miércoles, 19 de octubre de 2011

El sorprendente secreto de la Cueva del Indio

por José Evidio García | Madrid, España

En la década de los años 50 el pasatiempo de mis amigos de la iglesia metodista de Santiago de las Vegas y el mío propio era incursionar en bicicleta por los alrededores de Santiago, alejarnos en ocasiones muchos kilómetros del pueblo, o adentrarnos en los montes aledaños, como Monte Barreto o Quillo Manrique, abundantes en cuevas, que también solíamos bajar. Para los que no recuerden o no identifiquen esos montes, les cuento que se encontraban situados a la derecha del tramo de carretera de Santiago a Managua, aproximadamente en aquel entonces entre el Club de Cazadores y el río La Pita, donde solíamos terminar nuestras aventuras dándonos un chapuzón y nadando antes de regresar a nuestras casas.

Una de las cuevas que bajamos en una ocasión y de la que más malos recuerdos conservo fue la famosa "Cueva del Indio". La mayoría de los santiagueros identifican por ese nombre al amplio boquete abierto en el escarpado rocoso situado a izquierda del tramo de avenida que comienza en la curva de La Tabernita y sube en dirección al Cacahual. Según una leyenda urbana, por las noches en ese lugar se aparece el fantasma de un indio fumando tabaco y de ahí su nombre. Pero eso sólo es una enorme cavidad que no conduce a ningún lugar. La verdadera cueva se encuentra situada arriba del escarpado y a su interior se accedía por un estrecho pozo situado a ras de tierra, de unos 10 metros de profundidad, que no todos conocían.

Tengo que destacar que después de bajar esa cueva desistimos volver a visitarla de nuevo, todo lo contrario de lo que ocurría con otras que habíamos bajado anteriormente. El descenso era en sí algo peligroso; incluso alguien del pueblo que había intentado un tiempo antes que nosotros bajarla acabó con fracturas de huesos al partirse la cuerda por donde descendía y caer al fondo del pozo. Por nuestra parte quedamos "puestos y convidados" a intentar posteriormente repetir la aventura por la siguiente razón: resulta que, en aquella época, finales de los años 50, los campesinos de los alrededores tenían la costumbre de tirar por el hueco que daba acceso a la cueva a los animales que se les morían y aquello por dentro era, en verdad, un verdadero cementerio y vertedero de huesos y basura.

Como desconocíamos esa práctica, el día que la bajamos lo primero que nos encontramos en el fondo fue una vaca en estado de putrefacción. No obstante, hicimos "de tripa corazón" y decidimos continuar avanzando por unos salones bastante amplios y altos que nos encontramos más adelante, con mantos de cucarachas cubriendo completamente paredes y techo. Después de caminar un largo tramo, el piso de la cueva terminó de forma abrupta en una especie de barranco que nos impedía continuar avanzando. Nuestra única alternativa fue regresar sobre nuestros pasos y escalar el pozo para salir de allí, pues no contábamos con más cuerda que nos permitiera continuar avanzando por aquella parte, a donde ni siquiera alcanzaba llegar la luz de nuestras linternas. En realidad la negrura que se abría hacia delante ante nuestros ojos era tan impenetrable que impartía miedo. Así que no pudimos continuar buscando lo que nos había llevado a meternos en aquella aventura, cosa que aclaro a continuación:

El ahora extinto río San Antonio (que nacía entonces en la ahora también desaparecida laguna de Ariguanabo), después que atravesaba en su recorrido el pueblo de San Antonio de los Baños se perdía en las afueras, en el subsuelo. La leyenda que corría por Santiago era que este río, al continuar su curso subterráneo, pasaba por dentro de la Cueva del Indio e incluso extendía también su recorrido por debajo de la iglesia católica del pueblo y ese río era, precisamente, el que queríamos encontrar dentro de la cueva. Por desgracia lo único que encontramos fue inmundicia, en lugar del río de aguas cristalinas que buscábamos.

