por Raúl Rodríguez Vega
con Carlos Valiente Romero y Leonardo Gravier
ENRIQUE GRAVIER DELGADO
Enrique Gravier Delgado (Enriquito el Ciego) fue miembro de una de las familias más distinguidas y apreciadas del Santiago de principios y mediados del siglo XX. Era Enrique uno de los 11 hijos que tuvo el muy querido y respetado Coronel del Ejército Libertador Alejandro Gravier y Quiñones, siendo uno de los cinco primeros vástagos que tuviera con su primera y más tarde fallecida esposa Doña Dolores Delgado.
Siendo aún un pequeño niño Enriquito Gravier queda ciego por la incurable enfermedad de la viruela, pasando a ser su vida desde ese momento la de un invidente total cuando sus ojitos azules se convirtieron en dos cuencas vacías y tristes de mirar. No obstante su incapacidad siempre mostró un don especial pues tenía un gran sentido de orientación para recorrer el pueblo y llegar por su cuenta al lugar deseado solamente con su bastón como acompañante.
En un artículo de su sobrino Leonardo Gravier acerca de su abuelo, el Coronel Alejandro Gravier (publicado el 2 de diciembre 2008), se relata una anécdota del encuentro del "niño cieguito" con el Gral. Antonio Maceo:
Cuentan los periódicos de la época que al llegar Maceo a Bahía Honda, el hijito de Alejandro, cieguito por la viruela y llamado Enrique Gravier, insistió en conocer a Maceo. Enterado de ésto, fue el Titán de Bronce hasta la casa del niño junto a Alejandro y bajando del caballo dejó que el cieguito le palpara los brazos, los hombros y la cara. Después exclamo el niño: “Papaíto, ¡qué grande es Maceo!”
Exageradamente pulcro, lavaba las monedas que llevaba en el bolsillo con agua y jabón para desinfectarlas. Tocaba en la armónica que siempre llevaba en su guayabera desde el Himno Nacional hasta algunos danzones populares.
Por los años 40 del pasado siglo Enrique tenía su casa en la calle 2 entre 5 y 7; en esa época ya era un hombre de la tercera edad con una piel muy blanca y pelo canoso. No sé si tenía hijos, pero sí esposa.
Volvemos a destacar que era tanta la pulcritud de Enrique que ya viejo y viviendo en la casona que compartía con sus hermanas, su obsesión por la limpieza era única, por lo que no teniendo ducha en aquella casa, mandaba a cerrar las puertas que daban al patio y en una pila al final de una tubería alta se bañaba al aire libre (aún durante los fríos días de invierno).
Cuando llegaba al Teatro Popular del Centro de Instrucción y Recreo la acostumbrada temporada de teatro vernáculo que presentaba a teatro lleno la muy popular Compañía de Enrique Arredondo, allí fielmente como asiduos espectadores se encontraban Enrique y su esposa ocupando casi siempre las primeras filas de lunetas desde donde se podían escuchar sus resonantes carcajadas en pleno disfrute del chistoso espectáculo tan popular y cubano.
Muere Enrique inesperadamente de un paro cardiaco a la edad de 68 años en la presencia de su querido hermano el Dr. Gabriel Gravier, y de su joven sobrino Leonardo (en esa época de 12 años de edad), y bajo el cuidado del conocido médico santiaguero Dr. Antonio Ramírez Pis (Ñico).
Fue sin lugar a dudas Enrique Gravier Delgado (Enriquito el ciego) un distinguido miembro de nuestra comunidad donde siempre se le apreció por su gran decencia y caballerosidad y donde es justo destacar que su discapacidad fue derrotada por el gran valor que siempre demostró con su esfuerzo y actuación ejemplar.
EL MUDO DEL CASINO
Estamos ante un caso que puede ser único: una persona sin el don de la palabra y la escucha, que se desempeñó por muchos años como un extraordinario y muy eficiente portero del "Cine Minerva" (abajo, a la izquierda, en 1937), más conocido en nuestro pueblo como el "Cine del Casino", propiedad del Casino Español (aunque por muchos años fué regenteado por el Club Atlético Santiago y su eficiente Comisión de Cine administrada por los bien recordados santiagueros, Dr. Eduardo González Aguiar, que fungía como Presidente, y Roberto Fina, taquillero honrado y cumplidor que actuaba también como marcador de películas, siempre dispuesto a realizar cualquier trabajo que fuera necesario, con la excepción de los famosos "Fogote", proyector de las películas, y nuestro personaje de hoy, el insustituible portero "El Mudo del Cine".
"El Mudo", por su gran eficiencia y honradez tenía, sin lugar a dudas, uno de los empleos mas estables que existían en Santiago, teniendo la gran seguridad que también es recordado por muchos de nuestros coterráneos, de quienes esperamos nos puedan ayudar proporcionándonos su nombre de pila. La memoria de "El Mudo" era super-sobresaliente y sin lugar a dudas tanto o más eficiente que las computadoras de hoy.
Recordamos que cualquier santiaguero en búsqueda de un familiar que pudiera estar en el cine podía llegar a la entrada del Teatro Minerva y por señas comunicarse con él; sin lugar a dudas su respuesta era tan eficiente que si bien memorizamos nunca resultaba en una equivocación. Guardaba en su memoria visual la mayoría de las inter-relaciones que existían entre cualquier santiaguero y sus familiares o amigos más cercanos. Esa cualidad que "El Mudo" siempre tuvo fué cosa extraordinaria y muy difícil de imitar, lo que decía mucho de su gran y humana inteligencia.
