lunes, 17 de marzo de 2008

La Plaza de Armas

¿Sabía usted que al bello Parque Martí, también conocido por Parque Viejo, se le llamaba "Plaza de Armas" durante la época de la colonia? No son pocas las ciudades coloniales españolas (recordemos que Santiago fue y es ciudad y no pueblo, aunque le llamemos "pueblo" con afecto) que tienen su Plaza de Armas, que, como sugiere el nombre, servía para ejercicios y desfiles militares. En la mayoría de los casos, también se ubicaban en estas plazas los principales edificios de gobierno y a veces de culto religioso, como sucede en La Habana, en Lima, Perú, y en la capital de México. Raro, entonces, que la Plaza de Armas de Santiago de las Vegas no albergara ni la alcaldía, ni la iglesia, ni ningún edificio administrativo. Desconocemos el porqué, y la razón quizá se haya perdido en la niebla de la historia; por suerte, el historiador Francisco Fina García rescató, en su obra Tradiciones y Leyendas de mediados del siglo XX, cómo era este importante espacio público en los años previos a nuestra Guerra de Independencia, y hoy tenemos el placer de compartirlo con usted:

La Plaza de Armas
"Contaba nuestra ciudad allá por el año 1850 con un solo parque público, conocido entre los vecinos por Plaza de Armas o Plaza de Fernando VII, ubicado en el mismo sitio donde está hoy el Parque “Martí”. Captando la visión que nos ofrecen dibujos de la época y algunos datos históricos, se puede describir así: Estaba rodeada la Plaza por un muro de 1 metro de altura, sobre el que descansaba una verja de hierro, interrumpida en el centro de cada calle por una ancha puerta de hierro con adornos de bronce; a lo largo de las cuatro calles que la circundaban, erguían sus copas frondosos laureles, que daban belleza y frescor en los cálidos días, en que se verificaban actos oficiales o militares; en el centro, un busto del Rey Fernando VII (izquierda) en honor del Monarca, que otorgara a esta población el distinguido título de Fiel Ciudad y muy Ilustre Ayuntamiento, cuyo busto fuera reemplazado más tarde por uno de la Reina María Cristina, que estuvo en ese lugar hasta la terminación de la guerra de 1895. Fue en este mismo lugar, donde estuvo instalada la horca, donde eran ajusticiados los reos condenados a muerte por crímenes o asesinatos y que funcionara durante muchos años, habiéndose efectuado el primer ajusticiamiento en 1808, en que fuera condenado a la horca un esclavo que diera muerte a su amo y que era conocido por José Francisco, ya que en ese tiempo carecían los esclavos de apellidos, dándosele más tarde el apellido de sus amos. Entre los actos de mayor importancia que se celebraron en esta Plaza, se pueden citar: su inauguración; la colocación del busto del Rey Fernando VII; el Juramento de la Constitución de 1812; la proclamación de la Reina María Cristina; la creación de la Tenencia de Gobierno y ya el citado de la concesión del título de Fiel Ciudad y muy Ilustre Ayuntamiento". -Francisco Fina García, en Tradiciones y Leyendas

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