martes, 8 de abril de 2008

La Caza del Cocuyo

¿Quién no cierra de cuando en cuando los ojos para dejar que la mente sobrevuele los días felices de la niñez? Recordar, como bien dicen, es volver a vivir, y hoy Antonio (Junior) Romero nos regala sus recuerdos de una actividad que no es exclusiva de Santiago de las Vegas, ni de Cuba - pero que formó una parte muy especial de los primeros años de su vida. Dice Junior (abajo, con su chivita):

Cocuyo m. Según el diccionario Larousse, es un insecto coleóptero de la América tropical, que despide una luz bastante viva en la noche. Lo que no dice el diccionario es que yo, aún ya siendo abuelo, no puedo dejar de esperar todos los años por el mes de Mayo, que es el mes en que los cocuyos aparecen, para poder verlos por las noches en el patio de mi casa aquí en Miami. Estos insectos, como dice Larousse, me despiertan el interés de verlos y admirar sus luces con ese verdor brillante de sus ojos, pues me hacen
recordar mi niñez en Santiago de las Vegas. En ese entonces no existía la cerca a lo largo de la calle uno al costado de la Estación Experimental Agronómica. Había un callejón que se internaba en los terrenos de la misma, como si fuera la continuación de la calle ocho y que era conocido popularmente como “el callejón de la calle ocho”. Era un lugar oscuro y misterioso donde me llevaban cuando niño a coger los cocuyos grandes que abundaban en ese lugar y por eso era tan concurrido. Estos recuerdos los guardo en mi mente y me deleito cuando me acuerdo de mis experiencias en mi pueblo de Santiago de las Vegas, ya que siempre fué de mucha alegría ver tantos cocuyos con sus luces verdes y para mí, a esa edad, era como tener una aventura”.
A esta bonita anécdota le añade Ismael Balido sus propios recuerdos de usar pomos de cristal (con tapas perforadas, claro está) para cazar los mágicos insectos, creando así una suerte de lámpara orgánica que maravillaba a los niños (y sospechamos que a más de un adulto también). Su esposa Consuelo Hernández los cazaba por la calle 17, cuando aún la finca de los Acuña la bordeaba con un manto de verdor. Nos cuenta Consuelo que nunca olvida una vez que un niño se escondió ya de noche entre los matorrales con un cocuyo en la mano. Cuando ella y sus hermanas y amiguitas se acercaron a cogerlo, el niño saltó con un grito de "monstruo escondido", y ¡todas salieron corriendo espantadas! Eran otros tiempos, como ya hemos dicho, más inocentes, y sería interesante saber cuántos niños hoy se apartan de sus Nintendos para cazar cocuyos en una noche de primavera. Los tiempos han cambiado tanto, que al buscar en internet imágenes de dominio público para ilustrar este artículo de hoy, hemos encontrado que ya usted no necesita sufrir el sereno de la noche para cazar cocuyos: el catálogo Signals le ofrece, por sólo $17.95, un bonito pomo de cristal con cocuyos eléctricos que iluminarán sus noches con dos pilas AA... pero sin la magia de antaño.

7 comentarios:

  1. ASI ES. En villanueva, si recuerdan la escuela de alumnos especiales, de niños le deciamos la "escuela de los locos" habia un gran terreno lleno de arboles y arbustos, que todo la muchachada ibamos a CAZAR COCUYOS!!! LLenabamos los pomos de cristales de esos animales, yuo no los tocaba, pero mis hermanos me hechaban miedo con ellos... Tambien allá nos deslizabamos en una caja platica por las escaleras de marmol, como un deslizador..

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  2. hola a todos yo soy uno de los chicos que se aparto del nintendo para ir a cazar unos cocuyos con mi padre, aunque no con mucha suerte como ustedes ya que donde yo vivo no estan en la calle ocho ni a la vuelta de la esquina. A mi padre y a mi nos tocaba ir hasta un pequeño cayo de ramas y arboles fuera de la ciudad para poder ver alguno, y eso si contabamos con suerte, pocas veces atrapamos alguno.
    He buscado informacion por la web acerca de este insecto pero aparece diferente, incluso dicen que tiene unas franjas que reflejan con la luz pero los que yo conozco son diferentes, esots producen luz propia por los ojos de un color verde fluorecente. me gustaria saber si el que ustedes conocen es el mismo del que yo hablo

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  3. al señor que habla de los cocuyos, no se donde el vive, pero aqui en Hialeah se ven esos mismos que el conoce con los ojos que se encienden con luz verde.

    El otro dia en la mañana me encontre uno que parece se le habia acabado la bateria, pues estaba el pobrecito muerto, en el parqueo de mi casa. Isabel Arce

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    1. algo que puedo aportar sobre los cocuyos es que vi algunos y hasta han sidos mis mascotas es que , se duermen y uno cree que estan muertos o se estan muriendo pero no es asi ... lo vi yo misma al rato se despiertan,...duermen bocaarriba y tambien normal se quedan quietos y no se mueven por largo rato....me parecen muy graciosos....e interesantes,,.....

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  4. MARIA JOSE DICE. RECUERDO CUANDO ERA NIÑA,QUE MIS PAPAS NO LLEVABAN A LA ALAMEDA,(VIVIAMOS ENFRENTE) A PESCAR LUCIERNAGAS,LAS PONIAMOS EN UN BOTE DE VIDRIO,Y DESPUES CUANDO NOS IBAMOS A DORMIR MI PAPA ABRIA EL BOTE Y EMPEZABAN A SALIR, NOSOTROS ACOSTADOS, LAS VEIAMOS BRILLAR E IRSE POR LAS VENTANAS (NO TENIAN MOSQUITERO) Y NOS QUEDABAMOS DORMIDOS, ESPERANDO LA SIGUIENTE NOCHE PARA IR POR MAS, QUE HERMOSO RECUERDO, GRACIAS A MIS AMADOS PADRES,UN BESO Y MIS RECUERDOS, POR MI HERMOSA INFANCIA, DIOS LOS BENDIGA........

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  5. Yo no he vuelto a ver un cocuyo.... Pero me recordaron, cuando estuve en Veracruz, aquella canción de Agustín Lara que decía "Noche triste y callada de Veracruz, cuentos de pescadores que hablan de amor... centellear de cocuyos que con su luz, hacen más tenebrosa la obscuridad...."

    Bohemia

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  6. En una ocacion anterior Yo escribi sobre los cocuyos, cuando yo era pequena y viviamos en la calle 17 en el fondo de la casa estaba la finca de los Jimenez.
    En las noches de verano ibamos a cazar cocuyos a la finca y no dejabamos dormir a Jose Maria.
    Una noche en la parte derecha de la casa vimos muchos cocuyos en solo lugar y cuando fuimos a agarrarlos estaba pegados a una (gracia) de vaca llegamos todos a la casa oliendo a gracia de vaca y a mi mama no le hizo ningun chiste lo que haciamos, porque a ella no le gustaba que fueramos a molestar a los vecinos.
    Jose Maria los puso alli para darnos un escarmiento, porque no le haciamos caso.
    Cada vez que pienso en eso me rio de las cosas que haciamos.
    De la familia Jimenez tengo muy bonitos recuerdos de Don Jose Maria y Dona Aracely Q.E.P.D. Y del resto de sus hijos.
    Cuando daria por virar el tiempo y volver a esos dias de mi ninez que jamas volveran
    Xiomara vigoa (sanchez)

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