domingo, 19 de junio de 2011

Mi niñez en los años 40

por Consuelo Hernández Basabe / Miami, Florida

Recuerdo los sábados por la noche, la única noche en la semana que Pipo no trabajaba (era panadero y los panaderos hacían el pan por la madrugada), nos sentábamos los tres muchachos, Tito, Eloína y yo, alrededor de él y le pedíamos que nos hiciera cuentos. Pipo tenía una facilidad para contar historias, cosas que según él le habían pasado a él cuando era chiquito y también en su juventud. Yo sospecho que la mayoría de los cuentos eran producto de su imaginación que nos tejía cada sábado una trama diferente y cada una más interesante. Hay que pensar que estoy hablando de cuando no teníamos electricidad, sólo una lámpara de luz brillante (bombillo) que teníamos que llevar de habitación en habitación. Imaginen tres niños sin radio ni ninguno de los entretenimientos modernos, sentados alrededor de Pipo, en la penumbra, oyéndolo hacer cuentos que para nosotros eran reales, aventuras que él había vivido, muchas de aparecidos y fantasmas y nosotros pendientes de cada palabra y muertos de miedo, pero siempre pidiendo más. Recuerdo el hombre sin cabeza que recorría de noche la línea del tren buscándola y aterrorizando a todos los que por desgracia cogieran ese camino en la noche. Otro de los cuentos que nos daba miedo era el del hombre que iba a caballo por el campo (desde luego era de noche) y de pronto oía a un niño llorar, un bebito abandonado a la orilla del camino. Él lo recoge y cuando llevaba un tiempo cabalgando, de pronto el bebé le dice, "Tata, mía mi yente," (Tata, mira mi diente) y le enseña un diente ¡larguísimo! El pobre campesino lleno de horror trata de dejar al bebito en el camino, y no puede, pues agarrándose le dice, "No, Tata, me tienes que dejar donde me encontraste." Y así eran cada sábado diferentes cuentos.

El resto de la semana, si la tarde estaba buena, salíamos a jugar a la calle frente a la casa y se reunían muchachos del vecindario a jugar a los escondidos, los varones al "mano arriba" y las niñas a la rueda, las tinajas, las cintas, en fin, que siempre teníamos en qué entretenernos.

Recuerdo cuando salíamos a buscar cocuyos llevábamos pomos con huequitos en las tapas y nos íbamos por la calle 17, que en ese entonces no tenía casas y había mucho matorral. Cuando regresábamos traíamos los pomos llenos de lucecitas como farolitos. Una noche uno de los varones agarró dos o tres cocuyos y se escondió entre las matas y cuando una de las niñas fue a cogerlo, salió gritando y nos llevamos tremendo susto. Creo que esa noche no paramos de correr hasta llegar a la casa.

También en las tardes, si estábamos aburridos, alguien de pronto decía, "¡Vamos a recoger maravillas!" y salíamos toda aquella pandilla y nos íbamos por la 17 hasta la línea del tren. Era un espectáculo precioso, todas las orillas llenas de maravillas (Mirabilis jalapa) de todos colores. Con palitos donde echa las semillas una clase de hierba que no sé cómo se llama, hacíamos collares y pulsos, ensartándole las maravillas. Desde luego que los varones nos ayudaban a recoger las flores y cuando regresábamos veníamos con collares y pulsos. Ellos usaban las flores para silbar, pues cuando les quitaban los pistilos y estámenes, eran como una pequeña corneta.

Recuerdo cuando abuela Estrella (a la derecha) vivía en el Rancho, que por ese lado la línea del tren pasaba por una loma (en mi recuerdo muy alta). Nosotros llevábamos yaguas de palma y nos tirábamos como con trineo. También recuerdo que debajo de la línea del tren había de tramo en tramo unos desagües y nos metíamos ahí para que el tren pasara por encima. El ruido era ensordecedor, pero para nosotros todo era una aventura.

En esa época todo era muy inocente y no había peligro en la calle; en el verano los tres nos íbamos para la calle y sólo regresábamos a almorzar y atardeciendo. En la noche sí que no salíamos, pues se oían los cuentos (que posiblemente inventaban los padres) que se robaban los niños.

Recuerdo en Semana Santa que los niños se portaban bien y no se suponía que se hiciera ruido, pues nos decían, "Dios está muerto y el Diablo está suelto." Así es que esa semana los niños éramos ejemplares. Aunque no éramos católicos practicantes, y sospecho la mayoría del pueblo igual, íbamos a todas las procesiones de Semana Santa. El Sábado de Gloria, en que resucitaba Cristo, repicaban las campanas y así era el aviso de que podíamos volver a jugar y retozar.

Recuerdo cuando llegaban los días de elecciones los muchachos nos alborotábamos y le hacíamos grupo a todos los candidatos, pues dondequiera que hubiera un mitin político, allí estábamos aplaudiendo y gritando.