10 comentarios:

  1. Después de publicar mi escrito titulado "Tom is a boy, Mary is a girl...", me sorprendió el segundo comentario del que fuera mi vecino en Santiago, Jose "Billito" García. Le escribí elogiándolo por lo expuesto en su comentario. Me contestó diciéndome que nuestro amigo José Alberto Balido se había interesado en este tema: "La cueva del indio", a lo que le expresé que me alegraba se convirtiera en otro colaborador de nuestro Sitio y que esperaría con ansiedad leerlo, cosa que acabo de conocer. Ahora falta saber los nombres de sus compañeros que llevaron a cabo esa aventura y que ellos, si encuentran este sitio, cooperen relatando sus experiencias. Para finalizar, ¿tus padres, Matilde y Evidio, sabían de estas travesuras?
    Escribió: A. Roger Balbi Barceló - Miami - Oct. 19 de 2011

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  2. SIEMPRE OI DECIR QUE ALGUIEN SE HABIA CAIDO EN LA CUEVA DEL INDIO, PERO POR LO QUE YO SE, FUERON 3; MANOLO EL HIJO DE QUINTIN, QUE SE PARTIO LA CADERA Y CREO QUE UNA PIERNA Y NO SE QUE MAS, FUE EL QUE PEOR QUEDO; EL HIJO MAYOR DE BOSQUE, QUE LE DECIAN "EL VIEJO", QUE SE PARTIO EL BRAZO Y DESPUES NO LE DESARROLLO BIEN Y LE QUEDO FLAQUITO, Y EL OTRO CREO ERA ARMANDITO, EL HIJO DE ARMANDO EL ZAPATERO, QUE VIVIAN EN LA CALLE 2 A LA ENTRADA DEL PUEBLO

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  3. Efectivamente, siempre oi decír que uno de los que se había roto unos huesos en esa travesia de bajar la cueva, había sido "Manolo Quintín", un perfecto jodedor cubano, que por añadidura era un tipo muy simpático, de esos que se cuelan por el hueco de una aguja, que dió muchas serenatas con Raúl Zequeira, Maninito y otros santiagueros.Yo tuve la suerte de conocerlo siendo muchacho.Recuerdo su llegada a Stgo en 1959, pues vivía aquí en La Florida, creo que en Miami, en un auto Cadillac muy grande, de color negro.Al poco tiempo se volvió a ir y, lo último que supe de él fue por una novia guatemalteca, que fue a Stgo por encargo de él, y entre otras cosas le tomó fotos a el parque J.Delgado y la iglesia.Visitó a mi flia pues era muy amigo de mi hermana y su esposo.Murió aquí en E.E.U.U.no pudiendo decír en que lugar.muchomario1945@hotmail.com

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  4. Nosotros, un grupito de 3 o 4, íbamos allí, a la cueva del indio a cada rato. Por la abertura grande que da a la calle del cacahual, se podía entrar hasta un salón que ya no nos conducía a ningún otro lugar, quizás ya clausurado con piedras. Allí abajo nos reuníamos a conversar, beber, escuchar música... y muchas cosas mas jaja. Arriba, un poco mas hacia adentro de la vegetacion, había un boquetico estrechito por el cual se podía también acceder a ese salón. No era muy peligroso el descenso, a veces hacíamos hasta competencias para ver quien llegaba primero abajo sin encender linternas, ni fósforos, ni velas. Recuerdo que un día, un amigo que usaba el pelado de moda por aquella época, el New Wave, rebajado a los lados, largo detrás y abultado alante, era como un moño reposando sobre la frente, pues prendió una vela y le cogió candela el new wave y nos partimos de la risa, por poco se cae pal hueco y se descuarejinga to jaja. En otra ocasión, a otro amigo le tiramos una soga mojada que casualmente se le enrosco en el cuello y pensó que era una serpiente y la gritería que formo debe haberse escuchado en todo Santiago de las Vegas, Cacahual y lugares aledaños jaja. Son muchísimas las anécdotas si me pongo a contarlas no termino. Pero como dijo José Evidio García, la verdadera cueva del indio estaba arriba, mas atrás del agujerito estrecho por el que nosotros descendíamos. Nunca nos atrevimos a bajar por ahí, no teníamos ni sogas ni herramientas para hacerlo. Era un agujero obscuro, muy profundo, solo de mirarlo daba miedo. Según me contaron tiene varios descansos hasta llegar al salón principal pero todos son largos y peligrosos. Ahí cayo un muchacho que se dio a la fuga de la unidad militar que esta muy cerca, un poco mas arriba hacia el cacahual, y murió. Allí, en la verdadera cueva del indio, se concentraban una cantidad inmensa de murciélagos que según cuentan tenían controlado los mosquitos que ahora ni con la exagerada fumigación logran controlar. Dicen que hubo quejas por los murciélagos y unos militares descargaron en esa cueva cantidades de escombros para sellarla y después los murciélagos desaparecieron. Hay infinidad de historias relacionadas con esa cueva. Una de las mas atractivas que escuché es que dicen que existe un pasadizo secreto que llega hasta la hoy escuela primaria Celso Stakeman, frente a la iglesia, que antiguamente era un convento de monjas.

