por José Alberto Balido | Miami, Florida
En un viejo ejemplar de la Revista del Club Atlético Santiago* hemos hallado hoy un soneto del santiaguero Ángel R. Otero (partícipe del insólito "soneto a 14 voces" previamente publicado en este sitio), que refleja una visión particularmente negativa de lo que el poeta percibe como la filosofía del siglo en que vivió.
Filosofía del siglo XX
por Ángel R. Otero
Hay que vencer de toda forma. Nunca
te detenga lo rudo de la brega…
Sé acero, que se rompe y no doblega;
o roble, que se dobla y no se trunca…
Pero, vence. Cualquier medio es el bueno;
lo ilícito o legal es relativo.
La Moral es un mito impositivo
y el honor se confunde con el cieno.
Dale a tu corazón lo que te pida;
si para el triunfo es necesario, olvida
al enemigo que tu odio escalda…
Darás al bueno la traidora mano,
le abrazarás diciendo: eres mi hermano…
Y… clávale el puñal a media espalda.
¿Qué opina usted? ¿Es verdaderamente representativa del siglo XX esta filosofía, o es tan antigua como Caín y Abel, los textos de Niccolò Macchiavelli, y tantos otros trágicos ejemplos de la historia humana?
*Número Extraordinario de julio de 1948.
Si el poeta Ángel R. Otero viviera en este siglo, puede que escribiera el mismo soneto y quizás aún con más virulencia.Y si en particular se diera una vuelta por esta "Madre Patria" no encontraría las palabras adecuadas para dibujar la filosofía de vida que nos rodea que al parecer no tiene fecha de caducidad y si muchos adeptos.
ResponderEliminarNo olvidemos que por los 300 BC Sócrates se quejó de que "la juventud está perdida" (!). También es cierto, para citar a otro gran pensador, que "todo es según el color del cristal con que se mira". Seguramente el poeta estaba comentando en base a situaciones que lo afectaron y, al menos en ese momento, le dieron una visión negativa del ser humano. La verdad es que si lo vemos desde el punto de vista de que en toda época hay gente buena y gente mala, y que en esta ocasión él solo está escribiendo de la mala, pues tiene, en parte, un poco de razón. Lo que no se vale es generalizar. Tambié hay gente buena, como evidencia José Martí en "Los zapaticos de rosa". Quién, que lea este poema, no se ocnmueve ante la generosidad de algunas personas? Y ya que estoy citanto y citando, vale parafrasear a Dickens para decir que toda época "es el mejor de los tiempos y es el peor de los tiempos". Eso sí, no hay que negarle a este señor el talento y la visión poética capaz de hacer arte de un sentimiento que algunos llamarían negativo. En fin, creo que este poema es solo un "desahogo" del autor, pero que seguramente no es su visión total de la vida.
ResponderEliminarDisfruté mucho este poema (lo mismo que las obras de arte que a veces sacan en el sitio) y me gustaría que publiquen otros.
Saludos,
Giselle
Muy bello el soneto “Filosofía del siglo XX” de Ángel R. Otero. Gran poeta que perteneció a aquella pléyade de literatos de nuestro Santiago. Con los rasgos de la desilusión, encarna el pensamiento de aquella época de transición entre “la Belle Époque” y la era atómica. Ese mismo pesimismo lo padecieron muchos músicos y poetas que se resistían a abandonar aquellas formas cultas y pausadas y a aquel rezago del romanticismo del siglo XIX. En este mismo estado de espíritu nos encontramos hoy, también época de transición entre la era atómica y otra que avanza a más velocidad de la que se mueven, hacia los confines del Universo, los cuerpos celestes, ― no digo hacia el infinito pues esa palabra sólo la dejo para Dios―. Por esa misma época de Otero, escribió el gran músico y poeta argentino Enrique Santos Discépolo (1901-1951) su tango “Cambalache”, por todos conocido. También en la antigüedad, Séneca fue víctima de ese estado de inseguridad y ansiedad de los que vivieron entre los últimos días del paganismo y la llegada del cristianismo. Terminó como Sócrates, Stefan Zweig y otros grandes, suicidado por envenenamiento.
ResponderEliminarMe gustó muchísimo el comentario de Giselle; escrito con mucha serenidad y gran conocimiento de la historia, la filosofía y la literatura. Estoy completamente de acuerdo con su opinión y con las ideas que expuso, el estilo de exponerlas y su sentido de la estética; la felicito.
Muchas gracias, Sr. Gravier. No lo hago meramente para devolverle el elogio, sino que honestamente lo felicito por su comentario tan amplio y profundo. Solo un gran pensador es capaz de unir el tango y Stefan Zweig en un mismo párrafo, y ¡resultar esclarecedor! Espero leer más de sus comentarios.
ResponderEliminarSaludos,
Giselle