Recuerdo que en la Escuela Primaria No. 3 Luisita Herrera, en una ocasión yo recité una poesía de los vegueros santiagueros que fueron ahorcados (por rebelarse contra los impuestos coloniales sobre el tabaco), y qué orgullosa estaba yo de que me hubieran escogido. Era bien chiquita, pues recuerdo que me pararon en una silla. Esto era durante el acto "cívico" que se efectuaba cada viernes (me parece ver todas las filas por grado) y ahí se decían poesías y se leían los mejores trabajos, se conmemoraban fechas patrióticas, y demás.

Recuerdo uno en particular que era dedicado precisamente a Luisita Herrera, pues había muerto y ella había sido por muchos años directora de la escuela. En ese acto se leyeron trabajos, poesías, y se habló sobre ella y su vida. Para finalizar en grande, se decidió quemar una bandera que no sé si ella había hecho o donado, y soltar las cenizas al viento – una cosa muy linda pero resultó que la tela no se quemaba y no pudieron "esparcir las cenizas al viento" como quería la maestra muy poéticamente. Yo creo que de todas formas logró ella su objetivo de impresionar a los niños, ya que casi 60 años después, yo aún lo recuerdo.

Recuerdo en la escuela las clases de música, donde aprendíamos primero todos los cantos cubanos antiguos y puntos guajiros (aún los recuerdo y los canto). Yo tengo memorias muy lindas de la escuela, pues los maestros y maestras eran personas con verdadera vocación que nos hacían las clases interesantes y siempre teníamos alguna actividad, tal como excursiones a distintos lugares, o por ejemplo un huerto escolar (abajo) que sembrábamos en primavera con semillas que mandaban de la Estación Experimental Agronómica.

Recuerdo mi maestra de primer grado, Josefina Zaragoza, que me enseñó a leer y escribir; Esther Marrero, que después fue directora; Aida, Carmen, y Virginia Carral; Marcelo Alegría; y Graciela Cobo, mi inolvidable Chela, una persona tan dulce y una maestra excepcional. Su flor favorita era la mariposa, y siempre que florecían en nuestro jardín, yo se las llevaba, y cualquiera pensaría que le llevaba un tesoro, algo muy valioso, pues así me hacía sentir. En Navidades preparó la clase para un acto donde cantamos villancicos navideños. Ella misma nos hizo los trajes de papel de crepé blanco con flores grandes de pascua. Recuerdo que llevó al aula a su casa y allí conocí a los hijos, que eran jimaguas y muy traviesos: ¡uno de ellos metió la trenza de una de las alumnas en un ventilador! Suerte que lo vieron antes de que el niño lo echara a andar.

[Artículo publicado en el original sitio SantiagodelasVegas.org en el año 2003].

12 comentarios:

  1. Que historia más bonita nos cuenta Consuelo. Que niñez mas sana y alegre. Que honra hoy en el dia de los padres sus memorias con su padre. Que bellos recuerdos tiene ella de su escuela y sus maestras. Como maestra que soy en la actualidad, me da mucha alegria ver como ella nunca ha olvidado todo lo que sus maestras hicieron por sus alumnos. Que lindo homenaje a una profesión que es la profesión que enseña a todas las demas profesiones. Y hoy en día no es apreciada ni reconocida.

