sábado, 19 de mayo de 2012

Sorpresas de la Red: Santiagueros en Cayo Hueso

por José Alberto Balido Hernández | Miami, Florida

A estas alturas de la vida y de la Internet  que a veces ya ni estamos seguros dónde termina una y empieza la otra  ya nada debería sorprendernos. Muy rápido nos hemos acostumbrado a que la red de redes se ha convertido en un sexto sentido, una extensión de nuestros cerebros que podemos consultar en cualquier momento y hallar cualquier dato, por raro o recóndito que sea. 

Pues aún así, no hace mucho la Internet me deparó una agradable sorpresa cuando, hurgando en los archivos de Ancestry.com, me encontré con un documento que inmortalizaba la travesía que hicieron mis bisabuelos Gabriel Pérez Collazo (izquierda) y Adolfina (Finita) Álvarez Valiente (abajo) hacia Cayo Hueso en busca de empleo en la industria tabacalera que había florecido en esa isla del Estrecho de la Florida. Era una época en la que muchos cubanos, motivados por la guerra pocos años antes, o por la escasez ecónomica, se asentaban tanto en Cayo Hueso como en Port
Tampa City, como se le llamaba entonces a la actual Tampa. De hecho, fue en Cayo Hueso donde nació mi querida y dulce Abuela Nana el Día de Reyes de 1905, en la calle Tablas (cuyo nombre se debía a unas tablas que cubrían una zanja, hoy Simonton Street;). En esa misma calle se hallaba Gatoville (más abajo), la fábrica y ciudad obrera del santiaguero Eduardo Hidalgo Gato, por lo cual he de suponer que fuera este coterráneo el jefe de mis bisabuelos.

El documento es un manifiesto de la compañía Peninsular and Occidental Steamship Company, propietaria del vapor S.S. Olivette (arriba), que ofreció servicio entre La Habana, Cayo Hueso, Tampa, Miami y Nassau hasta que se estrelló contra las rocas 10 millas al este de La Habana el 18 de enero de 1918. En el manifiesto aparecen los siguientes datos: 

El vapor S.S. Olivette zarpó de La Habana el 31 de marzo de 1902. En él viajaban Gabriel Pérez Collazo, de 23 años, casado, tabaquero de profesión, última residencia La Habana, y llevaba consigo $10. Había estado anteriormente en Estados Unidos en el 1901, y lo recibía un presunto familiar, un tal F. Alfonso. El apartado 18 indica que no era polígamo, al parecer una inquietud de aduanas estadounidenses de la época, ni estuvo nunca preso ni recibió apoyo caritativo.  Curiosamente, indica su nacionalidad como "P.R.", lo cual suponemos se refiera a Puerto Rico y sea error, ya que Gabriel era, según nos contaba mi abuela, natural de Artemisa.

Lo acompañaba su esposa, Adolfina Álvarez, de 21 años, y de ella no se da más detalles, ya que al parecer en aquellos tiempos una mera mujer no lo merecía.

Tanto la bella postal del S.S. Olivette, como la vista de la ciudad obrera y fábrica de Gatoville en Cayo Hueso abajo, también fueron producto de rápidas búsquedas en la Internet, provocadas por el feliz hallazgo del manifiesto del barco; confirmando una vez más, que tenemos en nuestras manos una herramienta de capacidad casi insospechada, que nos puede ayudar a descubrir y conservar la historia de nuestras familias. ¿Porqué no busca usted también?

Fábrica y ciudad obrera de Gatoville en Cayo Hueso.









Visita virtual de la calle Simonton (Tablas), frente al Edificio Gato, hoy museo de la industria tabacalera en Cayo Hueso. Pruebe con su ratón y verá cómo puede "caminar" por toda la calle, e incluso todo Cayo Hueso. Si tiene gafas de 3D, puede además "pasear" en tres dimensiones; para ello debera pulsar sobre la imagen con el botón derecho del ratón y seleccionar la opción "3D Mode On".
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2 comentarios:

  1. Jose Alberto, que interesante descubrimiento!!!!
    Bellas fotos y que emocion habras sentido!!! No es mi familia, pero el solo imaginarme que hubiera descubierto asi, anecdotas de mis bisabuelos me pone la piel erizada. Cuantos pensamientos hermosos habran pasado por tu mente!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Saludos,
    Zulima Reyes

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  2. Muchas gracias, Zulima, sí que fue emocionante el hallazgo e imaginar cómo habrá sido la travesía de mis bisabuelos, con sólo 23 y 21 años de edad, ¿qué sueños llevarían en sus corazones? ¿Dónde vivieron, quiénes fueron sus amigos, de qué hablaban al final de la jornada con sus vecinos en Gatoville? En fin, creo que pudiera escribirse toda una novela de esa época tan intensa en la historia de nuestras familias. ¡Gracias por leer nuestro sitio!

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