertando 
de su sueño profundo,
nuevo anhelo y vigor va derramando
por el extenso mundo.

Y advierto en la quietud que me rodea
un murmullo lejano.....
Es que se apresta la vecina aldea,
para el eterno batallar humano!

Su poesía de amor es directa, apasionada, transparente.

DESENCANTO

Sintiéndome cansado de una vida
inútil ya a todo humano empeño
trocada la ilusión en vago sueño
y la esperanza de tu amor perdida.

Sin fe en el pecho y con el alma herida
por tus desvíos mi adorado dueño
y abandonado como frágil leño
en medio de la mar embravecida,

¿Dónde voy yo, errante peregrino
que sentado en el borde del camino
solo tengo el bagaje de mis penas;

que no importune con mi angustia amarga
la ajena dicha, si a pesada carga
de un eterno sufrir, tu me condenas?.


¿POR QUÉ TE QUIERO?

I

Te quiero por amable y hacendosa,
por honesta, sencilla, honrada y buena,
me subyuga tu charla, siempre amena,
como el agua de la fuente rumorosa.

Me enamora tu fe de candorosa,
y tu voz argentina me enajena
porque tierna en mi oído alegre suena
como nota de música armoniosa.

Por tu andar majestuoso y arrogante;
por tu seno marmóreo y palpitante
donde resueña la esperanza anida,

y en el sagrario de tu carne joven
como en una melodía de Beethoven
tierna modula su canción, la vida...

II

Te quiero por la gracia encantadora
que emerge de tu espléndida belleza,
por el garbo, donaire y gentileza,
de tu cuerpo de Diana triunfadora.

Por tu risa inocente y seductora,
que ahuyenta de mi pecho la tristeza,
por el suave perfume y la terneza
de tu alma de virgen soñadora.

Por la dulce expresión de tu mirada;
por la intensa y ardiente llamarada,
que si la quieres sofocar, vacilas,

y sube hasta tu frente de alabastro
para brillar radiante como un astro,
en la noche triunfal de tus pupilas.

AL PASAR

¿En qué piensas mujer, por qué tus ojos
interrogan con ansia lo infinito?
¿por qué se advierten en tus labios rojos,
los tristes dejos del pesar maldito?

¿Por qué se abate tu radiosa frente
y empaña la tristeza tu semblante?
¿Qué pérfido dolor traidoramente,
hirió tu alma juvenil y amante?

¿Por qué se agita tu marmóreo seno,
y rueda por tu faz callado llanto?
¿Qué amarga duda cual mortal veneno
la cicuta te dio del desencanto?

¿Qué grande angustia el corazón te hiere,
trocando en pesadumbre tu alegría?
¿Qué viejo desengaño donde muere,
toda dulce esperanza, es tu agonía?

¿Es acaso que lloras en secreto,
la hermosa flor de tu ilusión perdida,
y en el silencio de tu hogar, discreto,
gozas hurgando tu sangrienta herida?

¿Por qué te atreves con fingida calma,
a escudriñar con desusado anhelo:
—poniendo en tus pupilas toda el alma—
la intensa y vaga majestad del cielo?

¿No sabes que es mentira y espejismo,
ese azul esplendente que se esfuma;
que el cielo como el mundo es un abismo,
que tiene tempestad, doblez y bruma?

Ignoras que del alma los dolores
no se curan así ensimismada;
contemplando con místicos ardores,
la extensión infinita de la nada;

Que cuando el triste corazón padece,
y el alma llora candorosa amiga,
si en nuestro pecho la ilusión fenece
solo el olvido su escozor, mitiga...

                          ֎

Y se muere, escuchando la conciencia
o se triunfa, viviendo la existencia?

Su capacidad de expresar solidaridad y compromiso se ponen de manifiesto en sus poemas El Valbanera[1] e Improntus.  El primero dedicado a la nave española del mismo nombre y el segundo dedicado a resaltar una institución santiaguera, el Centro de Instrucción y Recreo, fundada en 1882 y que fue pilar de las inquietudes sociales, de cultura y bienestar comunitario en Santiago de las Vegas hasta su desaparición en la década de los 60 del siglo XX.


EL VALBANERA

Ruge la tempestad; sobre cubierta, 
atento y firme el Capitán vigila
y en su ánima indómita y tranquila
ansias de lucha el huracán despierta.

Retumba el trueno en la región desierta
su voz mezclando a la marina esquila;
y como un grito entre la sombra, oscila
el rubí de un fanal en la obra muerta.

Encrespado está el mar!  El viento brama;
batido el barco, inútilmente clama
por un auxilio que en llegar... ya tarda!

Y abandonado a su nefasta suerte
húndese al fin y en brazos de la muerte
el gran secreto de ese crimen, guarda.


IMPRONTUS

Erguido como un roble en la llanura,
resistiendo los vientos encontrados
del recelo y la envidia, desatados,
en su contra con saña y con locura.

O como el centinela que la altura
pasea de los muros artillados,
vigilando con ojos avisados
de la sombra el peligro y la negrura.

Así veo yo, en mi ansiedad inquieta,
a través de mis sueños de poeta
el glorioso existir de nuestro Centro.

Y sacudiendo el polvo a mi memoria,
repaso y llevo su brillante historia,
esculpida en mi alma... y muy adentro.


Fuentes consultadas: 

  1. García Cabello, Antonia.  MANUEL FERNÁNDEZ CHAQUETO. Poeta Santiaguero. En Revista Antorcha, Año 2, No. 2, diciembre 30 de 1946.
  2. Los poetas de Santiago de las Vegas. Compilación y Prólogo de Helio Orovio Díaz. Consejo Regional de Cultura de Boyeros. Imprenta Revolucionaria. La Habana. (s.a.).
  3. Pérez Chávez, Rubén. Manuel Fernández Chaqueto. En revista Antorcha, Año XVI, No. 4, febrero 28 de 1961.
  4. Tragedia del Valbanera, en www.ecured.cu , consultado el 7 de abril de 2021.

 








[1] Nota de la Redacción: El Valbanera fue un buque correo trasatlántico de vapor, mixto de carga y pasaje, propiedad de la compañía de navegación Naviera Pinillos, dedicado fundamentalmente al transporte de emigrantes entre España y las Antillas.  Naufragó el 9 de septiembre de 1919, debido a un ciclón tropical en el estrecho de la Florida, con un saldo de 488 fallecidos.  Fue una tragedia naval famosa, constituyó el peor desastre marítimo español en tiempo de paz hasta la fecha y fue un suceso que conmovió a toda la sociedad cubana y española de la época.


1 comentario:

  1. "Enérgico y sagaz, nunca abatido,
    la muerte teme ni el peligro aprecia
    y cuanto más la tempestad arrecia
    más es su fe en su ideal querido". Qué espíritu, qué orgullo Juan Delgado. Pensar que de niña jugaba al pie de su estatua sin conocer su historia. Estoy convencida de que Santiago era un pueblo de poetas. ¡Qué apropiado que uno de mis favoritos, García Lorca, recorrió sus calles! Gisell

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