martes, 6 de julio de 2010

La asistencia social en Santiago de las Vegas en la década del 1950

por Francisco Fina García y Juan Bundó Puig*

Uno de los asuntos al que presta su mayor atención la sociedad contemporánea, es el que trata de la asistencia social, como medio eficaz de prestar servicios a las capas pobres de la población.

En nuestro término existen instituciones de beneficencia pública que ofrecen eminentes servicios a la comunidad.

Para la realización de tan humanitaria labor cuenta nuestro municipio con centros de asistencia social, no tan solo de carácter local, sino que también nacional.

El Hospital de Dementes y el Leprosorio de San Lázaro son entidades de carácter nacional.

En el plano local contamos con el Hospital Lila Hidalgo (arriba) en Rancho Boyeros, que presta servicio provincial; con el Hospital Municipal de esta ciudad, y casas de socorros en Calabazar y Rincón.

Para la atención de la niñez desvalida, varias creches abren sus puertas para acoger en su seno a la infancia, que  carece de los más elementales recursos para su manutención y encauzamiento.

Pero no tan solo la acción oficial toma cartas en el problema sino que la iniciativa privada también presta su cooperación a los desheredados de la fortuna, sosteniendo los Caballeros de la Luz la cocina gratuita "Mariano Monteresi" (abajo), con el aporte de las personas caritativas de la ciudad y la ayuda del municipio; así como el sostenimiento de un albergue nocturno.

Un alto espíritu de cooperación prestan también a esta obra las Delegaciones de la Liga Contra el Cáncer, la Liga Contra la Ceguera y otras respetables agrupaciones fraternales, cristianas y católicas.

Podemos aseverar que en nuestro medio existe un ancho sentido de cooperación a toda tarea de asistencia social.

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*En su obra "Santiago de las Vegas por dentro". Ediciones La Victoria,
3 de mayo de 1959.

2 comentarios:

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  2. Nuestro Santiago de las Vegas no sólo era trabajador y progresista en el sentido material sino que también se preocupaba por ayuda asistencial, caritativa y espiritual a sus vecinos necesitados, como explica el Profesor Francisco Fina. Además de las obras mantenidas por el Municipio, las instituciones religiosas, católicas y otras, ayudaban a los pobres con ropa, comida, etc. Recuerdo las "colectas personales" que hacía el Padre Vicente Jovaní para sufragar los gastos que la Iglesia Católica incurría en esas obras. El Leprosorio de San Lázaro, aunque sostenido por otros fondos gubernamentales, estaba a cargo de las Hermanas de la Caridad, las cuales atendían con esmero a los que padecían de esa terrible enfermedad. El Leprosorio tenía tanta importancia en ese sentido que inclusive fue de los lugares visitados por Su Santidad, Juan Pablo II, en su visita a Cuba, en donde ofreció una Santa Misa por los enfermos del mismo "y de toda Cuba". Tenemos que estar muy orgullosos de nuestro pueblo. José R. Garrigó

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