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  2. Que manera de emocionarme leyendo este articulo!!!!!!!! Yo no soy jovencita, pero tampoco soy de la epoca de antes del 1959 en lo que respecta a recordar todas los articulos que se escriben aqui. Naci el 24 de febrero de 1953 El Grito de Baire. Lo que si les puesdo decir, es que siempre mis padres de pueblitos lejos (Quivican y La Salud) me ensenaron siempre a tenerles mucho respeto a mis maestros que son la continuacion de la casa. Y como escribieron aqui, ahora ya se ha perdido ese amor a nuestro maestros y sobre todo de la niñez. Yo si vivi en toda mi niñez y juventud todo lo que sienten mis antecesores de 10 años anteriores a mi nacimiento. Tuve la oportunidad de que los esposos Cremata me dieran clases, incluso ya tanto Jonny en Biologia y Lidia en Quimica tenian la edad de retirarse y continuaron ejerciendo en la Secundaria. Lidia cuando me dio clases en 9no grado ya dijo que si ese año se retiraba, pero alargaron la secundaria a 10mo grado, el cual fue impartido en Rancho Boyeros en la escuela Leonte Guerra y alla fue tambien Lidia a impartirnos la Quimica, y mucho mas, pues mi unica hermana Zunilda que es mas pequena que yo 5 anos, tambien a ella le dio clases. Todo esto nos decia lo dedicados que eran aquellos maestros. Aqui no se antes como seria, pero pienso que los americanos siempre han sido menos comunicativos como nosotros no solo por ser latinos sino porque los cubanos en donde llegamos hacemos amistades. Vine con mis hijas, una de 19 años, la cual disfruto de esa union entre los maestros, padres y alumnos.La otra que vino de 7 y que dio pre escolar y 1er grado alla, tambien disfruto de esa union, pero aqui sufrio mucho por la tirantes que tienen aqui los maestros, lo mismo me dice la mayor sobre mis nietos que aunque falten por enfermedad a la escuela, no hay preocupacion por ellos. Yo tambien recuerdo con mucho amor toda aquella epoca de mi ninez en los anos 50, donde se podia jugar en la calle, yo tambien jugue a los agarrados, el chucho escondido, y al munequito trampoe. Haciamos la rueda de alanimo, alanimo la fuente se rompio. Jugabamos a las prendas y a todos aquellos juegos en que el que perdia se le ponia un castigo, que a veces era un besito al que nos estabamos enamorando, pero todo con mucha inocencia. Tambien recogi cocuyos y me encantaba. Lo veia tan importante poder recoger y llenar mi pomito y lograr tener mas cocuyos que los demas............En esa epoca yo si tenia electricidad, pero mi abuelita paterna que nacio en 1881 que a veces se quedaba en mi casa, me hacia los cuentos de la guerra del 1895 en donde comio raices de las matas y asi me cantaba canticos de aquella epoca. Ahora los nietos estan todos sentados en la computadora con todos esos jueguitos que inventan uno nuevo todas las semanas y ni te miran. Yo jugue a las munecas hasta los 14 anos y ya ahora a los 5 anos ya solo les interesa los juegos electronicos. Es importante todo el desarrollo que hemos conocido todos esto años, pero no debio perderse los valores de la familia. Tengo entendido que la maestra Maria Josefa, no recuerdo su apellido y que me impartio el 5to grado en la escuela Celso Stakemann, antigua la escuela de las monjas vino para los EU y me gustaria saber si todavia vive. Si alguien la conoce por favor de decirme. Gracias Consuelo Hernandez y Rosario Lescura por sus testimonios, me han venido a la mente muchos recuerdos bien bonitos de mi niñez. Muchisimas gracias, Zulima Reyes

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    1. Que padre que aun existamos personas con grandes recuerdos, sin que por ello los olvidemos, muchos quizas decimos tantas palabras pero no somos escuchados, los valores y nuestra inocencia aun esta presente, tomemos de esto un ejemplo y proclamemos e infundemos a nuestros ninos que esto de vivir y sonar con los sencillo aun no esta por extinguirse, Me alegra de antemano que seas asi de sencilla, esos valores no todos lo poseen, Atte. Emiliano, Mexicano de corazon

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  3. Consuelo un precioso relato y con mejores recuerdos porque eramos vecinas;Saludos
    Candida Villavisanis

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  4. Qué orgullosa me siento de mi mamá Consuelo por la forma tan linda de relatar estos recuerdos del pasado! Muchos de los cuentos los conocía, porque siempre le pedía a mami que me hiciera cuentos de su niñez, que aunque sin duda muchas veces fue difícil para ella, a mí se me hacía encantada...
    Ojalá esto provoque que otros santiagueros cuenten sus historias.

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  5. Hola,mi nombre es Jorge Romero(chicharrita junior)y leyendo estos articulosme viene a mi mente la extraordinaria maestra:Dalila Bello,alguien me dijo que estaba aqui en miami,ruego que si alguien sabe de ella me lo haga saber por esta via,desearia poderla ver despues de tantos anos,gracias.
    Jorge Romero

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  6. Muy bonito y emocionante el relato de consuelo.
    zulima quizas hayamos sido companeras de escuela pero por el nombre no te recuerdo.
    yo fui tambien alumna de lidia y cremata. de el en la secundaria jose manuel sanchez, donde tambien ella era mi profe de quimica, pero en el siguiente curso fue mi profesora de quimica en leonte guerra. 1968-1969.

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  7. Que linda historia nos cuenta Zulima Reyes tambien de su niñez y de la dedicacion de sus maestros. Yo tambien fui enseñada a querer y respetar a mis maestros. Yo sabia que si la maestra le daba una queja a mi mama,ella enseguida arreglaba la situacion y la maestra no tendria mas problemas conmigo. Gracias a Dios yo era un angelito (jajaja) y nunca tuve problemas. Solamente que hablaba mucho. Gracias a Dios yo tengo buenas relaciones con los padres de mis estudiantes, como dice Zulima los Cubanos somos mas conversadores y amistosos. Yo siempre he tenido la costumbre en el fin de semana antes de comenzar las clases, cuando me entregan la lista de mis futuros alumnos de llamar a los padres, presentarme por telefono, decirles el aula a donde se tienen que reportar el Lunes por la mañana. Esto les quita tremendo stress de arriba, pues el primer dia de clase es muy alocado con todos los padres buscando el aula de sus hijos, y algunos padres tienen hijos en distintos grados. Siempre si un alumno esta ausente 2 dias, yo llamo para saber que pasa. Hoy en dia el tiempo es tan corto para todo lo que hay que hacer, pero uno no debe de perder la calidad humana. Es muy necesario para vivir en una sociedad de ciudadanos productiva. Yo trato con mi ejemplo de enseñarle civica y modales a mis estudiantes. Algunos, desgraciadamente no lo reciven en sus hogares. Pues sus padres y hasta abuelos "jovenes" no lo tienen. Gracias de nuevo por este articulo tan bello.

