miércoles, 9 de enero de 2013

Recuerdos olvidados: La tía Caridad

por José Alberto Balido | Miami, Florida

"Recordando el pasado para construir el futuro", constante lema de este sitio desde su fundación hace más de un lustro ya, es más que un sueño práctico, por decirlo así, de conservar lo mejor de nuestra historia municipal para un futuro que inevitablemente llegará. Es también — hemos de confesar — una misión puramente sentimental, un eterno deseo de evitar la despedida final de nuestros seres queridos; algo así como sentarnos una vez más en las piernas de la abuela y escuchar sus dulces cuentos de tiempos que ya no volverán. Conservar, en fin, tanto los grandes momentos históricos, como los pequeños recuerdos cotidianos, aquéllos que con mayor facilidad desaparecen en las brumas del tiempo precisamente porque nos parecen banales, pero que, a su propia manera, tanto pueden revelar.

Con esta segunda meta — la cotidiana, la sentimental — como propósito de Año Nuevo, hoy lanzamos una nueva sección de Santiago de las Vegas en Línea: "Recuerdos olvidados", paradójico nombre que honra la frágil naturaleza de estas memorias. Para empezar, resucitamos hoy un personaje que por sus trágicas circunstancias, muy pocos recordarán.

La tía Caridad

De niño, en mi casa de la calle 2, No. 218, en Santiago de las Vegas, una cosa curiosa me llamaba la atención, tanto que, años después, su enigmática imagen me visitaba en el momento menos pensado. Muy alto en el muro sur del patio (quizás no tan alto, considerando mi estatura en aquel entonces), había un casquillo o roseta de porcelana, un "socket", como le diríamos en el mejor Spanglish, sin bombillo, tal como aparece en la interpretación "artística" a la derecha, creada para darle una idea de lo que yo en mi mente veía.

¿Por qué, entre todos los recuerdos que pudieran sobrevivir una turbulenta niñez marcada por la salida de Cuba a los cinco años, quedaría ese socket privado de su función vital de alumbrar? Cosas de niño, hemos de suponer, pero me aventuro a pensar que representaba para mí una suerte de misterio: ¿a quién alumbraría en la noche, y cuándo, y por qué?

Emilia Cobo Casals, 1947
Un buen día, en uno de esos momentos que la imagen me visitó estando en compañía de mi padre, Ismael Balido Pérez, por fin le pregunté, ansioso de resolver de una vez por todas el gran misterio. Esto fue lo que me contó: siendo él niño — estamos hablando de la decáda de 1930 — y viviendo en la acera opuesta de la calle 2, en esa casa vivía su abuela Emilia Cobo Casals. Tenía una hija, Caridad, que padecía de una grave enfermedad mental. Estuvo internada en Mazorra, pero al final Emilia decidió tenerla en casa. Como a Caridad le daban ataques de furia y violencia, y resultaba peligrosa tanto para sí misma como para las personas a su alrededor, Emilia construyó un cuarto, por no decir celda, en el patio de la casa, con barrotes en puertas y ventanas, y una cama de hierro atornillada al piso, porque, si mal no recuerdo, en sus momentos de locura era tal su fuerza, que levantaría la cama y la estrellaría contra el muro. Creo, además, que el plato de comida se lo daban entre los barrotes de la puerta, porque ni la propia madre podía entrar. Cuál sería el capítulo final de esta pobre persona no lo sé, pero de seguro no fue feliz.

Ese socket solitario, mudo testigo de las noches atormentadas de la tía Caridad, fue lo único que quedó de su paso por la Tierra. De no ser por él, y la curiosidad que inspiró en un niño muchos años después, su misma existencia hubiera quedado en el olvido, y con ella, una historia de cómo se cuidaba a un enfermo mental en casa en esa época ya lejana; y — más importante quizás — la historia del amor de una madre que no quiso dejar a su hija en un sanatorio, lejos de su familia.

Esto, estimado lector, es lo que llamamos un "recuerdo olvidado", y lo invitamos a que comparta los suyos. No importa cuán corto o sencillo le pueda parecer: todos, al final, son una pincelada más en este gran lienzo santiaguero que entre todos, con tanto amor, estamos pintando. ¿Quién publicará el próximo?