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  5. Muy interesantes las anectodas sobre la Cueva del Indio. Siempre de chiquita escuchaba cuentos sobre ella. Tambien supe de la caida de Manolo Quintin. No estoy segura ahora, pero me parece que por los años 70 o aprincipios de los 80, Manolo Quintin vivia en North Miami enfrente de la casa de mi tia. El alquilaba una habitacion en la casa del frente. No recuerdo bien. Pero, si recuerdo que era de Stgo.y recuerdo que mi tia Andrea Diaz Veloz comento sobre el y la Cueva del Indio. Tantos años han pasado que la memoria no es clara. Quizas otros lectores saben algo sobre el ademas de lo que ya se comento aqui. Muy buenas anectodas.

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  6. ¡Cuántas veces le ímploré a mi tío Tito, con mucho llanto y melodrama, que me llevara a la Cueva del Indio!
    Pero él nunca se atrevió, quizás porque temía que, lo mismo que mi ídolo en esa época, Tom Sawyer, me lanzara a explorar en busca de tesoros enterrados y otras escalofriantes aventuras...
    Qué lindo recuerdo me trae esta historia, escrita, si no me equivoco, por un vecino que recuerdo con mucho cariño, "Billito".
    ¡Gracias por compartirla!
    Giselle

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  7. Mi nombre es Pedro J. Diaz Alonzo, me dicen Pepe y estuve muchas veces en la Cueva del Indio y baje' por todas sus entradas, todo santiaguero ha tenido que ir alli, yo iba escondido de mi vieja con mis amigos porque si no me daban tremenda pela, tambien estuve en todas las de la loma de la pita que le decian a una la cueva de la jutia.

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  8. En los años 60 yo iba a la cueva del indio, por esa parte donde solo se entraba hasta un lugar. iba con un noviecito que tenia en esa epoco llamado jorge luis garcia.
    el relato de billito me parece excelente. muy bien escrito y muy bien contada la historia. Estos son los tipos de cuentos sobre santiago de las vegas que me gustan.

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  9. Hola Santiagueros : Mi nombre es Evelio Carballo Perez, he escrito en esta seccion de Stgo. de las Vegas En Linea, la gran idea y amorosa labor con que los Balido y David crearon para honrar y no dejar caer en el olvido como era la Vida ennuestro querido Santiago. Los comentarios me e3ncantan y agradezco a Jose E. Garcia que pienso, sea EL HIJO MAYOR DE EVIDIO 'EL PELUQUERO', no tenia mucha relacion con el, pero si con su hermano Alexander[Dr. Alexander Garcia Alvarez] al cual conozco desde el 'Kinder' de la calle 9 e/6 y 8. hace solo ; 58 añitos de aquello...!!!, mis felicitaciones,su articulo, es ciertamente interesante y bien escrito, como comentaran otros co-terraneos. me alegro saber que esta bien y reside en la capital de La Madre Patria. un saludo para el y todos los santiagueros que apoyamos esta Sede en la Internet.
    barryft@gmail.com

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  10. tambien soy santiaguera, un poco más joven nací en los 80 y nunca entre a la cueva del indio por miedosa, además si se enteraban en mi casa, me mataban.
    me gustó el relato y sobre todo ver a mi santigo de las vegas querido reflejado en las redes. saludos a todos

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