viernes, 19 de agosto de 2016

Reseña de "Daniel Santos en su Habana", de Helio Orovio

por Mario García Romero | Miami, Florida

El pasado 21 de marzo de este año 2016, escribí unas letras de homenaje  sobre "Kico" (Helio Orovio) y su obra intelectual, que incursionó en varias manifestaciones artísticas literarias, pero con preferencia sobre la música cubana: sus cultores, sus intérpretes, sus grandes compositores, a quienes le dedicó gran parte de su vida, pues desde muy niño tenía una gran propensión a la música. La muerte, esa enemiga inesperada, no le dio el tiempo necesario para ver publicado su libro sobre el paso y la estancia por mucho tiempo de Daniel Santos Betancourt por Cuba. Bueno, al fin me llegó el ejemplar tan esperado, una mano amiga me lo hizo llegar desde el corazón de mi familia, que, en un sencillo acto, en su propia casa y como homenaje a su memoria,  hicieron la presentación del mismo y recordaron su obra y se recitaron algunos de sus poemas, con alguna que otra anécdota hilarante sobre su vida, pues Kico gozaba de un gran sentido lúdico de la vida, hasta de él mismo se burlaba y de los demás también. Lo leí en menos de un día, por tanto interés por el mismo. Debo aclarar que el verdadero título del libro es "Daniel Santos en su Habana", no en "La" Habana como había dicho. Quisiera poder hacerle llegar un ejemplar a cada uno de los lectores e interesados en este espacio, tan nuestro, de todos que es Santiago de las Vegas en línea, pero no tengo esa posibilidad...
 
Pero, como prometí, con mi apreciación muy particular, voy a tratar de hacer una sinopsis de lo leído. Hablar de la vida y del arte de un hombre que vivió 76 largos años, que si se le sumaran por todas las vivencias y los excesos vividos, pues facilmente se pudiera decir que doblaba esa cifra ampliamente. Fue bastante longevo para la azarosa vida que llevó, de drogas, licor, mujeres, broncas, trampas, informalidades y una gran cadena de arbitrariedades.
 
Foto tomada en el Patio Sevillano del Club Atlético Santiago el día 1 de septiembre de 1948, por Onay Valdés, fotógrafo de Santiago por muchos años, EPD. Aparece el "inquieto anacobero" Daniel Santos con una preciosa acompañante. Entre el grupo que lo circunda reconozco a Armando Bosque, fallecido hace muchos años en Santiago, que está a la izquierda de Daniel; en el centro reconozco a dos bellas santiagueras, en el mismo centro Yolanda Buría, la esposa de Edel Pozo EPD, y hermana del amigo santiaguero Gerardo Buría, quien me obsequió esta foto; y al lado de ella Odilia Ferrás, que fue mi vecina muchos años, hermana de Olga la esposa de Gerardo Buría. Exhorto a cualquier otro santiaguero que pueda identificar al resto de las personas que aparecen en la foto, se lo hagan saber a Santiago de las Vegas en línea.


Hay casi un dogma en la idiosincracia del cubano: entre otras cosas, no toleramos a un tipo pesao, así, mal escrito, pero como lo pronunciaría cualquier compatriota, o sea, toleramos a un sinvergüenza, a un tramposo, a un bribón, pero eso sí, si nos cae simpático, pues pasa bien, ya no lo encontramos tan malo; esto es por regla general, aunque siempre habrá excepciones . Por mucho menos de las cosas malas que hizo Daniel Santos en cualquier parte de Cuba, a cualquiera lo condenaban a varios años de cárcel y al cumplir la condena, sería deportado inmediatamente. En el libro Orovio narra esa parte oscura de su vida: tuvo 12 matrimonios, con 12 hijos, que de seguro de ninguno se ocupó como debe ser cuidar y proteger a un hijo. Abusó de unas cuantas mujeres, a la mayoría las golpeó, también a hombres; a una le desfiguró el rostro de un golpe con la mano donde llevaba una gruesa sortija, lo que conllevó que fuera a parar a la cárcel, pero como tenía carisma, picardía y facilidad para componer, le dedicó una canción a la mamá de un presidente constitucional, Carlos Prío Socarras, que le firmó la amnistía al poco tiempo. En el tiempo en la cárcel, hizo un coro y puso a los compañeros presos a cantar. 

