por José Alberto Balido | Miami, Florida

Hoy, gracias a la Internet, resucitamos un soneto olvidado de nuestra Graziella — nada atrevido, por cierto, pero sí misterioso y evocador.
Hechicera nocturna
Sube hasta el alto cielo la torre del castillo,
y la luna se esconde tras la plateada nube
que tamiza la luna con fantástico brillo
y la muestra a mis ojos como un rubio querube.
Por la ojival ventana una corneja ronda
y una sombra silente por las almenas vaga,
que al mirarla la luna revuela hacia la fronda
¡porque la luna sabe sus hechizos de maga!
Va recogiendo ortigas de los altos aleros,
desciende hasta los fosos donde da lastimeros
alaridos que llenan el ambiente de espanto.
¡Es el ánima en pena de una vieja sibila
que en el aire cabalga y en la noche vigila
por las almas que sienten su fatídico encanto!
Hechicera nocturna
Sube hasta el alto cielo la torre del castillo,
y la luna se esconde tras la plateada nube
que tamiza la luna con fantástico brillo
y la muestra a mis ojos como un rubio querube.
Por la ojival ventana una corneja ronda
y una sombra silente por las almenas vaga,
que al mirarla la luna revuela hacia la fronda
¡porque la luna sabe sus hechizos de maga!
Va recogiendo ortigas de los altos aleros,
desciende hasta los fosos donde da lastimeros
alaridos que llenan el ambiente de espanto.
¡Es el ánima en pena de una vieja sibila
que en el aire cabalga y en la noche vigila
por las almas que sienten su fatídico encanto!
No conocía a esta poeta. Excelente soneto. Voy a procurarme algunos poemas más. Gracias
ResponderEliminarRicardo Ostuni
www.baireshistoria.blogspot.com/