sábado, 27 de abril de 2013

Santiago elegante... por sólo un peso

por Raúl Ariel Rodríguez Vega / con Carlos Valiente Romero

En nuestro entrañable pueblo de Santiago de las Vegas podemos decir que casi desde mucho antes de la importante década de los años 1950,  para vestir siempre elegante, además de las tiendas, peleterías y otros reconocidos establecimientos de la localidad... y, como es de entender, mucho pero mucho antes de la existencia y comodidad de las actuales tarjetas de crédito, había personas, pudiéramos mejor decir “agentes-negociantes” que ofrecían, sin muchos o ningún requisito, facilidades de pago en casi o todos los casos por una buena extensión de tiempo. Estos individuos no tenían locales propios: "resolvían" los problemas de los siempre presumidos santiagueros mediante “vales” que podían utilizarse en diferentes comercios de la capital.

Entre ellos recordamos las populares tiendas habaneras: “Los Precios Fijos”, “La Época”, “Fin de Siglo”, “Peletería El Mundo”, “Almacenes Ultra”, entre otros.

Así pues eran algunos cuantos los que en nuestro Santiago se dedicaban por este medio a la venta a plazos, cobrando en muchas instancias un peso semanal y como es natural un conveniente porciento de interés.

Gracias a ellos muchos jóvenes y otros no tan adolescentes paseaban con sus mejores galas principalmente como una tradición durante nuestras habituales fiestas patronales, las celebraciones de la Semana Santa (Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección), y las carnavalescas parrandas santiagueras de fin de año.

A continuación, hablaremos de tres de los más representativos de aquellos negociantes santiagueros que en su momento fueron los más solicitados por los elegantes coterráneos de no muchos recursos.

Por todo lo anterior, ¿quién no recuerda al popular santiaguero Ñico Martínez? Era, pudiéramos decir, el llamado“decano” de aquellos negociantes. Con sus vales se podían comprar los codiciados zapatos Amadeos en la peletería de esa marca en Belascoain muy cerca de Carlos III. De querer más variedad tenías la opción de ir a la peletería "El Mundo" de Reina y Galiano, donde encontrabas zapatos de todos los estilos y colores que la moda de entonces marcaba. Don Ñico vivía en la calle 10 frente al popular Parque Martí, más conocido como el “Parque Viejo”.  Con mucha frecuencia se veía a Ñico por el Club Atlético Santiago. Siempre andaba de muy buen carácter, aún cuando cada lunes recorría las casas de sus clientes para cobrar el peso.

1929: Anuncio de los trajes Palm Beach en el Saturday Evening Post.

Luis Sanz Tamames, destacado técnico agropecuario que llegara a ser presidente del C.A.S.,  vivía en la calle 4 entre 15 y 17 y proporcionaba vales para adquirir trajes a la medida en la sastrería "Atlantic City" en  Belascoain entre Zanja y San José. Los trajes más demandados entonces eran los de la marca “Palm Beach”, en el cual venían dos pantalones con cada saco . También se podían comprar  otros artículos de gran calidad para salir muy bien vestido del lugar.

Mario de Armas Sosa, el bien recordado "Quivicán", cuyo gentilicio se debía al lugar donde Mario vio la luz primera: el vecino pueblo de Quivicán de nuestra provincia habanera.
1954: Anuncio (en inglés) de las camisas McGregor.

Del trío que mencionamos Mario era el único que no comerciaba con vales. En su bien cuidado automóvil tenía las cajas y maletas con su mercancía de reconocida calidad, entre ellas las camisas McGregor. "Lo que el cliente quería el Quivi lo conseguía"... ése era su lema. Este obrero textilero de la Ribbon Fabric en la popular esquina de las calles 12 y 13 (edificio habitualmente conocido como "El Capitolio"), que se desempeñaba como revisador de productos terminados, tenía muchos clientes. Antes de salir del país vivía con su esposa y dos hijos en la calle 1 del Reparto Villanueva entre Doble Vía y A.

Finalmente concluimos este nuestro nostálgico artículo preguntándoles a nuestros lectores: ¿cuántos humildes coterráneos cumplieron sus sueños de boda en la notaría del recordado abogado santiaguero Dr. José Ramón Sánchez García, el popular procurador Jesús Romero García, o nuestro querido párroco Rev. Vicente Jovaní Mas, con los modernos trajes de Luis, los zapatos de Ñico y otras prendas de calidad de Mario? No los olvidemos, pues ellos también fueron parte, como otros muchos, de aquel nuestro querido Santiago de las Vegas a mediados del siglo pasado.

1 comentario:

  1. COMO BIEN DICE CARLOS LOS JOVENES SANTIAGUEROS TANTO PARA LOS BAILES O PARA DAR LAS VUELTAS AL PARQUE SIEMPRE IBAN ELEGANTES. RECUERDO LAS CAMISAS MAC GREGOR QUE SE VENDIAN EN EL TELAR PRECIOSAS. LOS JOVENES SIEMPRE DE TRAJE Y CORBATA Y HACIA EL MISMO CALOR QUE AHORA, PERO ESA ELEGANCIA SE ACABO Y CREO QUE NO VOLVERA JAMAS. ERA LA EPOCA DE ORO DE SANTIAGO DE LAS VEGAS. LUCIA ALVAREZ

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