9 comentarios:

  1. Esta es una de esas historias increíbles, conmovedoras, aterradras que, de repente, revelan un detalle que ilumina y revela algo muy diferente de loq ue primero pensamos. Y es que al leer sobre una celda, una cama atornillada y unos barrotes, viene a la mente crueldad, ignorancia... hasta que el autor da una interpretación que da un giro de 180 grados a la historia y conmueve: esta madre no quería que su hija estuviera en un asilo para enfermos mentales lejos de casa, y en aquella época, en aquel lugar, esta fue su mejor solución.
    El enchufe vacío para el bombillo es una imagen muy poderosa de una mente enferma. Pero lo que más me conmovió fue leer que esa cuenca vacía "fue lo único que quedó de su viaje por la Tiera". Pero d enuevo hay un giro en la historia. Más de 70 años después, alguien recuerda a la tía Caridad y la ve con ojos de compasión y de respeto, por todo lo difícil que le tocó vivir a este ser humano. Al final, a la tía Caridad la recordamos y rogamos que descanse en paz.

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  2. Yo solamente recuedo de un/a muro o pared altisima que separaba el pario de la de mi casa ( la casa donde se hacia el coco prieto y blanco en tinajitas ) al fondo de la polleria de la calle 6 al lado de la canceria en la 6 y 13.

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  3. Una historia muy conmovedora. Estoy de acuerdo con Anonimo.El amor de madre es sin igual. Puedo entender el puñal que llevaba clavado Doña Emilia por la desgracia de su hija Caridad. Hay cosas de la niñez que nunca se olvidan. No hay explicacion del porque. Mi casa era 237 Calle 2 entre 9 y 11, en la acera del frente de tu casa Jose Alberto. Recuerdo muy bien a tu padre Ismael y a tu abuela Altagracia (Nana), A ti y a tu hermana Grisel tambien. Al igual que otros miembros de tu distinguida familia.

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  4. Gracias a todos por sus comentarios. Era muy pequeño como para recordarte, Rosario, y sin embargo, como ves, sí recuerdo un viejo socket en el muro. Como bien dices, la memoria de un niño es algo selectivo e inexplicable. Pero nunca es tarde, y espero que un día de éstos finalmente "crucemos la calle 2" y nos conozcamos.

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  5. Son muchos los recuerdos al quien recuerda la acera mas antigua de Santiago, se encuentra en la calle 9 entre 6 y 8 hecha de piedras cuando la colonia y en su parte mas alta la casa de Govin y su sala llena de papalotes y coroneles, en la acera de enfrente Sixto el que fabricaba voladores un poco antes la casa de nuestro sabio Juan Tomas Roig. SALUDOS Maria E Carballo

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    1. Hola Sra. Maria Elena Carballo. Yo creo que Ud y yo nos conocemos. Ud fue profesora de la escuela primaria 13 de Marzo en Satiago de las Vegas?

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    2. Hola Maria Elena Carballo. Creo conocerte. Ud fue profesora de la escuela primaria 13 de Marzo en Santiago de las Vegas?
      Me gustaria saber ya que me encantaria comunicarme con Ud. Mi correo electronico es: abdi.g@netzero.com
      Si no lo fue, no importa, un saludo le doy tambien ya que me encanta comunicarme con gente de mi pueblo.
      Gracias Abdi

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  6. HOLA SALUDOS A TODOS YO CONOCI A TU TIA CARIDAD EL PATIO DE SU CASA COINCIDIAN CON EL NUESTRO EN LA CALLE 11 DONDE PASE MI NINEZ Y PARTE DE MI JUVENTUD YO ERA MUY AMIGUITA DE CARMITA SU HIJA TAMBIEN TENIA OTRA HERMANITA BLANQUITA YO CONOCI A TODA LA FAMILIA A TU PAPA LO QUERIA MUCHISIMO DONDE QUIERA QUE ME VEIA ENSEGUIDA ME SALUDABA A TI Y TU HERMANITA CUANDO PASABAN PARA CASA DE DELIA LA DEL CHINCHAL TE ACUERDAS PREGUNTALE A TU MAMA MUCHAS GRACIAS POR RECORDAR AQUELLOS TIEMPOS MARINA BALMORI

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  7. Estimada Marina...cuanta alegria nos ha dado el saber de ti despues de tantos pero tantos años que no nos vemos...Siempre te recordamos con gran afecto asi como recordamos a tus queridas hermanas Maria y Silvia, tu hermano Pepito y tus queridos padres.. fuimos vecinos al doblar de la esquina de 2 y 11 de nuestro Santiago asi como condiscipulos de la inolvidable Escuela Primaria Superior de la cual una foto de nuestra Aula de 6to. Grado en 1946 puedes ver en la Sección Galeria de este sitio de Santiago de las Vegas en Linea donde colaboro con José Alberto Balido en justo y debido recuerdo a la memoria de su querido padre nuestro amigo y hermano Ismael Balido Pérez Q.E.P.D., Una vez más te reitero Marina nuestra gran alegria por saber de ti al mismo tiempo que te envio, por este medio, un fuerte abrazo y fraterno saludo de este tu amigo de ayer y de siempre....Carlitos Valiente....Tampa, Florida, Domingo, Enero 13, 2013.

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