Había nacido en Puerto Rico en junio 6 de 1916, por consiguiente en este año está cumpliendo el centenario. Era un mulato blanconazo, bien parecido, muy elegante a la usanza de la época, con tupido bigote negro, con pelo rizado muy negro, ondulado, con gran favor por el sexo débil, pues donde llegaba, siempre levantaba una o varias mujeres, pues con su estilo de cantar su elegancia y su presencia las subyugaba. El libro está constituido por la investigación de viejas noticias de prensa escrita de la época y el criterio de muchos que de una forma u otra lo conocieron. Tambien hay varias declaraciones personales declaradas en alguna entrevista, como en el comienzo del libro en que  aparece una declaración de Daniel a modo de presentación donde cuenta: Mi historia es del carajo. Tuve infinidad de mujeres, caí en la cárcel más de cien veces. Fumé marihuana, he tomado mucho licor. Yo fui un bandido. Yo no creía ni en la luz eléctrica, lo mismo que le decía al policía se lo decía al presidente . A mí no me importaba nada. Yo estaba loco. Peleé en la Segunda Guerra Mundial. Anduve por todo el Caribe. Estuve en el pleito de los cubanos del lado de Fidel Castro, también en el de los dominicanos contra Trujillo. He andado por infinidad de cantinas, de barra en barra. He inhalado cocaina. Pertenecí al Partido Independentista de Albizu Campos. Me he casado doce veces, tuve doce hijos. He sido un loco. Y ¿ para qué me voy a arrepentir si ya lo gocé?
—Daniel Santos
  
De él hablan en el libro: "Germinal Barral", Don Galaor, en Bohemia, 8 de septiembre de 1946, Lisa Araujo, vedette cubana, Rogelio Martinez, director de La Sonora Matancera, Isolina Carrillo, pianista, repertorista y compositora cubana en entrevista, Pepe Merino, cantante e imitador del estilo de Daniel, en entrevista, Celia Cruz (no hay que decir nada más), Senén Suárez, compositor, guitarrista, director de grupos musicales, Alfonsín Quintana, cantante y director de Los Jóvenes del Cayo, Celio González, cantante de la Sonora Matancera y de Los Jóvenes del Cayo entre otros, Israel Pérez, tumbador, natural de Santiago de Las Vegas, fue miembro del Conjunto Jóvenes del Cayo, Mario Zaldívar, El Mito De La Sonora Matancera, 1999, Ninón Sevilla, bailarina cubana, triunfadora en el cine de México, Luis Agüero, Bohemia, 1961, Pablo Milanés, compositor e intérprete, Jaime Torres, El Nuevo Día, 3 de diciembre de 1992, Joseán Ramos, escritor e investigador boricua sobre Daniel Santos, Vengo a decirle adiós a los muchachos, 1989, Dr. Cristóbal Díaz Ayala, coleccionista, autor de varios importantes libros sobre música cubana y de Puerto Rico, musicógrafo, El Día Puerto Rico, 1992, Ramón Fernández Larrea, escritor y humorista, en Cuba dejó su huella en la radio cubana en  el "Programa de Ramón", reside en Miami, en la actualidad tiene un programa muy importante (Memorias de La Habana) en WWRF, 670 Am, todos los viernes de 7 a 8 PM nota del que escribe pro bono).

