martes, 21 de febrero de 2023

A propósito de 300 años de la sublevación de los vegueros

Monumento en honor a los vegueros y tabaqueros erigido
a la entrada de Santiago de las Vegas.

Cúmplese este mes de febrero de 2023 el tricentenario de la última sublevación de los vegueros contra las autoridades de la monarquía española en la entonces colonia de la Isla de Cuba. 

Para rememorar tal hecho, ofrecemos un artículo escrito especialmente para la revista Cúspide de Melena del Sur, y que apareció publicado en su edición del Año I, No. 6 de Agosto 15 de 1937.  

Lo publicamos íntegramente y llamamos la atención de nuestros lectores con relación al contexto del momento histórico en que fue publicado.  Aquí les va:


UNA PÁGINA DE HISTORIA SANTIAGUERA

Venimos hoy en plenitud de entusiasmos, a esbozar ligeramente el desarrollo de un hecho histórico, que es constitutivo de la más brillante página en nuestra “Historia de Santiago de las Vegas” (aún inédita) y destaca la protesta más viril efectuada por campesinos santiagueros, contra los métodos inicuos puestos en prácticas por el gobierno colonial; de franca rebeldía contra la esclavitud moral y material a que estaban sometidos los ciudadanos de esta Isla, bajo el régimen monárquico que roía las entrañas de España cual cáncer mortal radicado en lo más profundo de sus vísceras y contra el que hoy lucha tesoneramente el valiente pueblo íbero, que reclama sólo libertad y justicia. 

Corría el año de 1614 cuando se declaraba libre por Real Cédula, la siembra de tabaco en Cuba, en tanto se ordenaba a los agricultores todos, el envío de los sobrantes debidamente registrados a la casa de Contratación de Sevilla; dándose, algunos años después, la primera disposición publicada en Cuba respecto al tabaco, permitiéndose (a solicitud del Ayuntamiento de Trinidad en 1659) extender las siembras a terrenos de labranzas no utilizados, con el pago anual a los vegueros de una corta renta, según acordaran ellos y los señores que tenían concesiones o mercedes de las tierras. 

Las grandes ganancias obtenidas del tabaco, vendido por cuenta del gobierno español desde 1709, suscitó la ambición de éste y se dispuso el envío de una Comisión a nuestra Isla en Mayo de 1716, destinada a estudiar la implantación de un impuesto a las siembras de tabaco en las colonias españolas; plan que tenía la única finalidad de dar al gobierno el monopolio tabacalero en toda su integridad.  Resultado de estos planes y estudios, fue el establecimiento al año siguiente de una factoría para la compra del tabaco en La Habana, con sucursales en Santiago de Cuba, Bayamo y Trinidad, quedando ya establecido en firme el estanco del tabaco por cuenta del Gobierno hispano, monopolio funesto que provocó múltiples protestas entre los vegueros, pues les vedaba el negociar a mejor precio, de acuerdo con las fluctuaciones del mercado; llegando a propiciar la renuncia del gobernador Don Vicente Raja, que regresó inmediatamente a España. 

Las terribles consecuencias motivadas por el estanco del tabaco, con la dolorosa secuela de miserias y hambres para los cosecheros, se hubieran atenuada con acertadas medidas de justicia, pero no fue así porque el nuevo gobernador Guillermo Guazo Calderón, se preocupó únicamente de desarrollar  amplios planes de reorganización militar, lo que unido al agudizamiento de la crisis en los problemas planteados, hicieron que al retardarse algunas compras por los visitadores, se promoviera una sublevación que pudo ser contenida por Don Juan de Bayona, cuya buena actuación en este asunto le valió después el título de conde de su nombre.  Las bases fundamentales del arreglo hecho por Bayona en la que se estipulaban la condonación del pago de los tributos de aquel año (ascendientes a $10.00 por cada vega) y algunas concesiones logradas por éste en las solicitudes hechas a España, fueron efímeras, pues al negarse a admitir a algunos cosechero su tabaco las galeras de Guevara en Febrero de 1723, se produjeron nuevas protestas contra la administración de la colonia. 

Es Febrero de 1723, fecha de luto y sangre en los anales de Santiago de las Vegas, pues ante el incremento de la protesta unánime hecha por los vegueros santiagueros y de los alrededores, se organizó una marcha sobre la capital en demanda de justicia para su causa, solicitando el cese de las medidas coercitivas impuestas, que les condenaban a las mayores miserias; siendo brutalmente atacados los pacíficos protestantes, por fuerzas españolas mandadas desde La Habana y su sangre valiente corrió por los campos, patentizando la más viril protesta y condenación a laqs usurpaciones hechas por el gobierno de la monarquía, altamente “nacionalista”, que, entonces, como ahora, inunda en sangre española las feraces campiñas íberas plenas de libertad, donde nunca podrán reinar regímenes totalitarios, cualquiera que sean su color y factura. 

Un recalcitrante historiador español: Jacobo de la Pezuela, dice en su “Historia de la Isla de Cuba” con referencia a este hecho luctuoso: “La bárbara represión ordenada por el Gobernador Guazo cerca de Santiago de las Vegas, costó un muerto, algunos heridos y doce vegueros prisioneros, a los cuales se les ahorcó inmediatamente en la mañana del 21 de Febrero de 1723, permaneciendo expuestos todo el día”.

Fue éste un hecho sangriento altamente reprobable, que llevó el cruel refinamiento de la administración colonial, al colgamiento de doce vegueros[1] presos con la exposición de sus cuerpos durante todo el día en los árboles de Jesús del Monte, como ejemplo de que ahogarían en sangre las que como ésta, fue la más firme protesta hecha ante la dura realidad del gobierno de la colonia, que imponía a sus gobernados sumisión y acatamiento ante su omnímodo poderío. 

Los siglos pasan raudos, con sus promesas de futuros radiantes, sobre la Historia de los pueblos, pero siempre quedarán señalados en sus páginas, estos hechos brutales contra la libre determinación de los individuos.

Santiago de las Vegas, Julio de 1937.

 E. Salinas Croche



[1] Nota de la Redacción: Dos de los prisioneros ahorcados eran pobladores de Santiago de las Vegas.  Sus nombres: Pedro González y Blas Martín.


2 comentarios:

  1. Cualquier similitud, es pura coincidencia. Leyendo este artículo tan lejano de Eduardo Salinas, a quien conocí perfectamente, y con el cuál tuve ocasión de conversar en muchas ocasiones, se me ocurre volver a plantear publicar una nueva selección de santiagueros ilustres que han dejado su aporte desde el punto de vista histórico y cultural. Es una obra me parece harto difícil de realizar por las diferencias, pero a la postre nos debemos desprender del lastre que crea esas mismas diferencias, y hacerle honor merecido a todos aquellos que con su obra, hayan dejado explicitamente nuestros valores culturales que le hayan dado lustre a nuestra sociedad. Sé que es dificil esa empresa, pero a la postre será necesario para salvaguardar nuestra historia y su cultura. muchomario1945@hotmail.com

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  2. Sin duda alguna Eduardo Salinas tiene todo mi respeto y alta consideración y respeto por su cultura y su labor profesional. Su artículo para la revista Cúspide, es ilustrativo y esclarecedor, Sin embargo, se pública muchos años atrá; con el avance del tiempo y el descubrimiento de nuevos documentos históricos se ha profundizado en este hecho encontrando nuevos elementos que muestran otras aristas desconocidas en esos tiempos. No obstante, ese artículo expone puntos de vista muy valiosos para cualquier estudio contemporáneo. Gracias por esta publicación.

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