La penúltima de las acuarelas de Adela César que le ofreceremos es una naturaleza muerta de abril de 1925, en este caso tres tomates y una zanahoria. Como siempre, se destaca la esmerada atención de la pintora al detalle, hechizándonos una vez más con su realismo, evidente en los reflejos de luz, en la parte verdosa del tomate izquierdo que no ha madurado del todo, y en las delicadas hojas de la zanahoria. Por cierto, hemos confirmado que la pintora tuvo una hermana llamada María Antonia César, señalada como maestra en el Tomo II de la historia de Santiago de Francisco Fina; tenía una escuelita en la calle 6, casi esquina a cinco, y fue maestra de primer grado de Migdalia Agusti, entre muchos otros. Es poco lo que se sabe de Adela César, pero sí es evidente que su familia influyó para bien en la cultura de nuestro pueblo.
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