lunes, 3 de diciembre de 2012

Torres, grutas y cruces: controversia en Santiago de las Vegas

por José Alberto Balido | Miami, Florida

Tras la reciente publicación de una breve nota histórica sobre la gruta de Nuestra Señora de Lourdes junto a la puerta norte de la iglesia parroquial de Santiago de las Vegas, ha surgido una apasionada voz en su contra, hallazgo inesperado entre las páginas de una Revista del Centro de Instrucción y Recreo del año 1955 en nuestra colección. En su artículo "Desdén hacia lo histórico", el respetado profesor y fundador en el año 1937 de la original Escuela Superior del C.I.R., Víctor Aguiar Cruz, aboga por la conservación de nuestros monumentos históricos respetando su estilo y arquitectura originales. Lamenta asimismo la destrucción de la sencilla Cruz Verde que marcaba el sitio donde se celebró la primera misa y fundación de Santiago de las Vegas, y su remplazo por el moderno monumento que aún hoy sigue en pie; y quizás más que ninguna otra alteración, deplora la cúpula hexagonal que alteró por décadas el perfil del templo católico santiaguero, hasta su demolición en una reciente restauración.

Estemos de acuerdo o no con las fuertes palabras del autor contra las autoridades civiles y eclesiásticas responsables, es indiscutible que Víctor Aguiar Cruz, aún sin saberlo, estaba a la vanguardia de un movimiento de conservación histórica que tardaría décadas en aparecer en todo el mundo; uno más de tantos hombres y mujeres que produjo nuestro suelo, que vivían adelantados a su tiempo.

El siguiente texto, extraído de un artículo más largo que incluía la reacción del autor a similares situaciones en La Habana Vieja, queda como elocuente testigo del rico hervidero de opiniones que fue nuestro Santiago a mediados del siglo XX.

Desdén hacia lo histórico
por Víctor Aguiar Cruz

Década 1950: La Cruz Verde.
... ¿No está reciente casi la destrucción de la Cruz Verde con la indiferencia plena del alcalde anterior? ¿No se ha roto así un eslabón más de nuestra historia local, tan necesaria de recordación cuando va desapareciento lo que nos resta de pueblo provinciano y que le dio vigencia? La iglesia misma ¿no es un puro adefesio expuesta al querer multiforme del sacerdote de turno que ha de regentearla?

Al efecto, veamos lo que ocurre a este edificio y las modificaciones sufridas: Tenía dos torres y le hicieron otra. Con esto se va al diablo aquello de la cruz latina, típica de las clásicas construcciones católicas. Eso poco importa: la cuestión es hacerla, aunque los mosaicos de la cúpula contrasten lastimosamente con la superficie de las otras y la forma exagonal de la torre disienta de las dos cuadradas.

1951: La controvertida cúpula de la iglesia de Santiago de las Vegas.
¿Que hay que mejorar la iglesia para hacerla confortable? Pues allá va un grupo de habitaciones altas y bajas que arrancan de cuajo la encantadora escalinata exterior de piedra y que era la admiración de propios y extraños. ¿Que se quiere evocar a Lourdes y su famosa gruta? Pues se hace una de concreto pegada al contrafuerte y la pared y se llena de conchitas y de luces. Allí luce mejor la Virgen que situada en los altares y sobre todo es novedoso.

El Padre Jovaní con un grupo de fieles devotos junto a la Gruta. A la derecha, aún se aprecia la bella escalinata de piedra.
Y así por el estilo, con lámparas, imágenes, con todo. A la mentalidad esclarecida de los santos varones que allí moran no se asoma siquiera la idea de conservar el estilo, el carácter de la época, y ajustar las mejoras que introduzcan al canon de lo primitivamente hecho. Parece como si tuviesen el prurito de contruir destruyendo, sin respetar (ellos, tan apasionados de lo antiguo y lo dogmático) el valor de las piedras como vehículo de devoción. Creen superar la iglesia haciendo de ella una casa de apartamientos, como si esa vulgaridad limpia y pulida no engendrase frialdad e indiferencia.

¡Que le vamos a hacer! Se pecaría de ignorantes si pretendiéramos ajustar el criterio de cierta gente a nuestro modo de pensar. Desdichadamente el mundo es así y hay que acatar lo hecho sin que esté en nuestras manos el evitarlo.

La escalinata y balcón en 1882.
Lo que sí no puede evitarse es que emitamos la opinión consecuente a la ejecución de un disparate. Como cubanos, como personas conscientes en una sociedad civilizada y culta ponemos el grito en el cielo cada vez que algo de eso sucede. Y si barbárica resulta la supresión de Fernando VII en un parque público por pujos patrioteros que nada dicen a la sensibilidad moral del cubano, harto ya de poses y palabras falsas, también lo es la destrucción de monumentos como la Cruz Verde, que mucho nos hablaba de una iglesia rústica más allá de la refriega y rebeldía de los vegueros por el estanco del tabaco, o las reformas estúpidas en la de ahora, injertándole grutas, torres y apartamientos que han roto la belleza y el encanto tradicionales en nuestro templo mayor.

1917: El joven Víctor Aguiar Cruz, segundo de izquierda a derecha, en la Sala de Concejales del Ayuntamiento de Santiago de las Vegas.
Como santiaguero que soy aquí va mi protesta. Y con ella la de muchos que en la calle, en la casa, donde quiera, sin otro vehículo disponible que la conversación, han criticado acerbamente cuanto se ha hecho sin la más remota posibilidad de rectificación.

2 comentarios:

  1. ¡Cuantos crímenes se siguen cometiendo en nombre de la modernidad, o de la indiferencia y venalidad! Sin ir muy lejos en el tiempo, "La Cuban Land", calle 4 e/ 7 y 9, fabrica de despalillo y preparación de tabaco en rama, ¡Cuantas obreras santiagueras se ganaron el pan durante décadas!. Ni siquiera quedó una simbólica esquina que perpetuara el recuerdo de ese taller. ¿Qué decir del Centro de Instrucción y Recreo, junto al Teatro Popular?, que se derrumbaron por desidia y abandono? ¿Qué le esperan a otros lugares como El Kiosco de Berardo, el Teatro Minerva, la casa de Gumersindo García (calle 8 esq a 9), la biblioteca pública "Más Luz" y otros lugares que están llenos de nuestra historia municipal y que valen la pena conservar. Me sumo a la protesta de Víctor Aguiar, salvando el tiempo y el espacio vivídos. Mario A. García Romero.

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  2. Otro excelente artículo de este sitio. Da tristeza ver cómo se pierden,poco a poco, los tesoros de nuestro querido Santiago. Estos lugares y monumentos son parte de nuestra vida como santiagueros; smplemente ver una foto de ellos nos llena de recuerdos y de nostalgia. Sería tan triste que se perdieran!
    Giselle

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