domingo, 18 de septiembre de 2011

El deporte en Santiago de las Vegas (1a parte)

por Mario A. García Romero

No es tarea fácil, en pocos párrafos, hacer la historia de la evolución del deporte en nuestro pueblo. Sólo acudiendo a una mínima bibliografía*, recordando vivencias personales o preguntándole a los que todavía viven, que participaron o fueron veedores de estas gestas deportivas idas, se puede tratar de conformar una incompleta historia sobre este tema. Acudiendo a mi casi entera memoria, el más lejano recuerdo que poseo, es el de mis casi 10 años de edad, cuando en el otrora “Stadium del Cerro”, con más exactitud , el martes día 18 de septiembre de 1956 , en un juego de leyenda, casi mítico, nuestro equipo de baseball, el “Club Atlético Santiago”, derrotó a un gran equipo: el “Club Cubaneleco”, que defendía los colores de la Compañía Cubana de Electricidad. A esta gesta y a sus héroes deportivos, van dedicadas estas modestas líneas de recordación, a 55 años del suceso.




No miento al decir que cualquier domingo en temporada, nuestro modesto stadium se llenaba de bote en bote. Las bellas fanáticas, que también seguían a su equipo, se engalanaban con sus blusas verdes con la misma letra "s" al frente que tenían los uniformes de los jugadores, con el embullo de presenciar un gran desafío donde los nuestros iban a dar lo mejor de sí en el terreno, a defender al equipo del pueblo; esto ocurría domingo tras domingo, a pesar que era una época en que ir al cine en nuestro pueblo era muy fácil, la comunicación con la capital era muy dinámica, sin contar que Santiago contaba con dos salas de cine, el Teatro Minerva y el Teatro Popular, que los domingos exhibían una larga matiné desde la 1 de la tarde hasta las 7 de la noche y además, diariamente pasaban diferentes filmes y, semanalmente se exhibían películas de estreno, más el cercano Teatro Paramount de Rancho Boyeros. Varios restaurantes (más de 10) entre los céntricos del pueblo y los de la carretera al Cacahual, algunos con música en vivo, hacían muy posible encontrar algún lugar de diversión y esparcimiento.

A pesar de todos estos lugares de entretención, los santiagueros seguían a su equipo a donde éste fuera. Eso ocurrió aquella lejana noche de septiembre de 1956; los santiagueros se trasladaron hacia el Cerro en guaguas públicas, autos y guaguas alquiladas ( hoy se les diría guaguas charters) llenas de fanáticos, acompañados con los típicos instrumentos de una rica conga cubana, que servía de aliento a los jugadores cuando estaban al bate, cuando nuestro equipo amenazaba en tomar la ventaja y trataban de sacar de paso a los bateadores contrarios y alegraban al público presente (a los cubanos en un por ciento muy alto, le corren por las venas, junto a la sangre: guarapo, ron, son, cha cha cha, rumba, mambo, danzón, conga y guaguancó; salsa no, ése es un nombre falso para llamar a nuestra genuina música).

Este juego está precedido de una hazaña grande, titánica; posiblemente ningún equipo había obtenido hasta esa fecha la cantidad de 22 juegos ganados consecutivamente, para llegar a discutír el campeonato de la UAAC ( Unión Atlética Amateur de Cuba) y, estando Santiago una gran parte del juego debajo en el marcador, ganar aguerridamente 9x8 en el décimo inning, después que Raúl (El Güiro) Ortega (f), un hombre de baja estatura, que por el suelo las cogía todas y en su momento, como el resto del equipo, acrecentó su valor, dio un salto felino y atrapó una línea del cuarto bate que lo volaba, logrando un dobleplay que dejaba al campo al temido Club Cubaneleco, que había llegado a esa final, con 21 juegos ganados al hilo.

Se llegó a Santiago de madrugada. Los que no fueron al juego estaban despiertos esperando la caravana con el equipo triunfador a la entrada del pueblo, en ese cuchillo que divide la doblevía al Cacahual (uno de nuestros orgullos, por eso tenemos el nombre de “Altar de La Patria”) y la calle 2. Los que no asistieron pudieron seguir el desarrollo del partido por la radio. Es indescriptible las emociones vividas en ese Stádium del Cerro; los vítores y aplausos siguieron hasta Santiago, donde el pueblo se desbordó en alegría popular, en amor al deporte y al equipo santiaguero, que había logrado por primera ocasión en esa liga el primer lugar. Campeones 1956. Esa noche Santiago no durmió, muchos del pueblo llegaron a la embajada del equipo, que era al lado de mi casa, en la casa de Joseíto Sánchez, quien se había hecho cargo del equipo aproximadamente desde 1953. Una imagen de Nuestra Patrona de Cuba: La Vírgen de La Caridad del Cobre, lucía en todo su esplendor al entrar a la residencia familiar, y muchos se postraron de hinojos a darle las gracias por haber ayudado al equipo a ganar. Así son los recuerdos que poseo de aquella etapa del baseball en Santiago, nuestro pasatiempo nacional que en Santiago hizo historia, historia que debemos preservar para que las futuras generaciones de santiagueros sepan que alguna vez llegamos a la cima alcanzando los mayores lauros.

A todos los que lograron esta hazaña van dedicados estos recuerdos, que nombro a continuación: Pitchers: 1) Manuel Rojas (Yuyo), 2) Idael de La Paz (Vinagre Maisel, por su parecido con el mencionado pitcher estadounidense), 3) Oscar Miranda. Catchers : 1) Mario Díaz (Mayito), 2) José (Pepe) Sánchez (f). 1ra Base : 1) Pedro Moré, 2) Pedro Campos (Campito, veterano de mil campañas ) (f), 2da Base : Vicente Echegarrúa (Cucho), 3ra Base : Conrado Domínguez (El Chino Domínguez) (f), Short Stop : Raúl Ortega (El Güiro Ortega) (f), Left fielder: José Ramón López (Lopez) (f), Center Fielder: Rogelio Reyes, (Guajiro Reyes), Rigth fielder : Rafael Sánchez (Felo), Out fielder: Miguel González. Manager: Óscar del Calvo (f), Coach: Guido Rodríguez (f), Presidente de la Comisión: José Sánchez (Joseíto) (f), Delegado ante la Liga: Gustavo Irurzun (El Habanero) (f), Cargabates; Manolito Tuero (f), Nelson Sánchez (Nelsito), Guido Rodríguez JR (Guidito). Falta el nombre del otro hijo de Guido.

Con sumo gusto le agradecería mucho a todo el que esté en disposición de enriquecer estas memorias, que haga su aporte, así los recuerdos darán a conocer nuevas anécdotas y datos importantes.

*Bibliografía: Historia del béisbol en Santiago de las Vegas 1886-1970, por Miguel Ángel Pozo (Chacho) (f), que en su juventud también defendió a nuestro Santiago en el equipo del Centro de Instrucción y Recreo, que fue donde primeramente Santiago jugó baseball en forma organizada, mucho antes que se usara la franela con el nombre del CAS.

(continuará)

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