lunes, 4 de julio de 2011

Viejos recuerdos de Santiago de las Vegas, No. 6

por Gerardo Buría / Miami, Florida

"Santiago era culto, acogedor, pero también divertido, por eso merecidamente le llamaban "La Ciudad Alegre".

Quizás influya en ello el recuerdo de las misas dominicales, cuando las jovencitas acudían en masa, con sus sentimientos entrelazados entre la devoción o el poder escapar un rato a la vigilancia familiar y poder compartir y coquetear, ¿porqué no?, con los amiguitos que esperaban en el parque el final de la misa. Los piropos, las bromas, eran cosas naturales en aquellos gratos momentos ya pasados, y después era tradicional el acompañar hasta su casa a la novia o a la joven de que estábamos enamoriscados.

El Parque Juan Delgado y la tricentenaria iglesia de Santiago de las Vegas.
Eran costumbres sanas, que quizás parezcan ridículas a la juventud actual, pero nosotros lo pasábamos bien, las encontrábamos buenas y creo no tenemos razones de ninguna clase, para renegar de unos recuerdos tan dulces y emocionantes.

Ya estamos viejos, pero seguramente aún sentimos nostalgia al recordarlos. ¿No lo crees así?

* * *

Y no hay que ser muy viejo para recordar los bailes infantiles que se celebraban en nuestras sociedades. ¿Los recuerdas? Hoy los muchachos pueden escoger sus disfraces, hay surtido para todos gustos y dólares para alquilarlos o comprarlos, pero en aquellos viejos tiempos faltaban ambas cosas en la mayoría de los casos y nuestros padres tenían que inventarlos para que pudiéramos asistir a los mismos. Yo recuerdo siempre mi disfraz de "gallego", era uno de los más económicos, pues me ponían una camisa y un pantalón blancos, pañuelos rojos en el cuello y la cintura, una boina negra y con corcho quemado me pintaban bigote y patillas, quedando así listo el "galleguito" para el baile. Durante muchísimos bailes infantiles y en repetidos años, usé el mismo disfraz; no había variaciones; no podía haberlas, pero recuerdo que siempre me divertía y lo pasaba bien. ¿No te pasaba a ti algo parecido?

Sin fecha: Baile infantil en los salones del Club Atlético Santiago.
Seguramente que Ud. está cansado de ver esos inodoros portátiles que son usados corrientemente aquí en las construcciones, en las ferias, en las fiestas de la calle 8 y hasta en los pulgueros... Seguramente también Ud. ha pensado como yo, que son una moderna imitación de nuestras viejas letrinas. ¿No las recuerdas? No te hagas el bobo, viejito, tú bien sabes que letrinas eran los "excusados", tan de moda en aquellos viejos tiempos y que emanaban tan fragante aroma. ¡Ahora si te acuerdas!, ¿verdad? Los había desde los modernos cajoncitos de madera con un hueco al centro que variaba de tamaño al gusto del consumidor, hasta los hechos de cemento que eran los más lujosos, aunque el olor no variaba en ningún caso. Sí recuerdo también que en una oportunidad el gobierno de turno los fabricó en serie, eran de concreto y muy bonitos, y los repartieron a los campesinos de la Isla, pero recuerdo también que parte de los guajiros prefería abonar el platanal.

Si tú, viejito que me soportas, dices que no recuerdas el "excusado", eso no te lo crees ni tú mismo. ¿No es así? ¿Se acuerda Ud.?

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Era tan bonito, pero tan bonito, que le decían "Shirley Temple".

Y era tan, pero tan gordito, que le decían "Mortadella".

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A la una mi mula, a las dos mi reloj, a las tres mi café, a las cuatro mi gato, a las cinco te hinco, a las seis pan de rey... ¿Lo recuerdas? Estoy seguro que sí y también que emocionadamente seguirás tarareando el resto de la numeración. ¿Lo podrás hacer?

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"¡Blanditos!" No hay que ser muy viejo para recordarlo, pues era el pregón favorito de los vendedores de pata y panza. Vendían diariamente sus productos por las calles santiagueras y representaban una parte importante en la alimentación de muchos vecinos del pueblo, y yo recuerdo con satisfacción lo sabroso que las encontraba. Hoy mismo unas patas y panza con una buena garbanzada serían un manjar delicioso, preferible a cualquier otro que nos pudieran brindar en estos momentos. ¿No lo crees así?


Y hay que ser viejo, pero viejo de verdad, para recordar la línea de guaguas "La Santiaguera" de Higinio Martínez, con oficinas y garaje en la calle 7 entre 6 y 8. Eran unas guaguas abiertas, con bancos como asientos y con toldos encerados en los costados por si llovía, siendo en aquellos tiempos muy famosos con sus regateos con otra línea rival, "La aliada", disputándose los marchantes. Todo esto me lo han contado pues yo no soy lo suficiente viejo para recordarlo. ¿Lo eres tú?

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Y si tú recuerdas cuando Enrique y Alberto Bú tenían un puesto de frituras y frutas en la esquina de 6 y 9 donde después estuvo la carnicería de Ventoso y por último la de Miguel Ángel León (a la izquierda), eres viejo, pero viejo de verdad. Yo sí recuerdo cuando ellos tenían la bodega en 6 y 11 y la especialidad que tenían en los batidos de frutas naturales, chocolate, leche malteada o trigo. Después surgieron los hermanos Evelio ("Tata") y Onelio Carballo, y les quitaron la superioridad en los mismos, pues los hacían deliciosos, tenían más variedad en la confección de ellos. Los hermanos Carballo surgieron y lograron fama en el pequeño local al lado del Centro de Instrucción y Recreo en la calle 4 (abajo), donde anteriormente estuviera la cafetería de Manolo Rodríguez "El Granadero" y su esposa Nena.

El bar "Los dos hermanos" de "Tata" Carballo (detrás del mostrador).
La bodega "El Recreo" de Artagnán Hernández Valiente en 2 y 15, era una de las más populares y surtidas del pueblo en aquellos viejos tiempos. ¿La recuerda? Años después el esposo de su hija Haydée, Armando López, regresó de Nueva York, donde residía, y construyó en aquel lugar lo que por muchísimo tiempo fue el famoso bar "Blue Sky". ¿Lo recuerdas tú?

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El anuncio de hoy: ¡Es tan fácil!

Coca-Cola bien fría. Agente: Alfredo Rivero, Rincón.

C.I.R. - Santiago de las Vegas. Sábado 29 de mayo. Grandioso Baile Homenaje a la SONORA MATANCERA. 25 años de actuación en el C.I.R. Sonora Matancera, Belisario López, Celia Cruz, Orlando Vallejo.

Publicado originalmente en la revista "El Cacahual". Republicado con permiso del autor.

2 comentarios:

  1. Me encantaron estos recuerdos. Nos permiten conocer un estilo de vida muy diferente al de hoy, más genuino e inocente. Ojalá se publiquen más como estos. Y qué lindas las fotos de Santiago...
    Giselle

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  2. No soy tan vieja, pero recuerdo muy bien los batidos de Enrique Bu que era deliciosos.

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