Salvo un error en nuestra memoria recordamos que "El Mudo" era miembro de una laboriosa familia de nuestro pueblo donde sus varios hermanos y hermanas eran también sordo mudos y creemos vivían en la calle 5 esquina a 12.
Hasta aquí nuestros recuerdos del "Mudo del Casino", humilde trabajador de aquel Santiago de ayer cuyo ejemplo siempre será digno de recordarse, pues con su gran e incansable decoro venció de manera extraordinaria su discapacidad funcional.
!Qué bien me recuerdo del Mudo del Cine del Casino! Tenía una memoria increible de las caras de los que frecuentábamos las películas de ese cine. Una vez no tenía los cinco (o eran diez?) centavos para entrar en una de las super-tandas dominicales. Le dije que al día siguiente le traería el dinero y el Mudo me dejó entrar. Al día siguiente le fui a pagar y, con sus señas y sonrisa, no me dejó pagar. Así era nuestro pueblo de pintoresco y feliz, donde todos éramos conocidos y amigos. José R. Garrigó
ResponderEliminarQue agradable es traer a la mente esos recuerdos
ResponderEliminarde la niñez.
De Enriquito, lo recuerdo, era muy amigo de mi padre, Ramon,el frecuentaba la imprenta, pues su familia y Piedad su hermana,vivian al lado de la imprenta, y recuerdo que mi padre hablaba frecuentemente con el. Efectivamente bien vestido y educado, creo que utilizaba un baston.
De "el mudo", cuyo nombre no se ha mencionado, quizas por desconocerse, recuerdo, cuando iba a entrar al cine Minerva, claro, sin dar el ticket, me paraba y yo no sabia como explicarle que yo tenia libre acceso, sin pagar,pues como mi padre era el que imprimia los programas del cine, le daban acceso gratis a disfrutar de las peliculas. Fue Roberto Fina quien le explico a el, que yo podia pasar sin pagar en cualquier momento.
Despues de esto, con una sonrisa, cada vez que
me veia llegar, con su mano me señalaba: "pasa".
Roger Balbi Barcelo -Miami- julio 16 - 11:30 a.m.
Se olvidaron de un sr. que tenia una sola pierna, que la habia perdido en un accidente con un coche de caballos.
ResponderEliminarCon esa discapacidad se graduo de Dr medicina, si mal no recuerdo se llamaba Ulysses y ejercia la medicina en el Hospital de santiago.
Si alguien tiene mas detalles de su vida como su apellido y donde vivia por favor hagamelo saber.
Xiomara.
Yo era como muchos muchachos de nuestro querido Santiago un asiduo participante de las matinees de los sabados a las 4 y 30 y los domingos a la 1 pm.
ResponderEliminarSiempre recuerdo al mudo parado en la entrada al teatro Minerva con su guayabera a veces blanca y otras veces color crema impecablemente limpia y abotonada hasta el ultimo boton del cuello.
Era practicamente imposible colarsele al mudo, su memoria era impresionante y recuerdo que uno siempre salia afuera por cualquier razon y nunca teniamos problemas al volver pues el ya tenia retratada tu cara en el hipotalamo y nunca fallaba.
Siempre cortez, bien peinado y con brillantes zapatos, "el mudo del Casino" era todo un personaje en nuestro pueblo.
Estuve tratando de recordar el nombre del Dr. que tenia una sola pierna y despues de tratar por varios dias finalmente me vino a la mente.
ResponderEliminarSu nombre era AQUILES OCHOA y el fue el que perdio su pierna en un accidente con un coche de caballos.
Yo por error lo nombre como Ulyses, pero yo no estaba segura, perdon por el error.
Xiomara.
Resulta que Enriquito es tambien tio paterno de mi mamá, mi abuelo se llamaba Aurelio Gravier Delgado y ya mi madre me habia contado historias de su tio de quien dice tenia desarrollado el sentido del tacto, pues no confundia ningun billete ni moneda. Saludos desde Cuba
ResponderEliminarPara: María Elena Maciá Gravier
ResponderEliminarDe: Leonardo Gravier
Estimada María Elena:
Me agradó mucho el leer tus comentarios al final del artículo sobre Enrique Gravier.
Después de irme de Cuba en 1960 nunca más supe de tu mamá, María Elena, a quien todos en la familia queríamos mucho. Mi tío Aurelio (Yeyo) la llevaba mucho a casa. Era muy bonita y de ojos muy azules. Te envío nuestro e-mail por si quieres comunicarte directamente con nosotros. Me gustaría que lo hicieras.
Muchos cariños de,
Leonardo Gravier
e-mail: ofegravier@yahoo.com
OTRO SANTIAGUERO CON SUS INCAPACIDADES PERO SIEMPRE ALEGRE Y CON PARTICIPACION SOCIAL PLENA ERA EL SR.OVIDIO FERNANDEZ,QUIEN RESIDIA EN CALLE 4 ENTRE 11 Y 13 JUNTO A SUS HERMANAS Y FLA,LO RECUERDO SIEMPRE EN LAS BANDAS DE MUSICA,Y DEMAS ACTIVIDADES DEL PUEBLO,ESTABAMOS EN LA FLA PUES ERA TIO DE RUDDY FERNANDEZ EL ESPOSO DE MI PRIMA EMMA GARCIA,ELLOS AUN VIVEN ALLI EN EL MISMO LUGAR.SALUDOS A TODOS.
ResponderEliminarJORGE ROMERO.