martes, 16 de diciembre de 2008

Un día de 48 horas: el peregrinaje a Rincón

por Giraldo Raymond de Con En Santiago de las Vegas, los días 16 y 17 de diciembre se fundían en un tiempo irreal, mágico y hasta sobrenatural. Recuerdo la imagen de aquel hombre que, gateando con las rodillas ensangrentadas, tiraba de una gran piedra con una cadena atada a su tobillo. Nunca supimos el origen de aquella promesa pero de seguro encerraba una fe ciega y un compromiso con su propia alma.

Nuestra casa quedaba muy cerca de la avenida de entrada al pueblo y todos los vecinos pasábamos despiertos toda la noche víspera de San Lázaro. Era como un río que aumenta su caudal poco a poco; el goteo comenzaba muy temprano el 16 de diciembre y hacia la media noche ya era un desfile constante. No se daban cifras exactas, pero no resulta exagerado cuantificar en decenas de miles los peregrinos que venidos de lugares muy distantes a cumplir con sus promesas o a rogarle al santo plegarias por su salud, la de un familiar o un amigo o el ferviente deseo que su vida cambiase.

En ese entonces aún las puertas de nuestras casas siempre estaban abiertas y recuerdo que muchos llegaban pidiendo un poco de agua o necesitados de pasar al baño; nunca se le negaba a nadie. Creo que todo el mundo participaba de aquello como algo propio y resultaba una bendición del destino que estuviésemos en el camino de paso hacia Rincón. En cada persona podías distinguir algún detalle específico: se veían muchos vestidos de sacos de yute, cabezas rapadas, pies descalzos, rostros desencajados y otros alegres. Era una mezcla de fiesta, dolor y esperanza. La abuela tenía la costumbre de hacer limonada o chocolate caliente y los ofrecía como tributo a la fe de aquellas personas.

En la mañana del 17 nuestra avenida resultaba pequeña para absorber aquel flujo humano, y qué podemos decir del cruce de caminos a la entrada de Rincón, punto de convergencia de las principales tradiciones religiosas del cubano. San Lázaro emergió del proceso socio cultural derivado del encuentro y sincretizacion de las religiones Católica y Yorubá. Un santo católico y un orisha lucumí son vistos como manifestaciones diferentes de la misma entidad espiritual . San Lázaro y Babalú Ayé representan la más genuina cubanía y los santiagueros fuimos y somos espectadores de excepción.

La iglesia de Rincón, nacida para el auxilio espiritual de los enfermos de lepra, se convirtió por derecho propio en templo venerado por creyentes y ateos y durante décadas ha permitido el privilegio de que en Cuba un día tenga 48 horas.

3 comentarios:

  1. yo me llamo luis cesar guerra vivia en la calle 5 entre 10 y 12 NUMERO 19615 HIJO DE ADELA GUERRA Y DE TATA EL ALBANIL O COMO SE LLAMA LAZARO CESAR REDRIGUES SANTIAGUERO DE PURA CEPA , RECUERDO DE UN DIA LARGO Y DIVERTIDO COMO SI FUERAN UNA ROMERIA YO VIVO EN NUEVA YERSY Y EN CUBA ERA DE LA IGLESIA METODISTA CONOSCO ANA JULIA QUE ESTA EN OTTAWA Y DEMAS FAMILIA FAYA MONTANO DIOS LOS BENDIGA

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  2. Hola Luís, Bienvenido a Santiago de las Vegas en Línea. Si lo desea, nos puede enviar su dirección de correo electrónico y lo pondremos a usted en nuestra Guía de santiagueros en línea para que otras personas lo puedan localizar.

    Saludos,

    José Alberto Balido

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  3. yo me llamo luis cesar guerra y soy de la callle 5 entre 10 y 12 y quisiera que mi nonbre se publicara en la lista de santiagueron en contacto dios los bendiga

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