En la foto que aparece en el libro, de la cual yo poseo una original (más arriba) gracias a la gentileza de Gerardo Buría, tomada en el Patio Sevillano de nuestro Club Atlético Santiago en 1948, donde está en una mesa fumándose un tabaco con el acompañamiento de una botella de ron, rodeado de algunos santiagueros muy fácilmente reconocibles por los mayores como yo y más, pero a su izquierda se ve a una mujer de pelo negro y tez muy blanca y muy bella, que le hacía compañía...
Llegó a Cuba en 1946 con muchas ganas de triunfar, pues él mismo confiesa, que a él lo hizo "La Sonora Matancera", ese conjunto por donde han pasado tantas glorias de la música y de varios hermanos países latinoamericanos. Enseguida tuvo el favor del pueblo y sus discos se tocaban en casi todas las emisoras de radio, pues se paseó por las principales, WRHC Cadena Azul de Amado Trinidad Velazco y Radio Progreso, entre otras.
 
Es muy difícil analizar la vida de una persona tan controvertida, de tantas luces y tantas sombras, que de la nada se convirtió en todo un símbolo popular, que su estrato social y la situación económica y política en su patria, era muy deplorable en su niñez y juventud. Su papá emigró hacia Nueva York, buscando mejor vida y, al ser posible, reunió a toda la familia. Cuenta en el libro que su hijo cubano Danielito, tenía 12 años cuando la mamá lo contacta y le dice que Fidel Castro iba a enviar a los niños hacia Rusia para adoctrinarlos en el comunismo; corría el año 1961, donde la vida en la sociedad cubana estaba enrarecida por los cambios que se iban sucediendo en tan poco tiempo y, al decir de él, no estábamos preparados para ese cambio tan brusco. A poco, Eugenia su esposa y mamá de Danielito, le dice que había sido solo un rumor. Se queda en Cuba y empieza a actuar por diversos lugares capitalinos. Le ofrecen la gerencia del Club Habana 1900, del Vedado, sito en Humboldt y la calle P. Con la colaboración de varios artistas formó un elenco para actuar en el sitio, dijo que era un lugar tan sui géneris que en un televisor instalado en el lugar, entre canción y canción se vio el desfile de los miembros de la Brigada 2506 que desembarcaron por Playa Girón presos. Le cuenta a Joseán Ramos que ya se rumoraba la inclinación hacia el comunismo de Fidel Castro, al notar cómo se veía la influencia de Blas Roca. Lázaro Peña y otros miembros tradicionales del Partido Socialista Popular (Comunista) cuenta que una noche, al salir del cabaret, la llave no le trabajaba bien para poder cerrar la puerta, y muy molesto le dio una patada a la puerta, al no tener paciencia para estas cosas. Enseguida sintió el rastrillar de un arma detrás de él, era un miliciano, le preguntó por qué y el miliano le dijo que eso no lo podia hacer, que eso no era de él, que era del estado. Dice que al poco rato lo llevó a un puesto militar, donde le explicaron que era cierto lo que le había dicho el miliciano. A partir de ese momento se dio cuenta de que ya no podría seguir viviendo en ese país que tanto quería, fue su conclusión.

Conjunto Jóvenes del Cayo. Fila de atrás, de izquiera a derecha: con el güiro Silvio Contreras, compositor, Con la 1ra trompeta, Vinicio González, natural de Santiago de las Vegas: trompetista, flautista, director de orquesta, compositor. Con la 2da trompeta: Alfonso Salinas. Con la 3ra trompeta: Rafael Alvarado. Con las claves: Domingo Vargas, cantante, primer director del Conjunto. Con el bajo: Luis Ramírez.

Fila delantera, de izquierda a derecha: Con los bongóes: José Suárez (Guayabo). De pie: Alfonsín Quintana, cantante y director. Con la tumbadora: natural de Santiago de las Vegas Israel Pérez, cantante y percusionista. Con la guitarra: Orlando Farrán (El Moro). A la extrema derecha, con las maracas: Celio González Ascencio, natural de Camujuaní, conocido como El Flaco de Oro; fue cantante de plantilla varios años con la "Sonora Matancera" y falleció en México.

Como información adicional, en este conjunto el santiaguero Vitelito Cruz tocó la trompeta algún tiempo; también Helio Orovio participó un tiempo con el grupo tocando la percusión. La foto es un obsequio hace muchos años de Jorge Coya, que mantiene el Pequeño Museo de la Música Cubana en Las Vegas. Algunos detalles han sido tomados del Diccionario de La Música Cubana Biográfico y Técnico de Helio Orovio, EPD.


