por Giraldo Raymond de Con / Gijón, Asturias, España Si de algo tenemos que estar orgullosos los santiagueros es de la cultura de nuestro pueblo. Generación tras generación, hombres y mujeres se han destacado en diversas profesiones del saber humano. Hace poco tiempo conversaba con una santiaguera septuagenaria y ambos coincidíamos en lo maravilloso que era ver cómo personas de avanzada edad se manejaban con facilidad ante un ordenador y la rapidez con que aprendían el uso generalizado de las nuevas tecnologías. Cuando intercambiamos correos o leemos un artículo de estas personas hay un destello de ortografía perfecta y de una redacción impecable. Aquellas alumnas y alumnos de los colegios santiagueros de antaño aprendieron bien sus lecciones. Hoy quiero, si ustedes me lo permiten, detenerme en una mujer que gracias a una devoción familiar y un tenaz esfuerzo se convirtió en una de las primeras mujeres que se graduó como ingeniera agrónomo en la Universidad de la Habana, profesión históricamente reservada a los hombres... Laura Muñoz, junto a su padre Oscar Muñoz, logró hacer de la genética un arte en el mejoramiento de diferentes especies y variedades de frutales. Su posterior trabajo en el campo de las hortalizas en nuestra Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas junto al inolvidable Dr. Juan Tomás Roig la convirtió en una genetista de reconocido prestigio en todo el mundo. Hablar de Laura es hablar de una inteligencia cubierta por la más genuina sencillez posible. Hoy con sus más de setenta años no puede negar que fue una mujer adelantada a su época y quizás ser santiaguera fue la premisa indispensable para ello.
Gracias a todos esos abuelos santiagueros que de su mano y su inteligencia nos hacen llegar hasta nuestros días los recuerdos de su existencia en esa tierra que nos vio nacer.
muy interesante su articulo
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