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  8. Candida Villavisanis me gustaria decirle que gracias a esta pagina electronica una querida amiga mutua Conchita Marrero me encontro, y me escribio por email despues de 49 años. Ella y yo nos comunicabamos antes, pero el contacto se perdio. Ella la menciono en una de sus cartas como su mejor amiga de la epoca. Que pena que no pude ver a Conchita cuando vino a visitar Orlando y Miami. Quizas en el proximo viaje. Quien sabe. Un placer en comunicarme con usted por esta via. Se lo voy a decir a Conchita en mi proximo email. Estoy segura que se pondra muy contenta. Saludos.

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  9. Este mensaje es para JORGE ROMERO Yo soy Candida Villavisanis (candyvillavisanis@yahoo.com)y he visto yu mensaje que deseas comunicarte con Dalila Bello; Trabajamos juntas de maestra y eramos vecinas de la calle 15.
    La direccion de internet de su hijo Arturo es:
    turo_1994@yahoo.com viven en Hialeah y el telefono es 305 409-2493; saludos

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  10. Hola Rosario yo tambien pertenezco a esa epoca y me dio alegria ver que se conectaron de nuevo; estoy tratando que venga a visitarnos de nuevo pero la cita la dieron para el 2013 ( hace un ano) tu eres de mi epoca tambien porque nombras a Rosa y Cuqui fina yo tambie estaba en el colegio con Karina Garcia que vivia en los altos de la bodega del chino aqui te envio mi correo electronico.
    candyvillavisanis@yahoo.com
    Yo trabaje de maestra en la escuela uno ( antes Las Carrales)hasta 1966 por salir de Cuba.
    Saludos

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  11. Hola Margarita, seguro que estudiamos en la misma epoca, en los mismos grados, pero quizas en aulas diferentes. Vamos a ver, Ese curso 1968-1969 al gobierno o institucion de Educacion se le ocurrio que la secundaria no terminara en 9no grado y por tanto el 10mo era el fin para obtener el diploma, se realizo entonces un concentrado de todos los alumnos del municipio Boyeros, y nos dieron ese grado en la escuela Leonte Guerra de Boyeros en donde habian alumnos de Calabazar, Wajay, Rio Verde, etc, etc y por supuesto de nuestro Santiago de las Vegas. El ultimo mes para prepararnos para la prueba de nivel, no se a quien se le ocurrio y nos BECARON, EN FRENTE A LA ESCUELA EN DONDE SE HACIA LA FERIA AGROPECUARIA. Un mes muy malo para mi, que sufri mucho, porque no me gusta quedarme fuera de mi casa y mucho menos a la fuerza. Gracias a Dios que solo fue un mes. Tambien ese ano esa escuela paso la Escuela al campo en el campamento Waterloo entre Artemisa y Alquizar. Yo nunca habia ido a una escuela al campo, pero ese ano como ya yo tenia 16 anos y al estar recien operada y no tener que ir al campo, fui y estuve en la cocina. Era uno de los mejores campamentos , pues el bano era adentro, gracias a Dios. Yo creo que todavia tengo un recorte de periodico que salio cuando entramos en la Feria. Yo me llamo Zulima, y no te acordaras, pero no creo que hayan mas Zulima en aquella epoca( y no es alarde) si fue la epoca de Zulema, Zuleica, las cuales son las jimaguas que estuvieron con nosotras en la escuela, aunque ellas son un poquito mayor que yo. Yo puse ya que naci en febrero de 1953. Tambien por tu nombre no puedo recordar, aunque yo soy bastante despistada con los nombres. Si te veo quizas me acuerde. Yo vivia, bueno en realidad yo siempre digo vivo, pues todavia tengo una parte muy grande en esa casita que fabrico mi papa estando yo bien chiquita. Yo vivia al lado del difunto Dr. en Siquiatria Valladares, en la esquina del Tropiquin. Esta casa a su vez esta enfrente de la Estacion de Policia en la doblevia. No se que tiempo llevas aqui. Yo llegue en diciembre de 1996. Bueno si quieres escribirme. zreyes53@yahoo.com
    Saludos Margarita, de Zulima Reyes

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