En el libro aparece una larga guía de canciones, más de 120,  que interpretó Daniel y sus autores cubanos y que, entre ellas estamos representados los santiagueros (a saber) por dos coterráneos : De Humbero Jauma Puñales, No Importa Corazón y con versos de José (Cheo) Barreiro, El Columpio de la Vida; pintor santiaguero que no conocí y no sabía que los versos eran suyos, pero tuve la dicha de ser compañero de estudio de Nieves su hija menor. Tiene un testimonio gráfico muy importante donde se ve al cantante en varios lugares y momentos; consta además con varias carátulas de sus distintas  grabaciones, entre ellas una del Sello Gema de Guillermo Álvarez Guedes de un 45 rpm, donde por la cara A aparece "Sierra Maestra", el patriótico número dedicado a la revolución de Fidel Castro, y por el anverso tiene, tambien de su autoría, "Victoria de la Juventud", la cual no recuerdo haberla oído nunca. A propósito de "Sierra Maestra", Orovio cuenta que estando Daniel en Maracaibo, Venezuela, en diciembre de 1956, mientras se tomaba unos tragos en un bar maracucho, Daniel leyó un titular de un periódico que daba la noticia de la muerte de Fidel Castro en el Oriente cubano, en la Sierra Maestra,  y que en una servilleta inspirado en la noticia, escribió la canción Sierra Maestra.

He confrontado con algunos amigos y tengo mis dudas; no olvido que alguien que regresó de un viaje a Santiago desde Miami, llevó una copia de la canción, en un 45 de vinil negro, que solo tenía una etiqueta amarilla, sin decir el título de la misma. La duda es por uno de los versos de la obra, me refiero a la segunda estrofa, donde escribió :
 
Pero si un  venezolano,
como yo lo pude ver,
pudo romper sus cadenas,
pudo su yugo romper,
también lo puede un cubano,
la unión lo puede vencer.
 
Creo que la explicación es muy sencilla, ¿a qué se refiere Daniel cuando dice "Pero si un venezolano, como yo lo pude ver, etc."? ¿En qué momento de la historia contemporánea de Venezuela pudo ver la libertad? Lo último y más cercano a la revolución cubana fue la caída de Marcos Pérez Jiménez, dictador venezolano, que gobernó de 1952 hasta el 23 de enero de 1958, en que cayó su gobierno. Por eso tengo esa duda, por eso creo que la escribió de finales de enero de 1958 a unos meses antes de diciembre de ese mismo año. Claro, puede ser una licencia poética del autor, pero no lo sé.

1 comentario:

  1. Magnífica la reseña biográfica de Mario García Romero sobre una de las voces más prodigiosas que ha dado esa pequeña isla gigantesca por su musicalidad y sus intérpretes. Daniel Santos tuvo, como cantante dos etapas en mi opinión. La primera fue cuando su voz era clara, bien timbrada, de tenor tropical; esa tuvo lugar en su Borinquen natal y en New York. Entonces cantó con el sexteto de Pedro Flores canciones como: Despedida, Irresistible, Guaracha Amorosa, Jugando Mamá, Mentirosa, Triste Carta, etc. Entonces su voz era clara como un cristal. Después viene la etapa internacional, las drogas, el cigarro, el poco cuidado de las cuerdas vocales; la voz se agrava, casi ni se entiende la letra aunque sigue teniendo gran musicalidad. Entre una etapa y la otra visita Cuba, tiene un rotundo éxito y gran influencia con nuestro Presidente Prio. Logra el indulto de "Patricia" por el homicidio perpetrado en La Habana. Visita nuestro Santiago ; canta en el cine Popular, años más tarde actúa en el Patio Sevillano con la Sonora; saca el disco con el himno del 26 de julio: Adelante cubanos... (por desgracia). Fui gran admirador de Daniel. Tuvo un hijo en Cuba a quien cantó la canción: Cuando nazca Danielito. Gracias Mario por ese recuerdo. Leonardo Gravier

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