martes, 1 de marzo de 2011

Anticlericalismo en Santiago de las Vegas: Un poema de Adolfo Cortada Hernández

por José Alberto Balido / Miami, Florida

Adolfo Cortada Hernández
Como en muchas partes de Latinoamérica, la estrecha asociación entre la Iglesia Católica y el gobierno colonial español creó entre la población criolla que aspiraba a la independencia fuertes sentimientos anticlericales, que en el caso de Cuba culminaron con la separación de iglesia y estado establecida en la Constitución del 1901. En ese clima de pasiones exaltadas, en que el último obispo español de La Habana, Don Manuel Santander y Frutos, llegara a tildar a los valientes mambises de "enemigos de la Fe", fue que se forjó el carácter de Adolfo Cortada Hernández, distinguido profesor, escritor y poeta santiaguero, así como secretario del Centro de Instrucción y Recreo y tío de la profesora Rina Cortada, esposa del también prolífico poeta Gabriel Gravier. Nos cuenta Leonardo, hijo de Rina y Gabriel, que su madre se hospedó con su tío Adolfo y su esposa Fina en La Habana mientras estudiaba en la Escuela Normal para Maestros, donde Adolfo ejercía la docencia; y que Adolfo, durante la intervención americana, fue invitado a formarse como educador en el estado de Massachusetts, donde aún existe una placa en el pueblo de Hyannis conmemorando a aquellos pedagogos cubanos que allí estudiaron hace ya más de un siglo.

Sin más preámbulo, démosle la palabra al bardo:

Yo quisiera...
(1905)

Yo quisiera saber por qué motivo
es el hombre cruelmente gobernado,
reducido a miserias y explotado
bajo el nombre de un Dios caritativo.

Yo quisiera indagar el por qué vivo
en el mundo, infeliz, desheredado,
¡mientras otros, dichosos, a mi lado
disfrutan del placer y su atractivo!

Si ante Dios que establece distinciones
entre padres, los hijos y el hermano
quiere el mundo que piense tonto y necio,

Me rebelo ante tales intenciones
y tan sólo me inspira ese tirano
¡acendrado rencor y vil desprecio!


-Publicado en la Revista del Centro de Instrucción y Recreo (1922)

Por chocante, blasfemo o irreverente que pueda parecer este clásico soneto endecasílabo, refleja una realidad que se vivió en el Santiago de las Vegas finisecular: el rechazo (justificado o no) de la Iglesia (no de la doctrina cristiana), por cierto sector de la población cubana. Fue ésta una época de efervescentes corrientes intelectuales que sacudían a Santiago como al mundo entero, dolores de parto del naciente modernismo del nuevo siglo.

2 comentarios:

  1. No hemos de confundir la opinión de un miembro de cualquier denominación religiosa, aunque sea alto clérigo, con los principios religiosos de esa denominación (sea católica, protestante, judía, etc.). Muchos sacerdotes de la Iglesia Católica en Cuba eran españoles y no entendían la independencia de Cuba. Otros, como el Padre Félix Varela, eran independentistas rabiosos y tuvieron que exiliarse por tal razón. Muchos "peninsulares" que vivían en Cuba también estaban a favor de nuestra independencia. Allí habían creado sus hogares, tenían sus hijos "criollos" y sus negocios. Como ejemplo de una Cuba que supo perdonar y mirar al futuro y no al pasado, recordemos que nuestra incipiente República generosamente concedió la ciudadanía cubana a todos los peninsulares que querían quedarse en la Isla y aceptar nuestra independencia, la mayoría de los cuales lo hizo. Al final, peninsulares y criollos se dieron la mano, se abrazaron y saludaron la bandera de la estrella solitaria. Gran ejemplo para nuestra y futuras generaciones.

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  2. No entiendo ese poema que tan mal opina de la Iglesia, cuando la realidad nos dice que ha sido la unica que siempre se ha ocupado de los sesamparados y desvalidos, no solo en Cuba, sino a nivel mundial. Siempre ha sido odiada y lo seguira siendo siempre, pues nunca sera mayor que su Maestro. El odio que Jesus desperto entre tantos lo seguira sintiendo la Iglesia.

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