martes, 26 de enero de 2021

La Búsqueda, un monólogo anónimo

“La Búsqueda”, monólogo que reproducimos, obtuvo el Primer Premio en un concurso literario realizado en 1955 por la Escuela Normal para Maestros de La Habana.  Fue escrito por una santiaguera de pura cepa, cuando cursaba el segundo curso en esa afamada institución académica.

Le solicitamos su permiso para reproducirlo, a lo cual accedió gentilmente, entregándonos una copia de su puño y letra. Sólo nos impuso una condición: que apareciera publicado con el seudónimo con el que fue presentado al referido concurso.

LA BÚSQUEDA  (Monólogo)

Por Colas V.

 ¡Al fin te encuentro! ¡Iba en tu búsqueda!, he andado tanto por los caminos del mundo, pero no ha sido en balde, ¡Te he encontrado, como siempre estás de un lado para otro y eres intangible, invisible, nadie te ve, pero ¡yo te he visto!

    ¿Me preguntas? ¿Para que te he buscado tanto? ¡Pues para hablar contigo!

   Para decirte algo que llevo aquí en mí pecho.

   Para decirte algo que no puedo callar, te creía justo pero no lo eres.

   ¿Por qué?

   Te diré, el mundo lo creaste no igual para todos.  Hicisteis que unos fueran amos, otros esclavos, ricos, pobres, buenos y malos; hasta el mundo, la naturaleza misma la creasteis dividida, tenemos los montes, las praderas, los ríos, los mares, los bosques, todos bellos y creasteis también, el desierto triste, caluroso y frío y sin ninguna vida, sin plantas, hasta en los cementerios se ven las pobres tumbas de los miserables y las ostentosas lápidas de mármol y creasteis al hombre con distintas razas, para dividirlo, para separarlo.

   Y…… ¿Qué me dices de la religión?

   Pues otra división entre los hombres y de la maldad, el odio, la pena, el dolor.

   ¡Yo creo que no eres justo!

¡Piensa y dime si tengo o no razón!

¡Te llaman justo, justicia divina!

¿Pero dime donde está?

¡Si me rebelo, como muchos,  me llaman hereje, dicen de mí muchas cosas.

— Pero te aseguro que alguien es más justa que tú y existe.

¿Te enfadas?  Pues no debes hacerlo.

   ¿Me preguntas quién?

   Te diré.

Alguien a quien nadie menciona, al que nadie piensa en ella.

   Sí, a una más justa que tú.

¿No adivinas quien pueda ser?

A la que lleva a todos sus hijos al mismo lado, al negro, al blanco, al rico, al pobre, al bueno, al malo, a todos los convierte por igual.

   Esa es la justa, no tú.

—Diré a todos que hoy conocí a un ser al que llaman justo, pero que no lo es, que sin embargo hay otro a la que nadie menciona ni considera, pero es la más justa de todas y es: la muerte.


Agradecemos la colaboración de Arsenio Alemán Agusti

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