viernes, 17 de octubre de 2008

Recuerdos del Musicólogo de Cuba

Tan fuerte se ha sentido la súbita desaparición de Helio Orovio, que sus amigos siguen contribuyendo recuerdos del gran musicólogo a Santiago de las Vegas en Línea. Hoy tenemos dos interesantes escritos que iluminan con una lámpara de afecto quién fue este santiaguero que le enseñó al mundo lo que es la música cubana.
Los inicios musicales de Kiko Orovio
A mediados de 1943, mi padre compró la acción de un pequeño puesto de frutas en la calle 2 entre 3 y 5, y allí se mudó la pequeña familia. Desde la casa teníamos a la mano derecha, como vecinos, a la familia Lugo, y a la izquierda, la familia Quintana; al frente la Comadrona María y el entonces Cabo de la Guardia Rural Emilio García, trágica- mente asesinado en el ataque a Palacio Presidencial. También vecinos de esa cuadra puedo recordar a Nena, los Acosta, los Oliva, la familia de Rafael Díaz, y en la esquina de la calle 3, a María Lerandi.
La casa donde mi padre tenía ese puesto de frutas tenía un largo patio que colindaba con el patio de la familia Orovio. Allí, a través de la cerca, trabé amistad con Kiko, como cariñosamente lo llamaba su familia. Si mal no recuerdo, en esos días lo operaron de la garganta; el día que regresó, entre Margarita, Papito Herrera, Aguacate Barcarlos y yo le preparamos una bienvenida. Todavía llegó con dolores en su operada garganta, pero después de comerse el consabido bisteck frito para que le raspara la garganta, se recuperó y fue entonces que hablamos ese grupo de amigos de formar un conjuntico musical.
La composición era más o menos así: Kiko tumbadora, Aguacate Barcarlos el contrabajo, Papito Herrera los bongoes y Margarita y el que suscribe los cantantes.
De ese grupito de amigos, según recuerdo, siguieron cultivando la música Kiko y Aguacate Barcarlos. Papito se desvió a la Pelota, y Margarita y yo nos alejamos de la música; pero siempre en mi caso seguí la trayectoria de Helio Orovio, como músico triunfal y en especial como el mejor especialista de la música cubana de todos los tiempos.
Helio fue un verdadero santiaguero, sin olvidar nunca su pueblo natal, el cual no obstante donde estuviera lo loaba.
En paz descanse el Musicólogo de Cuba, y consuelo a su prima Nurys. -Jorge Marrero / Miami, Florida
De España nos llega un conmovedor relato que define en pocas pinceladas el tipo de persona que era este ilustre santiaguero.
Helio Orovio y el Caballero de París
Para cualquiera de nosotros el nombre de Juan Manuel López Lledín es desconocido, pero todos recordamos al popular Caballero de París. Juan Manuel, que no era ni cubano ni francés, era un joven gallego nacido en una aldea de Fonsagrada, Lugo, provincia de Galicia, emigrado a Cuba a principios del siglo XX. Un desafortunado incidente le llevo a prisión, siendo al parecer el motivo de su enfermedad mental. Nunca hizo daño a persona alguna, solo en su delirio de grandeza fantaseaba con la más alta realeza europea. Su carácter andariego lo llevó a ser parte del más típico paisaje habanero.

Helio Orovio, quien en su juventud compartió tertulias con tal orador de fábulas, siempre enfatizó su respeto y admiración por tan ilustre personaje. El día que falleció el Caballero de Paris, al conocer Helio que se encontraba en la funeraria de Santiago de las Vegas, se presentó en ella lleno de flores y veló en solitario el cadáver toda la noche. Y en un acto que solo personas sensibles como él son capaces de hacer, gestionó con sus propios recursos un panteón en el cementerio del pueblo para dar noble sepultura a Juan Manuel. Tiempo después los restos fueron trasladados a la Basílica del Convento de San Francisco de Asís, en correspondencia con el rango y abolengo del joven gallego.

- Giraldo Raymond de Con / Gijón, Asturias

¡Gracias a Jorge y a Giraldo por sus importantes contribuciones!

1 comentario:

  1. Que agradable poder leer y poder conocer más de personas tan noble

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